Equidna (mitología) para niños
En la mitología griega, Equidna (en griego antiguo, Ἔχιδνα - Ekhidna: «víbora»; en latín, Echidna) era una monstruosa ninfa que pertenecía a la estirpe de las Fórcides, o monstruos serpentinos femeninos. Llamada a veces Drakaina Delphyne (Δρακαινα Δελφυνη, «vientre de dragona»), es descrita por Hesíodo en su Teogonía como un monstruo femenino, madre con Tifón de todos los monstruos importantes de los mitos griegos. Tenía el torso de una bella mujer de temibles ojos oscuros pero cuerpo de serpiente. Cuando atacaron el monte Olimpo ella y su compañero Tifón, Zeus los derrotó, pero les permitió seguir viviendo, así como a sus hijos, como desafío para los héroes futuros. Equidna moró desde entonces en una cueva del país de los Árimos, un remoto lugar desértico situado en Asia Central, probablemente Siria. Posteriormente el gigante Argos la mataría mientras ella dormía en una cueva de Sicilia. Aunque según Hesíodo Equidna era inmortal y poseía eterna juventud. Suele ser el equivalente a Lilit de las leyendas hebreas y se le relaciona con Campe (monstruo ctónico y ninfa del Tártaro, siendo sus escamosas piernas como serpientes) e igualmente identificarse con Astarté de la mitología babilónica.
Contenido
Genealogía
La filiación de Equidna es confusa. En la Teogonía no se especifica bien a la madre, que pudiera ser, entre otras opciones, Ceto. Para Ferécides equidna es una de las Fórcides, como tal hija de Forcis, pero no se menciona la filiación materna. De acuerdo a Pausanias y Epiménides, Equidna es hija de la oceánide Estige (diosa del río Estigia) y de un tal Pirante (que no vuelve a mencionar Pausanias). Para Apolodoro es hija de Tártaro y la Tierra, pero en las tradiciones órficas se la imagina como hija del primordial Fanes.
La madre de los monstruos
Equidna le alumbró a Tifón una monstruosa prole, con naturaleza feral de perro, serpiente, león, águila o cabra. No en vano Equidna está considerada como la madre de los monstruos. Prácticamente toda su prole fue aniquilada a manos de los héroes: Heracles mató a cuatro de ellos y al menos capturó a Cerbero, pero Edipo venció a la Esfinge, Belerofonte a la Quimera, Teseo a la cerda de Cromión y Jasón (con ayuda de Medea) al dragón de la Cólquide. Escila, junto con Caribdis, aparece tanto vinculada con Jasón y Odiseo en sus periplos. La siguiente es la prole de Equidna y Tifón citada en la fuentes mitográficas:
- Ortro, perro que custodiaba los ganados de Gerión en Eritía
- Cerbero, perro tricéfalo de broncíneo ladrido que custodia el Hades; en su primera mención tiene cincuenta cabezas
- La Hidra de Lerna, a la que alimentó Hera para ser ruina de Heracles
- Esfinge, ruina para los cadmeos y llamada Fix (del monte Ficio)
- Quimera de Licia, con forma de león, serpiente y cabra, que exhala fuego; o criada por Amisodaro
- El León de Nemea, que Hera colocó en los montes, o fue criado por Selene
- El Águila del Cáucaso, que devoraba el hígado de Prometeo
- La serpiente del jardín de las Hespérides, Ladón, de diversas voces
- La Cerda de Cromión, llamada Fea, como su porqueriza
- El Dragón que vigilaba en la Cólquide el vellocino de oro
- Escila, que tenía la parte superior de mujer y la inferior con cabezas de perros
- Un gigante innominado tan sólo conocido por el matronímico de Equídnades o Equídnada, y que fue vencido por Ares
- Por último Higino es el único en mencionar a un tal Gorgón o Gorgon (Gorgo), monstruo masculino con nombre parlante, «horrendo; en esta versión sus hijas llevan entonces el patronímico de Gorgonas. Hay quienes interpretan que Gorgón estaría relacionado con otro monstruo horripilante similar, la cabra Ega (Aix)
Las dracaenas en las fuentes
Las dracaenas son serpientes (dragones) femeninos, o simplemente dragonas, que se relacionan e identifican con Equidna, de manera explícita o implícita. Algunos autores también la relacionan con la serpentina llamada Síbaris o Lamia, para Antonino Liberal, que acechaba en Fócide.
Dracaena de los Árimos o Coricia
Para Hesíodo Equidna es «mitad ninfa de ojos vivos y hermosas mejillas, mitad en cambio monstruosa y jaspedada serpiente». Es la madre de los monstruos y mora en las profundidades en una cueva de los Árimos. Apolodoro describe en su parte de la Tifonomaquia, que «Tifón dejó allí los tendones de Zeus, ocultos en la piel de un oso y puso como guardián a la dragona Delfine, medio animal, medio mujer. Pero Hermes y Egipán, sin ser vistos robaron los tendones y se los aplicaron a Zeus». La obra refiere que Delfine moraba en la cueva Coricia de Cilicia.
Dracaena de Delfos
En los Himnos homéricos se dice que Hera llevó al propio Tifón en compañía de una dragona, y que de ellos nació al menos la Quimera. La mató Apolo arrojándole saetas. En las versiones posteriores del mito ya nos encontramos con el dragón Pitón.
Dracaena del Tártaro
Aristófanes describe a Éaco, como uno de los jueces de los muertos, confrontando a Dioniso: «Equidna de cien cabezas, que te desgarrará las entrañas; de tus pulmones se agarrará una murena tartesia (Myraina Tartesia, la "anguila" del Tártaro) y tus dos riñones, ensangrentados, junto con las otras vísceras, te los harán trocitos las Gorgonas titrasias». Esta Equidna también está relacionada con la serpentiforme carcelera del Tártato, Campe, a quien nos describe como una suerte de versión femenina de Tifón, con rasgos de Equidna y Escila. Ovidio también la menciona en el Tártaro, y dice que ella es el veneno de Cerbero.
Dracaena de Argos
Dice Apolodoro que Argos Panoptes dio muerte a Equidna, hija de Tártaro y Gea que raptaba a los caminantes, sorprendiéndola dormida. Otra dracaena, si es que no se trata de la misma, es llamada Poine. Fue invocada desde el inframundo por Apolo para castigar a los argivos por la cruel muerte de su hijo infante Lino; fue muerta por el héroe Corebo.
Dracaena de Escitia
Según Heródoto, los griegos que vivían en el Ponto, una región en la costa sur del Mar Negro, contaron la historia de un encuentro entre Heracles y esta criatura serpentina. Heracles conducía el ganado de Geríones a través de lo que luego se convertiría en Escitia, cuando una mañana se despertó y descubrió que sus caballos habían desaparecido. Mientras los buscaba, «encontró en una cueva una criatura de doble forma que era mitad doncella y mitad serpiente; por encima de la cadera era una mujer, debajo de ellas una serpiente». Tenía los caballos y prometió devolverlos si Heracles se unía a ella. Heracles estuvo de acuerdo y ella tuvo tres hijos con él: Agatirso, Gelono y Escites. Ella le preguntó a Heracles qué debería hacer con sus hijos: «¿Los guardo aquí, ya que soy la reina de este país, o te los envío?». Heracles le dio un arco y un cinturón, y le dijo que solo criase a aquel niño que fuera capaz de disparar el arco y usara el cinturón; el resto sería desterrado. El hijo menor, Escites, cumplió con los requisitos y se convirtió en el fundador y epónimo de los escitas.
Véase también
En inglés: Echidna (mythology) Facts for Kids