Historia de los judíos en Marruecos para niños
La comunidad judía de Marruecos es una de las más antiguas del Norte de África. Antes de la creación del Estado de Israel en 1948, Marruecos era el hogar de entre 250 000 y 350 000 judíos. Hoy en día, se calcula que la población judía es de aproximadamente 1000 personas, y la mayoría vive en Casablanca.
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judeomarroquíes | ||
![]() Mapa de comunidades judías históricas en territorio marroquí.
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Población censal | ca. 1000 (2025) | |
Cultura | ||
Idiomas | Árabe marroquí, ladino (haquetía), castellano, francés, hebreo | |
Religiones | judaísmo | |
Principales asentamientos | ||
Casablanca | ||
Contenido
- Historia de la comunidad judía en Marruecos
Historia de la comunidad judía en Marruecos
Orígenes antiguos y la época romana
Se sabe que los judíos llegaron a Marruecos después de la destrucción del Segundo Templo de Jerusalén por el Imperio Romano en el año 70 d.C. bajo las órdenes de Tito. Algunos de ellos se establecieron en la región de la antigua Mauritania, que corresponde al norte del actual Marruecos.
Bajo el dominio romano, la comunidad judía en Mauritania creció mucho. En el siglo VII, muchos judíos de la península ibérica emigraron a Mauritania y otras partes del Norte de África para escapar de los visigodos.
La llegada de los árabes y el Pacto de Omar
A finales del siglo VII, cuando los árabes conquistaron Marruecos, los judíos que vivían allí obtuvieron el estatus de dhimmis. Esto fue resultado del Pacto de Omar, que les permitía vivir con cierta tranquilidad a cambio de pagar impuestos a las autoridades islámicas.
En el año 1033, hubo un incidente en Fez que afectó a la comunidad judía.
El período almohade y sus desafíos
Con la llegada de los almohades en el año 1146, tanto judíos como cristianos en las tierras controladas por musulmanes en el Norte de África y en Al-Ándalus, fueron invitados a convertirse al Islam para evitar problemas. Los judíos, en particular, sufrieron dificultades, y muchos de ellos tuvieron que huir.
El historiador Haim Zeev Hirschberg menciona en su libro A History of the Jews of North Africa un relato de Salomón Cohen del año 1148. Este relato dice que Abd al-Mumin, el líder almohade, tomó la ciudad de Tlemcen y afectó a todos sus habitantes, incluyendo a los judíos, excepto a quienes se convirtieron al Islam. También se menciona que en Sijilmasa y en otras ciudades como Fez y Marrakech, hubo grandes pérdidas de vidas. Los judíos que vivían en estas ciudades conquistadas por los almohades enfrentaron situaciones difíciles; muchos fueron afectados y otros se vieron obligados a cambiar de fe. Era peligroso decir públicamente que uno era judío.
También es conocida la historia de Maimónides, un famoso pensador judío. Después de vivir cinco años en Fez, tuvo que emigrar debido a la situación para los judíos. Se estableció en Egipto, donde más tarde publicó su famoso comentario de la Mishná.
En 1465, durante una revuelta en la ciudad de Fez, que puso fin al Sultanato benimerín, hubo otro incidente que afectó a la comunidad judía.
La llegada de judíos de España en 1492
Las dificultades que sufrieron los judíos en los reinos católicos de la península ibérica terminaron con su salida forzosa en el año 1492. Por esta razón, la gran mayoría de los judíos tuvieron que emigrar, muchos de ellos a las regiones del Norte de África. Se establecieron en la región del Rif y en ciudades marroquíes como Casablanca, Fez, Marrakech, Alcazarquivir, Tetuán, Tánger, Larache, Mequinez o en la hoy española Ceuta. Allí, mantuvieron sus costumbres y tradiciones religiosas.
En general (salvo en algunas ocasiones), a diferencia de lo que ocurría en los reinos europeos, los judíos vivieron con relativa tranquilidad y prosperidad. Se concentraban en barrios conocidos como mellah y establecían sus propios tribunales de justicia. Aunque algunos historiadores mencionan que hubo reportes de malos tratos a los judíos que llegaron a Marruecos (al menos al principio), y algunos fueron vendidos como esclavos desde el puerto de partida en Fez y Tánger. A pesar de esto, lograron establecer comunidades fuertes en este país, siendo de las más importantes de la diáspora sefardí (judíos de origen español).
El siglo XVIII y los cambios en el sultanato
La llegada al trono de Mohamed III (1757-1789) no trajo grandes cambios para la comunidad judía de Marruecos. Sin embargo, su hijo y gobernador de Fez, Moulay Alí, apoyó a los judíos y se opuso a la decisión de su padre de imponerles impuestos adicionales. Los judíos marroquíes participaron activamente entre 1776 y 1783 en la ayuda que Mohamed III concedió a los Estados Unidos de América a través de un servicio de inteligencia secreto.
Yazid, otro de los hijos de Mohamed III, fue proclamado sultán de Marruecos después de la muerte de su padre en 1789. Los judíos marroquíes, que desde el principio apoyaron a Moulay Alí en la lucha por la sucesión, sufrieron consecuencias difíciles. Los judíos más ricos de Tetuán fueron tratados con dureza, y algunas mujeres judías enfrentaron situaciones difíciles. El cónsul español de origen judío, Salomón Hazzan, fue afectado, y los judíos de Tánger, Arcila y Alcazarquivir fueron obligados a pagar grandes sumas de dinero al sultanato.
Como resultado, muchos judíos decidieron emigrar a otras ciudades como Gibraltar, algunos perdieron la vida y otros adoptaron la fe islámica.
El siglo XIX y la búsqueda de igualdad
El siglo XIX, que trajo la igualdad de derechos para los judíos en la mayoría de los Estados, no supuso un cambio inmediato para los judíos de Marruecos. Un conflicto con Francia en 1844 solo trajo dificultades y malos tratos para los judíos marroquíes, especialmente los de la ciudad de Mogador. Cuando estalló un conflicto con España el 22 de septiembre de 1859, hubo incidentes en las casas de sus vecinos judíos de Tetuán, y 400 personas perdieron la vida. Debido a las difíciles situaciones en las ciudades del norte de Marruecos, muchos judíos huyeron.
La visita de Moses Montefiore a Marruecos
En 1863, Moses Montefiore y el Consejo de Diputados Judíos de Gran Bretaña recibieron un mensaje desde Marruecos pidiendo ayuda para un grupo de judíos que estaban en prisión en la ciudad de Safi, acusados de haber afectado a un español. Montefiore, con el apoyo del gobierno británico, viajó a Marruecos para pedir la liberación de sus compañeros judíos. Y así fue. Los prisioneros fueron liberados, y la intervención de Montefiore fue tan importante que el 15 de febrero de 1864 el sultán Mohamed IV decretó la concesión de igualdad de derechos a los judíos. Este decreto fue confirmado por su hijo y sucesor, Hasán I, cuando llegó al trono en 1873.
El siglo XX y la actualidad
En 1940, el gobierno de Vichy (que controlaba parte de Francia durante la Segunda Guerra Mundial) promulgó leyes que limitaban las actividades de los judíos. Sin embargo, el sultán Mohamed V se negó a aplicarlas (en ese momento, Marruecos era un protectorado francés y español). En un acto de desafío, invitó a muchos rabinos a eventos oficiales. Después de la Segunda Guerra Mundial, vivían en Marruecos cerca de 265 000 judíos.
En junio de 1948, con el inicio de la Guerra de Independencia de Israel, hubo incidentes que afectaron a la comunidad judía en las ciudades de Uchda y Djerada. 44 judíos perdieron la vida. En 1949, 18 000 judíos emigraron a Israel, un movimiento que continuó en los años siguientes, impulsado por organizaciones sionistas (que apoyan la existencia del Estado de Israel).
Con la independencia de Marruecos en 1956, los judíos ocuparon puestos importantes en la política. Sin embargo, esto no detuvo la emigración. En 1965, solo quedaban en Marruecos 60 000 judíos.
El conflicto de 1967 (conocido como la guerra de los Seis Días) aumentó la emigración de judíos marroquíes, pero ya no solo a Israel, sino también a Europa (principalmente Francia) y Estados Unidos.
Aunque hoy en día solo residen en Marruecos poco más de 5000 judíos, siguen desempeñando un papel activo en la vida del país. Un ejemplo de ello es André Azoulay, uno de los principales asesores del monarca alauita. Según Azoulay:
Los judíos tenemos una historia de muchos siglos en Marruecos. Sabemos que no todo ha sido fácil. Hay momentos difíciles. Pero nuestra historia no tiene nada que ver con la de los judíos de Occidente. En Marruecos no hemos visto deportaciones ni situaciones como las de otros lugares. Judíos y musulmanes hemos vivido juntos, respetándonos unos a otros.