Castro de la Loma para niños
El castro de la Loma es un lugar arqueológico muy importante que se encuentra en la Montaña Palentina, en un pueblo llamado Santibáñez de la Peña (España). Es lo que queda de una antigua ciudad fortificada de los Cántabros, un pueblo que vivía allí hace mucho tiempo, posiblemente los camáricos. También se han encontrado restos de varios campamentos del Imperio romano que rodearon y atacaron esta ciudad. Su descubrimiento es muy valioso porque nos da mucha información sobre las guerras cántabras, que fueron batallas entre los romanos y los cántabros.
Contenido
¿Dónde se encuentra el Castro de la Loma?
El castro está en un lugar alto llamado la Loma, al sur de Santibáñez de la Peña. Desde allí se domina la zona y el río Valdavia, lo que lo hacía un sitio perfecto para una fortaleza antigua.
Este lugar arqueológico está a unos 50 kilómetros de otros castros importantes como el de monte Cildá y el de monte Bernorio.
¿Cómo se protege este sitio histórico?
Aunque el castro de la Loma está protegido como "Bien Integrante del Patrimonio Cultural" desde 2006, lo que es una categoría de protección importante, todavía corre peligro. Hay una cantera (un lugar donde se extrae piedra) al sur del castro que ya ha afectado a uno de los campamentos romanos.
Además, en febrero de 2025, el alcalde de Las Heras de la Peña y el dueño de una empresa de movimiento de tierras araron una parte del sitio sin permiso, lo que podría costarles multas muy grandes.
Por estas razones, el castro de la Loma ha sido incluido en la lista roja de Patrimonio, que señala los lugares históricos que necesitan ayuda urgente.
Después de las primeras cuatro excavaciones, el sitio estuvo abandonado por más de diez años, con las estructuras al descubierto, lo que aumentaba el riesgo de que se robaran objetos antiguos. Afortunadamente, en 2020 se retomaron las excavaciones, y se han realizado cuatro campañas más hasta 2024.
¿Qué se ha descubierto en el Castro de la Loma?
El castro de la Loma fue descubierto en 2003 por Miguel A. Fraile, un investigador de Reinosa que estudiaba las guerras cántabras. Después, comenzaron las excavaciones, dirigidas por Eduardo Peralta Labrador, un experto en historia antigua y arqueología.
Las investigaciones sugieren que este lugar estuvo habitado desde la Edad del Hierro por una comunidad importante que fortificó el castro. Se han encontrado restos de grandes murallas y un foso exterior muy profundo (unos 4 metros) que rodeaba una zona de 10 hectáreas. Esto hace pensar que era un poblado muy grande e importante, quizás la capital de los tamáricos, la mítica Tamarica (o Kamarica).
Las primeras excavaciones, apoyadas por la Junta de Castilla y León y la Diputación de Palencia, se hicieron en 2003. Fue entonces cuando aparecieron las cabañas interiores y las pruebas de la muralla y el foso. La muralla está hecha de dos muros superpuestos, y el foso, tallado en la roca, es tan impresionante que el director de las excavaciones lo describió como "una obra gigantesca". Se calcula que miles de personas tuvieron que trabajar para construir estas defensas. Aunque aún no se ha encontrado, se cree que también debía haber un cementerio.
Más tarde, cerca del castro, se encontraron los restos de varios campamentos romanos que lo rodeaban. En ellos se hallaron sesenta puntas de flecha, proyectiles de catapulta, puntas de pilum (una lanza romana), monedas de la época del emperador Augusto e incluso estacas de tiendas de campaña. Al oeste, se descubrió un pequeño fuerte romano y un sistema de trincheras que bajaban hacia el río para rodear el castro.
Además de restos humanos, señales de incendios y la destrucción causada por los romanos, se han encontrado cerámica celtibérica, muchos objetos personales como cuchillos con mango de cuerno de ciervo, pendientes, agujas para el pelo, anillos y hoces. Todos estos hallazgos fueron llevados primero a Santander para ser estudiados y luego al Museo Arqueológico de Palencia.
Pero lo que más ha sorprendido de este lugar es la enorme cantidad de puntas de flecha (más de 600) encontradas en la Loma. Según el director en 2007, es "la colección más importante del mundo romano", lo que nos da una idea de lo intenso que fue el ataque al castro.
La historia del Castro de la Loma
¿Cómo era la vida en la Loma?
La parte norte de la provincia de Palencia formaba parte de la antigua Cantabria. En esta zona hay otros lugares históricos importantes como el castro del monte Cildá y el castro del monte Bernorio. El ataque a la Loma ocurrió durante el bellum cantabricum, que fueron las campañas militares que el Imperio romano llevó a cabo para conquistar a los cántabros y los astures. Estos pueblos eran los últimos que resistían la invasión romana en Hispania, y las batallas duraron desde el año 29 a.C. hasta el 19 a.C. El emperador Augusto participó en estas campañas.
Las investigaciones indican que este lugar estuvo habitado desde la Edad del Hierro. Por su ubicación, pertenecía a la tribu de los camáricos, y es muy probable que, por el tamaño del poblado, fuera su capital, Camarica. El sistema de defensa del castro consistía en dos murallas superpuestas muy altas y un foso exterior de unos 4 metros de profundidad, excavado en la roca de la montaña.
El ataque y la destrucción del castro
Debido a estas fuertes defensas, los romanos usaron una táctica de asedio para rodear el castro con campamentos. Instalaron un campamento principal de unos 5 hectáreas en una colina al sur del castro, con su propia muralla de tierra y empalizada. Este campamento estaba conectado con otros campamentos más pequeños que rodearon y aislaron completamente la ciudad fortificada.
Para el asalto, las legiones romanas atacaron a distancia con flechas y catapultas. Se han encontrado proyectiles incendiarios de catapulta y flechas con fuego. Después de vencer la resistencia de los habitantes, que se defendían principalmente con piedras y lanzas, los romanos lograron entrar en el lugar, lo incendiaron y lo destruyeron, como muestran las pruebas encontradas. Por el tamaño de los campamentos, se calcula que unos 5000 legionarios romanos participaron en el ataque.
Después de la destrucción del castro, no hay pruebas de que los romanos volvieran a usar el lugar.
Como es un sitio descubierto hace relativamente poco, los historiadores aún no lo han identificado con ninguna de las ciudades importantes de los cántabros que mencionan los textos antiguos. A diferencia de lugares como Vellica, Bergida, Julióbriga o Aracillum, no hay registros específicos del ataque a Tamarica. Por eso, no se descarta que el castro de la Loma sea en realidad una de esas ciudades históricas.
Galería de imágenes
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Detalle del "basurero" donde se encontraron restos de mangos de navaja, fichas de juegos y cerámica usada por los habitantes del castro.
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La muralla de la parte inferior del castro, donde se encontró una gran cantidad de puntas de flecha y de proyectiles metálicos pesados. Esto sugiere que esta fue la zona donde el ataque a la muralla fue más fuerte. Las filas de piedras detrás del derrumbe muestran el grosor de la muralla, que alcanzaba unos 5 metros de ancho.
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Vista de la muralla desde la parte superior, a la altura de la puerta que fue bloqueada durante el ataque romano en las guerras cántabras. Al fondo se ve el barrio de la Estación de Santibáñez de la Peña, donde se cree que estaba uno de los campamentos romanos durante el ataque.
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Detalle de la puerta interior del castro cántabro de La Loma. Se puede observar que la puerta fue bloqueada debido al asedio de las legiones romanas en las guerras cántabras.
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Vista del bastión excavado en la campaña de 2007 por el equipo de Eduardo Peralta Labrador.