Hespérides para niños
En la mitología griega, las Hespérides eran unas ninfas muy especiales. Su trabajo era cuidar un jardín maravilloso que se encontraba en un lugar muy lejano, hacia el oeste. La mayoría de las historias dicen que este jardín estaba cerca de la cordillera del Atlas en el Norte de África, justo al borde del gran Océano que rodeaba el mundo.
Algunos escritores antiguos tenían otras ideas sobre dónde estaban. Por ejemplo, el poeta griego Estesícoro y el geógrafo Estrabón pensaban que las Hespérides vivían en Tartessos, un lugar en el sur de la península ibérica. Otro escritor, Apolonio de Rodas, las ubicaba cerca del lago Tritón, en Libia.
Con el tiempo, en la época de los romanos, el Jardín de las Hespérides se convirtió más en una idea poética que en un lugar religioso. Luego, en el Renacimiento, los poetas volvieron a usar esta idea para hablar de un jardín mágico y de las ninfas que lo cuidaban.
Contenido
¿Quiénes eran las Hespérides?
Las Hespérides eran ninfas, que son seres femeninos de la naturaleza en la mitología. A menudo se las relacionaba con el atardecer y el oeste.
La familia de las Hespérides
La verdad es que no hay una sola historia sobre quiénes eran los padres de las Hespérides. Las leyendas varían mucho. Algunas dicen que eran hijas de Nicte (la Noche), o de Érebo y Nicte. Otras las conectan con Atlas, el gigante que sostenía el cielo, o con Héspero, la estrella del atardecer. También se mencionan a veces como hijas de Zeus y Temis, o de Forcis y Ceto, o incluso de Océano y Gea.
Los nombres de las Hespérides
Tampoco hay un acuerdo sobre cuántas Hespérides eran o cuáles eran sus nombres exactos. Generalmente se pensaba que eran tres, como otras agrupaciones de ninfas en la mitología griega.
Los nombres más comunes que se les daban eran:
- Egle: Su nombre significa "brillo" o "esplendor".
- Eritía: Su nombre se relaciona con la "tierra roja" o el "occidente".
- Héspere (o Hesperetusa): Su nombre significa "atardecer".
Estos nombres nos dan una pista de su conexión con el atardecer y los lugares lejanos del oeste. A veces se las llamaba las "Doncellas de Occidente" o las "Hijas del Atardecer". Además de cuidar el jardín, se decía que les encantaba cantar y que tenían "voces cantarinas" o un "melodioso canto".
El Jardín de las Hespérides: Un lugar mágico
El Jardín de las Hespérides era un huerto muy especial que pertenecía a la diosa Hera. En este jardín crecían árboles que daban unas manzanas doradas mágicas. Se decía que estas manzanas podían dar la inmortalidad a quien las comiera.
Estos manzanos fueron un regalo de la diosa Gea a Hera cuando se casó con Zeus. La tarea de las Hespérides era cuidar de estos árboles. Sin embargo, Hera no confiaba del todo en ellas, así que puso un guardián adicional: un dragón de cien cabezas llamado Ladón, que vigilaba el jardín sin descanso.
Existe un debate sobre si las frutas eran manzanas o naranjas, ya que en algunos idiomas las palabras son similares. Sin embargo, las naranjas no eran muy conocidas en Europa hasta mucho después de que se crearan estas historias.
El undécimo trabajo de Heracles
Uno de los doce trabajos que el héroe Heracles (también conocido como Hércules) tuvo que realizar fue robar las manzanas de oro del Jardín de las Hespérides. Este fue su undécimo trabajo.
Heracles no sabía cómo llegar al jardín, así que tuvo que buscar ayuda. Primero, capturó a un dios marino que podía cambiar de forma para que le dijera dónde estaba el jardín.
En algunas versiones de la historia, Heracles se encontró con Anteo, un gigante que era invencible mientras tocara la tierra. Heracles lo derrotó levantándolo en el aire y abrazándolo fuertemente para que no pudiera tocar a su madre, Gea (la Tierra).
Finalmente, Heracles llegó al Jardín de las Hespérides. Para conseguir las manzanas, engañó a Atlas, el gigante que sostenía el cielo. Heracles le ofreció sostener el cielo por un momento si Atlas iba a buscar las manzanas. Atlas aceptó, ya que era el padre de las Hespérides o estaba relacionado con ellas. Cuando Atlas regresó con las manzanas, no quería volver a cargar el cielo. Pero Heracles lo engañó de nuevo, pidiéndole que sostuviera el cielo solo un momento más para que pudiera acomodarse su capa. Cuando Atlas tomó el cielo, Heracles tomó las manzanas y se fue.
En otra versión, Heracles fue el único que robó las manzanas, aunque la diosa Atenea las devolvió después a su lugar en el jardín. Estas manzanas a veces se confunden con las "manzanas de la dicha" que tentaron a Atalanta, o con la "manzana de la discordia" que Eris usó para causar un concurso de belleza que llevó a la Guerra de Troya.
Las Hespérides en el arte y la literatura
Con el paso del tiempo, especialmente durante el Renacimiento, las Hespérides y su jardín volvieron a ser populares en la literatura y el arte. Escritores como Robert Greene, Shakespeare y John Milton las mencionaron en sus obras, usando la idea del jardín mágico y las ninfas como un símbolo de algo hermoso y valioso.
Galería de imágenes
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Frederic Leighton - The Garden of the Hesperides.jpg
El jardín de las Hespérides de Frederic Leighton (1892).
Véase también
En inglés: Hesperides Facts for Kids