Viviparidad para niños
La viviparidad es una forma especial de reproducción en la que el embrión de un animal se desarrolla dentro del cuerpo de su madre. Allí, el embrión crece y se forma hasta que está listo para nacer. Los animales que se reproducen de esta manera se llaman vivíparos.
En los animales vivíparos, después de que el óvulo es fertilizado, el embrión se desarrolla en una parte especial del cuerpo de la hembra, como el útero. En este lugar, la madre le da al embrión todo lo que necesita para crecer: nutrientes y oxígeno. Así, el embrión puede formar sus órganos, crecer y madurar hasta el momento de su nacimiento. El tiempo que el embrión pasa desarrollándose dentro de la madre se llama gestación.
Este proceso es diferente de otras formas de reproducción, como la oviparidad (cuando los animales ponen huevos que se desarrollan fuera del cuerpo de la madre). La viviparidad es una estrategia que ha evolucionado en muchos grupos de animales, tanto invertebrados como vertebrados. Se encuentra en la mayoría de los mamíferos (como los humanos, perros o gatos), en algunas lagartijas, en ciertos peces y en algunos anfibios. Esta forma de reproducción ayuda a que las crías tengan más posibilidades de sobrevivir.
Contenido
¿De dónde viene la palabra vivíparo?
La palabra "vivíparo" viene del latín. Se forma con dos partes: "vīvus", que significa 'vivo' o 'viviente', y "pario", que significa 'parir' o 'dar a luz'.
Esto quiere decir que un animal vivíparo es aquel que "da a luz crías vivas". Los antiguos griegos también tenían una palabra similar, "zootokéo", que significa 'ser vivíparo'.
El término "viviparous" en inglés apareció por primera vez en un libro en 1646, usado por el autor británico Thomas Browne.
Viviparidad en las plantas

Aunque es más común hablar de viviparidad en animales, algunas plantas también la tienen. En botánica, la viviparidad ocurre cuando las semillas de una planta germinan (empiezan a crecer) mientras todavía están unidas al fruto de la planta madre.
Un ejemplo famoso son los mangles, que crecen en zonas costeras. Sus semillas germinan en el árbol y luego caen al agua ya como pequeñas plántulas. También se ve en algunas hierbas y ciertos cactus.
Tipos de reproducción vivípara


Existen diferentes maneras en que los animales vivíparos nutren a sus embriones dentro del cuerpo de la madre. Aquí te explicamos las principales:
- Viviparidad histotrófica: En este caso, los embriones se desarrollan dentro de la madre, pero obtienen sus nutrientes de otras fuentes que no son directamente la sangre de la madre. Por ejemplo, pueden alimentarse de secreciones especiales de la madre o incluso de otros embriones o huevos no desarrollados. Esto ocurre en algunos tiburones y en la salamandra negra alpina.
- Viviparidad histotrófica en marsupiales: Los marsupiales (como los canguros) son un tipo especial de vivíparos histotróficos. Sus embriones se desarrollan un tiempo corto dentro del útero de la madre, recibiendo nutrientes limitados. Nacen muy pequeños y poco desarrollados, y luego se arrastran hasta una bolsa especial llamada marsupio. Allí, se agarran a una glándula mamaria y terminan de crecer alimentándose de la leche de la madre.
- Viviparidad hemotrófica: Aquí, la madre proporciona los nutrientes directamente al embrión, a menudo a través de un órgano llamado placenta. Los mamíferos placentarios (como los humanos) son el mejor ejemplo de este tipo. La placenta es como un puente que permite el intercambio de nutrientes, oxígeno y la eliminación de desechos entre la madre y el embrión.
- Viviparidad placentaria: Es la forma más avanzada de viviparidad hemotrófica. Los mamíferos placentarios, incluyendo a los humanos, son el ejemplo más conocido. Pero también se encuentra en algunos escorpiones, cucarachas, ciertos tiburones y serpientes.
- Ovoviviparidad: Esta es una forma intermedia. Los huevos se desarrollan dentro del cuerpo de la madre o del macho, pero los embriones se alimentan de las reservas de nutrientes que ya están en el huevo (la yema), sin que haya un intercambio directo de nutrientes con los padres. Esto ocurre en la mayoría de las víboras, algunos peces y los caballitos de mar (donde el macho lleva los huevos en una bolsa).
Nutrición y contacto entre madre y embrión
En los animales vivíparos, el embrión se desarrolla dentro de la madre, recibiendo nutrientes y protección. Hay dos formas principales en que los embriones obtienen su alimento:
- Viviparidad lecitotrófica: El embrión se alimenta principalmente de la yema de huevo que tiene almacenada. Aunque está dentro de la madre, no hay mucho intercambio de nutrientes con ella. Es común en algunos peces y reptiles.
- Viviparidad matrotrófica: La madre le da nutrientes adicionales al embrión durante su desarrollo, más allá de la yema. Esto se logra de varias maneras, como la viviparidad histotrófica y la hemotrófica que ya mencionamos.
La viviparidad hemotrófica, con la placenta, permite a la madre controlar mejor el desarrollo del embrión. La viviparidad histotrófica puede ser útil en lugares donde hay pocos recursos. La viviparidad ayuda a que más embriones sobrevivan porque están protegidos dentro de la madre, pero también requiere mucha energía de la madre.
En los mamíferos placentarios, la placenta y el cordón umbilical son esenciales para la nutrición del embrión. La placenta conecta a la madre y al embrión, permitiendo el paso de nutrientes y gases, y evitando el paso de cosas dañinas.
Estrategias de nutrición del embrión
Las especies vivíparas han desarrollado varias formas de alimentar a sus embriones:
- Placentotrofia: El intercambio de nutrientes se hace a través de la placenta.
- Adelfofagia: El embrión se alimenta de otros embriones o huevos no fertilizados dentro del útero.
- Histotrofia: El embrión absorbe secreciones especiales del útero de la madre.
- Lactancia intrauterina: El embrión se nutre de una especie de "leche" producida en el útero.
- Ovatrofia: El embrión usa los nutrientes de óvulos no fertilizados que están en el útero.
Estas estrategias pueden combinarse según las necesidades de cada especie.
Mamíferos therianos
En los mamíferos therianos (que incluyen a los marsupiales y los placentarios), el embrión se nutre a través de la placenta y el cordón umbilical. El óvulo fertilizado se queda dentro de la hembra hasta el nacimiento, lo que asegura un ambiente seguro para el desarrollo.
En tiburones
Algunas especies de tiburones, como los tiburones martillo, son vivíparas y tienen un cordón umbilical unido a una placenta que les da alimento.
Lagartijas
En algunas lagartijas, como las del género Trachylepis, la placenta es muy importante para llevar nutrientes al embrión. Sus huevos son muy pequeños y tienen poca yema, por lo que dependen mucho de la madre. El tejido del embrión crece y se conecta directamente con los vasos sanguíneos de la madre para absorber los nutrientes.
Relación entre la determinación del sexo y la viviparidad
No hay una relación directa entre cómo se determina el sexo de un animal (por la temperatura o por los cromosomas) y si es vivíparo u ovíparo. Algunas lagartijas vivíparas que viven en lugares fríos o altos pueden tener el sexo de sus crías determinado por la temperatura. Sin embargo, los animales marinos vivíparos, como las serpientes marinas o los antiguos ictiosaurios, usan cromosomas para determinar el sexo, al igual que las aves y los mamíferos.
Evolución de la viviparidad
En 2008, se descubrió un fósil de pez llamado Materpiscis attenboroughi que vivió hace 380 millones de años. Este fósil es la evidencia más antigua de viviparidad en vertebrados. Se encontró un embrión dentro de la madre, con una estructura similar a una placenta y un cordón umbilical. Esto significa que la viviparidad apareció mucho antes de lo que se pensaba.

Se cree que la viviparidad evolucionó a partir de la oviparidad (poner huevos). Primero, los huevos se quedaron más tiempo dentro de la madre. Luego, el embrión empezó a obtener nutrientes de la madre, además de la yema del huevo.
Aunque la viviparidad puede ser más exigente para la madre, ha evolucionado muchas veces de forma independiente en diferentes grupos de animales. Esto sugiere que ofrece grandes ventajas, como proteger a las crías de parásitos y depredadores. La madre actúa como una "incubadora" que protege a las crías del calor o frío extremo, la sequía o las inundaciones.
Evolución de la reproducción vivípara en los ictiosaurios

Los ictiosaurios eran reptiles marinos que vivieron hace millones de años. Eran vivíparos, lo que significa que daban a luz crías vivas en el agua, sin necesidad de ir a tierra para poner huevos, como hacen las tortugas marinas hoy en día.
Los primeros ictiosaurios, como el Chaohusaurus, nacían de cabeza, lo que podía ser peligroso en el agua. Pero con el tiempo, los ictiosaurios más modernos, como el Stenopterygius, evolucionaron para que sus crías nacieran de cola primero. Esto es similar a cómo nacen los delfines y las ballenas hoy en día, y ayuda a que la cría pueda respirar aire tan pronto como su cabeza sale del cuerpo de la madre.
Los fósiles de ictiosaurios con embriones dentro son una prueba clara de su viviparidad. Este rasgo les permitió vivir completamente en el océano y ser exitosos depredadores marinos.
Evolución en lagartos y serpientes
En las lagartijas y serpientes, la viviparidad es más común en lugares fríos o a gran altitud. Se cree que esto se debe a que la madre puede mantener a los embriones a una temperatura más constante dentro de su cuerpo, protegiéndolos del frío exterior. Ejemplos de esto son algunas lagartijas y los dragoncitos (Abronia).
Galería de imágenes
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Un pulgón (Aphidoidea) dando a luz de forma vivípara, un modo de reproducción inusual entre los insectos.
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Ejemplo de viviparidad en saurópsidos extintos: fósiles de hembra y embrión de ictiosaurio. (Stenopterygius quadriscissus). El embrión fue expulsado post mortem (Jurásico inferior de Alemania).
Véase también
En inglés: Viviparity Facts for Kids