Isidoro Máiquez para niños
Datos para niños Isidoro Máiquez |
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Información personal | ||
Nacimiento | 17 de marzo de 1768 Cartagena (España) |
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Fallecimiento | 17 de marzo de 1820 Granada (España) |
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Nacionalidad | Española | |
Familia | ||
Cónyuge | Antonia Prado | |
Información profesional | ||
Ocupación | Actor de teatro, dramaturgo y empresario de teatro | |
Años activo | 1791-1820 | |
Isidoro Máiquez (nacido en Cartagena el 17 de marzo de 1768 y fallecido en Granada el 18 de marzo de 1820) fue un actor español muy famoso. Vivió entre finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX. Se le considera uno de los mejores actores de su tiempo. Fue una persona con ideas modernas para su época y el famoso pintor Goya hizo un retrato suyo en 1807.
Contenido
La vida de Isidoro Máiquez: Un actor brillante
Isidoro Máiquez nació en una familia de actores. Aunque su padre no quería que siguiera la tradición, Isidoro empezó a actuar muy joven. Trabajó en teatros de varias ciudades de España, como Cartagena, Málaga, Valencia y Granada.
¿Cuándo debutó Isidoro Máiquez en Madrid?
Su primera actuación importante en Madrid fue en el Teatro del Príncipe en 1791. Formaba parte de la compañía del actor Martínez. En esa compañía también estaban actrices destacadas como María del Rosario Fernández, conocida como "la Tirana", y Rita Luna. Ambas también fueron retratadas por Goya. Isidoro se casó con Antonia Prado, quien también era actriz.
A finales del siglo XVIII, la forma de actuar en España era un poco anticuada. Máiquez cambió esto. Él trajo la energía y la naturalidad de las obras cortas y divertidas (llamadas entremeses) a las obras de teatro más serias. Este cambio lo hizo pasar de ser un actor desconocido a ser el actor principal del Teatro del Príncipe. Su primer gran éxito fue con la obra El celoso confundido, que se presentó en el Teatro de los Caños del Peral el 20 de junio de 1801.
¿Cómo se formó Máiquez y qué obras interpretó?
Isidoro Máiquez admiraba mucho al escritor Shakespeare y a un actor francés llamado François-Joseph Talma. El gobierno español, con la ayuda del ministro Manuel Godoy, le dio dinero para que viajara a París. Allí pudo conocer a Talma y aprender de su forma de actuar.
Máiquez regresó a España en 1802 y tuvo mucho éxito con varias obras. Algunas de las más importantes fueron Otelo de Shakespeare en 1802, Macbeth un año después, Polinice de Vittorio Alfieri, y La vida es sueño de Pedro Calderón de la Barca. También actuó en Pelayo de Manuel José Quintana, Bruto de Alfieri y Numancia de Miguel de Cervantes.
El Reglamento de Máiquez: Ideas para mejorar el teatro
Además de actor, Máiquez también escribió un Reglamento en 1818. En este documento, propuso ideas importantes para mejorar el teatro en Madrid:
- Crear una junta para manejar el dinero de los teatros. Estaría formada por los empresarios y dos actores de cada teatro.
- Unir los intereses de las compañías de teatro que hacían obras habladas con las que hacían obras cantadas y de baile.
- Mantener el puesto de "autor" (que en esa época era como el empresario del teatro).
- Dar más importancia al director de escena. Su opinión sería la más importante para organizar el trabajo y los ensayos. Si había problemas, el corregidor (una autoridad de la ciudad) podría ayudar a resolverlos.
- Anunciar los nombres de los artistas en los carteles de las obras.
- Quitar a los vendedores ambulantes de los teatros.
- Empezar las funciones por la noche.
- Eliminar el personaje del "gracioso" que anunciaba las siguientes funciones.
- Las compañías de teatro estarían bajo la autoridad del corregidor de la ciudad.
Máiquez también fue uno de los primeros en defender la creación de una Escuela Nacional de Declamación. Esta escuela enseñaría a los actores a hablar y actuar correctamente. Enrique Funes, un experto en el tema, escribió que Máiquez logró establecer la dirección de escena, algo que no existía antes de él. Dijo que Máiquez unió la forma de actuar en tragedias, comedias y otros géneros.
Máiquez también se preocupaba por el vestuario y la decoración en sus obras, siguiendo el ejemplo de Talma. Fue un gran maestro y ayudó a actores jóvenes como Manuel Eduardo de Gorostiza. Entre sus alumnos estuvieron Carlos Latorre, Antonio Guzmán, Andrés Prieto, Rafael Pérez y Joaquín Caprara. Los historiadores lo consideran el gran reformador del teatro español.
Desafíos y el final de su vida
Cuando comenzó la Guerra de la Independencia Española, Máiquez participó en un levantamiento en Madrid. Por esto, fue enviado al exilio en Francia. Sin embargo, José Bonaparte (el rey de España en ese momento) le permitió regresar y le dio una pensión.
Durante el tiempo en que Fernando VII volvió a gobernar de forma muy estricta (1814-1820), Máiquez logró seguir actuando a pesar de la censura. Pero un día, se negó a representar una comedia escrita por un político influyente. Por esta razón, fue desterrado primero a Ciudad Real y luego a Granada. Murió en Granada el 18 de marzo de 1820.
¿Cómo lo recordaban? Retratos de Máiquez
Varias personas importantes de su época escribieron sobre Isidoro Máiquez.

Antonio Alcalá Galiano lo describió así: "Su alta estatura, su rostro expresivo, sus ojos llenos de fuego, su voz algo grave, pero capaz de emocionar; la gran naturalidad en su forma de hablar y actuar, su pasión y su emoción en los momentos difíciles o de gran ternura, lo hacían digno de estar entre los mejores actores de cualquier país."
El escritor de teatro Moratín le dedicó estos versos: "...actor inigualable, que mereciste entre los tuyos el primer premio, y amigo, alumno y rival de Talma la admiración del mundo compartiste."
El famoso novelista Benito Pérez Galdós también mencionó a Máiquez en sus Episodios Nacionales. En su novela La Corte de Carlos IV, Galdós describe a la compañía de Máiquez en el Teatro del Príncipe:
"El Teatro del Príncipe ya había sido reconstruido en 1807. La compañía de Máiquez trabajaba allí, alternando con la compañía de ópera. Las actrices Prado (la esposa de Máiquez) y mi ama eran las dos actrices principales de la compañía de Máiquez. Los actores secundarios no eran tan buenos, porque el gran Isidoro, que era tan orgulloso como talentoso, no permitía que nadie destacara en el escenario. No se molestó en enseñar a los demás los secretos de su arte, por miedo a que pudieran superarle. Por eso, alrededor del famoso actor, todo era normal. La Prado, la esposa de Máiquez, y mi ama se turnaban en los papeles de primera dama."