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La Argentina (bailarina) para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Antonia Mercé
La Argentina (Antonia Mercé) 1930 (1).jpg
Información personal
Nombre de nacimiento Antonia Mercé Luque
Apodo La Argentina
Nacimiento 4 de septiembre de 1890
Buenos Aires (Argentina)
Fallecimiento 18 de julio de 1936
Bayona (Francia)
Sepultura Neuilly-sur-Seine
Familia
Padres Manuel Mercé
Josefa Luque
Información profesional
Ocupación Bailarina y coreógrafa
Años activa 1900-1936
Miembro de Orden de Isabel la Católica
Distinciones
  • Caballero de la Orden Nacional de la Legión de Honor (1930)

Antonia Mercé y Luque, conocida artísticamente como La Argentina, fue una destacada bailarina y coreógrafa española. Nació en Buenos Aires, Argentina, el 4 de septiembre de 1890, mientras sus padres estaban de gira. Falleció en Bayona, Francia, el 18 de julio de 1936.

Se le reconoce por haber modernizado la danza española y andaluza, uniendo estilos clásicos con ideas nuevas. Antonia era una experta en el baile y también una virtuosa usando las castañuelas. Colaboró con grandes músicos como Manuel de Falla y Isaac Albéniz, y con artistas del flamenco como Miguel de Molina. El bailarín Vicente Escudero dijo de ella que su talento era único y que nadie podría igualarlo.

¿Quién fue Antonia Mercé?

Antonia Mercé nació en una familia de artistas. Su madre, Josefa Luque, era bailarina, y su padre, Manuel Mercé, fue primer bailarín y maestro de coreografía en el Teatro Real de Madrid. Nació en Argentina porque sus padres estaban de gira por América. Tenía un hermano mayor llamado Manuel, que falleció joven.

Cuando la familia regresó a España, abrieron una escuela de danza en su casa de Madrid. A los diez años, Antonia entró al Conservatorio para estudiar baile y canto. Pronto se unió al grupo juvenil de danza del Teatro Real, bajo la dirección de su padre. A los catorce años, después de la muerte de su padre, Antonia dejó el baile clásico para dedicarse a las danzas populares y regionales de España junto a su madre.

En sus primeros años de carrera, La Argentina actuó en café conciertos y salas de music hall. También se presentó en los primeros cines, donde las películas se alternaban con números de canto y baile. Compartió escenario con artistas famosos de la época. Su talento llamó la atención de importantes intelectuales en Madrid, como Ramón del Valle-Inclán.

Archivo:Antonia Mercé
Fotografía de Antonia Mercé La Argentina publicada en 1913.

En 1906, Antonia realizó su primera gira fuera de España, visitando Lisboa y París. Debutó en importantes escenarios como el Moulin Rouge. Con el tiempo, París le abrió las puertas de la Ópera, lo que la llevó a ser reconocida a nivel internacional.

El arte de Antonia Mercé en España

Antonia Mercé dejó una huella importante en ciudades como Barcelona. Aunque muchos de los lugares donde actuó ya no existen, su legado perdura. Barcelona era un centro importante para el music-hall en Europa. Antonia debutó en el Teatro Arnau y actuó en otros lugares famosos.

Cuando era adolescente, Antonia no tenía el estilo robusto que se esperaba en los espectáculos de variedades de la época. Su belleza era más delicada y estilizada. Sin embargo, su gracia y elegancia en el escenario, junto con su increíble habilidad con las castañuelas, captaron la atención del público. Se decía que nadie superaba su virtuosismo con este instrumento.

Archivo:Teatre Arnau
Teatro Arnau de Barcelona.

Grandes escritores e intelectuales de la época, como Ramón María del Valle-Inclán, admiraban su arte. Él la consideraba, junto a otras artistas, una fuente de gran emoción y placer artístico. Antonia compartía cartel con otras figuras destacadas en los teatros de Madrid y Barcelona.

En Barcelona, compositores y artistas le dedicaban canciones que se hacían muy populares. Antonia interpretaba números variados, destacando siempre en el baile. Cantaba cuplés y chotis con gracia y estilo, transmitiendo mucha emoción a través de sus movimientos.

Al principio del cine en España, los artistas de variedades actuaban en los intermedios de las películas. Antonia también se presentó en estas salas improvisadas. Con el tiempo, los intelectuales la impulsaron a llevar su repertorio de danzas a escenarios más prestigiosos, como el Ateneo de Madrid. Esto llevó a la creación de sus famosos recitales de baile, donde Antonia elevó la danza a un nivel artístico superior, incorporando música de alta calidad.

El regreso triunfal a Barcelona

Cuando Antonia Mercé regresó a Barcelona en enero de 1934, ya era una artista de fama mundial. En 1930, el presidente de Francia le había otorgado la Legión de Honor, una de las más altas condecoraciones. El presidente de España, Manuel Azaña, también le concedió la primera condecoración de la II República: el Lazo de la Orden de Isabel la Católica.

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La Argentina bailando

En Barcelona, Antonia ofreció dos conciertos de danza en el Teatro Barcelona, acompañada por el pianista Luis Galve y el guitarrista Salvador Ballesteros. Había mucha expectación, ya que el público barcelonés no la había visto en su plenitud artística. La crítica internacional la comparaba con la famosa bailarina Anna Pávlova, pero en el baile español.

El programa incluía obras de importantes compositores españoles. La noche de su presentación, el teatro estaba lleno. El público, al principio escéptico, quedó cautivado por su arte. La ovación fue rotunda y sincera, y su triunfo fue completo. La revista Mirador confirmó su éxito, diciendo que La Argentina conquistó al público al instante.

La pasión por el folclore

Antonia Mercé sentía un gran interés por el folclore de las regiones españolas y de Hispanoamérica. En sus viajes, estudió los bailes populares, sus costumbres, ritmos y colores. Por ejemplo, descubrió el baile de La Cariñosa, una danza nacional de Filipinas, y lo añadió a su repertorio. También expresó su deseo de incluir danzas catalanas, asturianas y vascas en sus espectáculos.

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La bailarina flamenca Antonia Mercé en 1930.

Antonia recuperó la esencia de bailes como el fandango, la seguidilla y el bolero, que se habían vulgarizado en los escenarios de variedades. Ella los purificó, les devolvió su técnica original y les dio su carácter y ritmo auténticos. Mostró al mundo la verdadera esencia del folclore español. Dedicó años a estudiar los ritos gitanos para la coreografía de El amor brujo. Incluso viajó a Salamanca para aprender pasos antiguos de un baile charro de un hombre muy anciano.

En mayo de 1934, en su último viaje a Barcelona, el Esbart Catalá de Dansaires le ofreció una sesión privada para mostrarle algunos de sus ballets. Antonia les dijo que tenían mucha suerte de tener grupos que con tanto entusiasmo recogían el tesoro folclórico de su región, algo que se estaba perdiendo en otras partes de España.

El último espectáculo que Antonia Mercé presentó, el mismo día de su muerte, el 18 de julio de 1936, fue un festival de danzas vascas en su honor en San Sebastián. Le encantaba la solemnidad y el aire ancestral del folclore vasco.

Un legado en el Palacio Güell

Archivo:Palau Güell (2)
Fachada del Palacio Güell

El Palacio Güell en Barcelona, una obra del famoso arquitecto Antonio Gaudí, alberga el Instituto del Teatro. En 1956, para conmemorar el vigésimo aniversario de la muerte de Antonia Mercé, el Instituto le rindió homenaje.

Una de las salas del Palacio Güell se dedicó a su memoria. Allí se exhibieron carteles, trajes, castañuelas, fotos, cartas y partituras dedicadas a Antonia por músicos como Manuel de Falla.

El Museo Clará, en Barcelona, también guarda la esencia de La Argentina. El escultor José Clara capturó la belleza de su ritmo y movimiento en sus obras. En 1927, en París, Clará comenzó a dibujar los bailes de La Argentina, inmortalizando la fuerza y la gracia de sus movimientos. En el Museo Clará se pueden admirar estos dibujos que representan sus famosos bailes como Triana o Tango.

Antonia Mercé decía que el movimiento era su elemento, como el de los pájaros, a los que se sentía unida. Creía que podía entender la alegría, los miedos o el deseo de volar de una golondrina solo observando su vuelo.

La carrera internacional de Antonia Mercé

Antonia Mercé, La Argentina, siempre estuvo interesada en la cultura del pueblo gitano. Compartió escenarios nacionales e internacionales con artistas flamencos como el guitarrista Carlos Montoya y el cantaor Miguel de Molina.

Su sueño de crear una compañía de ballet español se hizo realidad. La presentó en la «Opera Comique» de París con obras de importantes compositores españoles.

Archivo:La Argentina en Mundo Gráfico
Su presencia en las portadas demuestra la popularidad de La Argentina

En 1915, la compañía de La Argentina viajó a América, donde estuvo de gira durante tres años, comenzando en su ciudad natal, Buenos Aires. Al año siguiente, debutó en Nueva York. Para esa ocasión, el compositor Enrique Granados le había escrito la Danza de los ojos verdes.

De regreso a España, La Argentina estrenó Los Jardines de Aranjuez, un gran espectáculo con música de varios compositores y diseños de Sert. Su fama siguió creciendo hasta convertirse en un símbolo. Su última actuación en Madrid fue en el Teatro Español, el 22 de junio de 1935, en un festival de arte flamenco.

Los últimos días de La Argentina

Después de varias actuaciones en París en marzo y junio de 1936, los médicos le recomendaron a Antonia Mercé que descansara. La Argentina se retiró a su villa en Bayona.

Falleció el 18 de julio de 1936. Se sabe que unas horas antes había estado en San Sebastián en un festival de danzas vascas en su honor. La noticia de un telegrama desde Madrid, confirmando el inicio de un conflicto en España, fue un golpe muy fuerte para ella. Antonia, que había dedicado su vida a difundir los bailes de su amada España por el mundo, falleció al enterarse del comienzo de esta difícil situación.

Muchos periódicos de todo el mundo informaron sobre su muerte en primera plana. Fue enterrada en el cementerio de Neuilly-sur-Seine. La recordaron como la diosa del baile español y la reina de la gracia.

El legado de Antonia Mercé

Antonia Mercé, La Argentina, dejó un legado muy importante en la danza. Su baile tenía una magia especial que iba más allá de lo convencional. Su memoria también se conserva en sus objetos personales, como sus trajes y sus discos con el sonido de sus castañuelas. Sus fotografías y su atrezzo también forman parte de su legado.

Nadie antes había sentido el baile de una manera tan completa. Ella era el espectáculo en sí misma. Llevó la tradición de la danza a un nivel artístico muy alto, y esto se notaba incluso en su vestuario. Antes de Mercé, la bata de cola no tenía la misma nobleza, y ella dignificó el traje regional en los recitales. También justificó el uso de accesorios como peinetas, flores y mantoncillos con su buen gusto. Sus atuendos nunca fueron extravagantes. A menudo buscaba telas antiguas para convertirlas en vestuario teatral.

Cuando bailaba, huía de lo común, y ahí residía la genialidad de su arte. Tenía una forma única de entender la música. Colaboró con diseñadores de vanguardia, dándoles un toque natural con su gran arte. Esto abrió el camino para la renovación de la danza escénica española en el siglo XX. Su traje de la Niña Bonita es tan importante para la danza española como el tutú de Pávlova para el ballet clásico.

Archivo:Madrid - Teatro Español
Fachada del Teatro Español de Madrid

La última vez que La Argentina actuó en Madrid fue el 22 de junio de 1935, en el Teatro Español. Llegó de París para bailar en un festival de arte flamenco, usando una bata blanca sencilla. Su aspecto y su baile mostraban una gran madurez.

Federico García Lorca le dedicó una frase en su Elogio a Antonia Mercé, diciendo que bailarines, cantaores o toreros españoles inventan y crean un arte único que desaparece con cada uno y que nadie puede imitar.

Muchos pintores, escultores y fotógrafos se sintieron inspirados por Antonia Mercé, creando una gran cantidad de obras sobre ella. En su época, París era el lugar ideal para estas admiraciones, y muchos talleres de costura le confeccionaban sus trajes de baile, a menudo de forma gratuita, considerándolo un privilegio que la gran Argentina usara sus exquisitos diseños.

Sus trajes, vistos hoy, no son solo objetos antiguos, sino una lección de arte que perdura en el tiempo.

Fondos y colecciones

Parte de la colección de vestuario de Antonia Mercé y Luque, así como algunas fotografías, se conservan en el Museo de las Artes Escénicas del Instituto del Teatro de Barcelona.

La Biblioteca de la Fundación Juan March tiene una valiosa colección de fotografías y recortes de prensa que la artista acumuló. Esta colección fue donada por su sobrina en 1988. También incluye discos, libros, partituras y revistas relacionadas con su carrera. La Fundación ha digitalizado estos materiales, haciéndolos accesibles al público a través de la colección digital 'Antonia Mercé, La Argentina'.

Reconocimientos y homenajes

Archivo:Slevogt La Argentina
"La Argentina" pintada por Max Slevogt en 1926.

Antonia Mercé tiene calles dedicadas en varias ciudades españolas, como Madrid, Almería y Granada, y una placa en la Sala Pleyel de París. Recibió importantes honores y premios. Fue nombrada dama de la Orden de Isabel la Católica por el gobierno español, y el presidente Manuel Azaña le entregó la insignia en el Teatro Español. También fue condecorada con la Legión de Honor francesa.

Federico García Lorca le dedicó su poema en prosa Elogio a Antonia Mercé, La Argentina, donde la describe como una artista que inventa y crea un arte único.

El escultor Josep Clará realizó bocetos para capturar la armonía de los movimientos de La Argentina. Estos dibujos aparecen en la biografía de Antonia Mercé publicada en 1948.

Incluso treinta años después de su muerte, su carisma inspiró al compositor Kazuo Ōno en 1977 a crear su pieza de danza butoh titulada Admirando a La Argentina.

Ver también

Véase también

Kids robot.svg En inglés: La Argentina (dancer) Facts for Kids

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La Argentina (bailarina) para Niños. Enciclopedia Kiddle.