Éaco para niños

En la mitología griega, Éaco (en griego antiguo Αἴακός, Aiakós) fue un rey muy especial de la isla de Egina, que se encuentra en el golfo Sarónico. Éaco era famoso por ser un gobernante muy justo y piadoso. La gente de toda la Antigua Grecia venía a él para que resolviera sus problemas. Era tan respetado que, después de su muerte, fue nombrado juez de las almas en el Érebo, una parte del inframundo.
Éaco fue el antepasado de una importante familia llamada los Eácidas. Incluso Alejandro Magno decía que su familia descendía de Éaco por parte de su madre. Había templos dedicados a Éaco en Atenas y Egina, y se celebraba una fiesta en su honor llamada Eacea. Se decía que Zeus quería que Éaco viviera para siempre, pero las Moiras (diosas del destino) no lo permitieron.
Contenido
Origen y familia de Éaco
Éaco era hijo de Zeus, el rey de los dioses, y de Egina, que era hija del dios fluvial Asopo. Algunos relatos antiguos mencionan que su madre pudo haber sido Europa. También tenía una hermana llamada Damocratea.
Se cuenta que Éaco nació en una isla que antes se llamaba Enone o Enopia. Más tarde, esta isla fue renombrada Egina en honor a su madre, porque fue allí donde Zeus la llevó. Al principio, la isla de Egina no tenía habitantes. Cuando Éaco creció, se sintió solo y le pidió a Zeus que le diera gente para gobernar. Se dice que Zeus hizo que los primeros habitantes de la isla surgieran de la tierra.
Los mirmidones de Egina: ¿Cómo surgieron?
Con el tiempo, Hera, la esposa de Zeus, descubrió que Egina había tenido un hijo con Zeus. Hera se enojó mucho y decidió castigar a la isla. Envió una terrible plaga que afectó a todos los habitantes de Egina. Una serpiente gigante contaminó el agua, y miles de serpientes más pequeñas aparecieron por todas partes. La isla se llenó de oscuridad, calor y un viento pestilente que duró meses. Las cosechas se secaron, hubo hambre y la gente moría de sed al beber el agua envenenada.
Éaco estaba muy triste porque había perdido a casi todos sus compañeros. Al ver unas hormigas, le suplicó a Zeus que le diera más gente para proteger la isla. Entonces, Zeus transformó a esas hormigas en hombres y mujeres. A estas nuevas personas se les llamó mirmidones, porque en griego las hormigas se dicen myrmices. Los mirmidones fueron los primeros en construir barcos con velas para navegar. Más tarde, algunos de ellos acompañaron a Peleo (hijo de Éaco) y lucharon junto a Aquiles y Patroclo en la famosa Troya.
Los hijos de Éaco
Una vez establecido como rey de Egina, Éaco se casó con Endeide, hija de Escirón. Con ella tuvo dos hijos: Peleo y Telamón.
Más tarde, Éaco tuvo otro hijo llamado Foco con la Nereida Psámate, quien se había transformado en foca para intentar evitarlo. También se menciona una hija llamada Alcímaca.
Lamentablemente, Foco era muy bueno en los juegos, y sus hermanos Peleo y Telamón sintieron celos. Conspiraron contra él y lo mataron. Cuando Éaco descubrió el crimen, los expulsó de Egina. Telamón se fue a Salamina y Peleo huyó a Ftía.
La gran justicia de Éaco
La isla de Egina es difícil de alcanzar por mar debido a las rocas y arrecifes que la rodean. Se dice que Éaco planeó esto a propósito para proteger la isla de piratas y enemigos.
Éaco era conocido por sus oraciones efectivas. En una ocasión, toda Grecia sufrió una gran sequía. La gente envió mensajeros al Oráculo de Delfos para preguntar qué podían hacer. La Pitia (sacerdotisa del oráculo) les dijo que debían pedirle a Éaco que suplicara a Zeus. Así, embajadores de todas las ciudades fueron a Egina para pedirle ayuda. Éaco hizo sacrificios y oró a Zeus, y finalmente llovió sobre toda Grecia, terminando la sequía.
Otros relatos dicen que la sequía fue causada por un crimen cometido por Pélope o por la muerte de Androgeo en Atenas. En cualquier caso, los dioses declararon que solo las oraciones de Éaco podían liberar a Grecia de esas calamidades, y así fue.
La muralla de Troya
Se cuenta que los dioses Apolo y Poseidón pidieron ayuda a Éaco para construir las grandes murallas de la ciudad de Troya. Una vez terminada la construcción, tres dragones intentaron atacar la muralla. Los dos dragones que atacaron las partes construidas por los dioses murieron, pero el tercero logró entrar a la ciudad por la sección que había construido Éaco.
Entonces, Apolo predijo que Troya caería en manos de los descendientes de Éaco, los Eácidas. Esto se cumplió más tarde con Telamón (hijo de Éaco) y su hijo, Áyax, quienes participaron en la guerra de Troya.
Éaco como juez del inframundo
Después de su muerte, Éaco fue honrado en el reino de Hades, el inframundo. Se dice que él guarda las llaves de este lugar. Junto a él, otros jueces como Minos y Radamantis también imparten justicia allí.
Platón escribió que Zeus nombró a tres de sus hijos como jueces del inframundo. Después de que las personas mueren, sus almas son juzgadas en un lugar donde se dividen dos caminos: uno lleva a las Islas de los Bienaventurados (un lugar de felicidad) y el otro al Tártaro (un lugar de castigo). Radamantis juzgaba a las almas de Asia, y Éaco a las de Europa. Minos era el juez principal y daba la sentencia final si había dudas, asegurando que la justicia fuera perfecta.
Algunos relatos incluso dicen que Éaco cobraba un peaje y verificaba si las almas que Hermes llevaba al inframundo coincidían con los registros de Átropo (una de las Moiras).
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Aeacus Facts for Kids
- Hades
- Eácidas
- Mirmidones
Éaco en la cultura popular
Éaco aparece en el popular videojuego God of War III para PlayStation 3, como uno de los tres jueces del inframundo, junto a Minos y Radamantis. También se le menciona en la serie de anime Saint Seiya, en la saga de Hades, donde es conocido como Aiacos de Garuda, siendo uno de los tres jueces del inframundo junto a Minos de Grifo y Radamantys de Wyvern.