Luis María Grignion de Montfort para niños
Datos para niños Luis María Grignion de Montfort |
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Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Louis-Marie Grignion | |
Nombre en francés | Louis-Marie Grignion de Montfort | |
Nacimiento | 31 de enero de 1673 Montfort-sur-Meu, Reino de Francia |
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Fallecimiento | 28 de abril de 1716 Saint-Laurent-sur-Sèvre, Reino de Francia |
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Sepultura | Basílica de San Luis María Grignon de Montfort, Saint-Laurent-sur-Sèvre | |
Nacionalidad | Francesa | |
Religión | Catolicismo | |
Información profesional | ||
Ocupación | Sacerdote católico, teólogo y misionero | |
Información religiosa | ||
Beatificación | 1888 por el papa León XIII. | |
Canonización | 1947 por el papa Pío XII | |
Festividad | 28 de abril | |
Venerado en | Iglesia católica | |
Obras notables | Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen | |
Orden religiosa | Compañía de María Monfortana y Tercera orden de Santo Domingo | |
Luis María Grignion de Montfort Robert, también conocido como el Padre de Montfort o San Luis María de Montfort, fue un sacerdote católico, teólogo y misionero francés. Nació el 31 de enero de 1673 en Montfort-sur-Meu, Francia, y falleció el 28 de abril de 1716 en Saint-Laurent-sur-Sèvre, Francia.
Fue reconocido como santo por el papa Pío XII en 1947. En el año 2000, durante el pontificado de San Juan Pablo II, se inició un proceso para que fuera declarado Doctor de la Iglesia.
Luis María Grignion de Montfort fundó dos congregaciones religiosas: la Compañía de María Monfortana (para sacerdotes) y las Hijas de la Sabiduría (para mujeres). Sus ideas teológicas influyeron mucho en la mariología, que es el estudio de la Virgen María en la Iglesia católica.
Trabajó como misionero en las regiones del noroeste de Francia, como Poitou y Bretaña. Al principio de su sacerdocio, se dedicó a cuidar hospitales y ayudar a los pobres. Después de un encuentro con el pontífice, se enfocó casi por completo en la predicación de misiones.
Su trabajo misionero lo hizo muy popular. Ayudó a que el catolicismo se extendiera más en esas regiones. Sin embargo, también recibió críticas de algunos grupos religiosos de la época, con quienes tuvo desacuerdos.
Escribió varios libros donde explicaba sus enseñanzas espirituales. Su obra más conocida es el libro Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen. En este libro, presenta su forma de entender la devoción a la Virgen María. Luis María promovió una forma especial de devoción a María, a la que llamó "la verdadera devoción", y también impulsó la práctica del Rosario.
Contenido
Biografía de Luis María Grignion de Montfort
Sus primeros años y familia
Luis María Grignion de Montfort nació el 31 de enero de 1673 en Montfort-sur-Meu, cerca de Rennes, en la región francesa de Bretaña. Sus padres fueron Jean-Baptiste Grignion, un abogado, y Jeanne Robert. Fue el segundo de dieciocho hijos, pero se convirtió en el mayor después de que su hermano falleciera a los cuatro meses de edad.
Fue bautizado al día siguiente de su nacimiento con el nombre de Luis. Más tarde, ya de adulto, añadió el nombre de María en honor a la Virgen María. Durante sus primeros dos años y medio, fue cuidado por una nodriza llamada "la madre Andrea", una campesina que también cuidaba a otros niños de la familia.
Desde pequeño, Luis mostró una fe muy fuerte. Le gustaba hablar de Dios y orar en silencio. A menudo se arrodillaba con su rosario frente a una imagen de la Virgen María. Su profunda fe influyó en sus hermanos, especialmente en su hermana menor, Guyonne Jeanne, a quien llamaban "Luisa". Luis le decía: "Serás muy hermosa y todos te querrán, si amas a Jesucristo".
Estudios y camino al sacerdocio
Luis María estudió en el colegio de los jesuitas en Rennes. Después, ingresó al seminario en París. Ya como sacerdote, se destacó como predicador en el oeste de Francia. Esta zona había sido afectada por conflictos religiosos, y él ayudó a fortalecer la fe católica allí.
En 1692, Luis María viajó a pie casi 400 kilómetros desde Rennes hasta París para asistir al seminario de Saint-Sulpice. En el camino, dio todo lo que tenía a las personas necesitadas. Al llegar a París, no tenía dinero para pagar el seminario, ni siquiera el más económico.
Durante tres años, Luis María Grignion de Montfort estudió en comunidades pequeñas para seminaristas con pocos recursos. Al principio, una noble parisina, amiga de su familia, lo ayudó a pagar sus estudios. Sin embargo, en 1693, ella dejó de apoyarlo. Para seguir estudiando, Luis María y tres de sus hermanos trabajaron cuidando el cementerio de la iglesia de Saint-Sulpice.
En 1695, fue aceptado en el "pequeño seminario". Allí, su director espiritual, François Leschassier, notó su gran preparación y le permitió asistir solo a las clases nocturnas. Luis María también fue nombrado bibliotecario del seminario, lo que le permitió leer muchos libros sobre la devoción a la Virgen María.
En 1699, por sus buenos resultados académicos, fue elegido para representar al seminario en la peregrinación anual a la Catedral de Chartres, un lugar importante de devoción a la Virgen en Francia.
El 5 de junio de 1700, Luis María Grignion de Montfort fue ordenado sacerdote. Su deseo era ser misionero en Canadá, pero su superior le pidió que se quedara en el seminario para formar a otros sacerdotes. Él no aceptó esa tarea y fue enviado a Nantes, a una comunidad de sacerdotes misioneros. Sin embargo, se sintió decepcionado porque no tenía suficiente oportunidad para realizar actividades pastorales.
Su trabajo en Poitiers
En 1701, Luis María Grignion de Montfort fue a Poitiers. Allí visitó el hospital de la ciudad, que también era un refugio para ancianos y personas sin hogar. Como el hospital no tenía capellán, decidió encargarse de esa labor.
En una sala del hospital, a la que llamó "La Sabiduría", reunió a algunos pacientes con interés en la vocación religiosa para formar una comunidad de oración. En Poitiers, conoció a Marie Louise Trichet, una joven de diecisiete años que se convirtió en su guía espiritual. Marie-Louise quería ser monja, y Luis María la ayudó a unirse a la comunidad de "Sabiduría", convirtiéndola en la primera Hija de la Sabiduría.
Algunos administradores del hospital se opusieron a su trabajo, y en 1703, Luis María tuvo que dejar Poitiers. Regresó a París y quiso trabajar en otro hospital, pero tampoco fue bien recibido. Decidió visitar a sus antiguos profesores, pero lo consideraron un sacerdote "singular y excéntrico".
Decepcionado, se retiró a Mont-Valérien para dedicarse a la oración con una comunidad de ermitaños. Allí pudo ejercer su ministerio durante aproximadamente un año. En 1704, recibió una carta de los pacientes del hospital de Poitiers pidiéndole que regresara.
Luis María Grignion de Montfort regresó a Poitiers como director del hospital. Mejoró el lugar, lo hizo más limpio y ordenado, y amplió su comunidad. Sin embargo, después de unos quince meses, surgieron nuevos conflictos con los administradores. Por sugerencia del obispo, renunció y dejó el hospital a cargo de sor Marie-Louise.
El obispo de Poitiers le propuso entonces predicar misiones en la ciudad y su diócesis, lo cual Luis María aceptó con entusiasmo. Preparó un plan que incluía misiones en las parroquias, catequesis para niños y adultos, retiros espirituales, y la restauración de iglesias y capillas. Una de sus restauraciones más importantes fue la del Baptisterio de San Juan de Poitiers.
En 1705, conoció a Mathurin Rangeard, un joven laico que decidió seguirlo en sus misiones y permaneció con él hasta su muerte. Las dificultades con las autoridades locales continuaron, y el obispo le aconsejó dejar la diócesis nuevamente.
Encuentro con el Papa Clemente XI
Luis María Grignion de Montfort decidió ir a Roma a buscar el consejo del papa. Salió de Poitiers en marzo de 1706 y llegó a Roma a finales de mayo. Se reunió con el papa Clemente XI a principios de junio. El Papa le aconsejó quedarse en Francia y le dijo: "Tienes un campo lo suficientemente grande como para ejercitar tu celo. No vayas a ningún lado y siempre trabajarás en perfecta sumisión a los obispos de las diócesis en las que será llamado. De esta manera, Dios bendecirá su trabajo. En sus diversas misiones, enseñe la doctrina a la gente y a los jóvenes con fuerza y renueve solemnemente las promesas del bautismo".
El Papa lo nombró misionero apostólico y le entregó un crucifijo que Luis María siempre llevó consigo. Después de la reunión, regresó a Poitiers, pero el obispo le pidió que se fuera de la ciudad al día siguiente. Entonces, se dirigió a Angers, donde le sugirieron predicar una misión en su región natal, Bretaña.
Misiones en Bretaña
En su viaje a Bretaña, acompañado por Mathurin, visitó la Abadía de Fontevrault y se reunió con su hermana Silvye. También hizo una peregrinación al Mont Saint-Michel, un santuario dedicado a San Miguel, a quien era muy devoto. Llegó a Rennes en octubre de 1707.
A principios de 1707, se unió a un grupo de misioneros liderado por Jean Leuduger. Trabajó con ellos en las diócesis de Saint-Brieuc y Saint-Malo. Leuduger usaba un método misionero que incluía la participación de clérigos y fieles en ceremonias públicas y desfiles.
Durante sus misiones con Leuduger, Luis María Grignion de Montfort regresó a su pueblo natal después de diecisiete años y fue recibido con alegría. En julio, comenzó una misión que se extendió a Montfort-la-Cane, Bécherel y Saint-Suliac.
Mientras estaba en La Chèze, vio la capilla de Notre Dame de Pieté en ruinas y decidió reconstruirla con la ayuda de personas de las ciudades cercanas. El día de la inauguración, celebró una misa a la que asistieron personas de unas treinta parroquias.
Sin embargo, otros misioneros no estaban de acuerdo con los métodos de Luis María, a quienes consideraban "excéntricos". Esto llevó a que Leuduger lo expulsara. Después de un sermón sobre la oración por los difuntos, Luis María pidió limosna para las celebraciones fúnebres, lo cual iba en contra de las reglas de los misioneros.
Este rechazo lo desanimó. Decidió retirarse con Mathurin y otro laico, Jean, a Saint-Lazare, cerca de Montfort. Allí restauraron una antigua capilla y vivieron como ermitaños. Sin embargo, la gente comenzó a visitarlos para llevarles comida y asistir a misa, convirtiendo la ermita en una especie de parroquia. Esto molestó a los vecinos y párrocos, y en 1708, Luis María Grignion de Montfort dejó Saint-Lazare por orden del obispo.
El "gran calvario" de Pontchâteau
Luego fue a Nantes por invitación de su amigo, el vicario general Jean Barrin. Comenzó a predicar una misión en Pontchâteau, a 30 km de Nantes, junto con el sacerdote Gabriel Olivier. Les dijo a las personas que quería construir un "gran Calvario", un lugar de peregrinación con capillas y estatuas que recordarían la colina donde murió Cristo.
Luis María Grignion de Montfort encontró una llanura casi circular, a la que llamó "la tierra de Magdalena". Allí planeó construir un montículo artificial de 330 metros de ancho con un foso alrededor. Después de obtener permiso de los dueños, comenzó a trabajar en el verano de 1709. El proyecto fue un gran éxito y contó con el apoyo de la diócesis. Cientos de personas trabajaron con entusiasmo, trayendo tierra y materiales.
En septiembre, se colocaron las tres cruces con Cristo y los dos ladrones en la colina, junto con estatuas de María, San Juan y María Magdalena. También se construyeron pequeñas capillas y se plantó un bosque en forma de rosario.
Después de quince meses de trabajo, la colina estaba terminada. Se decidió inaugurarla el 14 de septiembre de 1710. Sin embargo, la víspera, llegó una orden del obispo de no inaugurarla, y desde Versalles se ordenó desmantelarla. Las autoridades temían que su ubicación cerca de la costa y su altura pudieran ser usadas por los británicos para invadir Francia.
Luis María Grignion de Montfort pasó la noche del 14 con el obispo para entender las razones. Aunque no se pudo inaugurar oficialmente, las festividades se llevaron a cabo de todos modos. Dos semanas después, el comandante de la milicia de Pontchâteau recibió la orden de destruir el calvario. Reunió a 500 hombres que, aunque al principio se negaron, finalmente lo demolieron lo más lentamente posible. Después de estos eventos, Luis María decidió tomar un descanso y hacer un retiro espiritual con los jesuitas en Nantes.
Permaneció en Nantes varios meses, predicando en parroquias, formando grupos de oración para rezar el Rosario y trabajando en un hospital. También colaboró con un grupo llamado "Amigos de la oración de la Cruz", para quienes escribió la Carta a los Amigos de la Cruz.
Organizaciones fundadas por Luis María Grignion de Montfort
En 1705, el papa Clemente XI lo nombró Misionero Apostólico para Francia. Antes, en 1703, fundó junto con la beata Marie Louise Trichet la congregación femenina de las Hijas de la Sabiduría. Esta congregación se dedica principalmente a ayudar a los más necesitados.
También fundó la Compañía de María Monfortana (Societas Mariae Montfortana), una congregación de sacerdotes misioneros conocidos como los padres o hermanos montfortianos. Años más tarde, de ellos surgió la Congrégation enseignante des Frères du Saint-Esprit, que hoy se conoce como Hermanos de San Gabriel, dedicados a la educación. Las tres congregaciones fundadas por San Luis María Grignion de Montfort están presentes en los cinco continentes.

Luis María Grignion de Montfort fue beatificado en 1888 y canonizado en 1947 por el papa Pío XII. San Juan Pablo II se inspiró en Luis María Grignion de Montfort y adoptó como lema episcopal Totus tuus, una frase de consagración a María que el santo francés usaba.
Misionero en la Vendée
La historia del Calvario de Pontchâteau hizo a Luis María aún más conocido. Fue invitado por los obispos de Luçon y La Rochelle a sus diócesis.
A principios de 1711, llegó a Vandea. Inmediatamente comenzó una misión en Sallertaine, que terminó con la construcción de un Calvario. Esta vez, fue un proyecto más pequeño, con la ayuda solo de los feligreses locales. Aunque fue inaugurado, también fue destruido por las autoridades militares por las mismas razones que el anterior. Esto lo obligó a dejar la diócesis.
En mayo de 1711, llegó a La Rochelle por invitación del obispo Étienne de Champflour, quien le dio una parroquia en Lhoumeau, un pequeño pueblo costero. En los últimos cinco años de su vida, organizó muchas misiones en las provincias de Aunis y Poitou. También predicó en París en 1713, en Ruan en 1714, y en San-Lô.
Gracias a sus experiencias anteriores, en Vandea desarrolló un método misionero personal. Primero, invitaba a la gente a escuchar sus predicaciones, que preparaban para la confesión individual y la participación en la eucaristía. Sus sermones eran seguidos por canciones que él mismo escribía y que los fieles aprendían. Se realizaban celebraciones públicas y procesiones, y se restauraban iglesias y capillas. Al final de la misión, Luis María Grignion de Montfort renovaba las promesas bautismales, como le había aconsejado el papa Clemente XI, proponiendo un "pacto con Dios" que era una forma de consagración a Cristo a través de María. También recomendaba el rezo del Rosario y hacía plantar una cruz o construir un pequeño jardín como recuerdo de la misión.
En Vandea, también realizó acciones sorprendentes. En Roussay, interrumpió su sermón para entrar en una taberna cercana, donde volcó las mesas y obligó a los clientes a seguirlo a la iglesia. En La Rochelle, entró en un lugar para ayudar a las personas a cambiar su vida. A menudo se enfrentaba públicamente con personas de diferentes grupos sociales y religiosos, lo que a veces llevaba a conversiones.
En septiembre de 1712, comenzó a enfermarse. Se sometió a una operación dolorosa, y aunque fue exitosa, sintió que no viviría mucho tiempo. En los años siguientes, sufrió varios ataques: casi fue capturado por piratas, escapó de un atacante en una calle de La Rochelle, y sobrevivió a un intento de envenenamiento. Él creía que los responsables de estos ataques eran grupos religiosos opuestos a él. Su amigo Jean-Baptiste Blain lo vio en 1714 y notó que estaba muy cambiado, agotado por el trabajo y las dificultades.
Al darse cuenta de que su vida no duraría mucho, decidió dedicarse a su proyecto más importante: formar una "Compañía de María", una sociedad de sacerdotes misioneros que, bajo la protección de la Virgen María, se dedicarían a enseñar el catecismo a los pobres y a invitar a las personas a la devoción a María.
Regresó al seminario de la Iglesia de San Sulpicio (París) con la esperanza de encontrar jóvenes sacerdotes que quisieran unirse a él. Allí, distribuyó las reglas de la compañía que había escrito en 1713, a las que llamó "Regla de los sacerdotes misioneros de la Sociedad de María". Estas reglas incluían un voto de pobreza y obediencia.
De regreso en La Rochelle, en abril de 1714, terminó una misión y escribió a Marie Louise Trichet. La invitó a unirse a él para dirigir la rama femenina de la Sociedad de María, las Hijas de la Sabiduría, que bajo la dirección de Marie-Louise se había vuelto muy importante en Poitiers.
En junio, fue a Ruan para pedirle a su amigo Jean-Baptiste Blain que se uniera a él. Sin embargo, Blain, que se había convertido en Canónigo y llevaba una vida cómoda, no dejó su puesto para seguirlo.
En la primavera de 1715, regresó a Vandea y se reunió con Marie Louise Trichet, quien había fundado una escuela. Juntos escribieron la "Regla primitiva de la Sabiduría", que fue aprobada el 1 de agosto de 1715. Una semana después, Marie-Louise Trichet y Catherine Brunet, la primera joven que se unió a Marie-Louise, hicieron sus votos. Esta "regla" era diferente de la de la Sociedad de María, ya que Luis María Grignion de Montfort le dio más autonomía a Marie-Louise, permitiéndole tomar decisiones sobre el futuro de las Hijas de la Sabiduría.
En los meses siguientes, hasta la primavera de 1716, se trasladó a Vouvant, luego hizo misiones en Fontenay-le-Comte y Mervent. En Mervent, vivió como ermitaño en una cueva durante unos meses. En Saint-Pompain, organizó un grupo de personas, los "Penitentes Blancos de Saint-Pompain", que peregrinaban a Saumur al Santuario de Lourdes para pedir "buenos misioneros de Dios".
Finalmente, el 1 de abril de 1716, comenzó su última misión en Saint-Laurent-sur-Sèvre. El obispo de la diócesis anunció que lo visitaría el 22 de abril, y Luis María Grignion de Montfort quiso organizar una gran bienvenida. Sin embargo, ya estaba muy débil por sus esfuerzos y, casi al final de la misión, enfermó de pulmonía. Falleció la tarde del 28 de abril de 1716. Fue enterrado en Saint-Laurent-sur-Sèvre, en la basílica que hoy lleva su nombre.
Reconocimiento y legado
Luis María Grignion de Montfort murió con fama de santidad. La gente comenzó a peregrinar a su tumba en Saint-Laurent-sur-Sèvre, que fue llamada "la ciudad santa de Vandea". Se le atribuyeron milagros de curación, y sus devotos le pedían ayuda. Los pocos Misioneros de la Compañía de María continuaron sus misiones siguiendo el método de su fundador. A diferencia de la rama masculina, las Hijas de la Sabiduría crecieron rápidamente y fueron solicitadas en hospitales y escuelas.
Durante la Revolución Francesa, hubo medidas contra las órdenes religiosas, lo que afectó a los montfortianos. Las guerras en Vandea también impactaron la región. Los montfortianos tuvieron que esperar el regreso de la monarquía, y alrededor de 1820, las dos congregaciones lograron reorganizarse.
Para iniciar el proceso de su beatificación, se recuperaron todos los escritos de Luis María Grignion de Montfort, incluyendo el "Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen", que se publicó por primera vez en 1842. El papa Gregorio XVI lo proclamó venerable el 7 de septiembre de 1838.
Fue beatificado el 22 de enero de 1888 por el papa León XIII, quien valoró mucho sus enseñanzas espirituales. Después de su beatificación, las ideas de Luis María se convirtieron en objeto de estudio e inspiración para la Iglesia y para muchas congregaciones misioneras que surgieron a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Por ejemplo, el papa Pío X en 1908, escribió una dedicatoria en una copia de la "Verdadera devoción", concediendo la bendición apostólica a quienes leyeran el libro.
Fue canonizado el 20 de julio de 1947 por el papa Pío XII, quien lo admiraba mucho. El papa Juan Pablo II fue especialmente devoto de San Luis María Grignion de Montfort y de su "Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen". Juan Pablo II promovió mucho la espiritualidad montfortiana, que está muy presente en sus enseñanzas. Como su lema, eligió las palabras: "Totus tuus" (Todo tuyo), que provienen del "Tratado".
El 20 de julio de 1996, San Juan Pablo II incluyó a San Luis María Grignion de Montfort en el calendario de los Santos. El 19 de septiembre de ese mismo año, peregrinó a su tumba en Saint-Laurent-sur-Sèvre. El 9 de febrero de 2000, se inició un proceso para que San Luis María Grignion de Montfort fuera proclamado Doctor de la Iglesia.
La basílica de San Luis María Grignion de Montfort en Saint-Laurent-sur-Sèvre es visitada cada año por unos 25.000 peregrinos.
Obras literarias de Luis María Grignion de Montfort
Las obras de Luis María Grignion de Montfort incluyen varios libros importantes y muchos cánticos religiosos populares.
El amor de la sabiduría eterna
El amor de la sabiduría eterna es una de las obras más importantes de San Luis María Grignion de Montfort. Sirve de base para todos sus otros escritos, especialmente el Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen. Lo escribió en 1703, mientras estaba en París, después de dejar el Hospital de la Pitié-Salpêtrière. Pasó unos meses en una pequeña casa cerca del noviciado de los jesuitas, dedicándose a la oración, la meditación y la lectura en la biblioteca que le ofrecieron.
En este libro, San Luis María Grignion de Montfort explica que la Sabiduría Eterna es un conocimiento esencial que debemos buscar. Distingue entre la verdadera sabiduría, que es el "sabor de la verdad", y la falsa sabiduría, que es "el sabor de la mentira velada".

Luego, describe el origen de la sabiduría usando citas de la Biblia y de San Agustín. Presenta las "maravillas de la sabiduría divina" en la creación del mundo y del hombre, y la "bondad y misericordia de la sabiduría divina" después del pecado original.
Enumera los dones que reciben quienes poseen la Sabiduría Eterna: la capacidad de juzgar, de compartir el conocimiento, alegría, dulzura, paz, virtudes teologales y morales, y la inspiración para grandes obras para la gloria de Dios.
La segunda parte del libro trata sobre la "Sabiduría encarnada", que es Cristo. Resume la vida de Cristo, desde la Anunciación a María hasta sus sufrimientos en la Cruz. Destaca que el mundo no conoció a Cristo, la Sabiduría encarnada. Al hablar de la Cruz, hace una reflexión clave de su enseñanza: "Aquí, en mi opinión, es el mayor 'secreto del rey', el mayor misterio de la Sabiduría Eterna: la Cruz".
La Cruz, aunque vista como un "escándalo y humillación", es el medio que la sabiduría usó para "redimir al mundo" y mostrar la gloria de Dios. Por eso, la sabiduría no acepta a nadie como hijo o discípulo si no lleva la Cruz con orgullo y sin rechazo.
Finalmente, en la última parte, enumera "los cuatro medios para adquirir la Sabiduría divina": un deseo ardiente, una oración continua, la mortificación universal (desapego del mundo, viviendo en pobreza y humildad), y la "verdadera devoción a María". Explica brevemente qué es la "verdadera devoción" y por qué es necesario consagrarse a Dios a través de ella.
Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen
El Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen es la obra principal de San Luis María Grignion de Montfort. Fue escrito en los últimos años de su vida, probablemente alrededor de 1712, en su casa de La Rochelle. La historia de este "Tratado" no se conoce con certeza, y permaneció oculto durante casi 130 años. Se cree que Luis María Grignion de Montfort se lo dio al obispo de La Rochelle para que lo guardara, porque esperaba que "bestias furiosas" intentaran destruirlo o mantenerlo en secreto. Es probable que se refiriera a los jansenistas, con quienes tuvo desacuerdos sobre la devoción mariana.
Se piensa que durante la Revolución Francesa, el tratado fue escondido en una caja enterrada cerca de su sede en Saint-Laurent-sur-Sèvre para protegerlo. Después de la Revolución, la caja fue desenterrada, y el Tratado fue encontrado por casualidad en la biblioteca de la casa madre por el padre Gabriel Deshayes en 1842.
El manuscrito apareció con algunas páginas faltantes al principio y al final, incluyendo el título. El título "Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen" fue elegido por el Superior de los Montfortianos en el momento de su publicación en 1843.
El "Tratado" se divide en tres partes. En la primera, Luis María Grignion de Montfort explica su enseñanza sobre la Virgen María, destacando la importancia de la devoción a ella como el camino más seguro para consagrarse a Dios.
En la segunda parte, antes de hablar de la devoción, establece las "verdades fundamentales de la devoción a María": que debe tener a Cristo como objetivo final. Si la devoción es un fin en sí misma, se convierte en "falsa devoción". Distingue siete tipos de "devotos falsos": críticos, escrupulosos, externos, presuntuosos, inconstantes, hipócritas e interesados. Cada tipo practica la devoción de una manera que no es la correcta.
La segunda parte termina presentando la "verdadera devoción" y sus prácticas internas y externas. La "verdadera devoción" es interior (nace del corazón), tierna (confianza como la de un niño), santa (aleja del pecado), constante (no abandona las prácticas de piedad) y desinteresada (su único fin es llegar a Cristo a través de María).
En la tercera parte del "Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen", San Luis María Grignion de Montfort explica el punto central de su enseñanza: la consagración total a Cristo a través de María.
Luego, describe las prácticas internas y externas necesarias para esta consagración. Propone siete prácticas exteriores: ejercicios preparatorios, la recitación diaria de la "Coronilla de la Santísima Virgen", llevar una cadena de hierro bendecida como símbolo de ser "esclavo de Jesús en María", celebrar la solemnidad de la Anunciación, el rezo diario del Ave María y el Rosario, el rezo del Magnificat y el desapego del mundo. Las prácticas internas consisten en actuar de cuatro maneras: por María, con María, en María y por María, es decir, según el espíritu de María, imitando a María, en unión con María y al servicio de María.
El "Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen" concluye con un método para preparar y recibir la eucaristía, y el texto para la consagración que debe ser pronunciada y firmada.
El secreto de María
El Secreto de María fue escrito después del Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen y presenta la misma enseñanza de una manera más sencilla y corta.
En la introducción, lo llama "El gran secreto para convertirse en santo". El libro se divide en dos partes. En la primera, explica la necesidad de santificarse a través de María y describe su papel con Dios y los hombres, reafirmando la importancia de la devoción mariana. En la segunda parte, presenta la "verdadera devoción", sin describir las "devociones falsas". Describe tres tipos de devoción: cumplir los deberes cristianos, evitar el pecado y orar a María; tener estima, amor, confianza y veneración por la Virgen; y la devoción total a María, que es el tema principal del libro.
Propone temas clave de su enseñanza mariana, como la "servidumbre en Jesús a través de María", que resume tres tipos de servicio: por naturaleza (todos los hombres), por fuerza (demonios y condenados) y por amor y voluntad (la forma más perfecta de entregarse a Dios a través de María). También habla de la "consagración a Jesús por María", indicando su importancia y los efectos que produce en quienes la practican, y resume las prácticas internas y externas.
Finalmente, presenta dos oraciones a Jesús y María que no están en el "Tratado", y una conclusión llamada "El árbol de la vida, que es la manera de vivir y reinar en nosotros María".
El Secreto admirable del Santísimo Rosario
El Secreto admirable del Santísimo Rosario, para ser convertido y ser salvo fue escrito por San Luis María en los últimos años de su vida, probablemente después de 1710. El libro se divide en cinco partes, cada una correspondiente a una decena del Rosario, y cada "decena" se divide en diez párrafos, como las cuentas del Rosario.
En la "primera década", titulada "La excelencia del Santo Rosario en el origen y en el nombre", habla del Rosario y el origen de su nombre, contando la historia de Santo Domingo.
En la "segunda década", "La excelencia de las oraciones del rosario que lo componen", analiza y comenta las oraciones del Rosario, especialmente el Padre Nuestro y el Ave María. Dedica más reflexión al Ave María, considerándola su "oración favorita" y una forma de distinguir a quienes son guiados por el espíritu de Dios.
En la "tercera década", "La excelencia del Rosario en la meditación de la vida y la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo", analiza los misterios del Rosario, explicando su importancia como "medio de una gran perfección" no solo para sacerdotes y religiosos, sino también para laicos.
En la "cuarta década", "La excelencia del Rosario en las maravillas de Dios hechas a su favor", presenta los efectos del Rosario, narrando eventos importantes en la vida de figuras históricas que se atribuyen a la recitación diaria del Rosario.
Finalmente, en la última "década", "La manera de recitar el Rosario", aconseja rezarlo con cuidado, sin distracciones, de rodillas, con las manos juntas y el rosario entre los dedos. Recomienda rezarlo en dos coros, "con fe, humildad, confianza y perseverancia".
El libro termina con "Las reglas principales del Santo Rosario", que resumen esquemáticamente el "Secreto del Rosario".
Carta a los amigos de la Cruz
La Carta a los amigos de la Cruz es una larga carta que escribió en 1711, antes de ir a la Vendée. Estaba dirigida a "Amigos de la Cruz", una asociación de Nantes con la que colaboró.
En la carta, Luis María Grignion de Montfort reflexiona sobre la Cruz, basándose en el versículo del Evangelio de Mateo: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame". Explica que la perfección cristiana consiste en querer ser santo, negarse a sí mismo, sufrir y seguir a Cristo.
Sostiene que los pecados deben ser castigados, ya sea en este mundo o en el próximo. Como prueba, menciona a santos que sufrieron grandes tormentos en vida y alcanzaron la santidad a través de ese sufrimiento.
En la segunda mitad de la carta, enumera algunas reglas para "llevar la cruz como Cristo la trajo":
- No buscar cruces a propósito.
- Siempre considerar el bien de los demás.
- No pretender ser como los santos, sino admirar su virtud.
- Pedir a Dios la sabiduría de la cruz.
- Humillarse si un error causa sufrimiento.
- Recordar que Dios permite el sufrimiento para purificar.
- Aprovechar los pequeños sufrimientos más que los grandes.
- Amar la cruz con un "amor de la razón" y un "amor de la fe".
- Sufrir cualquier cruz sin excepciones.
- Tener en cuenta cuatro cosas al sufrir bien: la mirada de Dios, la mano de Dios, las heridas de Cristo y la recompensa en el cielo.
- Nunca quejarse de las cruces que otros infligen.
- Recibir la cruz con gratitud.
- Elegir algunas cruces voluntariamente.
Carta circular a los habitantes de Montbernage
La Carta circular a los habitantes de Montbernage es una carta que San Luis María Grignion de Montfort escribió en 1706. Fue después de dejar el hospital de Poitiers y comenzar a predicar misiones. En ella, saluda a los habitantes de varias parroquias antes de partir a Roma para encontrarse con el papa Clemente XI.
Aunque escrita al principio de su ministerio, esta carta ya presenta gran parte de su enseñanza. Recomienda a sus feligreses "brillar en todas partes con verdadera devoción a la Virgen", "practicar sus promesas bautismales", "rezar el rosario todos los días en público y en privado" y "asistir a los sacramentos al menos cada mes".
También propuso por primera vez la "servidumbre de Jesús en María", firmando la carta como "Luis María Grignion de Montfort, sacerdote y esclavo indigno de Jesús en María".
Otros escritos importantes
Luis María Grignion de Montfort también escribió otros textos importantes, incluyendo las reglas de las asociaciones e institutos que fundó:
- La Cruz de la Sabiduría de Poitiers: Una cruz creada en el hospital general de Poitiers entre 1701 y 1703 para la comunidad de oración "La Sabiduría". Contenía su programa de vida espiritual.
- Las Misas y las Lecciones de la Sabiduría Divina: Un pequeño libro de enseñanzas para las Hijas de la Sabiduría, que detallaba su programa.
- Las Reglas de los sacerdotes misioneros de la Sociedad de María: Escritas alrededor de 1710 para sus pocos compañeros de la Sociedad de María. Junto con la "Oración por los misioneros" y la "Carta a los miembros de la Sociedad de María", forman parte de las reglas actuales de la Sociedad de María.
- La oración por los misioneros: Una oración que compuso en los últimos años de su vida, pidiendo a Dios que formara su compañía de sacerdotes misioneros con características específicas.
- La Carta a los asociados de la Sociedad de María: Una breve carta dirigida a los miembros de la Sociedad de María, cuando aún eran pocos. Los animaba a no desanimarse si el número de miembros era bajo.
- La primitiva Regla de Sabiduría: La regla que escribió en 1715 junto con Marie Louise Trichet para las Hijas de la Sabiduría.
Además, existen las regulaciones de varias asociaciones que creó, como la "Sociedad de las 44 vírgenes" o los "Penitentes blancos". Estas regulaciones buscaban mantener a sus miembros alejados de comportamientos inapropiados. Los miembros de la "Sociedad de las Vírgenes" (que no podían exceder los 44 inscritos) hacían un voto de pureza temporal. Los "Penitentes Blancos" eran hombres que se dedicaban a la oración y la penitencia, lejos de los placeres, para hacer una peregrinación al santuario de la Virgen en Saumur que Luis María organizó en 1716.
También se conservan 34 de sus "Cartas", que han sido útiles para reconstruir su biografía.
De los "Cánticos" que escribió para ser cantados durante las misiones, aún se conservan 164. Aunque no tienen un gran valor literario, contienen referencias a sus enseñanzas espirituales.
Dictó su "Testamento" el 27 de abril al Padre Mulot, a quien había nombrado su sucesor como superior general de la Sociedad de María. El testamento fue útil para conocer los nombres de sus pocos compañeros.
- El "Libro de los Sermones" es un cuaderno manuscrito que Luis María Grignion de Montfort comenzó a escribir cuando era seminarista y usaba para sus notas de las misiones.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Louis de Montfort Facts for Kids
- Marie Louise Trichet
- Hijas de la Sabiduría
- Hermanos de San Gabriel
- Compañía de María Monfortana
- Misioneros de la Compañía de María
- El amor de la sabiduría eterna
- Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen
- El secreto de María
- El Secreto admirable del santísimo rosario