Guerra civil española en la provincia de Almería para niños
En la madrugada del 21 de julio de 1936, hubo un intento de levantamiento militar en Almería. Sin embargo, este intento fue frustrado. Las fuerzas de seguridad, como los carabineros y la Guardia Civil, se mantuvieron leales al gobierno. Además, las organizaciones de trabajadores recibieron armas del gobernador civil. Fue clave la llegada de fuerzas militares desde el aeródromo de Armilla en Granada y la llegada del destructor Lepanto al puerto, cuya tripulación apoyaba al gobierno. Así, las fuerzas que se habían levantado, lideradas por el teniente coronel Huerta Topete, se rindieron. Almería y su provincia permanecieron leales al gobierno.
Contenido
Antes del conflicto
Preparativos en Almería
Se sabe que algunos oficiales del Batallón de Ametralladoras en Almería conocían de antemano el plan de levantamiento y lo apoyaban.
Un representante del gobierno, Gabriel Pradal, pidió al ministro José Giral que enviara un barco de guerra. Este barco ayudaría más tarde a que los militares levantados se rindieran. La estación de radio principal de la ciudad estaba en la Alcazaba. Desde allí se comunicaban con Granada y Melilla. El gobierno controlaba estos mensajes, por lo que conocía los planes.
El 17 de julio de 1936, el destructor Lepanto salió de Almería hacia Melilla. Iba por orden del ministro de Marina, José Giral. Su misión era unirse a otros barcos para evitar que las tropas de África llegaran a la península.
La provincia se organiza
El 19 de julio de 1936, los grupos leales al gobierno pudieron preparar la defensa de Almería. Se comenzaron a entregar armas a la población civil y a grupos de milicianos. Mientras tanto, Juan Huerta Topete, el gobernador militar de Almería, era presionado por sus tropas para unirse al levantamiento. También recibió un mensaje de Francisco Franco pidiéndole que se uniera a él. Su respuesta fue cuidadosa, mostrando una ligera inclinación a mantenerse del lado del gobierno.
Después, Huerta Topete habló con Juan Ruiz-Peinado Vallejo, el gobernador civil. Le aseguró que esperaban apoyo del gobierno desde Granada. También le garantizó que las tropas se mantendrían leales al gobierno.
En la zona del río Nacimiento, los cuarteles de Abla y Fiñana, dirigidos por personas a favor del levantamiento, se comunicaron. Sin embargo, decidieron esperar órdenes. El alcalde de Fiñana, Ángel Gutiérrez Funes, recibió una llamada de Ruiz-Peinado pidiéndole ayuda para defender la capital. Reunió a 33 hombres y los dejó a cargo de su teniente de alcalde.
En el pueblo de Enix, la gente protegió a los sacerdotes locales. Sin embargo, no pudieron proteger a Ramiro Argüelles Hevia, un sacerdote de Mieres que estaba de visita.
La espera del 20 de julio
Cuando se supo que el levantamiento había tenido éxito en Granada, las comunicaciones por telégrafo con esa ciudad se cortaron la noche del 20 de julio. En algunos lugares, como en el desaparecido Benínar, se recogieron las armas de fuego de los vecinos que apoyaban a la derecha.
Al mismo tiempo, Huerta Topete se reunió con los jefes militares de la capital en la comandancia de la Guardia Civil. Todos, excepto Llopis, decidieron unirse al levantamiento. La Guardia de Asalto no fue a la reunión porque estaba protegiendo el Gobierno Civil, con órdenes de permanecer leal al gobierno.
Instalaciones militares
La principal instalación militar en la provincia al inicio del conflicto era la Base Álvarez de Sotomayor, en Viator. Cerca, en Tabernas, había un aeródromo fundado en 1932. Este aeródromo estaba protegido por aviones de combate. La provincia de Almería, junto con Murcia y Albacete, formaba parte de la 2.ª Región Aérea. También había otros cuatro aeródromos en la provincia: uno en El Alquián, dos en Níjar y uno en Roquetas de Mar, posiblemente para hidroaviones.
El 21 de julio de 1936: Primeros enfrentamientos
El conflicto llegó a Almería la madrugada del 21 de julio de 1936. Un grupo de unas 30 personas, incluyendo carabineros, guardias civiles y falangistas, salió del Cuartel de la Misericordia. Este grupo, liderado por Huerta Topete, se opuso a las fuerzas leales al gobierno. Declararon el estado de guerra y se dividieron en dos grupos.
Una pequeña parte de la infantería fue a tomar la Alcazaba de Almería. Los otros dos grupos se dirigieron hacia la Puerta de Purchena. A las 7 de la mañana, enviaron un mensaje a Francisco Franco y Queipo de Llano informando del levantamiento. Poco después, llegó un convoy de 6 camiones con armas y 70 soldados desde la Base Aérea de Armilla en Granada, que se mantuvo leal al gobierno.
El grupo que avanzó por el centro de la ciudad leyó su bando de guerra, anunciando castigos para quienes se opusieran. Intentaron tomar la Casa del Pueblo y el cuartel de los Carabineros, pero no tuvieron éxito al intentar tomar el cuartel de la Guardia de Asalto ni el ayuntamiento, donde encontraron fuerte resistencia.
El segundo grupo, que avanzaba por el Parque Nicolás Salmerón, tomó la sede de Radio Almería. Luego intentaron tomar el edificio de Correos y Telégrafos, sin éxito. Después, avanzaron por el Paseo de la República, defendido por ametralladoras y mineros armados, hasta la Puerta de Purchena.
Al mediodía, llegó al puerto el destructor Lepanto. Anunció por megafonía que la ciudad sería bombardeada si no se rendían. Tras recibir una comunicación del general Franco, Huerta Topete ordenó izar la bandera blanca en las torres de la Alcazaba sobre las seis de la tarde.
Ese día en Almería hubo seis personas fallecidas y doce heridas. Cuarenta y tres personas fueron detenidas por el levantamiento y llevadas a Cartagena en el Lepanto. También fueron detenidas cien personas en el Ingenio de Almería. Varias iglesias fueron incendiadas. Hacia media tarde, cualquier intento de levantamiento había sido controlado en la capital. Pequeñas insurrecciones en pueblos cercanos también fueron controladas.
Almería en la retaguardia
Después de los primeros días de conflicto, Almería y su provincia pasaron casi toda la guerra en la retaguardia. No hubo enfrentamientos directos en la zona. De hecho, Almería fue la única provincia en España que permaneció bajo control del gobierno durante los 33 meses del conflicto. Aunque hubo más de cincuenta bombardeos, el poder nunca cambió de bando. La población se preocupaba más por la falta de alimentos y dinero que por la guerra.
La provincia no era un lugar estratégico para el conflicto, pero los puertos de Almería y Adra eran importantes. Eran los principales puntos de llegada de ayuda militar desde la Unión Soviética. La estación de ferrocarril de Almería también era clave para distribuir esa ayuda.
Los que se libraron de ser detenidos organizaron lo que se llamó la "Quinta Columna", un grupo secreto que apoyaba el levantamiento.
Durante el conflicto, los ataques a edificios religiosos fueron constantes. Templos como San Roque, San Sebastián, Santiago, San Pedro, San José y San Antonio fueron incendiados con todo su contenido. La Catedral de Almería fue saqueada de obras de arte y documentos. La iglesia de Huércal de Almería también sufrió daños similares.
El 23 de julio, la Marina Real Británica envió el destructor HMS Basilisk (H11) para rescatar a los ciudadanos británicos. Algunas personas intentaron que el obispo Diego Ventaja Milán huyera con ellos, pero él se negó.
Acontecimientos importantes
Primeras detenciones masivas
El 15 de agosto de 1936, el poder en Almería quedó en manos de organizaciones de trabajadores. El Comité Central Antifascista se estableció en el Casino Cultural. Muchas personas fueron detenidas por ser consideradas contrarias al gobierno. La cárcel se llenó, y se usaron otros lugares como prisiones improvisadas, como el Convento de las Adoratrices y algunos barcos. Los detenidos eran principalmente miembros de partidos de derecha.
La madrugada del 15 de agosto, entre 27 y 28 presos fueron sacados de los barcos y llevados a la cala de La Garrofa. Eran periodistas, empresarios y religiosos. Allí, fueron ejecutados. Luego, sus cuerpos fueron atados a un barco pesquero y llevados mar adentro. Algunos cuerpos aparecieron flotando días después en las playas de El Zapillo. En 1954, se erigió un monumento en La Garrofa para recordar estos hechos.
El 20 de agosto de 1936, varios sacerdotes de pueblos cercanos fueron ejecutados en el cementerio de Berja.
La madrugada del 29 al 30 de agosto de 1936, se realizó otra salida de presos. La mayoría eran religiosos del barco Astoy Mendi. Entre ellos estaban Diego Ventaja Milán y Manuel Medina Olmos, obispos de Almería y Guadix. Los presos fueron llevados en una camioneta hasta un lugar conocido como Barranco del Chisme, en Vícar. Allí, fueron ejecutados. Se dice que Juan Colomina, un torero, logró sobrevivir, pero fue capturado y ejecutado al día siguiente. Los cuerpos fueron rociados con gasolina e incinerados para evitar su identificación.
El 30 de agosto de 1936, se encontraron pozos secos y profundos cerca de Tabernas para ejecutar a más personas. La madrugada de ese día, 26 hombres, principalmente religiosos y maestros, fueron sacados del Astoy Mendi. Eran llevados en camión hasta el lugar y ejecutados al borde del pozo. Las ejecuciones continuaron hasta el 2 de septiembre. Cuando el pozo se llenó, fue cubierto con rocas y cal viva para evitar el mal olor.
Primeros ataques aéreos
El 3 de septiembre de 1936, dos aviones lanzaron cuatro bombas en la zona de la Vega de Acá en Almería. Después de esto, mucha gente de Almería decidió pasar las noches en cortijos y pueblos cercanos para estar más seguros. El ayuntamiento habilitó refugios improvisados cerca de la Alcazaba. A partir del 9 de septiembre, se ordenó apagar todo el alumbrado público a las 10 de la noche para evitar que sirviera de guía a los aviones enemigos.
El 13 de septiembre de 1936, hubo otra salida de presos de las prisiones de la capital. Fueron llevados en autobús a Tahal y ejecutados en el pozo de un cortijo. Las ejecuciones duraron hasta el 16 de septiembre. El sacerdote Ramiro Argüelles, mencionado antes, fue ejecutado allí.
El 22 de septiembre de 1936, comenzaron las ejecuciones en las tapias del cementerio de Almería.
El 7 de noviembre de 1936, un hidroavión lanzó bombas sobre instalaciones básicas de Almería, como la fábrica de luz y los depósitos de combustible. Al día siguiente, el crucero Canarias volvió a atacar los depósitos de combustible. Después de estos ataques, se decidió esconder los combustibles en una cueva y apagar las luces de los faros costeros por la noche.
El 8 de diciembre de 1936, dos sacerdotes de la catedral de Almería fueron ejecutados mientras estaban presos en el Ingenio de Almería.
El 1 de enero de 1937, el barco mercante Aragón, que había sido usado como prisión flotante, fue capturado por la marina alemana poco después de salir del puerto de Almería.
El 6 de enero de 1937, una flotilla de cuatro hidroaviones lanzó tres bombas sobre casas cerca de la Estación de Almería, causando siete fallecidos.
El 28 de enero de 1937, un hidroavión bombardeó Roquetas de Mar, donde se había improvisado un aeródromo.
El 8 de febrero de 1937, Almería recibió a muchos refugiados de Málaga. El acorazado Jaime I regresó a Almería. Desde el aeródromo de Tabernas, la Escuadrilla España partió para defender a la población que huía de Málaga.
El 12 de febrero de 1937, cinco aviones lanzaron unas 40 bombas sobre el centro de Almería, causando graves daños en el Teatro Cervantes. Hubo muchos fallecidos y heridos. Este bombardeo ocurrió en el momento de mayor llegada de refugiados de Málaga.
El 12 de marzo de 1937, el barco mercante Monte Toro fue atacado en el puerto de Almería, con dos fallecidos.
El 17 de abril de 1937, 26 aviones atacaron la capital, con la estación de ferrocarril como objetivo principal.
El 13 de mayo de 1937, el destructor británico Hunter chocó con una mina cerca de Almería. Ocho tripulantes fallecieron y veinticuatro resultaron heridos.
El 21 de mayo de 1937, el acorazado Jaime I, que estaba en el puerto de Almería, sufrió el impacto de tres bombas que le causaron grandes daños. Este bombardeo fue realizado por aviones italianos. El buque pudo llegar a la base naval de Cartagena.
El 25 de mayo de 1937, varios aviones lanzaron bombas sobre el centro de Berja, dañando edificios y causando una víctima.
Bombardeo de Almería por la marina alemana
El 31 de mayo de 1937, el acorazado Admiral Scheer y cuatro destructores alemanes atacaron Almería. Abrieron fuego contra las baterías de costa, las instalaciones del puerto y cualquier barco. La escuadra alemana realizó unos 200 disparos antes de retirarse. Hubo 19 fallecidos, 55 heridos y 35 edificios destruidos. Investigaciones más recientes elevan el número de fallecidos a 31. Los barcos alemanes no ocultaron su nacionalidad.
El bombardeo duró casi una hora. Los disparos cayeron sobre toda la ciudad. Entre los edificios dañados estaban la catedral de Almería, la iglesia de San Sebastián, hoteles, un banco, el mercado, la escuela de artes, la estación de ferrocarril, el ayuntamiento y la sede de la Cruz Roja.
Después, el gobierno republicano construyó defensas en la zona, con baterías equipadas con cañones de largo alcance.
El 14 de junio de 1937, un avión atacó el faro de Cabo de Gata con ametralladoras. Días después, el 25 de junio, se repitieron los ataques a este faro y a los de Adra y Sabinal.
El 19 de julio de 1937, un avión lanzó tres bombas sobre la estación de Fiñana, dirigidas a un tren de mercancías, pero no causaron daños.
El 3 de octubre de 1937, se detectó la presencia de aviones enemigos en Almería. Aunque no hubo ataque aéreo, grupos secretos abrieron fuego en el centro de la ciudad.
El 2 de enero de 1938, el barco de vapor Guarujá, que llevaba españoles buscando refugio en Sudamérica, encalló cerca de la Cala de la Polacra. No hubo víctimas mortales entre los pasajeros, pero el capitán se quitó la vida. Se cree que el barco confundió los faros debido a que estaban apagados por la noche.
El 15 de febrero de 1938, hubo un nuevo ataque aéreo en Almería. Se produjeron incidentes en un refugio donde se impedía el acceso a civiles.
El 2 de marzo de 1938, un pequeño ataque aéreo causó daños en dos edificios. El sonido de la alarma provocó una aglomeración en la entrada de un refugio, causando la muerte de 16 personas por asfixia.
El 17 de abril de 1938, la Legión Cóndor atacó el puerto de Almería para impedir la llegada de un convoy soviético con armas.
El 6 de mayo de 1938, se trasladaron 301 presos del Ingenio de Almería a un campo de trabajo en Granada.
El 23 de mayo de 1938, la 23.ª División realizó una operación para liberar a unos 300 presos vascos en el fuerte de Carchuna, en Granada.
El 2 de julio de 1938, se decidió construir nueve refugios públicos en Adra.
El 16 de septiembre de 1938, el submarino Isaac Peral (C-1) sufrió daños durante un entrenamiento frente al Cabo de Gata.
En diciembre de 1938, la población de Adra sufrió su último bombardeo.
Fin del conflicto
En febrero y marzo de 1939, muchas personas buscaron refugio mientras continuaban los ataques aéreos. Varios barcos fueron utilizados para huir. El 9 de marzo, el buque República partió del puerto de Adra con destino a Orán, Argelia.
El 18 de febrero de 1939, durante una alarma por la presencia de aviones enemigos, hubo una aglomeración en un refugio que causó la muerte de 44 personas por aplastamiento o asfixia.
El 5 de marzo de 1939, se produjo el Golpe de Casado. El comandante militar de Almería y el presidente del Consejo Provincial apoyaron las propuestas del coronel Segismundo Casado. El alcalde de la ciudad también estaba a favor de una "paz honrosa".
El 18 de marzo de 1939, llegó a Cantoria la noticia de la proximidad de las tropas nacionales. Se usó una sábana blanca como símbolo de rendición.
El 28 de marzo de 1939, un barco salió del puerto de Almería con los últimos miembros de las Juventudes Socialistas Unificadas y del Partido Comunista de España que buscaban refugio. Horas después, las tropas nacionales entraron en la ciudad.
La mañana del 29 de marzo de 1939, el cañonero Cánovas del Castillo atracó en el puerto de Almería. El gobernador militar Urbano Orad de la Torre cedió el control. Poco después, el barco mercante Castillo Bellver llevó un batallón de infantería de marina que tomó el control de la ciudad.
El 31 de marzo, se restableció el funcionamiento normal de los faros de la costa. También se cerraron instituciones culturales que apoyaban al gobierno.
Conteo de víctimas
El número total de víctimas causadas por el bando que se levantó se estima en 173 personas fallecidas y 227 heridas. Además, 137 edificios fueron destruidos y 101 sufrieron graves daños.
Por otro lado, el historiador Rafael Quirosa-Cheyrouze y Muñoz estima en 465 las víctimas de la represión del gobierno durante el conflicto. De estas, 105 estaban relacionadas con la Iglesia Católica. Otras fuentes indican que 373 personas fueron ejecutadas y se encuentran en 11 fosas comunes en la provincia.
Galería de imágenes
-
Monumento de los Mártires de La Garrofa (La Garrofa)
-
Placa homenaje a los Siete Mártires Seglares del campo de trabajo de Turón (Granada)