Música programática para niños
Música programática es un tipo de música que busca contar una historia, describir una escena o evocar una emoción o idea en la mente de quien la escucha. Es como si la música pintara un cuadro o narrara un cuento sin usar palabras. A diferencia de la música absoluta, que se disfruta por sí misma sin necesidad de referencias externas, la música programática siempre tiene un significado o una inspiración fuera de la propia música.
Este término se usa principalmente para la música clásica europea, especialmente la del periodo romántico en el siglo XIX. Fue en esta época cuando la música programática se hizo muy popular y se convirtió en una forma musical importante, aunque ya existían piezas con características descriptivas mucho antes.
Contenido
Historia de la Música Programática
La idea de que la música describa algo no es nueva. Ha estado presente en diferentes épocas de la historia de la música.
Música Programática en el Renacimiento
Los compositores del Renacimiento (entre los siglos XV y XVI) crearon muchas piezas de música programática, sobre todo para el clavecín. Algunos ejemplos son "La caída de la hoja" de Martin Peerson o "La batalla" de William Byrd. Para "La batalla", Byrd incluso escribió una descripción de cada parte de la obra, como "Emplazamiento de los soldados", "marcha de infantería" o "las tropas se enfrentan", lo que ayudaba a los oyentes a imaginar la escena.
Música Programática en el Barroco
En el periodo Barroco (siglos XVII y principios del XVIII), una de las obras programáticas más famosas es "Las cuatro estaciones" de Antonio Vivaldi. Son cuatro conciertos para violín y orquesta que representan las estaciones del año. Vivaldi usó la música para describir la lluvia, el zumbido de las moscas, el viento helado, personas esquiando sobre el hielo y campesinos bailando. Para que el mensaje fuera aún más claro, el compositor escribió cuatro poemas (sonetos) que acompañaban cada concierto.
Otra obra barroca conocida es el "Capricho sobre la despedida de un estimado hermano", BWV 992, de Johann Sebastian Bach. Sus partes tienen títulos muy descriptivos, como "Los amigos lo rodean e intentan disuadirlo de marchar" o "El lamento de los amigos". También destacan "Música acuática" y "La música para los reales fuegos artificiales" de Georg Friedrich Händel.
Música Programática en el Clasicismo
El periodo Clasicismo (finales del siglo XVIII) fue el que tuvo menos música programática. En esta época, la música se valoraba mucho por su estructura interna, especialmente en obras como las sonatas. Sin embargo, se cree que algunas de las primeras sinfonías de Franz Joseph Haydn podrían haber sido programáticas. Por ejemplo, Haydn mencionó una vez que una de sus sinfonías representaba "un diálogo entre Dios y el pecador", aunque no se sabe a cuál se refería.
Un compositor menos conocido de este tiempo, Karl Ditters von Dittersdorf, escribió sinfonías inspiradas en "Las metamorfosis" de Ovidio. La "Sexta Sinfonía" de Ludwig van Beethoven, conocida como "Pastoral", también se considera música programática.
Música Programática en el Romanticismo
La música programática tuvo su mayor auge en el Romanticismo (siglo XIX). La idea de que la música pudiera evocar una experiencia específica, más allá de solo escuchar a los músicos, encajaba con el concepto romántico de "obra de arte total". Este concepto buscaba unir todas las artes (música, teatro, poesía, etc.), como se veía en las óperas de Richard Wagner. Los compositores románticos sentían que las nuevas posibilidades de la orquesta les permitían expresar emociones y aspectos de la vida de una manera más profunda.
Beethoven al principio no estaba muy convencido de la música programática. Dijo de su "Sinfonía n.º 6 "Pastoral" (1808) que era "más una expresión de sentimientos que un poema musical". Aun así, la obra incluye sonidos que imitan el canto de los pájaros, el murmullo de un arroyo y una tormenta. Más tarde, Beethoven compuso la "Sonata para piano Op. 81a "Les adieux"", que describe la despedida y el regreso de su amigo el archiduque Rodolfo de Austria.
La "Sinfonía fantástica" de Hector Berlioz es una narración musical de una historia de amor muy intensa. Franz Liszt no solo creó programas detallados para muchas de sus piezas de piano, sino que también inventó el poema sinfónico, una forma musical programática para orquesta.
En 1874, Modest Músorgski compuso "Cuadros de una exposición" para piano, que describe la experiencia de ver diez pinturas y dibujos de sus amigos en una galería. Más tarde, Maurice Ravel la orquestó. El compositor francés Camille Saint-Saëns también escribió muchos poemas sinfónicos cortos, como la popular "Danza macabra" y algunos movimientos de "El carnaval de los animales". Paul Dukas es recordado por su poema sinfónico "El aprendiz de brujo", basado en un cuento de Goethe. Chaikovski también usó esta forma, destacando su famosa "Obertura 1812", que describe el enfrentamiento entre las tropas rusas y las de Napoleón Bonaparte, incluyendo fragmentos de "La Marsellesa".
Uno de los compositores más dedicados a la música programática fue el alemán Richard Strauss. Creó poemas sinfónicos como "Tod und Verklärung" (que representa el viaje de un hombre y su llegada al cielo), "Don Juan" (basada en la clásica leyenda), "Till Eulenspiegels lustige Streiche" (sobre el personaje legendario alemán Till Eulenspiegel), "Don Quijote" (que describe episodios de la obra de Miguel de Cervantes), "Ein Heldenleben" (sobre la vida de un héroe, a menudo identificado con el propio Strauss) y la "Sinfonía doméstica" (que narra momentos de la vida familiar del compositor). Se dice que Strauss afirmó que con la música se puede describir cualquier cosa, ¡incluso una cuchara de café! También es notable la obra "Peer Gynt" del compositor noruego Edvard Grieg, especialmente la conocida pieza "La mañana".
Música Programática en el Siglo XX
En el siglo XX, la "Suite Lírica" de Alban Berg fue considerada por mucho tiempo música absoluta, es decir, sin un programa. Sin embargo, en 1977 se descubrió que en realidad estaba dedicada a Hanna Fuchs-Robettin. Algunos temas importantes de la obra se basan en las iniciales de sus nombres.
Es importante recordar que la música programática se basa en una idea o historia externa, pero no siempre busca describir algo de forma literal. Tiene toques descriptivos, pero no es lo mismo que la música puramente descriptiva, que solo busca pintar una imagen con sonidos.
Música Popular como Música Programática
El término "música programática" no se usa comúnmente para la música popular. Sin embargo, la idea de piezas instrumentales que cuentan una historia ha continuado en algunos géneros. Por ejemplo, algunas piezas orquestales de jazz, especialmente las de Duke Ellington, tienen un programa.
En la música popular, las piezas instrumentales a menudo tienen títulos que sugieren una imagen o una idea, lo que las hace similares a la música programática. También hay álbumes completos dedicados a desarrollar una idea específica, como "China" de Vangelis o "The Songs of Distant Earth" de Mike Oldfield. Algunos géneros de música popular son más propensos a tener elementos programáticos, como el new age, surf rock, jazz fusion, progressive rock, art rock o varios géneros de techno.
Tipos de Música Programática
Música Descriptiva
Este tipo de música usa sonidos para sugerir fenómenos de la naturaleza (como el mar o las tormentas) o situaciones específicas.
- Ejemplo: "Las cuatro estaciones", de Antonio Vivaldi.
Poema Sinfónico
Es una composición para orquesta que tiene un solo movimiento (una parte). Su forma está inspirada en algo externo a la música, como un poema, una historia o una idea. El objetivo es expresar musicalmente esa idea o poema.
- Ejemplo: "Danza macabra", de Saint-Saëns.
Música Incidental
Es la música que se compone para un momento específico de una obra de teatro. Hoy en día, sería similar a algunas bandas sonoras de películas, es decir, música creada para acompañar imágenes o escenas.
Véase también
En inglés: Programme music Facts for Kids