Resurrección para niños
La resurrección es la idea de que un ser puede volver a la vida después de haber fallecido. La palabra viene del latín resurrectĭo, que significa "levantarse" o "renacer". Es una creencia muy importante en varias religiones, ya que simboliza la idea de que hay algo más allá de la vida que conocemos.
El judaísmo y el islam aceptan la resurrección. Para el cristianismo, es una parte fundamental de su fe. La Biblia dice: «Si Cristo no resucitó, vacía es nuestra predicación, vacía es también nuestra fe» (1 Corintios 15:14).
Contenido
Historia de la creencia en la resurrección

Desde hace mucho tiempo, la resurrección ha sido vista como una señal de poder divino. Se pensaba que solo los dioses podían controlar el secreto de la vida. Por ejemplo, el sol, que "moría" cada noche al ponerse y "renacía" cada mañana, era un símbolo de este ciclo de vida y muerte.
En la antigua Grecia, se contaban historias como la de Asclepio, hijo de Apolo. Asclepio era un semidiós de la medicina que aprendió a curar enfermedades y, según la leyenda, incluso a devolver la vida a los muertos. Sin embargo, Zeus, el dios principal, lo castigó con un rayo porque temía que este poder alterara el orden del mundo. Esto muestra que la idea de la resurrección era vista como algo muy poderoso y, a veces, prohibido para los humanos. También se dice que el filósofo griego Empédocles de Agrigento (siglo V a. C.) logró devolver la vida a una mujer.
Las antiguas "religiones de misterio", como los misterios eleusinos en Grecia y las ceremonias funerarias en Antiguo Egipto, también mostraban un gran interés en la resurrección. Creían que, a través de ciertos ritos, las personas podían esperar una vida después de la muerte. La creencia en Osiris, un dios egipcio que resucitó, fue muy popular por más de 2000 años, ya que prometía la vida eterna.
La resurrección en la Biblia
La idea de la resurrección en la Biblia se fue revelando poco a poco. Es diferente de las ideas antiguas sobre la inmortalidad. En las Sagradas Escrituras, la resurrección se entiende primero como un rescate de la muerte y, más tarde, como la continuidad de la vida de toda la persona. Para el cristianismo, el significado más importante es la resurrección de Jesucristo, que es la base de la creencia en la resurrección de los cuerpos al final de los tiempos.
En el Tanaj (Antiguo Testamento)
Dios como señor de la vida y la muerte
En el judaísmo, se cree que Dios es el único que tiene poder sobre la vida y la muerte.
- «Yahveh da muerte y vida, hace bajar al šeol (el lugar de los muertos) y retornar» (1 Samuel 2:6).
- «Yo doy la muerte y doy la vida, hiero yo y sano yo mismo» (Deuteronomio 32:39).
La Biblia también dice que Dios puede rescatar a las personas de la muerte:
- «Él, que todas tus culpas perdona, que cura todas tus dolencias, rescata tu vida de la fosa» (Salmo 103[102]:3-4).
Estas frases a veces se usan para hablar de una salvación temporal de la muerte.
Personas que volvieron a la vida

En el Antiguo Testamento, hay relatos de milagros donde Dios devuelve la vida a personas que habían muerto, sacándolas del šeol:
- El profeta Elías resucitó al hijo de una viuda (1Reyes 17:17-23).
- El profeta Eliseo resucitó al hijo de una mujer de Sunem (2Reyes 4:31-37).
- Incluso un cadáver volvió a la vida al tocar los huesos de Eliseo en su tumba (2Reyes 13:20-21).
Estas "resurrecciones" eran un regreso a la vida anterior, no a una vida eterna, y se repiten en el Nuevo Testamento.
La "resurrección" del pueblo de Dios
La Biblia hebrea también usa la palabra "resurrección" de forma simbólica, para hablar de una gran liberación. Por ejemplo, después de un tiempo difícil en el exilio, el profeta Ezequiel usa la imagen de huesos secos que vuelven a tener vida para mostrar que Dios restaurará a Israel (Ezequiel 37:1-14). Algunos expertos creen que este pasaje es el primero en sugerir la idea de una resurrección individual.
La resurrección individual
Durante un tiempo de persecución en el siglo II a. C. (la crisis macabea), surgió la pregunta de qué pasaría con las personas que morían por su fe. El libro de Daniel responde: «Muchos de los que duermen en el país del polvo se despertarán; unos para la vida eterna; otros, para el oprobio, para el horror eterno» (Daniel 12:2-3). Este es un texto clave que habla claramente de la resurrección individual para la vida eterna.
El Libro II de los Macabeos también menciona la esperanza de los mártires de que Dios los resucitará (2 Macabeos 7:9.11.22). Desde entonces, la creencia en la resurrección se hizo común en el judaísmo.
En el Nuevo Testamento
Jesús de Nazaret: "La resurrección y la vida"
En el Nuevo Testamento, Jesús de Nazaret no solo cree en la resurrección, sino que también muestra su poder sobre la vida. Durante su tiempo en la Tierra, devolvió la vida a varias personas:
- La hija de Jairo (Marcos 5:21-42).
- El hijo de la viuda de Naín (Lucas 7:11-17).
- Su amigo Lázaro de Betania (Juan 11:1-43).
En estos casos, los cuerpos volvieron a la vida como estaban antes. Estas historias son como un adelanto de la resurrección de Jesús.
Jesús también dijo: «Yo soy la Resurrección y la Vida. El que vive en mí, aunque muera, vivirá, y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás» (Juan 11:25). Esto significa que quienes creen en Él ya participan de una nueva vida y esperan la vida eterna.
Jesús predijo varias veces que moriría y resucitaría al tercer día (Marcos 8:31, Marcos 9:31 y Marcos 10:33-34). El Evangelio de Mateo compara su muerte y resurrección con la historia de Jonás (Mateo 12:38-40), y el Evangelio de Juan con la reconstrucción del Templo (Juan 2:18-22).
La idea de la resurrección de los muertos era difícil de entender incluso para sus propios discípulos (Marcos 9:9-10).
Además de Jesús, otros casos de resurrección se mencionan en el libro de los Hechos de los Apóstoles:
- La resurrección de Dorcas (Tabita) por Simón Pedro (Hechos 9:36-42).
- La resurrección del joven Eutico por Pablo de Tarso (Hechos 20:7-12).
La experiencia de la resurrección de Jesús
Los Evangelios no describen el momento exacto en que Jesús resucitó, ni dicen que alguien lo haya visto en ese instante. En cambio, cuentan cómo Jesús resucitado se apareció a diferentes personas.
Al principio, los apóstoles no entendían que Jesús debía resucitar (Juan 20:9). La tumba vacía no fue suficiente para convencerlos; pensaron que las mujeres que lo anunciaban estaban equivocadas (Lucas 24:11).
Luego, Jesús resucitado comenzó a aparecerse. Lo hizo "durante muchos días" (Hechos 13:31) o "durante cuarenta días" (Hechos 1:3). Los relatos enfatizan que era el mismo Jesús:
- Las mujeres lo vieron y lo abrazaron (Mateo 28:8-9).
- Los apóstoles lo vieron, lo tocaron y hablaron con él (Lucas 24:36-40, Juan 20:19-23).
- Comieron con él (Lucas 24:30-31, Juan 21:9-14).
- Jesús resucitado no era un fantasma; tenía "carne y huesos" y desafió a Tomás el Apóstol a tocar sus heridas (Juan 20:24-27).
- Sin embargo, su cuerpo era diferente, no estaba limitado por las condiciones normales de la vida terrenal (Juan 20:19).
La resurrección en la predicación de los Apóstoles

Desde el día de Pentecostés, la resurrección se convirtió en el mensaje principal de los apóstoles. Ellos testificaron que Jesús fue crucificado y murió, pero que Dios lo resucitó (Hechos 2:22-32). Anunciaron que, al igual que Jesús, la vida de las personas no termina con la muerte. Esto fue parte de la predicación de Simón Pedro a los judíos (Hechos 3:11-15) y de Pablo de Tarso a los atenienses (Hechos 17:22-34). Para los apóstoles, todo esto sucedió tal como lo habían predicho las Escrituras (1Corintios 15:3-10).
La resurrección en la tradición judía
En tiempos de Jesús de Nazaret, muchos judíos creían en la futura resurrección de los muertos, aunque había diferentes opiniones. Los fariseos y los esenios apoyaban esta idea, mientras que los saduceos la negaban. Los manuscritos del Mar Muerto, encontrados en las cuevas de Qumrán, muestran que los esenios creían en una vida después de la muerte y en la resurrección. También hay inscripciones en tumbas judías de esa época que confirman esta creencia.
El judaísmo moderno también incluye la resurrección de los muertos como un principio de fe. Maimónides, una importante autoridad judía, incluyó la resurrección como uno de sus trece principios de fe.
La resurrección en la tradición cristiana
Algunas personas que no creen que Jesús fue un personaje histórico también niegan su resurrección. Charles-François Dupuis (1742–1809) sugirió que las historias bíblicas podrían ser símbolos de ciclos naturales, como la resurrección de Jesús representando el aumento de la fuerza del sol en primavera.
El tema de "dioses que mueren y resucitan" se relaciona a menudo con el trabajo de James George Frazer en su libro La rama dorada (publicado por primera vez en 1890). Frazer exploró la idea de que muchas religiones tienen un mito central de un dios que muere y resucita, simbolizando la fertilidad y el ciclo de la naturaleza. Aunque no habló directamente de Jesús, su trabajo fue usado por quienes veían la historia de Jesús como un mito similar.
Es cierto que en el Antiguo Oriente existían cultos que hablaban de dioses que morían y resucitaban, como Osiris en Egipto, Tammuz en Mesopotamia y Baal en Canaán. Estos mitos reflejaban la experiencia humana del renacer de la vida en primavera después del invierno. El debate se centra en si estos mitos antiguos influyeron en los relatos del Nuevo Testamento sobre Jesús resucitado. Algunos piensan que sí, mientras que la mayoría de los cristianos creen que la resurrección de Jesús es un hecho real y central en la historia.
Joseph McCabe (1867–1955), un escritor que no creía en la religión, en su obra The Myth of the Resurrection (1925), señaló similitudes entre la "resurrección de Jesús" y mitos paganos como los de Osiris, Tammuz y Attis. Él creía que estas historias paganas surgieron de forma independiente en diferentes partes del mundo, sugiriendo una "creencia universal en un dios muerto y resucitado". La intención de McCabe era conectar esta idea con la visión judeocristiana.
Earl Doherty, en The Jesus Puzzle (2005), sugiere que la creencia en Jesús se originó como un mito influenciado por el platonismo y la mística judía, y que la figura histórica de Jesús no era creída hasta el siglo II. Sin embargo, muchos expertos en la Biblia y la historia del cristianismo rechazan estas ideas, señalando que los relatos bíblicos se desarrollaron en un contexto muy diferente al de los mitos antiguos. La mayoría de los estudiosos bíblicos no creen que los relatos sobre Jesús resucitado sean mitos.
El "Comentario Bíblico 'San Jerónimo'", una obra muy respetada, menciona que los críticos del siglo XIX veían mitos por todas partes en los documentos bíblicos. Sin embargo, Hermann Gunkel (1862-1932) negó la existencia de mitos en la Biblia, aunque reconocía elementos míticos en las leyendas. La crítica actual sugiere que el mito es más una forma de pensar que un contenido específico.
La resurrección: ¿un mito hecho realidad? Las opiniones de Tolkien y Lewis
J. R. R. Tolkien (1892-1973), el famoso escritor, y su amigo C. S. Lewis, tuvieron una conversación importante sobre los mitos y la resurrección. Lewis, que antes no creía en la religión, se convirtió al cristianismo gracias a la perspectiva de Tolkien.
En una charla en 1931, Lewis le dijo a Tolkien que los mitos eran "mentiras". Tolkien respondió: "No, no lo son". Explicó que los mitos son la mejor manera de transmitir verdades que de otra forma serían difíciles de expresar. Dijo que los humanos, al crear mitos, reflejan fragmentos de la verdad eterna de Dios.
Según Tolkien, la historia de Cristo es el "verdadero mito", un mito que realmente sucedió. Es un mito que existe tanto en el reino de los hechos como en el reino de la verdad. Dios revela la verdad a través de la historia, de la misma manera que los hombres la descubren a través de las narraciones. Tolkien argumentó que el cristianismo es como los mitos paganos, pero con una gran diferencia: el "poeta" que lo inventó fue Dios mismo, y las imágenes que usó fueron personas y eventos reales.
C. S. Lewis luego expresó su idea así: las historias paganas son Dios expresándose a través de la mente de los poetas, mientras que el cristianismo es Dios expresándose a través de "cosas reales". Por lo tanto, las historias cristianas son verdad, no como una descripción completa de Dios, sino como la forma en que Dios elige aparecer a los humanos.
"Resurrección de la carne": análisis cristiano

La "resurrección de la carne" en la Primera epístola a los corintios
En la Primera epístola a los corintios (capítulo 15), Pablo de Tarso explica detalladamente la resurrección de los muertos. Aborda varios puntos:
- El mensaje principal de la resurrección (1Corintios 15:1-11).
- Las dudas de algunos cristianos en Corinto que negaban la resurrección de los muertos, lo que, según Pablo, significaría negar la resurrección de Cristo y haría inútil la fe cristiana (1Corintios 15:12-19).
- La resurrección como parte del misterio de Cristo (1Corintios 15:20-28).
- La importancia de la resurrección para el sacrificio cristiano; sin ella, Pablo dice: «comamos y bebamos que mañana moriremos» (1Corintios 15:29-34).
- Responde a la pregunta "¿cómo resucitan los muertos?" usando comparaciones de la naturaleza (1Corintios 15:35-49).
- La victoria final de la resurrección, con la famosa frase: "¿Dónde está, oh muerte, tu victoria?" (1Corintios 15:55-57).
Dag Øistein Endsjø señala que la incredulidad en Corinto no era sobre la resurrección de Cristo, sino sobre la resurrección general de los muertos. Esto podría explicarse porque, en la tradición griega, la idea de que un cuerpo aniquilado pudiera ser "recreado" era difícil de aceptar.
Significado de "resurrección de la carne"
La expresión "resurrección de la carne" es una forma de hablar que usa una parte (la carne) para referirse al todo (la persona completa). Se elige la "carne" porque es la parte más frágil y perecedera, lo que hace que su recuperación parezca aún más sorprendente.
De manera similar, cuando se dice que "el Hijo de Dios se hizo carne" para decir que "se hizo hombre", se usa la parte más visible y vulnerable de su humanidad para contrastarla con lo divino. En ambos casos, se enfatiza lo "débil" para resaltar el poder de la resurrección o la encarnación.
El ser humano: más que "cuerpo y espíritu"
Para el cristianismo, el ser humano no es solo una "suma" de cuerpo y espíritu, sino una "totalidad indivisible". Se le llama "espíritu" porque tiene una "interioridad" que va más allá de lo físico, y se le llama "cuerpo" porque es visible e histórico. El ser humano no "tiene" un cuerpo, sino que "es" cuerpo. Por eso, los Evangelios no hablan de la "inmortalidad del alma" como la filosofía griega, sino de la "resurrección de los muertos", es decir, la creencia de que el ser humano, como un todo completo, resucitará.
La "resurrección" y la ciencia
Para los cristianos, el cuerpo resucitado es una cuestión de fe. La revelación no ofrece explicaciones científicas, y no hay estudios científicos sobre este tema. José María Cabodevilla (1928-2003), en su libro El cielo en palabras terrenas, reflexiona sobre la resurrección:
Cabodevilla explica que la ciencia actual tiene un concepto muy flexible de la materia, que puede ser inconmensurable o inextensa. Dice que la frontera entre lo material y lo inmaterial se ha vuelto borrosa. Sin embargo, no debemos esperar que la ciencia confirme los hechos de la fe.
Él señala que las teorías de la física moderna son tan sorprendentes como un dogma de fe. No hay nada que contradiga las leyes de la naturaleza, solo nuestro limitado conocimiento de ellas. Cabodevilla concluye que es inútil tratar de imaginar cómo será el cuerpo resucitado, al que Rilke llamó "florecimiento de la carne".
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Véase también
En inglés: Resurrection Facts for Kids