Suma teológica para niños
Datos para niños Summa Theologiae |
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de Tomás de Aquino | ||
![]() Página de una edición incunable de la parte II
(Peter Schöffer, Mainz, 1471). |
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Tema(s) | Filosofía, teología católica, escolástica y Quinque viae | |
Idioma | Latín eclesiástico | |
La Suma Teológica (en latín Summa theologiæ) es un libro muy importante sobre teología. Fue escrito entre los años 1265 y 1274 por Tomás de Aquino. Él fue un filósofo y teólogo muy conocido.
Este libro es como un manual o compendio de las principales enseñanzas de la Iglesia católica. Fue creado para ayudar a los estudiantes a aprender sobre teología. También era útil para las personas que sabían leer y querían entender mejor su fe.
La Suma Teológica explica casi todos los puntos de la teología cristiana en Occidente. Los temas principales que trata son: Dios, la creación del ser humano, el propósito de la vida, Cristo y los sacramentos. Luego, el ciclo de temas regresa a Dios.
La Suma es famosa por sus cinco argumentos para demostrar la existencia de Dios. Estos argumentos se conocen como las «cinco vías» (en latín: quinque viae). Sin embargo, estas cinco vías son solo una pequeña parte de los 3125 artículos que tiene la obra.
Este libro se relaciona con otra obra anterior de Tomás de Aquino, llamada Summa contra gentiles. Esa obra tenía un propósito más de defensa de la fe. A lo largo de la Suma, Tomás de Aquino cita muchas fuentes. Incluye textos cristianos, musulmanes, hebreos y paganos. Algunos de los autores que menciona son Platón, Aristóteles, San Pablo, Agustín de Hipona, Avicena y Maimónides.
Aunque la Suma Teológica quedó sin terminar, es considerada una de las obras más influyentes de la literatura occidental. Es el trabajo más completo de Tomás de Aquino. Sus ideas de toda una vida están resumidas en este libro. Después de su muerte, sus alumnos completaron la obra.
La Suma Teológica ha inspirado mucho la filosofía tomista. También influyó en la Divina comedia de Dante Alighieri. Por eso, el poema de Dante a veces se llama la «Suma en verso». Hoy en día, muchas iglesias recomiendan leer la Suma Teológica. Es una lectura importante para quienes estudian filosofía y teología.
Contenido
Composición de la Suma Teológica
Tomás de Aquino comenzó a escribir la Suma Teológica mientras enseñaba en un centro de estudios. Este centro fue el inicio de lo que hoy es la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino. Tomás de Aquino pensó en la Suma como un libro para estudiantes que recién empezaban a aprender.
Él quería que fuera un texto fácil de entender para los principiantes. Su objetivo era enseñar sobre la religión cristiana de una manera clara.
Formato de los Artículos
La Suma está escrita en latín. Se organiza en cuestiones sobre un tema. Cada cuestión se divide en artículos. Estos artículos buscan responder a varias preguntas.
Los artículos casi siempre tienen la misma estructura:
- Una pregunta inicial. Esta pregunta a menudo expresa lo contrario de lo que Tomás de Aquino piensa. Por ejemplo: «¿Existe Dios?» o «¿Siempre está mal hacer la guerra?».
- Luego, se presentan argumentos en contra de la idea propuesta. A esto se le llama objeciones.
- Después, Tomás de Aquino cita a una autoridad para indicar si la respuesta será positiva o negativa. Esto se llama sed contra.
- En la parte principal, desarrolla su propia respuesta. Esto es la responsio.
- Finalmente, responde una por una a las objeciones iniciales. Esto se llama a las objeciones.
Por ejemplo, en un artículo se pregunta: «La doctrina sagrada ¿es o no es ciencia?».
- Primero, se dan objeciones como: «Toda ciencia deduce sus conclusiones de principios claros. La doctrina sagrada no lo hace, así que no es ciencia».
- Luego, se cita a Agustín de Hipona para dar una contra-declaración.
- Después, se da la respuesta real: «La doctrina sagrada es ciencia. Hay ciencias que usan principios evidentes por la luz natural. Otras usan principios de una ciencia superior. La doctrina sagrada es ciencia en este último sentido, porque usa principios de la ciencia de Dios».
- Al final, se responden las objeciones. Se explica que los principios de una ciencia superior son válidos. También se aclara que los hechos concretos se usan como ejemplos, no como el objetivo principal.
Estructura en Partes
La obra se divide en tres partes principales. La segunda parte tiene dos secciones:
- I. Primera parte (Prima): Trata sobre Dios (uno y trino), la creación, los ángeles, el ser humano y el universo. También habla de la providencia de Dios. Tiene 119 cuestiones.
- II-I. Segunda parte, primera sección (Prima secundae): Habla sobre el propósito del ser humano, que es la felicidad. Explora las acciones humanas, las emociones, los hábitos, las virtudes, los dones, los vicios y el pecado. También trata sobre la ley, la gracia y el mérito. Tiene 114 cuestiones.
- II-II. Segunda parte, segunda sección (Secunda secundae): Se enfoca en las virtudes importantes como la fe, la esperanza y la caridad. También habla de las virtudes cardinales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza. Incluye 189 cuestiones.
- III. Tercera parte (Tertia): Trata sobre Cristo: su encarnación, vida y sufrimiento. También aborda los sacramentos como el Bautismo, la Confirmación, la Eucaristía y la Penitencia. Esta parte quedó incompleta, con 90 cuestiones.
- Sup III. Suplemento de la tercera parte (Supplementum tertiae): Fue completado por los alumnos de Tomás de Aquino. Habla de otros sacramentos como el Orden, el Matrimonio y la Unción de los enfermos. También trata sobre el juicio final y los «Novísimos» (muerte, juicio, cielo y el lugar de castigo).
Tomás de Aquino terminó la primera parte y la distribuyó antes de ir a enseñar a la Universidad de París. En 1273, después de terminar su parte sobre la Eucaristía, tuvo experiencias místicas. Por lo que vio, dejó de escribir. Él dijo: «Después de lo que el Señor se dignó a revelarme, todo lo que he escrito me parece como paja». Por eso, la Summa theologica quedó sin terminar. Lo que faltaba se añadió después como un suplemento.
Resumen de Contenidos Importantes
La Suma es la obra más grande y completa de Santo Tomás de Aquino. Trabajó en ella hasta el final de su vida. Cuando murió, había llegado a la Cuestión 90 de la Parte III. La Suma ha sido traducida a muchos idiomas, incluyendo el griego, armenio, varias lenguas europeas y el chino.
La estructura de la Summa theologiae busca reflejar cómo funciona el universo. Comienza con Dios y su existencia. La primera parte trata sobre Dios y su creación, que culmina en el ser humano. La segunda parte habla del propósito del ser humano, que es la felicidad. Explica la ética que las personas deben seguir para alcanzar su destino. Como ningún ser humano puede vivir una vida perfecta por sí solo, se necesitaba un ser humano perfecto para conectar a Dios con la humanidad. Por eso, Dios se hizo hombre. La tercera parte de la Suma trata sobre la vida de Cristo.
Para seguir el camino de este hombre perfecto y vivir con la gracia de Dios, existen los sacramentos. La parte final de la Suma analiza los sacramentos.
Ideas Clave
- La teología es la ciencia más segura. Su fuente es el conocimiento divino, que no puede equivocarse. Su tema es muy importante y va más allá de la razón humana.
- Cuando una persona conoce un efecto y sabe que tiene una causa, su mente desea entender la esencia de esa cosa.
- La existencia de algo y su esencia son diferentes. Por ejemplo, una montaña de oro macizo puede imaginarse (tiene esencia), pero no existe en el mundo. Solo en Dios, la existencia y la esencia son lo mismo.
- La razón humana puede probar la existencia de Dios. También puede probar que Dios es simple, eterno, que todo lo sabe, que tiene voluntad y poder. Sin embargo, la razón no puede saber si el universo es eterno o si tuvo un comienzo. Solo la revelación divina (como en el libro del Génesis) lo explica.
- Todas las afirmaciones sobre Dios son por analogías o metáforas. No se puede decir que un ser humano es «bueno» exactamente igual que Dios. Más bien, imita la naturaleza simple de Dios al ser bueno, justo o sabio.
- La falta de fe es considerada el peor desorden moral.
- Se explican los principios de la guerra justa y la ley natural.
- La mayor felicidad de todas, el summum bonum, se encuentra en Dios. Solo Dios puede satisfacer plenamente la voluntad humana.
- Cobrar intereses por préstamos está prohibido. Se considera que se cobra dos veces por lo mismo.
- Vender algo por más o menos de su valor justo es incorrecto (la teoría del precio justo).
- La vida dedicada a la reflexión es más valiosa que la vida activa. Aún más valiosa es la vida de reflexión que inspira a otros a reflexionar y compartir sus conocimientos.
- Los monjes y obispos están en un estado de perfección. Ser monje es más valioso que estar casado.
- Aunque los judíos entregaron a Cristo para que muriera, fueron los gentiles quienes lo mataron. Esto simboliza cómo la salvación comenzó con los judíos y se extendió a los gentiles.
- Después del fin del mundo, el mundo estará compuesto de materia sin vida. Será iluminado o embellecido por los fuegos del apocalipsis. Se establecerán un cielo y una tierra nuevos.
- Los mártires, los maestros de la fe (doctores) y las vírgenes reciben coronas especiales en el cielo por sus logros, en ese orden.
- Se demuestra que la Tierra es redonda tanto por la ciencia natural como por la astronomía. Cada una usa diferentes métodos para probarlo.
La Primera Parte: Sobre Dios y la Creación
La primera parte de la Suma se basa en la idea de que Dios gobierna el mundo. Él es la «primera causa universal». Dios influye en la mente humana. Da la capacidad de conocer e imprime ideas en la mente. También influye en la voluntad, presentando el bien como objetivo. Dios hace todo en todos, pero también permite que las cosas actúen por sí mismas.
Esta parte trata sobre Dios, quien es la «primera causa, sin causa» (primum movens immobile). Él existe solo en acto, es decir, es pura actualidad sin potencial. Por lo tanto, no tiene cuerpo. Su esencia es pura y perfecta. Esto se deduce de las cinco pruebas de la existencia de Dios. Debe haber un primer motor inmóvil, una primera causa, un ser absolutamente necesario, un ser absolutamente perfecto y un diseñador racional. De esto se derivan las ideas de la unidad, la infinitud, la inmutabilidad y la bondad del ser supremo.
Como Dios gobierna el mundo, el «plan del orden de las cosas» ya existe en Él. Esto significa que su providencia y su gobierno condicionan todo lo que sucede en el mundo. De ahí se sigue la predestinación. Desde la eternidad, algunas personas están destinadas a la vida eterna. Respecto a otras, Dios «permite que algunos no alcancen ese fin».
El efecto de la predestinación es la gracia. Dado que Dios es la primera causa de todo, Él es la causa incluso de las acciones libres de las personas. El determinismo está muy presente en el sistema de Santo Tomás. Las cosas están ordenadas desde la eternidad como un medio para alcanzar su fin.
Por razones morales, Santo Tomás defiende la libertad. Sin embargo, con sus ideas, solo puede pensar en la forma psicológica de la automotivación. Nada en el mundo es accidental, aunque pueda parecerlo. Desde este punto de vista, los milagros son necesarios en sí mismos. Deben considerarse simplemente inexplicables para el ser humano.
En su enseñanza sobre la Trinidad, Aquino sigue el sistema de Agustín. Dado que Dios solo tiene las funciones de pensar y querer, solo se pueden afirmar dos «procesiones» del Padre. Estas establecen relaciones definidas entre las personas de la Trinidad. Las relaciones deben ser reales. Por lo tanto, se deben afirmar tres personas en Dios.
El ser humano está frente a Dios. Se compone de alma y cuerpo. El «alma intelectual» tiene intelecto y voluntad. El alma es la forma indivisible del ser humano. Es una sustancia inmaterial. La capacidad de conocimiento del alma tiene dos aspectos: uno pasivo y uno activo.
Es la capacidad de formar conceptos y abstraer imágenes de los objetos percibidos por los sentidos. La mente conoce primero lo universal y lo singular solo indirectamente. Así como ciertos principios están en la mente para la actividad de pensamiento, también una «disposición especial de las obras» (la conciencia) es innata en la «razón práctica». Esta proporciona la idea de la ley moral natural.
La Segunda Parte: La Ética y el Comportamiento Humano
La segunda parte de la Suma trata sobre la búsqueda del ser humano por el fin más elevado. Este fin es la felicidad de la visión de Dios. Aquí, Santo Tomás desarrolla su sistema de ética, basado en las ideas de Aristóteles.
En una serie de acciones de la voluntad, el ser humano se esfuerza por alcanzar el fin más elevado. Estas acciones son libres. El ser humano tiene conocimiento de su fin y el principio de acción. La voluntad busca el fin y elige los medios adecuados. Que la acción sea buena o mala depende del fin. La «razón humana» juzga el carácter del fin. Por lo tanto, es la ley de la acción. Las acciones humanas son valiosas si promueven el propósito de Dios y su honor.
El Pecado
Al repetir una buena acción, el ser humano adquiere un hábito moral o una cualidad. Esto le permite hacer el bien con alegría y facilidad. Esto es cierto para las virtudes intelectuales y morales. Las virtudes teologales son dadas por Dios al ser humano como una «disposición». La «disposición» del mal es lo opuesto.
Una acción se vuelve mala si se desvía de la razón y de la ley moral divina. Por lo tanto, el pecado tiene dos factores:
- Su esencia es un deseo desordenado.
- Su forma es la desviación de la ley divina.
El pecado tiene su origen en la voluntad. La voluntad decide (contra la razón) por un «bien cambiante». Sin embargo, como la voluntad también mueve los otros poderes del ser humano, el pecado también está presente en ellos. Al elegir un bien inferior como su fin, la voluntad se equivoca por el amor propio. El amor propio actúa como causa de todo pecado. Dios no es la causa del pecado. Al contrario, Él atrae todas las cosas hacia Él. El diablo no es directamente la causa del pecado. Pero incita la imaginación y el impulso sensual del ser humano.
El pecado es el pecado original. El primer pecado de Adán se transmite a toda la humanidad. Adán es el líder de la raza humana. Por la procreación, se transmite la naturaleza humana y con ella su imperfección. Por lo tanto, los poderes de generación se consideran «imperfectos». Santo Tomás creía que las almas son creadas por Dios.
Según Santo Tomás, dos cosas constituían la justicia del ser humano en el paraíso:
- La justitia originalis ('justicia original'). Era la armonía de todos los poderes del ser humano antes de ser afectados por el deseo.
- La posesión del gratis gratum faciens. Era el poder continuo del bien.
Ambos se pierden por el pecado original. Su forma es la «pérdida de la justicia original». La consecuencia de esta pérdida es el desorden de la naturaleza humana. Esto se manifiesta en la ignorancia, la malicia, la debilidad moral y, especialmente, en los deseos desordenados. Estos deseos son la base del pecado original. Cuando el primer ser humano desobedeció el orden de su naturaleza, perdió este orden. Este estado negativo es la esencia del pecado original. De ahí se sigue un deterioro de la naturaleza humana. En ella, los objetivos inferiores gobiernan, contrarios a la naturaleza.
Dado que el pecado es contrario al orden divino, es culpable y merece castigo. La culpa y el castigo se corresponden. Como la «separación del bien invariable que es infinito» es interminable, merece un castigo eterno.
Dios actúa incluso en los pecadores para llevarlos al fin. Lo hace «instruyendo mediante la ley y ayudando por la gracia». La ley es el «precepto de la razón práctica». Como ley moral de la naturaleza, es la participación de la razón en la «razón eterna» que todo lo determina. Pero como el ser humano no siempre sigue esta ley, se necesita una «ley divina». Y como la ley se aplica a muchas situaciones complejas, deben establecerse las «disposiciones prácticas» de la ley humana.
La Gracia
La ley divina tiene una parte antigua y una nueva. La antigua ley divina contiene la ley moral de la naturaleza. Es válida para todos. Lo que hay en ella más allá de esto, es válido solo para los judíos. La nueva ley es «principalmente la gracia misma». Es una «ley dada desde dentro». Es un «don añadido a la naturaleza por la gracia», no una «ley escrita». En este sentido, como gracia sacramental, la nueva ley justifica. Contiene un «ordenamiento» de la conducta externa e interna. Por lo tanto, es idéntica a la ley antigua y a la ley de la naturaleza. Los consilia muestran cómo se puede alcanzar el fin «mejor y más rápidamente» renunciando a los bienes terrenales.
Dado que el ser humano es imperfecto, necesita la gracia para alcanzar el fin final. Solo la «primera causa» puede llevarlo al «fin final». Esto es cierto después de la caída. La gracia es, por un lado, el «acto libre de Dios». Por otro lado, es el efecto de este acto, la gratia infusa o gratia creata. Es un hábito infundido en la «esencia del alma». Es un don sobrenatural que viene de Dios al ser humano. La gracia es un carácter ético sobrenatural creado en el ser humano por Dios. Comprende todo el bien, tanto la fe como el amor.
La justificación por gracia tiene cuatro elementos:
- «Infusión de gracia».
- «La influencia del libre albedrío hacia Dios mediante la fe».
- «La influencia del libre albedrío con respecto al pecado».
- «La remisión de los pecados».
La gracia es una «transformación del alma humana» que ocurre «instantáneamente». Es un acto creativo de Dios. Se ejecuta como un motivo espiritual de una forma psicológica que corresponde a la naturaleza del ser humano. Cuando el ser humano es creado de nuevo, cree y ama. Entonces, el pecado es perdonado. Luego comienza la buena conducta. La gracia es el «comienzo de las obras meritorias». Santo Tomás de Aquino entiende el mérito en el sentido de Agustín: Dios recompensa aquello para lo que Él mismo da el poder. El ser humano nunca puede merecer por sí mismo la primera gracia.
Las Virtudes
Después de explicar los principios de la moral, en la Secunda Secundae, Santo Tomás expone su ética. Sigue el esquema de las virtudes. Las ideas de la fe y el amor son muy importantes en su sistema. El ser humano busca el bien supremo con la voluntad o mediante el amor. Pero como el fin debe ser primero «entendido por la mente», el conocimiento del fin debe preceder al amor. «Porque la voluntad no puede buscar a Dios con amor perfecto a menos que la mente tenga verdadera fe en Él».
En la medida en que esta verdad es práctica, primero impulsa la voluntad. Luego, la voluntad lleva a la razón al «asentimiento». Pero como el bien en cuestión es trascendente y el ser humano no puede alcanzarlo por sí mismo, se necesita una «capacidad» o «disposición» sobrenatural. Esto hace al ser humano capaz de tener fe y amor.
Por lo tanto, el objeto de la fe y del amor es Dios. También incluye todas las verdades y mandamientos que Dios revela. La fe se convierte en el reconocimiento de las enseñanzas de las Escrituras y de la Iglesia. El objeto de la fe es, por su naturaleza, objeto del amor. Por lo tanto, la fe solo se completa en el amor.
La Ley
Artículo principal: tratado de derecho: «La ley no es más que una ordenanza de la razón para el bien común. Es hecha por quien cuida de la comunidad y es anunciada». Toda ley proviene de la ley eterna de la Razón Divina. Esta ley gobierna el universo. Los seres racionales (como humanos y ángeles) la entienden y participan en ella como la ley natural. La ley natural, cuando se escribe y se anuncia, es lex humana ('ley humana').
Además de la ley humana, el ser humano también tiene la ley divina. Esta ley es dada por revelación. Ayuda al ser humano a saber cómo actuar para alcanzar su fin último. También le ayuda a saber qué debe hacer y qué debe evitar. La ley humana no puede controlar suficientemente las acciones internas. Tampoco puede castigar o prohibir todas las acciones malas. Si lo hiciera, eliminaría muchas cosas buenas y obstaculizaría el bien común. La ley humana no es todopoderosa. No puede gobernar la conciencia de una persona.
Además, es posible que se emita un decreto sin base legal. En este caso, las personas no están obligadas a actuar, excepto si esto ayuda al bien común. Esta separación entre la ley y los actos de fuerza permite a las personas deponer a los tiranos. Un tirano viola la ley natural. Quitar a un tirano es lícito, ya que ha dejado de ser una autoridad legal al actuar contra la ley.
La Tercera Parte: La Vida de Cristo
El camino que lleva a Dios es Cristo. Este es el tema de la parte III. Se puede decir que la encarnación fue absolutamente necesaria. La unión entre el Logos (la Palabra de Dios) y la naturaleza humana es una «relación». Se produce por la unión de ambas naturalezas en la única persona del Logos. Solo se puede hablar de encarnación en el sentido de que la naturaleza humana comenzó a estar en la persona eterna de la naturaleza divina. Entonces Cristo es uno, ya que su naturaleza humana no tiene una persona propia.
La persona del Logos asumió la naturaleza humana sin una persona propia. Lo hizo de tal manera que la asunción del alma se convierte en el medio para la asunción del cuerpo. Esta unión con el alma humana es la gratia unionis. Conduce a la entrega de la gratia habitualis del Logos a la naturaleza humana. De este modo, todas las capacidades humanas se perfeccionan en Jesús. Además de las perfecciones dadas por la visión de Dios, que Jesús disfrutó desde el principio, recibe todas las demás por la gratia habitualis. Sin embargo, como es la naturaleza humana limitada la que recibe estas perfecciones, son finitas. Esto incluye tanto el conocimiento como la voluntad de Cristo.
El Logos imprime en el alma las ideas de todas las cosas creadas. Pero la mente activa las transforma gradualmente en impresiones de los sentidos. Por otro lado, el alma de Cristo hace milagros solo como instrumento del Logos. La omnipotencia no pertenece a esta alma humana por sí misma. Respecto a la redención, Santo Tomás enseña que Cristo debe ser considerado redentor según su naturaleza humana. Pero su naturaleza humana produce efectos divinos como órgano de la divinidad.
El único aspecto de la obra de la redención es que Cristo, como cabeza de la humanidad, da orden, perfección y virtud a sus miembros. Él es maestro y ejemplo de humanidad. Toda su vida y sufrimiento, así como su trabajo después de ser exaltado, sirven para este fin. El amor que Él produce en las personas tiene efectos, como el perdón de los pecados.
Luego sigue una segunda idea, centrada en la satisfacción. Dios, como ser supremo, podría perdonar los pecados sin satisfacción. Pero como su justicia y misericordia podían revelarse mejor a través de la satisfacción, eligió este camino. El sufrimiento de Cristo tuvo un carácter personal. Procedió «por amor y obediencia». Fue una ofrenda a Dios. Como acto personal, tuvo carácter de mérito. Por lo tanto, Cristo «mereció» la salvación de las personas. Así como Cristo, exaltado, todavía influye en las personas, también actúa continuamente por ellas en el cielo mediante la intercesión.
De esta manera, Cristo como cabeza de la humanidad logra el perdón de sus pecados. También su reconciliación con Dios, su inmunidad del castigo, la liberación y la apertura de la puerta del cielo.
Los Sacramentos: Ayudas Espirituales
La enseñanza sobre los sacramentos sigue a la cristología. Los sacramentos «tienen eficacia del mismo Verbo encarnado». No solo son signos de santificación, sino que también la causan. Es inevitable que traigan dones espirituales de forma sensible, debido a la naturaleza sensible del ser humano. Las cosas sensibles son la materia, las palabras de institución son la forma de los sacramentos.
Santo Tomás intenta explicar cómo una cosa sensible puede producir un efecto creativo. Distingue entre la causa principal y la instrumental. Dios, como causa principal, actúa a través de lo sensible. Lo sensible es el medio ordenado por Él para su fin. El sacramento obtiene poder espiritual de la bendición de Cristo. Este poder espiritual permanece en lo sensible hasta que alcanza su propósito. Al mismo tiempo, Santo Tomás distinguió la gracia sacramental de la gracia de las virtudes y dones. La primera perfecciona la esencia general y los poderes del alma. La segunda realiza los efectos espirituales necesarios para la vida cristiana.
En una sola declaración, el efecto de los sacramentos es infundir la gracia que justifica en las personas. Lo que Cristo logra se consigue a través de los sacramentos. La humanidad de Cristo fue el instrumento para el funcionamiento de su divinidad. Los sacramentos son los instrumentos a través de los cuales esta operación de la humanidad de Cristo pasa a las personas. La humanidad de Cristo sirvió a su divinidad como un instrumento unido, como la mano. Los sacramentos son instrumentos separados, como un bastón. El primero puede usar el segundo, como la mano puede usar un bastón.
Traducciones al Español de la Suma Teológica
Las primeras traducciones completas al castellano no se hicieron hasta el siglo XIX. Una de las primeras versiones completas fue la traducida por Hilario Abad de Aparicio. Se publicó en Madrid entre 1880 y 1883 en cinco volúmenes.
Entre 1947 y 1951, la editorial Club de Lectores de Buenos Aires publicó una traducción. Fue dirigida por el Padre Leonardo Castellani. Más tarde, otros padres jesuitas continuaron la obra. Esta edición incluye también la Suma contra los gentiles y tiene un total de veinte tomos. En España, los dominicos españoles publicaron una traducción en 16 volúmenes entre 1947 y 1960.
Véase también
En inglés: Summa Theologica Facts for Kids