Historia de Getafe para niños
La historia de Getafe (España) se puede dividir claramente en tres fases. En la primera etapa, que va desde la prehistoria hasta el siglo XIV, distintas civilizaciones y aldeas habitaron el término municipal, aunque Getafe existía como municipio. En la segunda, que empieza en el siglo XIV y acaba en el siglo XX, Getafe se formaba como pueblo y se fue desarrollando lentamente con diversas construcciones importantes. En la tercera fase, que comienza en el siglo XX, Getafe pasa de ser un pueblo agrícola a convertirse en una ciudad industrial, con un gran aumento de la actividad económica y de la superficie urbana.
Contenido
Prehistoria
Los restos prehistóricos hallados en el término municipal de Getafe ponen de manifiesto la existencia de un asentamiento humano en esta época remota. En la terraza superior de la margen derecha del río Manzanares, que pertenece al actual término getafense, se han encontrado distintos utensilios (hachas, lascas, puntas de flecha, raspadores y cuchillos). Están realizadas en sílex multicolor y su antigüedad oscila entre los 100 000 años (Paleolítico Inferior, periodos Achelense Medio y Superior) y los 50 000 años (Paleolítico Medio, periodo Mustriense). Son, pues, testimonios directos de la actividad humana en la Edad de Piedra.
Además se extrajeron huesos pertenecientes a animales característicos de diferentes épocas climáticas: mamut (Mammutus primigenius), elefante antiguo (Paleoloxodon antiquus), ciervo, rinoceronte, etc. Ello demuestra la existencia de vida en la zona desde hace más de cien mil años.
También hubo poblamientos humanos en el término municipal durante la Edad de los Metales. Prueba de ello son los hallazgos realizados en el paraje de La Aldehuela, concretamente en la finca de La Torrecilla. Allí, al comenzar las labores de explotación de un arenero, en 1976, apareció un brazalete de oro que ha sido considerado como la primera joya de la orfebrería madrileña. Excavaciones posteriores dieron lugar al descubrimiento de fondos de cabañas, donde se encontraron vasos cerámicos, huesos incinerados, urnitas globulares y objetos metálicos. Todos ellos pertenecen al final de la Edad de Bronce y al inicio de la Edad de Hierro.
Los prehistoriadores, basándose en la nutrida representación de animales domésticos encontrados en estos yacimientos de la Edad de los Metales, afirman que la actividad preferente de los pobladores de la zona era la ganadería. Carne, leche, queso (han aparecido queseras) y pieles serían los principales productos obtenidos.
La cerámica prehistórica de Getafe
En los yacimientos prehistóricos de Getafe han aparecido abundantes piezas cerámicas. Solo en uno de ellos, el de Perales del Río, llamado Arenero de Soto, se han hallado 5173 fragmentos. La cerámica de Getafe presenta una gran variedad de formas: ollas urnas, platos, fuentes, cuencos y vasos. Está realizada a mano o con torno y su cocción no es buena. Existen piezas de distintos colores, predominando las negras y grises sobre las rojizas y sepias. La decoración más abundante es la incisa y los motivos más frecuentes, el zigzag, simple o doble, y las líneas oblicuas o paralelas. Muchas de estas piezas se exhiben hoy en el Museo Arqueológico Nacional.
Edad Antigua
Los romanos, que dominaron la península ibérica desde el siglo II a. C. hasta el siglo V, han dejado en Getafe la huella de su civilización. Hasta el momento se han encontrado restos romanos en la finca denominada Torre de Iván Crispín o La Torrecilla, en el este del término municipal, y en el barrio de San Isidro (concretamente en la calle Sur).
Los restos romanos de La Torrecilla corresponden a una villa romana del siglo II, excavada por arqueólogos de la Universidad Autónoma de Madrid. Las villas romanas eran mansiones señoriales que constituían, generalmente, el núcleo de una explotación agrícola. Por ello, la ubicación de la villa romana de La Torrecilla en esta zona del término municipal parece apropiada, ya que se halla en plena vega del río Manzanares, tierra apta para cultivos y pastizales. Además, esta mansión estaría próxima a una vía secundaria que, según algunos historiadores, comunicaba Segovia con Toledo, pasando por el puerto de la Fuenfría, Meaccum (posiblemente Madrid), el término de Getafe y Titulcia.
Esta zona debió poseer una importante densidad de población, dadas las notables dimensiones de la necrópolis de incineración que está situada a unos 500 m de la villa. Los restos romanos descubiertos en el casco urbano de Getafe en 1981, al realizar las obras de urbanización de la calle Sur, están constituidos por recipientes de bronce (cuencos, pátera y acetres) y de hierro (parrilla, llaves y cerrojos); herramientas (un doble pico, un hacha-azada, una azuela-martillo y una hoz); objetos de cerámica y dos monedas de Valentiniano (emperador romano de Occidente). Se trata, probablemente, de un ajuar funerario, aunque no han aparecido restos humanos.
Según los estudios realizados, todos los objetos son de finales del siglo IV o del inicio del siglo siguiente y ponen de manifiesto las actividades agrícolas y artesanales de aquella sociedad tardorromana.
Edad Media
Año | Nombres |
---|---|
1150 | Satafi, Xatafi, Xetafe |
1249 | Sataf, Xataf, Xeetafee |
1576-1580 | Xetafe |
1536-1577 | Jetafee |
1557-1579 | Xetafee |
1590-1603 | Xetaffe |
1603 | Xetaffee |
1637 | Jetaphe |
1714 | Gettafe |
1776 | Getafe |
1779-1894 | Jetafe |
Actual | Getafe |
Época visigoda
En el siglo V, los pueblos germánicos invaden el territorio del Imperio romano de Occidente. Hispania fue ocupada sucesivamente por los suevos, vándalos, alanos y visigodos. Estos últimos consiguieron dominar la península ibérica que, por primera vez en su historia, se constituyó como reino unido e independiente, con capital en Toledo.
La proximidad de Getafe a la capital del reino, la existencia de un poblamiento romano anterior y la fertilidad del valle del río Manzanares podrían explicar el asentamiento de los visigodos en la zona este del término municipal, donde se ha encontrado una necrópolis conocida por El Jardinillo. Esta necrópolis, datada en el siglo VII, demuestra la existencia de un poblado visigodo que, según los estudios realizados por el equipo del Instituto Arqueológico Municipal de Madrid, estaría formado por una mayoría de hispanorromanos mezclada con población visigoda.
Época musulmana
En el año 711 los musulmanes invadieron la península. El término municipal de Getafe permaneció bajo su poder hasta el año 1085, cuando Alfonso VI el Bravo se dirigió a reconquistar Toledo. Así se afirma en “Las relaciones de Felipe II” al contestar a los entonces vecinos de Xetafe (actual Getafe), Seseña y Benavente.
Durante la época islámica existían en el actual territorio getafense los poblados de Zurita, Acedinos, Ayuden, Covanubles, Perales del Río, Torre de Valcrespín y Alarnes; la toponimia árabe de algunas de estas aldeas parece indudable.
La fundación de Getafe
Una de las aldeas más importantes que se encontraban en el término municipal en la época musulmana era Alarnes, situada a tan solo 2 km del actual casco urbano. Esta pequeña aldea se creó poco a poco durante los siglos VIII y IX, ya que tenía próximo un arroyo y tierras fértiles. Las casas que formaban Alarnes eran de barro, piedra, tejas y paja. A partir del siglo XIV, los habitantes de la aldea se trasladaron al cercano camino real que unía Madrid con Toledo. Esta emigración se debió a que Alarnes se había convertido en una zona muy encharcada, poco higiénica y con malos olores. Hacia 1326, la mayoría de los habitantes de Alarnes se habían trasladado al entorno del camino real, creando así una nueva aldea, que más tarde se convertiría en lo que es hoy Getafe. Por este motivo, Alarnes se considera el origen de Getafe.
No obstante, otras fuentes, basadas en documentos históricos, sitúan la fundación de Getafe en la época musulmana, es decir, entre los siglos VIII y XII.
Edad Moderna
El inicio de la Edad Moderna coincidió en España con el reinado de los Reyes Católicos. La conquista del reino de Granada en 1492 puso fin a la dominación musulmana y, sobre todo, a un largo periodo de luchas en el interior de la península. Se inauguraba, por tanto, una etapa de reorganización del Estado en un clima de paz.
La paz posibilitaba el desarrollo del comercio. El tráfico por las rutas comerciales sufrió un notable incremento. Así, el camino que unía Madrid y Toledo comenzó a convertirse en una importante vía de comunicación, y Getafe, establecido a ambos lados del camino, aumentó su población. A pesar de ello, este crecimiento se vio alterado en los años finales del siglo XV e iniciales del siguiente por períodos de hambre y epidemias de peste, lo que supuso un aumento de la mortalidad.
Durante el Imperio de los Austrias (siglos XVI y XVII), el espíritu religioso de la época se hizo patente en Getafe con la construcción de las ermitas de San Sebastián, Santa Quiteria, San Marcos y Nuestra Señora de la Concepción, y de la iglesia de San Eugenio, levantada tras el paso por la villa de los restos de este Santo, primer arzobispo de Toledo, y la catedral de Santa María Magdalena. En el primer tercio del siglo XVII se erigió también la ermita de Nuestra Señora de los Ángeles, según cuenta la leyenda, tras la aparición de la Virgen a unos pastores en el cerro de los Ángeles.
En cuanto a construcciones civiles se realizaron el Hospitalillo de San José (fundado por Alonso de Mendoza en 1507) y la Real Cárcel (1617). En el aspecto cultural cabe destacar la fundación de una Cátedra de Gramática en 1609 por iniciativa de Luis Beltrán, que donó los recursos necesarios para su funcionamiento. Más tarde, en 1737, después de graves problemas económicos, se integraría en el Colegio de las Escuelas Pías. Durante el siglo XVI, la población de Getafe rondó entre los 2000 y los 4700 habitantes, siendo así la población más grande de los alrededores de Madrid. Vivían en él moriscos, cristianos viejos, cristianos nuevos y gitanos. Sin embargo, no había judíos.
Final de la Edad Moderna
El siglo XVIII se inició con la Guerra de Sucesión a la Corona española (1700-1713). La guerra tuvo repercusiones en Getafe, pues a partir de 1706 la lucha se desarrolla en Madrid y sus proximidades. Los ejércitos de Felipe V y del archiduque Carlos alojaron en la villa alternativamente, originando una crisis económica y una fuerte emigración; en diez años, la población quedó reducida a la mitad. Las consecuencias de la guerra se prolongaron hasta 1720, y los getafenses se vieron obligados a solicitar al rey moratorias en el pago de los impuestos. Además de la guerra, durante el siglo XVIII abundaron en Getafe las malas cosechas, con la consiguiente escasez de trigo y la elevación de su precio.
Sin embargo, las reformas políticas y económicas que llevaron a cabo los monarcas de la Casa de Borbón y que dieron lugar a un período de prosperidad en España, también alcanzaron a Getafe. Se fundó el colegio de las Escuelas Pías, se crearon cuarteles y alojamientos de tropas, se construyó la carretera Madrid-Cádiz con paso por el término municipal y se roturaron nuevas tierras.
Siglo XIX
La Guerra de la Independencia (1808-1814) afectó directamente a Getafe. Existen datos documentales de la presencia de tropas francesas desde diciembre de 1808 hasta 1812. Se conocen también los nombres de algunos getafenses que fueron fusilados por el ejército invasor y los daños producidos en algunos edificios, por ejemplo, en la iglesia de la Magdalena. Consecuencias de la guerra fueron el endeudamiento y el descenso de la población. Los getafenses declararon en 1813 que la estancia de las tropas en el pueblo costó a los bienes de propios más de 95 000 reales, además de las aportaciones realizadas por cada vecino para contribuir a los gastos de mantenimiento de soldados y caballerías. En cuanto a la población, Getafe contaba en 1808 con 750 vecinos que habitaban en 500 casas y poseían 260 yuntas de labor. En 1815 tenía 360 vecinos, que habían derrumbado 300 casas y las yuntas quedaron reducidas a 190.
A partir de mediados de siglo se inició una recuperación económica. Se inauguraron las vías de ferrocarril Madrid-Aranjuez (1851) y Madrid-Badajoz (1879), con paso por Getafe. El término municipal fue elegido por el Ejército, gracias a sus buenas comunicaciones, para el asentamiento de tropas, lo que daría lugar, en el siglo XX, a la construcción de un aeródromo (hoy base aérea militar); se instaló una estación telegráfica y, en 1897, se inauguró el alumbrado público.
El desarrollo alcanzó asimismo el ámbito cultural. En este sentido se pueden destacar la fundación de los colegios de San José y de la Divina Pastora; la publicación del primer periódico local Los sábados de Getafe; el estreno del sainete lírico De Getafe al Paraíso, cuyo autor fue el vecino Ricardo de la Vega; la labor literaria de Juan Bautista Amorós, más conocido por el seudónimo de Silverio Lanza, perteneciente a la generación del 98; y la inauguración del Gran Teatro, en la calle D. Fadrique.
Siglo XX y actualidad
La proximidad a Madrid, las buenas vías de comunicación, la presencia del Ejército y la industrialización fueron factores determinantes en el desarrollo y actual configuración de Getafe. En el primer tercio del siglo comenzaron a instalarse en Getafe algunas industrias, como la Fábrica de Hélices (1915), Ericsson (1924) y Construcciones Aeronáuticas SA (1924). También se inauguró la escuela de Aviación Civil y se construye la Base Aérea de Getafe en 1911.
El proceso industrializador se interrumpió por la guerra civil española (1936-1939). En los primeros días de la contienda, el regimiento XIII de Artillería de la calle Madrid se sublevó contra el gobierno republicano, acuartelándose en sus instalaciones. La respuesta no se hizo esperar, y las tropas de la base aérea, fieles a la República, bombardearon el cuartel, sometiendo a los amotinados. El día 4 de noviembre de 1936 el ejército de Franco, al mando del general Varela, tomó Getafe, y el día 6 del mismo mes, el Cerro de los Ángeles, cuyo monumento había sido dinamitado el 7 de agosto de 1936, y la imagen de Jesús fusilada, por milicianos republicanos. El monumento fue reconstruido en 1944 e inaugurado en 1965, según el proyecto de los arquitectos Pedro Muguruza y Luis Quijada Martínez. La imagen del Sagrado Corazón de Jesús y su pedestal fueron nueva obra de Aniceto Marinas, junto con los grupos escultóricos de la base, obra de Fernando Cruz Solís.
Terminada la guerra continuó el crecimiento industrial, característico del actual Getafe. Se industrializaron grandes empresas como Uralita, Azma, Vidaurreta, Lanz (hoy John Deere), Siemens, Kelvinator y otras de menor entidad. La gran concentración industrial propició la reorganización sindical de los trabajadores, al margen del sindicalismo oficial, dando lugar a un fuerte movimiento reivindicativo, cuyas consecuencias fueron continuas huelgas y manifestaciones, que hicieron de Getafe uno de los lugares más destacados en la lucha obrera entre 1955-1975.
El fenómeno de la industrialización originaría a partir de los años 1950 un movimiento migratorio de grandes magnitudes, que provocó un fuerte y rápido crecimiento de la población; en 1950 Getafe tenía 12 254 habitantes, mientras que en 1987 superaba los 132 000. Paralelamente al crecimiento demográfico, se produjo una considerable ampliación del casco urbano. En muy pocos años se construyeron barrios enteros, como los de Juan de la Cierva, Las Margaritas, El Bercial, Nuestra Señora del Carmen y San Antonio (en Perales del Río) y, posteriormente, el Sector III y Getafe Norte.
El fuerte aumento de la población también motivó, entre los años 1960-1980, grandes problemas sociales, pues a la escasez de viviendas hubo que añadir la necesidad de ampliar, en poco tiempo, los puestos escolares, la atención sanitaria, los transportes y demás servicios públicos.
Las primeras elecciones democráticas municipales, después de la aprobación de la Constitución de 1978, se celebran el día 3 de abril de 1979. A partir de entonces, la ampliación de los servicios públicos, la creación de grandes centros comerciales y el consiguiente despunte del sector servicios ha sido una constante durante el régimen democrático. De esta forma, se hicieron grandes infraestructuras en la década de 1990 como el enterramiento de la vía del tren a su paso por Getafe. También se construyeron edificios como el Hospital Universitario de Getafe, el Teatro Federico García Lorca, el nuevo ayuntamiento, la Universidad Carlos III, y el estadio de fútbol Coliseum Alfonso Pérez (1998).
El siglo XXI comenzó con la construcción del Conservatorio Profesional de Música de Getafe (2000), la llegada del Metro de Madrid a la ciudad (2003), el ascenso a la Primera División del Getafe Club de Fútbol (2004), la gran ampliación del barrio El Bercial y el nuevo desarrollo de los barrios Los Molinos-Buenavista.