Zarza ardiente para niños
La Zarza ardiente es una historia muy conocida de la Biblia, que se encuentra en el libro del Éxodo (capítulo 3, versículos 2 al 4). Este evento es importante en el arte cristiano y en las tradiciones religiosas.
Contenido
¿Qué sucedió en la historia de la Zarza Ardiente?
La historia cuenta que Moisés había huido de Egipto y estaba cuidando las ovejas de su suegro Jethro en la región de Madián. Un día, llevó el rebaño más allá del desierto y llegó al monte Horeb, también conocido como Sinaí, que era considerado "la montaña de Dios".
Allí, Moisés vio algo asombroso: una zarza, que es un tipo de arbusto espinoso, estaba ardiendo en llamas, pero no se quemaba. De repente, "el ángel del Señor" se le apareció en medio del fuego.
El diálogo entre Dios y Moisés
Una voz salió de la zarza y le dijo a Moisés que no se acercara y que se quitara las sandalias, porque el lugar donde estaba era "tierra santa". Moisés obedeció, sintiendo mucho respeto y cubriéndose el rostro para no ver la presencia divina.
Mientras ocurrían algunos prodigios, Dios habló con Moisés y le explicó la importante misión que debía cumplir: regresar a Egipto para liberar a su pueblo. Durante esta conversación, Dios se presentó a sí mismo con frases como "Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob" (Éxodo 3:6) y "yo soy el que soy" (Éxodo 3:14). Esta última frase es muy significativa y se relaciona con el nombre de Dios en la Biblia.
En otros pasajes bíblicos, Moisés se refiere a Dios como "el que mora en la zarza", como se menciona en la bendición de las tribus de Israel (Deuteronomio 33:16).
¿Qué tipo de planta era la zarza?
La palabra "zarza" (seneh en hebreo) solo aparece en este pasaje de la Biblia. Es un término general para plantas espinosas. Se ha pensado que podría ser una zarzamora (Rubus fruticosus) o incluso una especie de Acacia.
Algunas ideas sugieren que la apariencia de la zarza ardiendo sin consumirse podría deberse a una planta parásita llamada Loranthus acaciae, que tiene flores rojas y podría hacer que el arbusto pareciera estar en llamas. También se ha propuesto que la historia podría ser una forma de describir la propia naturaleza "ardiente" del monte Sinaí.
Los estudiosos de la Biblia interpretan este episodio como una manifestación de Dios, donde se combinan diferentes relatos bíblicos para mostrar la renovación de la promesa de Dios con la humanidad.
¿Qué significa la Zarza Ardiente en las tradiciones religiosas?
La Zarza Ardiente tiene muchos significados importantes. Se han encontrado similitudes entre la zarza ardiente y otros símbolos, como el árbol de la vida y la menorah (un candelabro de siete brazos usado en rituales). Esto sugiere que la escena de la zarza podría representar una conexión con el Templo de Jerusalén, incluso en el desierto.
Interpretaciones en el judaísmo
Según las tradiciones judías como el Midrash y la Cábala, cuando Moisés dudó sobre la misión que Dios le encomendaba, Dios le mostró la visión de la zarza ardiente que no se quemaba. Esta visión se interpreta como una "figura angelical" o espiritual. El temor de Moisés se debía a la forma especial de la zarza, que se dividía en muchas partes. Esto se ha interpretado como una alusión a las futuras dispersiones del pueblo judío a lo largo de la historia.
Moisés y Aarón, como líderes, enfrentaron muchas dificultades en Egipto y en el desierto. A pesar de los desafíos, el pueblo judío ha mantenido su esperanza y fe en la Torá (la ley divina), en las Mitzvot (los mandamientos), en Dios y en el amor entre ellos. Se cree que un día el mundo entero verá la presencia divina (la Shejiná) en el Templo.
¿Cómo se representa la Zarza Ardiente en el arte?
La escena de la Zarza Ardiente ha sido representada en el arte judío (aunque es menos común) y en el catolicismo. En el arte católico, a veces se representa a la Virgen María con el Niño Jesús dentro de la zarza.
Los Padres de la Iglesia (antiguos líderes cristianos) interpretaron la zarza que ardía sin consumirse como un símbolo de María, quien dio a luz a Cristo (considerado fuego divino) manteniendo su pureza.
Ejemplos de representaciones artísticas
- En la Sinagoga de Dura Europos (siglo III), hay una representación en arte judío.
- En la Basílica de San Vital de Rávena (siglo VI), hay un mosaico bizantino.
- En la Catedral de Nimes, hay una escultura románica.
- En la basílica de Saint-Denis, hay un vitral del siglo XII.
- Pintores como Dirk Bouts (siglo XV) y Nicolas Froment (con su famoso Retablo de la zarza ardiente) también la representaron.
- El Greco incluyó la zarza ardiente en un detalle de su pintura La Anunciación.
- En Rusia, existe un icono bizantino llamado Nuestra Señora de la Zarza Ardiente.
En el cine, la representación de la Zarza Ardiente ha sido una parte importante de películas bíblicas, como Los diez mandamientos de Cecil B. DeMille (en sus versiones de 1923 y 1956).
Otros temas relacionados
- Tablas de la Ley
- Árbol de Jessé
- Dios como fuego, fuego divino o fuego de Dios, Dios como luz, luz divina o luz de Dios
Galería de imágenes
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Vitral de la basílica de Saint-Denis, siglo XII, Gótico inicial.
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Dirk Bouts, 1450-1475, Gótico final (primitivos flamencos).
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Fragmento del Retablo de la transfiguración, de Jaume Huguet, ca. 1466-1475, Gótico final (primitivos españoles).
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Panel central del Retablo de la zarza ardiente, de Nicolas Froment, 1476, Gótico final (primitivos franceses).
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Grabado de Las Crónicas de Núremberg, 1493, Gótico final (primitivos alemanes).
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Moretto, ca. 1525, Renacimiento italiano (Cinquecento, Manierismo).
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Ilustración del Libro de Horas de Anne de Montmorency, 1594, Renacimiento francés.
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Detalle (la zarza ardiente abajo, en el centro) de La Anunciación, de El Greco, ca. 1597-1600. Bajo Renacimiento español (Manierismo).
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Sébastien Bourdon, siglo XVII, Barroco francés.
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Fresco de la Catedral de San Isaac (San Petersburgo), de Eugène Pluchart, 1848, Neoclasicismo.
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Vitral de Notre-Dame de París, ca. 1869, Neogótico.
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Relieve de la Liebfrauenkirche de Duisburg, de K. H. Türk, finales del siglo XX, arte contemporáneo.
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La zarza ardiente en una vidriera de Sergio de Castro para la Colegiata de Romont (Suiza), 1980.