Pere Joan Sala para niños
Datos para niños Pere Joan Sala |
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Información personal | ||
Nacimiento | Granollers de Rocacorba (España) | |
Fallecimiento | 1485 Barcelona (España) |
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Información profesional | ||
Ocupación | Militar y campesino de remensa | |
Conflictos | Guerras remensas y batalla de Montornés | |
Pere Joan Sala fue un importante líder de los campesinos conocidos como remensas en Cataluña. Nació en Granollers de Rocacorba y falleció en Barcelona en 1485. Fue una figura clave en la segunda guerra remensa, un conflicto que comenzó en 1484. Antes, durante la primera guerra remensa, había sido un ayudante cercano de Francesc de Verntallat, otro líder remensa.
El historiador Jaume Vicens Vives describió a Pere Joan Sala como una persona misteriosa. Dijo que Sala dejó de lado las ideas más moderadas de Verntallat. En cambio, impulsó el conflicto con un espíritu muy decidido, como los líderes de grandes cambios. Fue él quien, con la muerte de Desvern, respondió con fuerza a una ley de 1481. También fue quien, al atacar a un oficial del rey en las montañas de Mieres, desató las emociones de la gente, que habían estado contenidas por más de veinte años.
Contenido
Pere Joan Sala: El Líder Campesino
Pere Joan Sala nació en Granollers de Rocacorba, en la comarca del Gironés. Durante la primera guerra remensa, que terminó en 1472, fue un importante ayudante de Francesc de Verntallat. Al finalizar esta guerra, Sala se sintió muy decepcionado. El rey Juan II de Aragón, a quien los remensas habían apoyado en la Guerra Civil Catalana, no quiso solucionar los problemas entre los campesinos remensas y sus señores feudales.
Desde ese momento, Pere Joan Sala adoptó una postura más fuerte. No se conformaba solo con eliminar los "malos usos" y otros abusos de los señores, como proponían los remensas moderados de Verntallat. Sala empezó a defender que los campesinos debían ser los únicos dueños de la tierra. Quería eliminar por completo los derechos que los señores tenían sobre ella.
¿Quiénes eran los Remensas y sus Problemas?
Los remensas eran campesinos de Cataluña que, durante la Edad Media, estaban atados a la tierra de sus señores. Para poder dejar la tierra o para que sus hijos la heredaran, debían pagar una "redención" (de ahí "remensa"). Además, estaban sujetos a los "malos usos", que eran una serie de abusos y pagos injustos impuestos por los señores feudales. Estos incluían, por ejemplo, pagos por matrimonio o por la muerte del campesino. Los remensas buscaban liberarse de estas cargas y tener más derechos sobre la tierra que trabajaban.
El Inicio de la Rebelión
En 1481, las Cortes Catalanas aprobaron una ley llamada Com per lo senyor, con el apoyo del rey Fernando II de Aragón. Esta ley causó un gran enojo entre los campesinos remensas. Significaba que se anulaba una suspensión de los "malos usos" que el rey Alfonso el Magnánimo había acordado en 1455.
El Incidente de Desvern
La tensión en el campo creció mucho. A principios de marzo de 1482, ocurrió un incidente importante con Pere Joan Sala. Un ciudadano de Gerona, Juan Desvern, fue encontrado sin vida con una flecha en la espalda. Esto sucedió en Sobrerroca, en la baronía de Santa Pau. Desvern estaba cobrando pagos atrasados a los campesinos. Pocos meses después, Sala y Joan Serinyá fueron arrestados y encarcelados en Gerona por este suceso. Sin embargo, fueron liberados al poco tiempo. Al parecer, las autoridades temían que castigarlos provocara un nuevo levantamiento remensa.
El Levantamiento de Mieres
Los señores seguían aplicando la ley Com per lo senyor sin ceder. Por eso, Sala se puso al frente de los remensas más decididos. El 22 de septiembre de 1484, un oficial llamado Salbá, enviado por el Lugarteniente General de Cataluña, estaba en el valle de Mieres. Estaba embargando los bienes de los campesinos que no habían pagado. Lo acompañaba el veguer (un tipo de autoridad) de Gerona. En ese momento, fueron atacados por varios cientos de remensas liderados por Pere Joan Sala. El oficial Salbá resultó herido, el veguer fue capturado y un soldado del grupo de Salbá falleció. Este ataque marcó el comienzo de la segunda guerra remensa.
La acción de Sala contra el oficial Salbá y el veguer de Gerona lo puso fuera de la ley. El rey Fernando, que estaba en Castilla, pidió que lo capturaran. Esto dividió el movimiento remensa. El grupo moderado, que aún confiaba en que el rey resolvería el conflicto, no apoyó a Sala.
La Expansión del Conflicto
Después del ataque en Mieres, Sala y sus seguidores se dirigieron a la comarca de Osona. Luego de amenazar Vich, se fueron a la comarca de La Selva. A su paso, lograron que más campesinos se unieran a la rebelión. Les prometían que no tendrían que hacer ningún pago a los señores y que serían dueños absolutos de sus tierras. También les decían que el rey Fernando II apoyaba su causa. Al entrar en los pueblos, gritaban "¡Visca el rei!" (¡Viva el rey!).
Además, en cada lugar que lograba levantar, Sala nombraba a un ayudante suyo. Los habitantes debían jurarle lealtad. Una vez que las zonas de Montaña, Osona y La Selva se unieron, Sala fue al Ampurdán. Quería extender la rebelión a todo el noreste de Cataluña. El 10 de noviembre, estaba en Canet de Adri con unos 400 remensas. Desde allí, intentó tomar Torroella de Montgrí, la ciudad más importante del Bajo Ampurdán. Sin embargo, no lo logró, ya que no encontró el apoyo de los remensas de esa zona.
Batallas y Estrategias
Al no poder levantar el Ampurdán, Sala regresó hacia Vich. A principios de diciembre, tomó el importante castillo de Anglés. Esto le abrió el camino para intentar conquistar Gerona. Si lo lograba, sería una gran victoria militar que, según Vicens Vives, "daría el triunfo a su causa". El ataque a Gerona comenzó el 14 de diciembre, pero los defensores de la ciudad lograron rechazarlo.
A mediados de enero de 1485, Sala se reunió en Caldas de Montbuy con su sobrino Bartolomé Sala. Este había liderado otra rebelión remensa en Vich. Juntos, los dos líderes remensas sumaban unos mil hombres. Para enfrentarlos, el lugarteniente de Cataluña, Enrique de Aragón, formó un ejército. Este ejército incluía la Bandera de Barcelona, convocada por el Consejo de Ciento.
El Final de la Rebelión
Poco después, Sala rechazó un acuerdo de paz que le presentaron unos representantes remensas que se habían reunido con el rey. El 31 de enero de 1485, llegaron a Barcelona cartas del rey Fernando. En ellas, el rey informaba de un acuerdo que había firmado el 12 de enero para terminar el conflicto remensa. Nueve representantes del sector moderado del movimiento habían firmado este acuerdo. Sala decidió seguir con la rebelión. Quizás creía que una victoria sobre el ejército real lo haría el líder indiscutible y podría imponer "su" propio acuerdo a los nobles y al rey.
De hecho, al día siguiente de reunirse con los representantes moderados (el 2 de febrero), Sala aprovechó que era día de mercado y las puertas estaban abiertas. Ocupó Granollers y sus hombres se llevaron cosas de la ciudad. Hubo enfrentamientos con pérdidas de vidas y obligó a los habitantes a pagar una gran suma de dinero para la guerra.
Después de tomar Granollers, Pere Joan Sala y Bartolomé Sala continuaron su campaña por la comarca del Vallés. Tomaron Sabadell y Tarrasa, y luego pasaron al Bajo Llobregat, atacando Esparraguera y Martorell. Para detenerlos, un ejército de Barcelona, con 200 jinetes y 700 soldados a pie, salió bajo el mando del condestable de Aragón. Este ejército logró recuperar Sabadell y Granollers. Cuando las fuerzas de Sala intentaron tomar Granollers de nuevo, fueron derrotadas el 9 o 10 de marzo por las tropas del rey.
Tras la derrota en Granollers, Pere Joan Sala logró reorganizar sus fuerzas. El 22 de marzo, tomó Mataró y sus hombres se llevaron cosas de la ciudad. Dos días después, el condestable de Aragón supo que Sala estaba atacando Llerona, un pueblo al norte de Granollers. Decidió ir allí rápidamente. Llegó la tarde del 24 de marzo, y de inmediato hubo una batalla muy intensa entre los dos ejércitos. El ejército del rey ganó. El ejército remensa sufrió muchas bajas, con más de doscientos fallecidos y cientos de hombres capturados. Entre ellos, el propio Pere Joan Sala. Fue ejecutado en Barcelona cuatro días después, el 28 de marzo de 1485. Su cabeza fue colgada en el Portal Nou de la ciudad. "Así terminó la gran aventura de su vida que, durante medio año, lo había convertido en el ídolo y el temor de parte de Cataluña", comenta Vicens Vives.