Rebecca (película) para niños
Datos para niños Rebecca |
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Título | Rebeca Rebeca, una mujer inolvidable |
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Ficha técnica | ||
Dirección | ||
Ayudante de dirección | Edmond Bernoudy | |
Dirección artística | Lyle Wheeler | |
Producción | David O. Selznick | |
Guion | Robert E. Sherwood Joan Harrison Adaptadores: Philip MacDonald Michael Hogan |
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Basada en | Rebeca de Daphne du Maurier |
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Música | Franz Waxman | |
Sonido | Jack Noyes | |
Fotografía | George Barnes | |
Montaje | Hal C. Kern | |
Efectos especiales | Jack Cosgrove | |
Protagonistas | Laurence Olivier Joan Fontaine |
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Ver todos los créditos (IMDb) | ||
Datos y cifras | ||
País | Estados Unidos | |
Año | 1940 | |
Estreno | 13 de febrero de 1940 | |
Género | Drama | |
Duración | 130 minutos | |
Clasificación | NR 14 |
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Idioma(s) | Inglés | |
Formato | película de 35 mm | |
Compañías | ||
Productora | Selznick International Pictures | |
Distribución | United Artists | |
Presupuesto | $1 288 000 | |
Recaudación | $6 millones | |
Óscar a la mejor película | ||
Lo que el viento se llevó
(1939) |
Rebecca
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¡Qué verde era mi valle!
(1941) |
Películas de Alfred Hitchcock | ||
Rebecca
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Foreign Correspondent
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Rebecca —conocida en español como Rebeca y Rebeca, una mujer inolvidable— es un largometraje estadounidense de 1940 rodado en blanco y negro y hablado en inglés. Está basado en la novela Rebeca, de Daphne du Maurier. Fue dirigido por Alfred Hitchcock, producido por David O. Selznick y protagonizado por Joan Fontaine y Laurence Olivier. Además de por sus méritos artísticos, que le valieron el Óscar a la mejor película, es importante por ser el primer filme que el inglés Hitchcock rodó en los Estados Unidos.
Contenido
Antecedentes
A mediados de la década de 1930, el director británico Alfred Hitchcock había tenido noticias del interés que algunos productores estadounidenses tenían por hacerse con sus servicios. Sus películas El hombre que sabía demasiado y Los 39 escalones le habían dado fama mundial. La idea de cruzar el Atlántico era tentadora debido a la mayor solvencia técnica del cine estadounidense, pero también conllevaba un riesgo. En su país era ya una figura conocida y respetada, tenía un control casi total sobre su obra y desarrollaba una rica vida social en la que era reverenciado por los periodistas. Así las cosas, tras finalizar el rodaje de Inocencia y juventud decidió pasar unas vacaciones en los Estados Unidos. El 22 de agosto de 1937 desembarcó en Nueva York acompañado de su esposa, su hija y su secretaria Joan Harrison.
Pronto recibió una oferta de Pandro S. Berman para rodar una película con RKO, un proyecto que nunca llegó a realizarse. Al mismo tiempo, Katherine «Kay» Brown, representante del productor David O. Selznick, le invitó a pasar unos días en su casa de campo de Amagansett y negoció insistentemente con él. Sin embargo, el 4 de septiembre, sin haber acordado nada, el director y su familia regresaron al Reino Unido.
Mientras Hitchcock preparaba el rodaje de The Lady Vanishes, Selznick envió en noviembre a Inglaterra a Brown y a John Hay Whitney, un destacado ejecutivo de su productora. Ambos pudieron ver Inocencia y juventud en un pase privado y, mientras al segundo no le gustó en absoluto y telegrafió a su jefe diciéndole que no tomara ninguna decisión sin verla antes, a la primera sí le agradó y aconsejó a Selznick que no hiciera el menor caso de Whitney. De esta forma, y no solo por ese detalle, Kay Brown fue decisiva para el entendimiento entre director y productor. Además, Hitchcock tuvo la sinceridad de expresar delante de ellos su interés por la novela Rebeca, de Daphne Du Maurier, quien era hija de un viejo amigo suyo. El resultado fue que Selznick le envió un telegrama el 9 de enero de 1938 ofreciéndole la posibilidad de dirigir la película para él y, posteriormente, adquirió los derechos de su adaptación cinematográfica.
En marzo de 1938, Selznick pudo ver Inocencia y juventud, película que le entusiasmó. Continuó enviando telegramas a Inglaterra exponiendo planes de posibles películas. Pero una entrevista concedida por Hitchcock en la que decía que el trato estaba todavía en el aire y expresaba su deseo de tener tanto peso en la película como el productor, decepcionó a este. La interrupción de sus telegramas desilusionó, a su vez, al director inglés, que reaccionó enviando una carta a su representante para que le hiciera llegar a Selznick su contrariedad por no haber alcanzado un acuerdo. Además, había contratado como representante a Myron Selznick, hermano del productor, en la convicción de que ello facilitaría el acuerdo.
En mayo, Selznick ofreció a Hitchcock realizar un filme sobre el hundimiento del Titanic, idea que el realizador inglés dijo —con mayor o menor sinceridad según unas u otras fuentes— que también rondaba por su cabeza. Todavía hizo en junio de 1938 un nuevo viaje a los EE. UU. en el que RKO no aceptó sus condiciones y Samuel Goldwyn ni siquiera le hizo una oferta. La incierta situación política europea había afectado a la industria cinematográfica británica, que se vio fuertemente disminuida. Fue entonces cuando definitivamente decidió firmar un contrato con Selznick que comenzaría en abril de 1939. El anuncio se hizo el 9 de julio y el contrato incluía a Joan Harrison como ayudante especial del director, algo poco frecuente y de lo que Myron Selznick se sintió muy satisfecho. Hitchcock tendría así tiempo para dirigir su última película británica: Jamaica Inn, también basada en una novela de Du Maurier. Director y productor se conocieron al fin personalmente en un encuentro muy cordial, el contrato se firmó el 14 de julio y Hitchcock regresó a Inglaterra.
La decisión del director era lógica. La reacción de los círculos académicos británicos hacia el cine había sido siempre despectiva, pues consideraban que era una industria creada por las clases medias con destino al consumo por las clases bajas. La obra de Hitchcock era considerada por esas élites como poco más que un entretenimiento aceptable. Sin embargo, los estadounidenses estaban entusiasmados por el trabajo del realizador y era lógico que este respondiera favorablemente.
En septiembre Selznick consideraba Titanic su primera opción, aunque seguía pensando en Rebeca. La novela de Daphne du Maurier se había publicado el 5 de agosto, y la escritora expresó su insatisfacción con la versión cinematográfica de Jamaica Inn. Pero las buenas referencias que recibió acerca de la fidelidad con que Selznick trataba los textos literarios en sus adaptaciones le convenció de venderle los derechos por 50 000 dólares.
El exitoso estreno en octubre de The Lady Vanishes convenció a la crítica estadounidense de que Hitchcock era el único director extranjero de altura. En diciembre, Selznick esperaba que el director y Joan Harrison tuvieran ya terminado el primer guion de Rebeca, pero la respuesta del realizador era que necesitaba más tiempo debido a la redacción de la novela en primera persona. El productor comprendió que Hitchcock necesitaba mayor libertad que otros directores.
El primero de marzo de 1939 la familia Hitchcock embarcó en Southampton en el Queen Mary con destino a América. Con ellos viajaban la fiel Harrison, una cocinera, una doncella y dos perros. El director se instaló definitivamente en EE. UU. en marzo de 1939, informado ya de que Selznick había desechado el proyecto sobre el Titanic y prefería abordar la adaptación de Rebeca. Como el productor pensilvano seguía enfrascado en la gigantesca producción de Lo que el viento se llevó, los Hitchcock no tuvieron prisa. Tras unos días en Nueva York, llegaron a California y emplearon el tiempo en buscar una casa y establecer algunas relaciones sociales. El 10 de abril, el director pasó a integrarse oficialmente en Selznick International Pictures y comenzó a acudir a una oficina acompañado de Joan Harrison y, habitualmente, de su esposa Alma para trabajar en el guion de Rebeca.
El productor
En esta época, David O. Selznick estaba ampliando su imperio cinematográfico. Se había iniciado como productor en 1923 en la compañía de su padre. Posteriormente, había trabajado sucesivamente en Metro, RKO, Paramount y, de nuevo, en Metro-Goldwyn-Mayer, donde contaba con el apoyo de su suegro, Louis B. Mayer. Finalmente acababa de fundar su propia compañía, la Selznick International Pictures. Desde 1935 formaba el triunvirato dirigente de la productora United Artists junto con Samuel Goldwyn y Walter Wanger. Allí había implantado un estilo basado en las espectaculares producciones destinadas a satisfacer el gusto popular con grandiosidad escénica. Había producido con éxito filmes tan distintos como El pequeño lord (John Cromwell, 1936), El prisionero de Zenda (J. Cromwell, 1937), A Star is Born (William A. Wellman, 1937) e Intermezzo (Gregory Ratoff, 1939). Cuando Hitchcock llegó a los Estados Unidos el empresario se hallaba completamente sumergido en el complejo rodaje de Lo que el viento se llevó. Muy fatigado por el esfuerzo, aparentaba más de los treinta y siete años que contaba, pero dejó claro que, pese a su carga de trabajo, prestaría una personal atención a Rebeca.
Selznick era una persona que se ajustaba meticulosamente al guion, visitaba el plató con frecuencia y se aseguraba de que el rodaje se ajustaba a lo estipulado en todos los detalles. Cada día redactaba un extenso memorando que contenía numerosas instrucciones dirigidas a sus directores y otros muchos colaboradores indicando las cosas que se debían corregir para que sus productos llevasen el sello de la casa. Además, consideraba esencial la fidelidad a las obras literarias en las que se basaban las películas, a fin de no decepcionar al público que las había leído y esperaba su traslación a la pantalla. En el caso de Rebeca, creía que había que respetar el carácter romántico de la novela, a fin de que las espectadoras se identificaran con el personaje protagonista.
Hitchcock propuso rodar la película en cuarenta y ocho días y por 947 000 dólares, pero Selznik rebajó ambas cifras a treinta y seis días y 750 000 dólares. También esperaba que el director rodase cuatro páginas del guion cada día. Sin embargo, el inglés no estaba todavía habituado a la forma de trabajar en los Estados Unidos y rodaba con mayor lentitud. Pese a las diferencias de estilos, Hitchcock acabó gozando de una independencia mayor que otros directores que habían trabajado con el productor. Pero esa relativa libertad no evitó que surgieran los roces. Los preparativos del estreno de Lo que el viento se llevó no impidieron que Selznick prestara la misma atención a Rebeca que a su mayor éxito. Su director de publicidad, Whitney Bolton, diría más tarde que Hitchcock no era amable y que disfrutaba pinchando a los demás. Creía, además, que buscaba siempre llamar la atención y, si no lo conseguía, reaccionaba con irritación. Por su parte, a sus treinta y siete años, Selznick estaba realizando su sexagésimo novena película, y desarrollaba una notable energía en su labor de producción. Se apoyaba en su esposa Irene, hija de Louis B. Mayer.
Además de controlar diariamente los progresos, el productor asistió personalmente al rodaje de determinadas escenas claves, como aquella en la que la señora Danvers muestra a la protagonista objetos personales de Rebeca; una escena insignificante en la novela que Hitchcock convirtió en una de las mejores del filme. Esa secuencia en la antigua habitación de Rebeca fue enriquecida con un detalle sutil por indicación de Selznick: un retrato de Max de Winter colocado en el tocador cuya presencia debía herir a la protagonista.
El esfuerzo de Selznick se vio recompensado. Rebeca consiguió el Óscar a la mejor película en la edición correspondiente a 1940. Y lo hizo superando a rivales de la talla de The Grapes of Wrath y The Long Voyage Home, ambas dirigidas por John Ford; El gran dictador, de Charles Chaplin; The Philadelphia Story, de George Cukor; Our Town, de Sam Wood; La carta, de William Wyler y Foreign Correspondent, realizada por el propio Hitchcock. Selznick recibió con gran satisfacción el premio, que era el segundo consecutivo tras el de Lo que el viento se llevó.
Aunque Selznick respetó siempre el talento de Hitchcock, rodó con él tres películas más —Spellbound, Notorious y The Paradine Case— y el público les respondió en taquilla, no llegó nunca a simpatizar con el director debido a sus notables diferencias respecto a cómo abordar el medio cinematográfico.
La novela
Rebeca, de Daphne Du Maurier, es una novela psicológica de clara raíz folletinesca, un relato romántico y gótico con algunas similitudes con Jane Eyre, la novela que escribiera Charlotte Brontë en 1847: protagonistas jóvenes abrumadas por la duda, lujosas mansiones situadas en desolados parajes, el peso del pasado y de los difuntos, pavorosos incendios y finales aparentemente felices. Publicada en 1938, había sido un éxito de ventas en el Reino Unido y los Estados Unidos, y había sido ya traducida a varios idiomas. Aunque seguramente alejada de los gustos del siglo XXI, sigue siendo una novela popular. Su trama es algo sensiblera, con personajes buenos y malos y una cenicienta que consigue un final feliz.
Reparto
- Laurence Olivier — «Maxim» de Winter
- Joan Fontaine — La segunda señora de Winter
- George Sanders — Jack Favell
- Judith Anderson — La señora Danvers
- Gladys Cooper — Beatrice Lacy
- Nigel Bruce — Giles Lacy
- Reginald Denny — Frank Crawley
- C. Aubrey Smith — El coronel Julyan
- Melville Cooper — Médico forense
- Florence Bates — La señora Van Hopper
- Leonard Carey — Ben
- Leo G. Carroll — El doctor Baker
- Edward Fielding — Frith
- Lumsden Hare — El señor Tabbs
- Forrester Harvey — Chalcroft
- Philip Winter — Robert
Candidatas al papel que podrían haber ofrecido una protagonista diferente | ||||||||||||||||
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Música
Selznick quería contar nuevamente con Max Steiner, quien había elaborado la banda sonora de Lo que el viento se llevó con gran éxito y había sido nominado al Óscar. Sin embargo, Warner Bros. no quiso ceder los servicios del músico. En consecuencia, el productor decidió recurrir a Franz Waxman, quien ya había trabajado para él en la comedia The Young in Heart (1938) consiguiendo también la nominación al Óscar.
Waxman tuvo muchas dificultades para realizar la banda sonora de Rebeca debido a las constantes dilaciones provocadas por la primacía de Lo que el viento se llevó, que le obligaron a simultanear su trabajo para Selznick con sus obligaciones con Metro-Goldwyn-Mayer. Sin embargo, consiguió uno de sus mejores trabajos, con un tema dedicado a la difunta Rebeca que contribuye a convertirla en un importante personaje de la trama a pesar de no aparecer nunca en pantalla. Para ello recurrió al novachord, un primitivo sintetizador. Con parecidos propósitos creó un leitmotiv específico para Manderley que convierte la mansión en un personaje más. El tema amoroso solo brotará con fuerza tras la destrucción del imponente inmueble.
Sin embargo, se ha criticado el excesivo uso de la música durante el filme, lo que merma potencia a esta en los momentos en los que debe ser determinante. Ejemplos de esa saturación serían la primera parte de la película que transcurre en Montecarlo o los paseos del matrimonio de Winter por los jardines de Manderley. Waxman consiguió una nueva nominación al Óscar por su trabajo, aunque fue derrotado por los autores de la banda sonora de Pinocho.
Fotografía
George Barnes realizó un gran trabajo que le valió ser premiado con el Óscar a la mejor fotografía en blanco y negro.
Montaje
El montador oficial fue Hal C. Kern. Inicialmente Hitchcock se desentendió de esta fase y fue Selznick quien la supervisó personalmente. Suyo fue un primer montaje. Sin embargo, el director se reincorporó algo más tarde a esta labor y se puede decir que el montaje definitivo es obra conjunta de ambos cineastas. Kern fue nominado al Óscar, pero fue derrotado por Anne Bauchens y su trabajo en Policía montada del Canadá.
Valoraciones
Primera película americana de Hitchcock, sin embargo Rebeca es también una película muy británica debido a la novela en la que está inspirada, la personalidad del director, los actores principales y su adscripción a una tradición propia del viejo continente. Pero al mismo tiempo, está realizada con unos medios técnicos y tiene un acabado industrial propios del cine de Hollywood. La mezcla de diferentes circunstancias da lugar a un producto en el que se entremezclan el folletín, el thriller neogótico y el cuento de hadas.
La consideración de Rebeca como cuento de hadas se ha convertido en un tópico, ya que fue apoyada por el propio Hitchcock en su larga entrevista con François Truffaut. Además, existen referencias a Cenicienta y Alicia en los diálogos del filme. Y la señora Danvers viene a ser una cruel hermanastra. Tania Modleski señala que la secuencia en la que Maxim rechaza a su esposa cuando la ve con el mismo disfraz que usó Rebeca viene a ser un reverso cruel del mito de Cenicienta.
Aunque no llega a ser una historia de fantasmas, la atmósfera que crea Hitchcock sí conduce la película a ámbitos cercanos al cine fantástico. El relato se basa en la influencia casi sobrenatural que una mujer fallecida tiene sobre los habitantes de la mansión que habitó.
Éric Rohmer y Claude Chabrol señalaron ya en 1957 que, sin dejar de ser novelesca, Rebeca se rebela contra sus raíces folletinescas. «Respetando escrupulosamente la letra, Hitchcock fabrica el espíritu». En el mismo sentido, se ha señalado que el director tomó una novela de escaso valor literario y construyó una película que alcanzó el éxito de crítica y público, aunque no pueda ser considerada como totalmente «hitchcockiana» debido a la intervención de Selznick.
Donald Spoto considera que es una obra más de Selznick que de Hitchcock, como el mismo director llegó a decir. Opina que es un drama entretenido aunque con menos sentido del humor que otras películas del director británico y que llega a crear un clima de terror a partir de la idea de que alguien fallecido pueda seguir controlando las vidas de otras personas, una idea que Hitchcock retomaría posteriormente en Vértigo y en Psicosis.
Premios y reconocimientos
- 13.ª edición de los Premios Óscar
Premio | Candidatos | Resultado |
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Mejor película | Selznick International Pictures | Ganadora |
Mejor director | Alfred Hitchcock | Nominado |
Mejor actor | Laurence Olivier | Nominado |
Mejor actriz | Joan Fontaine | Nominada |
Mejor guion adaptado | Robert E. Sherwood Joan Harrison |
Nominados |
Mejor actriz de reparto | Judith Anderson | Nominada |
Mejor fotografía en blanco y negro | George Barnes | Ganador |
Mejor montaje | Hal C. Kern | Nominado |
Mejor dirección artística | Lyle Wheeler | Nominado |
Mejores efectos especiales | Jack Cosgrove Arthur Johns |
Nominados |
Mejor banda sonora | Franz Waxman | Nominado |
- National Board of Review
Reconocimiento | Candidata | Resultado |
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Diez mejores filmes del año | Rebecca | Incluida |
- Premios del Círculo de Críticos de Cine de Nueva York
Premio | Candidata | Resultado |
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Mejor actriz | Joan Fontaine | Nominada |
Reconocimiento | Candidata | Puesto |
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Cien películas estadounidenses más emocionantes (2001) | Rebeca | 80.ª |
Cincuenta mejores villanos (2003) | Señora Danvers | 31.ª |
Véase también
En inglés: Rebecca (1940 movie) Facts for Kids