Primer bloqueo de Buenos Aires para niños
El primer bloqueo de Buenos Aires fue una acción militar que el gobierno de Montevideo, que apoyaba al rey de España, llevó a cabo contra la ciudad de Buenos Aires. Comenzó el 3 de septiembre de 1810 y duró hasta mediados de octubre de ese mismo año.
El objetivo principal de este bloqueo era detener a la Primera Junta revolucionaria que se había formado en Buenos Aires el 25 de mayo de 1810. Montevideo quería que la Junta reconociera al Consejo de Regencia de España y que dejara de apoyar a los grupos que buscaban la independencia en la Banda Oriental (hoy Uruguay). Finalmente, el bloqueo tuvo que ser levantado debido a la presión de los británicos.
¿Por qué ocurrió el primer bloqueo de Buenos Aires?
La Revolución de Mayo y sus consecuencias
Cuando ocurrió la Revolución de Mayo en Buenos Aires, muchos oficiales de la marina de Montevideo estaban en la ciudad. Varios de ellos, como el capitán de navío Juan Ángel de Michelena y los capitanes de fragata José Laguna y Jacinto de Romarate, no quisieron reconocer a la nueva Junta de Gobierno de Buenos Aires.
Estos oficiales pidieron permiso para irse a Montevideo, diciendo que su comandante los llamaba con urgencia. La Junta de Buenos Aires, para evitar problemas, los dejó ir sin obligarlos a jurar lealtad. Así, la flota que apoyaba al rey pudo recuperar a sus oficiales.
En Montevideo, el gobernador interino era Joaquín de Soria y Santa Cruz, pero quien realmente tenía el control de la ciudad era el comandante general de marina, José María Salazar.
Intentos de acuerdo: las misiones diplomáticas
La Junta de Buenos Aires envió al capitán Martín Gailan a Montevideo para informarles sobre lo que había pasado y justificar sus acciones. También llevaba una carta de apoyo del ex virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros.
El 1 de junio, el Cabildo de Montevideo iba a decidir si apoyaba a la Junta de Buenos Aires. Pero ese mismo día, llegó un barco con noticias no oficiales sobre la formación de un Consejo de Regencia en Cádiz, España. El comandante Salazar aprovechó esto y difundió noticias falsas sobre victorias españolas contra los franceses. Esto fue usado como argumento para no apoyar a la Junta de Buenos Aires.
Finalmente, el 2 de junio, Montevideo decidió que solo apoyaría a Buenos Aires si esta reconocía al Consejo de Regencia de Cádiz.
Como la misión de Gailan no tuvo éxito, la Junta envió a su secretario, Juan José Paso, a Montevideo. Paso llegó el 13 de junio, pero fue retenido fuera de la ciudad. El 15 de junio, mientras las tropas de marina se desplegaban por la ciudad, se celebró un nuevo Cabildo Abierto.
Paso explicó lo sucedido en Buenos Aires y por qué no reconocían a la Regencia, pidiendo la unión de Montevideo con la capital. Sin embargo, sus palabras fueron interrumpidas constantemente por gritos e insultos de los seguidores de José María Salazar.
Salazar defendió la legitimidad del Consejo de Regencia y criticó las decisiones de Buenos Aires. Dijo que la unidad de la región era importante, pero que Buenos Aires debía cambiar su postura, no Montevideo. Solo el padre José Manuel Pérez Castellano defendió a Paso, quien tuvo que retirarse protegido por el coronel Prudencio Murguiondo debido a la agresividad del grupo de Salazar.
Un plan secreto en Montevideo
Después de que las negociaciones fallaran, un grupo llamado la Sociedad Secreta de Montevideo, liderado por Feliciano Sáenz de Cavia, ideó un plan. Querían obligar a las fuerzas de la marina real a irse para que la gente pudiera votar libremente en un congreso.
Pero el 12 de julio, Salazar, con el apoyo de las fuerzas navales, desarmó a los grupos que apoyaban el plan. Esto fue posible por la indecisión de Murguiondo y la valentía de Jacinto de Romarate, quien armó a los trabajadores del astillero y, al frente de la artillería, sorprendió al cuartel donde estaba el coronel Balbín. A pesar de que se había prometido una amnistía, los conspiradores fueron enviados encadenados a Cádiz.
Una vez controlada la situación, el coronel Viana fue enviado a tomar el control de Maldonado, y el capitán de navío Juan Ángel de Michelena fue enviado con la escuadra a Colonia del Sacramento.
La ruptura de relaciones
El 13 de agosto, mientras el enviado de Montevideo, el capitán de fragata José Primo de Rivera y Ortiz de Pinedo, estaba en Buenos Aires, llegaron noticias de la captura de Santiago de Liniers en Córdoba. Como la amenaza del ex virrey había terminado, la Junta de Buenos Aires decidió no ceder. Cerró el puerto de Buenos Aires y sus alrededores al tráfico con Montevideo y cortó las comunicaciones. La Junta, a través del secretario Mariano Moreno, se negó a recibir a Primo de Rivera.
Con esta ruptura formal de relaciones, ambos gobiernos se acusaron mutuamente de deslealtad y declararon el bloqueo del puerto del otro. Sin embargo, solo los realistas de Montevideo tenían una flota capaz de llevar a cabo un bloqueo efectivo.
El 23 de agosto, se realizó una reunión en Buenos Aires con el comodoro Robert Elliot, capitán de la fragata HMS Porcupine y jefe de la flota británica en el Río de la Plata. A pesar de los argumentos de la Junta, Elliot se mostró reacio a desconocer el bloqueo, invocando el tratado de amistad con España. Decidió ir a Montevideo a esperar instrucciones definitivas.
El bloqueo de Buenos Aires comienza
El bloqueo de Buenos Aires fue declarado efectivo a partir del 3 de septiembre, con el apoyo silencioso del comodoro Robert Elliot.
El 9 de septiembre, un grupo de 60 comerciantes ingleses se reunió. La mayoría, liderada por Dowling y MacKinlay, no quiso reclamar contra el bloqueo, ya sea por estar de acuerdo con Montevideo o por precaución. Una minoría, incluyendo a Alexander Mackinnon, quería insistir a Elliot para que no apoyara a los realistas. Si no lograban su acuerdo, apelarían al encargado de los asuntos británicos en Río de Janeiro, Lord Strangford.
El 10 de septiembre, el barco HMS Mistletoe partió hacia Río de Janeiro, llevando a la mayoría de los comerciantes británicos y a Mackinnon como representante de la minoría. Antes de esto, la estación naval británica había estado a cargo del teniente Roberto Ramsay, capitán del HMS Mistletoe, quien era muy favorable a los revolucionarios y se reunía con líderes como Juan Larrea, Mariano Moreno, Hipólito Vieytes, Juan José Paso y Juan José Castelli.
Cuando el asunto fue presentado a Strangford, Ramsay apoyó la posición de Mackinnon, que coincidía con la del embajador: dar prioridad a los intereses comerciales británicos.
Ese mismo día, 9 barcos al mando del capitán José Primo de Rivera se presentaron frente al puerto de Buenos Aires. La flota bloqueadora capturó varias lanchas de tráfico y notificó a los barcos extranjeros que debían retirarse a Montevideo o Maldonado.
El pampero y la suspensión del bloqueo
La noche del 16 de septiembre, un fuerte viento llamado pampero comenzó a soplar. En la mañana del 17, el estuario estaba casi vacío de barcos.
En Buenos Aires, se prepararon cañones y balsas para un posible ataque. En la flota bloqueadora, que había quedado varada, también se improvisaron balsas y se prepararon para un asalto por tierra. Sin embargo, el temor de que el agua regresara rápidamente demoró la decisión de enviar fuerzas de caballería. A las 5 de la mañana del 18, el agua volvió a sus niveles normales.
El bloqueo se reanudó con más fuerza. El 21 de septiembre, un pequeño barco se acercó a la costa y disparó el primer cañonazo hacia el Retiro, que fue respondido sin causar daños.
¿Cómo se levantó el bloqueo?
Ramsay regresó el 10 de octubre con órdenes del vicealmirante Miguel de Courcy, jefe de la estación naval británica en Brasil. Estas órdenes desaprobaban la conducta de Elliot y le mandaban ir a Maldonado. Elliot obedeció el 15 de octubre, dejando a Ramsay al mando de la flotilla en el Río de la Plata.
Al día siguiente, dos bergantines ingleses fueron detenidos por la flota bloqueadora. Ramsay, con su pequeño barco Mistletoe, se acercó al barco principal de los realistas, la fragata Mercurio, y ancló a poca distancia. Luego envió a su primer oficial con un mensaje en el que protestaba enérgicamente por el bloqueo. Negó que el gobierno de Montevideo tuviera derecho a cerrar el tráfico del Río de la Plata a los barcos británicos y les dio una hora para devolver los barcos, o de lo contrario, dispararía sus cañones.
El comandante realista se rió de la amenaza, diciendo que con un solo cañón podía hundir el barco inglés. Ramsay respondió que lo sabía, pero que no cambiaría su orden: en una hora, el Mistletoe sería hundido, pero el Mercurio sería atacado.
El capitán español, temiendo las consecuencias de hundir un barco de Gran Bretaña, decidió liberar los barcos. Ramsay regresó a Buenos Aires, donde fue recibido como un héroe.
A principios de noviembre, el vicealmirante Miguel de Courcy llegó a Montevideo a bordo del HMS Foudroyant, un barco muy grande. Ramsay se ofreció a llevar a un representante de la Junta de Buenos Aires, y fue designado el coronel Juan Florencio Terrada de Fretes.
Después de la humillación de Primo de Rivera, Romarate debía hacerse cargo del bloqueo, pero se vio obligado a levantarlo definitivamente. No podía obligar a los barcos británicos a cumplirlo y descubrió que sus propios subalternos estaban conspirando para entregarlo al enemigo.