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Represión republicana en Madrid durante la guerra civil española para niños

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Datos para niños
Sucesos en Madrid durante la Guerra Civil Española
Parte de Represión en la zona republicana durante la guerra civil española

Imágenes de un lugar de sucesos en Usera.
Localización
País Segunda República Española en guerra
Localidad Madrid
Lugar Madrid
Datos generales
Tipo Represión
Participantes Bando republicano
Histórico
Fecha de inicio 1936
Fecha de fin 1939
Desenlace
Muertos 9.000-11.500
Arrestados 18.000

Los sucesos en Madrid durante la Guerra Civil Española se refieren a las acciones tomadas contra personas consideradas opositoras al gobierno de la Segunda República Española en la ciudad de Madrid. Esto ocurrió durante el conflicto armado entre 1936 y 1939.

Estas acciones fueron llevadas a cabo por diferentes grupos. Participaron tanto los servicios del gobierno como grupos de ciudadanos armados, llamados milicias. Algunas de estas acciones siguieron las leyes, mientras que otras no. Las medidas legales incluían arrestos, multas, despidos, cárcel o pérdida de derechos. Sin embargo, también hubo actos de violencia fuera de la ley, como muertes, daños físicos, encarcelamientos y robos.

El momento más intenso de estos sucesos fue en la segunda mitad de 1936. Sin embargo, continuaron hasta el final de la Guerra Civil en 1939.

No se sabe con exactitud cuántas personas fueron afectadas. Se calcula que al menos 18.000 personas fueron detenidas en 1936. El número de fallecidos es incierto, pero algunas listas mencionan entre 9.000 y 11.500 nombres. Los historiadores aún debaten muchos aspectos de estos sucesos.

Cómo se organizaron las fuerzas de seguridad

Archivo:Bundesarchiv Bild 146-1972-056-26, Spanischer Bürgerkrieg
Milicianos en Madrid en el año 1936

Cuando comenzó la Guerra Civil Española, Madrid tenía tres tipos de fuerzas policiales. Estas eran la Guardia Civil, la Guardia de Asalto y la policía. Todas dependían del Ministro del Interior.

La Guardia Civil sufrió muchos cambios al principio. Fue reemplazada por un nuevo servicio llamado Guardia Nacional Republicana (GNR) a finales de agosto de 1936. Aunque se empezó a reclutar gente, la GNR no tuvo un papel principal en las acciones más duras. La Guardia de Asalto siguió funcionando, pero muchas de sus unidades fueron enviadas al frente de batalla.

La policía, especialmente su área de investigación, el Cuerpo de Investigación y Vigilancia (CIV), también cambió mucho. Fue supervisada por la Dirección General de Seguridad (DGS). Hubo muchos cambios de personal, con nuevas personas de partidos revolucionarios. Algunas unidades del CIV, como la brigada Atadell, la Brigada del Amanecer o Los Linces de la República, se volvieron muy importantes para mantener el orden.

Cuando se entregaron armas a los civiles, especialmente a miembros de partidos y sindicatos, surgieron muchas milicias armadas. Al principio de la guerra, estas milicias tuvieron más influencia que las fuerzas del gobierno en Madrid. Sin embargo, no estaban bien organizadas. Estos grupos eran conocidos por sus centros de detención e interrogatorio, llamados "checas". Había unas 350 de estas "checas" en Madrid, pero la mayoría desaparecieron a principios de 1937. Aunque a veces había conflictos entre las milicias y la policía, en general colaboraban. Por ejemplo, las milicias usaban registros policiales para encontrar sospechosos.

En agosto de 1936, la DGS y los partidos principales crearon un nuevo organismo: el Comité Provincial de Investigación Pública (CPIP). Este comité, formado por delegados de los partidos, buscaba evitar planes contra la República y arrestar a los implicados. En teoría, los detenidos debían ser investigados por la DGS. Pero en la práctica, el CPIP tenía la autoridad para decidir sobre la vida de los detenidos. El CPIP fue clave durante casi 100 días, hasta principios de noviembre de 1936.

Otro organismo menos importante fue la Inspección General de Milicias (IGM), creada también en agosto de 1936. Se disolvió en noviembre de 1936. En septiembre de 1936, el Ministerio del Interior creó las Milicias de Vigilancia de la Retaguardia (MVR). Este era un grupo mixto entre policía y milicias. Algunas de sus secciones se volvieron muy activas antes de que la MVR fuera suprimida en diciembre de 1936.

Archivo:Crónica. 13 de septiembre de 1936
unidad CIV

En diciembre de 1936, se anunció que todas las fuerzas policiales se unirían en un nuevo servicio, el Cuerpo de Seguridad (CS). Este nuevo cuerpo tenía una sección de investigaciones especiales que se convirtió en la base de la policía. Sin embargo, en junio de 1937, el Ministerio del Interior creó otra unidad, el Departamento Especial de Información del Estado (DEDIDE), una agencia de contrainteligencia. Dos meses después, en agosto de 1937, el Ministerio de la Guerra creó el Servicio de Investigación Militar (SIM). A partir de entonces, el SIM fue la herramienta principal del gobierno para combatir posibles planes en su contra.

Cómo actuaban

Archivo:Saneamientos Pereda (antiguo Cine Europa), calle de Bravo Murillo 160, Madrid
Cine Europa donde hubo un centro de detención

Las fuerzas de seguridad usaban varios métodos para encontrar sospechosos. A menudo, recibían información de personas que colaboraban, de sindicatos o de ciudadanos. Otro método era buscar información en archivos antiguos de la policía o en documentos de partidos políticos. También hacían vigilancia en las calles. Algunas unidades se especializaban en crear trampas, como la falsa embajada de Siam o la trampa del Túnel de Usera.

Algunas personas detenidas perdieron la vida poco después de ser capturadas. Sin embargo, muchas fueron encarceladas en prisiones, comisarías o centros de detención improvisados, a menudo en antiguos conventos. Parece que los encarcelamientos duraban pocos meses, aunque algunos fueron más largos. Después de la detención, venía el interrogatorio. Dependiendo del resultado, los detenidos podían ser liberados, trasladados a otro centro, o esperar un juicio. Según algunos informes, aproximadamente el 50% de los detenidos fueron liberados, el 25% estuvo mucho tiempo en prisión y el 25% falleció.

Los sospechosos que eran juzgados se enfrentaban a diferentes tipos de tribunales. El sistema judicial normal siguió funcionando, pero no podía manejar tantos casos. En agosto de 1936, se creó el Tribunal Especial para delitos de "rebelión". Más tarde, se crearon otros tribunales como el Tribunal Popular de Responsabilidades Civiles y los Jurados de Urgencia. La mayoría de estos tribunales tenían jueces profesionales y ciudadanos. Permitían la defensa, pero no había apelación. Estos tribunales buscaban ser rápidos, pero no lo lograron del todo. Solo una parte de los acusados compareció ante ellos. Se cree que alrededor del 50% de los acusados fueron absueltos y un 8% fue condenado a muerte. Un caso conocido fue el del general Joaquín Fanjul.

Archivo:Atocha Station (5603836042)
También la Estación de Atocha de Madrid albergó un centro de detención

Las muertes podían ocurrir durante o poco después de la detención, en la cárcel o en lugares específicos. No hay datos exactos, pero se cree que la mayoría de las muertes ocurrieron en los primeros meses de la guerra. Las formas más conocidas de muertes eran los "paseos" y las "sacas". Los "paseos" eran muertes no oficiales a pequeña escala. Las "sacas" eran extracciones más grandes de prisioneros de los centros de detención, a menudo con alguna decisión formal. En ambos casos, a los detenidos se les disparaba en zonas poco pobladas, parques o cerca de cementerios. Los cuerpos eran dejados en el cementerio más cercano o recogidos por los servicios municipales. En el caso de Paracuellos de Jarama, los cuerpos fueron enterrados en fosas comunes. Desde finales de 1937, muchos prisioneros fueron enviados a campos de trabajo, que no eran como los campos de exterminio nazis, aunque las condiciones eran muy duras. En la provincia de Madrid, hubo un campamento en Ambite.

Las personas afectadas

No hay un número exacto de cuántos madrileños fueron afectados. Las estimaciones se centran en los fallecidos, pero no en otras personas que sufrieron multas, despidos, encarcelamientos o daños a sus propiedades. Un estudio sugiere que solo el CPIP detuvo a 18.000 personas. Al principio, se hablaba de decenas de miles de fallecidos, incluso 40.000. Más tarde, se redujo a 18.000.

Las investigaciones posteriores a 1975 encontraron dos listas de víctimas identificadas, una con 8.815 nombres y otra con 11.756. Ambas listas tienen errores, como nombres repetidos o personas que faltan. La mayoría de los expertos prefieren la cifra de 8.815 como una aproximación. Sin embargo, algunos creen que el número total de muertes en la provincia fue de unas 15.000. Incluso con la cifra más baja, Madrid fue una de las provincias con más sucesos violentos en la zona republicana.

No hay mucha información sobre el perfil social de las víctimas. Los datos disponibles provienen de los tribunales populares. Según estos, la mayoría de los acusados eran empleados. También había amas de casa (14%), militares (12%) y estudiantes (8%). Los trabajadores de la industria representaban el 6%. La edad más común era entre 26 y 30 años (17%). El 52% de los acusados eran solteros y el 41% casados. En cuanto a sus ideas políticas, la mayoría pertenecía a Acción Popular (40%) y Falange (38%).

Se dice que los militares y los religiosos eran objetivos principales. Sin embargo, los datos de los tribunales muestran que el 57% de los militares acusados fueron absueltos, y el 75% de los religiosos. Esto sugiere que los tribunales intentaban investigar los casos y no siempre condenaban a muerte. También indica que al menos el 50% de las personas detenidas y juzgadas no estaban involucradas en planes contra el gobierno. Era difícil saber cuántos detenidos fueron ejecutados antes de un juicio, ya que el término "actividades contra la República" podía interpretarse de muchas maneras. Incluso los miembros de cuerpos diplomáticos extranjeros podían ser detenidos o perder la vida.

Muchas personas importantes a nivel nacional fueron afectadas en Madrid. Entre ellos, el periodista Ramiro Maeztu Whitney. Otros escritores y artistas que fallecieron fueron el dramaturgo Pedro Muñoz Seca y el pintor Alfonso Ponce de León. El número de políticos fallecidos fue aún mayor, incluyendo a Melquíades Álvarez Gónzalez-Posada y Ramiro Ledesma Ramos. También hubo militares como Joaquín Fanjul Goñi y Julio Ruiz de Alda. Entre los religiosos, se encontraban Pedro Poveda Castroverde y Julián Zarco Cuevas. Incluso deportistas como el futbolista Ramón Triana Arroyo fueron afectados. El futbolista Ricardo Zamora Martínez logró escapar.

Momentos y lugares de los sucesos en Madrid

Archivo:Círculo de Bellas Artes - 01
Edificio donde estuvo un centro de detención de Bellas Artes

No hay estudios que den cifras exactas año por año. Sin embargo, la mayoría de los estudios sugieren que la mayor parte de la violencia ocurrió en 1936. Un historiador afirma que el 96% de las muertes tuvieron lugar en 1936. Otros cuestionan esta cifra. Un estudio sobre los "paseos" (muertes a pequeña escala) indica que el 97,6% ocurrieron antes de 1937.

Las muertes a pequeña escala alcanzaron su punto máximo en julio (400), agosto (650) y septiembre (550) de 1936. Las cifras fueron menores en octubre y noviembre (alrededor de 300 cada uno) y en diciembre (menos de 100). Sin embargo, el número total de víctimas no disminuyó en 1936. Las muertes de Paracuellos, a finales de noviembre y principios de diciembre, sumaron al menos 2.000 víctimas, y algunas estimaciones hablan de 4.000.

La escala de las muertes fue mucho menor en 1937, 1938 y 1939. Especialmente desde la primavera de 1937, cuando el ministro de Justicia, García Oliver, impulsó la creación de campos de trabajo forzado. Él creía que los opositores debían trabajar para la República en lugar de ser condenados a muerte. A pesar de esto, las muertes continuaron. En noviembre de 1937, al menos 67 personas fallecieron en un engaño conocido como Túnel de Usera. En marzo de 1939, el SIM tomó medidas drásticas contra un número no especificado de comunistas, y muchos de ellos perdieron la vida.

Los centros de detención en Madrid estaban distribuidos por toda la ciudad. Había una red densa de "checas", con un promedio de 4 por kilómetro cuadrado. Por ejemplo, el barrio de Puente de Vallecas tenía 17. Entre los centros con más víctimas, algunos estaban en el centro de Madrid, como las "checas" de San Bernardo, Lista y Santa Engracia. La sede del CPIP, una institución importante, estuvo en la calle de Alcalá y luego en la calle de Fomento. La DGS se ubicaba en el distrito de Salamanca. Hasta mediados de 1937, la mayoría de las detenciones se realizaron en los distritos de Chamberí y Buenavista.

Los lugares donde ocurrían las muertes cambiaron durante la guerra. Al principio, los detenidos eran llevados a los distritos occidentales de Madrid o a sus afueras. Especialmente a Aravaca, la Casa de Campo y la Pradera de San Isidro. Estas zonas poco pobladas se consideraban más adecuadas. Sin embargo, a medida que las tropas opositoras se acercaban por el oeste, estos lugares se convirtieron en zonas de batalla. Esto hizo que las muertes se trasladaran. Desde octubre, se llevaron a cabo en el este y el sur, principalmente en Rivas-Vaciamadrid, a lo largo de la Carretera de Andalucía y cerca del Cementerio del Este. Paracuellos de Jarama fue elegido para las muertes más grandes porque estaba lejos del frente, era de fácil acceso desde Madrid y las autoridades locales estaban dispuestas a colaborar con los entierros.

Personas clave en los sucesos

En las primeras semanas de la guerra, Sebastián Pozas Perea, el Ministro del Interior, era el responsable del orden público. Él no se involucró mucho en los asuntos de Madrid, pero fue tolerante con los grupos revolucionarios. Su segundo, José Alonso Mallol, jefe de la DGS, intentó mantener las estructuras del gobierno, pero renunció el 31 de julio de 1936. Le sucedió Manuel Muñoz Martínez, quien desde septiembre informó al nuevo ministro, Ángel Galarza Gago. Ambos fueron figuras clave hasta principios de noviembre de 1936, cuando salieron de Madrid. A partir de entonces, su influencia disminuyó. El orden público local quedó en manos de la Junta de Defensa de Madrid (JDM) y otros organismos locales.

La JDM se creó a principios de noviembre de 1936. Su área de orden público fue dirigida por Santiago Carillo Solares y su ayudante José Cazorla Mauré. Cuando Carrillo dejó Madrid un mes después, Cazorla se convirtió en la persona más poderosa en las fuerzas de seguridad de la capital hasta la disolución de la JDM en abril de 1937. En el verano de 1937, Gustavo Durán Martínez fue nombrado jefe del SIM de Madrid. Fue reemplazado en octubre de 1937 por Ángel Pedrero García. Pedrero fue muy importante en la policía de Madrid durante 17 meses. Cuando ocurrió el golpe de Casado en marzo de 1939, Pedrero ayudó a detener a varios líderes comunistas en Madrid. A finales de marzo, la persona clave en las fuerzas de seguridad era Vicente Girauta Linares.

Algunas personas dirigieron brevemente organismos importantes. Por ejemplo, Segundo Serrano Poncela encabezó el Consejo de Seguridad de la DGS por pocas semanas, justo a tiempo para dar órdenes que resultaron en las muertes de Paracuellos. Federico Manzano Govantes dirigió el MVR, que manejó las "sacas" de Paracuellos. Ramón Rascón Ramírez fue consejero de prisiones y participó en las comisiones de selección de presos para Paracuellos. Manuel Salgado Moreira organizó la contrainteligencia militar y algunas trampas, como la "falsa embajada de Siam". Julio de Mora Martínez supervisó los campos de trabajo del SIM. Benigno Mancebo Martín fue secretario del CPIP. Melchor Rodríguez García fue brevemente Delegado General de Prisiones e intentó detener las "sacas" de Paracuellos, aunque con poco éxito.

Otras personas, aunque no ocuparon los puestos más altos, fueron muy eficientes. Agapito García Atadell se hizo conocido como jefe de escuadrón del CIV. Valero Serrano Tagueña y Marcos García Redondo fueron líderes de "la Brigada de Amanecer" y "Los Linces de la República". Carmelo Iglesias Muñoz fue muy activo como jefe de un tribunal. Felipe Sandoval Cabrerizo trabajó en un tribunal revolucionario y en la seguridad. Fernando Valenti Fernández participó en investigaciones de contrainteligencia y dirigió la Brigada Especial, conocida por sus trampas. Elviro Ferret Obrador comandó un escuadrón de la DGS y se destacó en las expropiaciones. Eduardo Val Bescós fue responsable de las milicias anarquistas.

La política detrás de los sucesos

Archivo:CNT FAI flag
Bandera anarquista

Al principio, las personas clave en el orden público en Madrid eran republicanos o socialistas moderados. Mallol y Muñoz eran ex-socialistas radicales. Galarza, aunque ex-radical, se unió al PSOE y fue Ministro del Interior. El nuevo jefe de policía de Madrid, Manuel López Rey Arroyo, también era del partido Izquierda Republicana. Algunos historiadores dicen que al principio se intentó mantener una "policía tradicional", pero esto cambió con la creación del CPIP.

La creación del CPIP mostró que el poder real se compartía con las milicias de partidos y sindicatos. Se intentó medir la influencia de cada partido en las "checas" de Madrid. El análisis de unos 300 centros sugiere que los anarquistas (CNT-FAI) y los comunistas (PCE) tenían alrededor del 25% de los miembros cada uno. El resto se distribuía entre el PSOE, JSU y otros grupos. En los 70 centros de detención más grandes, la CNT-FAI dominaba con el 34%, seguida por el PCE (19%), el PSOE (13%) y la JSU (6%).

El CPIP estaba dirigido por una junta de 30 miembros de diferentes partidos. Sin embargo, sus equipos de investigación estaban dominados por anarquistas (40% de la CNT-FAI), seguidos por el PSOE (19%) y el PCE (19%). El CIV, la policía estatal, estaba dominado por socialistas: el 31% de los nuevos reclutas venían de la UGT, el 17% del PSOE, el 15% de Izquierda Republicana y el 5% del PCE. La CNT-FAI tenía una presencia marginal. El IGM, un cuerpo menos importante, estaba dominado en un 64% por el PSOE. El MVR, más importante, también era socialista, con su director Manzano del PSOE y el 59% de sus milicianos de la UGT. Sin embargo, el PCE y la JSU (dominada por comunistas) también tenían una presencia significativa.

El control político de las fuerzas de seguridad cambió cuando el gobierno se fue de Madrid. Dentro de la JDM, los comunistas tomaron el control del departamento de orden público. El CPIP y el IGM, dominados por el PSOE, fueron suprimidos. El MVR duró un poco más. A finales de 1936 y principios de 1937, hubo un conflicto creciente entre anarquistas y comunistas. Esto llevó a la disolución de la JDM. Sin embargo, los comunistas mantuvieron el control de algunas brigadas del CIV. Los anarquistas mantuvieron cierto control sobre la contrainteligencia militar. De los nuevos organismos que surgieron a mediados de 1937, el DEDIDE de Madrid estaba controlado por el PCE, mientras que el SIM de Madrid cayó en manos de los socialistas. El nuevo Cuerpo de Seguridad estaba formado por antiguos miembros del CPIP y del MVR, lo que sugiere que el PSOE tomó la delantera. Los republicanos solo eran visibles en los cuerpos judiciales.

Archivo:PSOE antiguo
Escudo del Partido Socialista en los años 30

Durante la mayor parte de 1938, el sistema de orden público de Madrid parecía estar equilibrado entre comunistas (DEDIDE), anarquistas (contrainteligencia militar, milicias) y socialistas (Seguridad, SIM). Estos grupos se vigilaban mutuamente. Este equilibrio terminó con el golpe de Casado en marzo de 1939. El SIM, liderado por el PSOE, y las unidades militares anarquistas aplastaron la resistencia comunista. Esto resultó en la muerte de algunos líderes del PCE y el arresto de otros. Girauta, la última persona importante en la seguridad republicana en Madrid, era un policía profesional y no se le puede ubicar fácilmente en un partido político.

La respuesta a los sucesos

Archivo:Causa General Manises
La Causa General

Pocas personas importantes de las fuerzas policiales de Madrid fueron capturadas por el bando nacionalista durante la guerra. Algunos altos funcionarios que ya no estaban en sus cargos, como Galarza, Muñoz y Carrillo, cruzaron la frontera francesa a principios de 1939. La mayoría de ellos estaban en Madrid en las últimas semanas de la guerra. Intentaron ir a la costa levantina, pero pocos lograron salir de España. Muchos, como Girauta, Manzano, Mora, Pedrero, Sandoval y Valenti, fueron detenidos en Alicante en abril de 1939. Algunos lograron esconderse con identidades falsas. Sin embargo, los investigadores del nuevo gobierno estaban decididos a encontrarlos. Mancebo y Cazorla fueron capturados en agosto de 1939. La mayoría fueron interrogados duramente. Sandoval se quitó la vida. El resto fueron ejecutados. Otros, como Galarza y Muñoz, fallecieron en el exilio. En total, de las 1.143 personas identificadas en el sistema de orden público republicano de Madrid, unas 90 fueron ejecutadas después de la guerra. Melchor Rodríguez García fue condenado a prisión, pero fue liberado en 1944.

Después de la guerra, el Ministerio Fiscal español inició una gran investigación sobre los sucesos en la zona republicana. Este trabajo se conoció como la Causa General. Recopiló mucha documentación que se usó para investigaciones criminales, históricas y para la propaganda. Las autoridades lanzaron una campaña para presentar el período del gobierno republicano en Madrid como un tiempo de gran violencia. Se publicaron muchos libros y noticias en la prensa sobre lo que llamaron "terror rojo". Madrid fue un tema central en la mayoría de estas publicaciones. Se estima que se publicaron unas 450 obras relacionadas con los sucesos en la zona republicana hasta 1975. El sistema de orden público republicano fue presentado en la cultura, literatura y cine como una máquina terrible. Después de la exhumación de cuerpos, algunos lugares de muertes se convirtieron en sitios conmemorativos. Este fue el caso de Paracuellos de Jarama, donde se construyó el Cementerio de los Mártires.

Archivo:Cementerio de los Mártires de Paracuellos (2)
Cementerio de los Mártires en Paracuellos de Jarama

La memoria de las personas que perdieron la vida en Madrid ha sido mantenida principalmente por sus familiares. Sin embargo, el tema ha vuelto a salir a la luz periódicamente. Por ejemplo, cuando Santiago Carrillo regresó a la política, hubo una gran controversia. La atención pública volvió a centrarse en las víctimas cuando se publicaron nuevos trabajos históricos, como el de Gibson en 1983 sobre Paracuellos. También se les ha recordado con las beatificaciones promovidas por los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI.

Todo esto reavivó el debate público sobre el reconocimiento de los sucesos en Madrid. La Ley de Memoria Histórica, promovida por el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, también influyó. En 2015, el Comisionado de Memoria Histórica señaló algunos centros de detención y prisiones como "sitios de memoria histórica" en Madrid. Esta propuesta generó controversia. Inicialmente, se quería colocar placas conmemorativas, pero la propuesta no era compatible con la Ley de Memoria Histórica, que prohíbe la "exaltación de la sublevación militar, la Guerra Civil y la represión de la Dictadura". Hasta hoy, las lápidas conmemorativas se colocan en lugares que no son espacios públicos, como edificios religiosos. La controversia continúa por otras iniciativas del Ayuntamiento de Madrid.

Los sucesos en la historia

Archivo:Paul Preston MHC
Paul Preston

Hay muchos estudios sobre la violencia durante la Guerra Civil. Hasta 1975, la atención se centraba en los sucesos en la zona republicana. Pero desde finales del siglo XX, se ha prestado más atención a los sucesos en la zona nacionalista. Recientemente, se han publicado al menos tres trabajos importantes sobre Madrid durante la guerra. Algunos temas específicos, como las muertes de Paracuellos, también han generado mucha literatura. Sin embargo, estos estudios no son la última palabra. La mayoría de las preguntas siguen siendo debatidas por los historiadores.

El punto central de casi todos los debates es el papel de las estructuras del gobierno en los sucesos. La discusión es si la violencia ocurrió a pesar del gobierno o debido a él. Algunos afirman que la violencia era parte del sistema de la República. Otros sostienen que las estructuras oficiales se opusieron a la violencia. La mayoría de los problemas específicos forman parte de este debate general.

Una de estas preguntas es si hubo un plan para eliminar a los opositores. Algunos sugieren que la violencia republicana fue parte de una estrategia planeada. Otros afirman que nunca hubo tal plan. Otra pregunta es si la violencia puede verse como una revolución. Algunos historiadores ven la Guerra Civil principalmente en términos revolucionarios. Otros señalan que la violencia "no estaba relacionada con ningún proyecto revolucionario". Los que asocian la violencia con la revolución debaten si fue una revolución comunista o de otro tipo. Algunos suponen que el gobierno estaba adoptando un carácter revolucionario. Otros no están de acuerdo y dicen que el gobierno competía por el poder con los grupos revolucionarios.

En consecuencia, los puntos de vista en conflicto se refieren al colapso del gobierno, o, por el contrario, al poder excesivo del gobierno, o a la fragmentación del poder. Un problema adicional fue la "violencia incontrolada" o el impacto de la actividad criminal. Algunos consideran esto fundamental para los sucesos en la zona republicana. Para otros, la naturaleza misma del sistema de la República era violenta. Y algunos consideran que la idea de un "hilo criminal" es engañosa. Relacionado con esto está el concepto de los "incontrolados". Algunos los consideran agentes clave de la violencia. Otros creen que los principales protagonistas estaban firmemente dentro de las estructuras políticas.

El papel de la ideología sigue en discusión. Algunos hablan del modelo de orden público adoptado en la zona republicana como una "lucha" contra los opositores ideológicos. Subrayan la importancia de la prensa radical, apoyada en la ideología. Otros afirman que centrarse en la ideología oculta una compleja mezcla de varios factores. Otro punto es la naturaleza reactiva de los sucesos. Hay historiadores que relacionan los brotes de violencia con eventos previos o con características propias de la sociedad y política españolas. Otros cuestionan las secuencias de hechos o la lógica de las conexiones y rechazan la etiqueta "reactiva".

Un problema relacionado es el de la continuidad. Algunos autores ven el malestar en tiempos de guerra como el punto culminante de la violencia latente desde décadas atrás. Otros dejan claro que son dos fenómenos distintos. Otro problema tiene que ver con si los sucesos fueron selectivos o generales. Es decir, si se dirigieron contra individuos específicos, si fueron caóticos en general o si se dirigieron contra grupos determinados de la población. Muchos autores afirman que, dado que no había una amenaza real de la "Quinta Columna" (grupos secretos de oposición), las medidas republicanas eran para asustar a la población. Muchos otros relacionan la violencia con los planes contra la República y consideran que fue principalmente una forma de combatir la oposición. El papel de los soviéticos sigue siendo otro punto de discusión. Algunos historiadores lo consideran muy importante, otros lo ven de menor importancia.

La mayoría de estas preguntas se aplican también a los detalles de Madrid. En el caso de la capital, podrían estar relacionadas con el período de 100 días de las instituciones del gobierno central, el origen y el papel del CPIP, la transformación de la policía, las relaciones entre la JDM y las autoridades centrales en Valencia, la mecánica de las muertes de Paracuellos, la responsabilidad de individuos como Carrillo o Galarza, el funcionamiento de las ramas locales de instituciones como el DEDIDE o el SIM, el papel de la "Quinta Columna", la cercanía a las líneas del frente, el equilibrio de poder entre los principales grupos políticos en Madrid o la dinámica del golpe de Casado. Sin embargo, el análisis a nivel local no ha ayudado mucho a llegar a un acuerdo en el debate general. De hecho, el debate histórico se ha vuelto más intenso recientemente, y algunos sugieren que se trata más de "memorias de guerra" que de historia.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Republican repression in Madrid (1936–1939) Facts for Kids

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Represión republicana en Madrid durante la guerra civil española para Niños. Enciclopedia Kiddle.