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Cortes de Valladolid (1300) para niños

Enciclopedia para niños

Las Cortes de Valladolid de 1300 fueron reuniones importantes del reino de Castilla que se llevaron a cabo en la ciudad de Valladolid entre mayo y junio del año 1300. En ese momento, el rey Fernando IV de Castilla era muy joven, por lo que su madre, la reina María de Molina, y su tío, el infante Enrique de Castilla el Senador, estaban a cargo de gobernar.

Ellos fueron quienes convocaron estas Cortes, que son como grandes asambleas donde se juntaban personas importantes del reino para discutir y tomar decisiones.

¿Qué fueron las Cortes de Valladolid de 1300?

Las Cortes de Valladolid de 1300 fueron una gran reunión a la que asistieron los nobles más importantes (llamados ricoshombres), los líderes de las órdenes militares, los obispos y arzobispos (conocidos como prelados), y representantes de las ciudades y pueblos (los hombres buenos) de los reinos de Castilla, León y las Extremaduras.

En estas Cortes se aprobaron 29 leyes o artículos. Estos documentos contenían las respuestas que la reina María de Molina y el infante Enrique de Castilla, como madre y tutor del rey, dieron a las peticiones que hicieron los representantes de las ciudades y pueblos.

Durante estas Cortes, el infante Juan de Castilla, tío del rey Fernando IV, decidió dejar de reclamar los reinos de León, Galicia y Sevilla. Él había sido proclamado rey de León en 1296, pero el 26 de junio de 1300, juró lealtad a Fernando IV y a sus futuros herederos. El infante Enrique de Castilla, en nombre del rey, aceptó este juramento.

El infante Juan entregó a Fernando IV la ciudad de León y otros lugares que había tomado durante los conflictos. Sin embargo, se quedó con algunos señoríos como Mansilla, Paredes de Nava, Medina de Rioseco, Castronuño y Cabreros. Esto fue una compensación por renunciar a sus derechos sobre el señorío de Vizcaya, que le fue confirmado a Diego López V de Haro. Además, el infante Juan recibió pagos atrasados que le correspondían. Para poder pagarle, la reina María de Molina tuvo que vender algunas de sus propiedades en Sevilla.

La Crónica de Fernando IV menciona que los representantes del reino aprobaron cuatro pagos para el rey y otro pago adicional para cubrir los gastos de unos documentos especiales que Fernando IV necesitaba para su matrimonio con Constanza de Portugal. Sin embargo, gran parte de ese dinero terminó en manos del infante Juan para pagarle sus deudas.

Algunos historiadores del siglo XIX pensaron que las leyes de estas Cortes se habían perdido, pero se encontró una copia en la Biblioteca Nacional de España. Esta copia fue entregada por Fernando IV a la ciudad de Palencia el 6 de junio de 1300. Al igual que en las Cortes de Valladolid de 1299, en este documento se indica que las decisiones del rey fueron tomadas "con el consejo y la aprobación de la Reina Doña María mi madre y del Infante Don Enrique mi tío y mi tutor".

Decisiones importantes de las Cortes

Archivo:Últimos momentos del rey Fernando IV de Castilla y León
Últimos momentos de Fernando IV el Emplazado. Cuadro de José Casado del Alisal. 1860. (Palacio del Senado de España).
  • El rey ordenó que nadie debía desobedecer las leyes aprobadas en estas Cortes. Quienes lo hicieran, pagarían una multa y compensarían el doble de los daños causados. También se encargó a las autoridades que se aseguraran de que nadie rompiera estas reglas, bajo pena de prisión.
  • Los representantes pidieron al rey que la justicia se aplicara en todo el reino según las leyes y costumbres, y que el rey reparara los daños que sus súbditos habían sufrido. Fernando IV aceptó y prometió hacerlo.
  • También se pidió al rey que resolviera los problemas del reino y que actuara rápidamente contra su primo, Alfonso de la Cerda, y su tío, el infante Juan de Castilla, quienes estaban causando problemas. El rey prometió enviar a sus defensores a las fronteras y darles los recursos necesarios para proteger el territorio.
  • El rey garantizó la seguridad de los comerciantes, asegurando que no serían atacados ni retenidos como había ocurrido antes.
  • Fernando IV se comprometió a resolver los problemas que le presentaron los representantes de las ciudades y pueblos. También ordenó que los guardias de su Casa no impidieran que los ciudadanos pudieran hablar con él para contarle sus problemas.
  • Los representantes se quejaron de que el rey había dado permisos especiales para que los escribanos (personas que redactaban documentos) judíos y cristianos trabajaran como lo hacían en tiempos de sus antepasados. También se quejaron de que, a pesar de esto, el rey había dado algunos de esos puestos a otras personas. Fernando IV dijo que si en algún lugar tenían el derecho de elegir a sus escribanos, debían informarle para que él respetara ese privilegio.
  • Se pidió al rey que los soldados de las fronteras pagaran por lo que tomaban y que no causaran más daños a los habitantes. Fernando IV aceptó y pidió que le dijeran qué soldados habían tomado cosas para que se pudieran reparar los daños.
  • Los representantes también pidieron que los problemas relacionados con las tierras que pasaban a depender de la Iglesia fueran resueltos por el rey según la ley. Fernando IV decidió que las compras de tierras que fueran en contra de lo establecido en las Cortes de Haro de 1288 debían seguir esas reglas, a menos que los clérigos demostraran al rey por qué habían adquirido esas tierras.
  • El rey garantizó la seguridad de los representantes de las ciudades y pueblos cuando fueran a la Corte, y también durante sus viajes.
  • Fernando IV ordenó que las personas que cometieran delitos no fueran protegidas en las casas de los nobles. Si esto ocurría, la casa que los protegiera sería derribada.
  • El rey también aseguró que ninguna persona sería castigada sin ser escuchada primero.
  • Además, el rey ordenó que Juan Fernández, señor de Úrbel del Castillo, se presentara en la Corte para ser juzgado. Esto se debía a que su hijo, Juan de Haro, había retenido ilegalmente y forzado a pagar un rescate a dos ciudadanos de Santander que iban hacia Burgos. Los representantes habían pedido al rey que castigara al culpable.
  • El rey también decidió que quienes, estando a su servicio, cometieran algún delito, serían "entregados para siempre" (es decir, castigados severamente), y que quienes rompieran una tregua serían castigados con la pena más grave.
  • Fernando IV ordenó que las personas que transportaran alimentos, los comerciantes de ganado y sus mercancías no fueran retenidas hasta que llegaran a los lugares donde siempre se guardaban para ser vendidas.
  • Sobre las murallas de las ciudades, los representantes se quejaron de que cuando los clérigos de un lugar ayudaban en su construcción y eran retenidos, los obispos imponían sanciones a las ciudades, lo que paralizaba las obras y dejaba a la población sin protección. Por ello, el rey ordenó que todos los habitantes, incluyendo nobles y clérigos, debían contribuir al mantenimiento de las murallas, ya que protegían a todos. También ordenó que las autoridades confiscaran los bienes de los obispos hasta que levantaran dichas sanciones.

Decisiones sobre la cancillería real

Archivo:Rueda de un privilegio rodado de Fernando IV de Castilla (Monasterio de San Clemente de Sevilla)
Rueda de un privilegio rodado emitido durante el reinado de Fernando IV de Castilla.
  • El rey prometió no permitir que la cancillería real (la oficina que redactaba documentos oficiales) emitiera documentos que fueran contra las leyes, ya que esto alargaba los juicios. También dijo que no permitiría que los escribanos del rey siguieran cometiendo fraudes, pues cobraban dinero por redactar documentos aunque decían que no lo hacían.
  • Fernando IV decidió que los notarios reales debían hacer su trabajo ellos mismos. Si tenían que ir a algún lugar, sus reemplazos debían ser personas honestas y con recursos, y no podían nombrar a cualquiera para sustituirlos. El rey afirmó que con esta medida, sus súbditos dejarían de sufrir daños.
  • El rey ordenó que en la Corte hubiera tantos jueces y escribanos como fueran necesarios, como ya se había decidido en las Cortes de Valladolid de 1299. También dispuso que algunos jueces y escribanos se encargaran solo de los asuntos del reino de Castilla, y otros solo de los del reino de León. Además, las cartas que fueran contra esta disposición no debían ser obedecidas. El rey también ordenó que los jueces y escribanos de su Corte recibieran un salario adecuado.

Decisiones sobre impuestos

  • Fernando IV ordenó que los impuestos en plata para su servicio fueran recaudados solo por personas honestas de las ciudades, elegidas por el rey. El dinero recaudado debía usarse solo para el rey y no para otros fines.
  • El rey también decidió que las personas honestas de las ciudades serían las encargadas de recaudar los impuestos y servicios aprobados en estas Cortes.
Archivo:Privilegio rodado de Fernando IV de Castilla confirmando los privilegios que Alfonso X y Sancho IV concedieron al monasterio de San Clemente de Sevilla (13-8-1310)
Privilegio rodado concedido por Fernando IV en 1310 al monasterio de San Clemente de Sevilla.
  • Los representantes pidieron al rey que solo las autoridades fueran las encargadas de hacer las retenciones de bienes para cobrar los impuestos. También pidieron que no se retuviera a una persona de cada lugar, ya que esto causaba muchos problemas. Fernando IV aceptó y ordenó que se hiciera así.
  • Fernando IV prohibió sacar del reino oro, plata, monedas y otras "cosas prohibidas", como los caballos. También ordenó que la moneda falsa que circulaba fuera destruida.
  • Los representantes pidieron al rey que no exigiera el pago de los "yantares" (un tipo de tributo para mantener al rey y su corte) en los lugares donde por ley o costumbre estaban exentos, a menos que el propio rey fuera allí. También pidieron que se devolviera lo que ya se había tomado en esos lugares. Fernando IV decidió que en los lugares donde nunca se habían entregado, podían seguir sin hacerlo, y en los demás lugares se cumpliría lo que él había ordenado en las Cortes de Cuéllar de 1297.
  • El rey también decretó que no reclamaría el pago del tributo de la "fonsadera" (un impuesto para gastos militares) en los lugares donde por ley estaban exentos. También se comprometió a no emitir documentos que ordenaran cobrarlo.
  • Los representantes pidieron al rey que las ciudades de donde eran los recaudadores de impuestos no fueran retenidas si estos no pagaban lo que debían a los nobles, ni tampoco por las retenciones que los recaudadores hicieran para cobrar los impuestos reales. También pidieron que las quejas contra los recaudadores se presentaran al rey para que él hiciera justicia. Fernando IV aceptó y dispuso que las ciudades no debían proteger a los recaudadores que fueran de allí.
  • También se quejaron los representantes de los daños causados por las autoridades cuando retenían bienes en las ciudades. Pero el rey ordenó que las ciudades no debían oponerse a estas retenciones, ya que debían hacerse, si era necesario, según las leyes.
  • Los representantes también pidieron al rey que cuando los comerciantes llegaran a los puertos y pagaran los impuestos correspondientes, no tuvieran que usar un documento especial ni fueran vigilados mientras viajaban por el territorio por causa de los impuestos. Fernando IV decidió que se debía cumplir lo establecido por los reyes Alfonso X y Sancho IV al respecto.

Decisiones sobre judíos y musulmanes

  • Los representantes pidieron al rey que se respetaran las reglas que su padre, Sancho IV, había dado sobre los plazos para pagar deudas entre cristianos y judíos. Pero Fernando IV extendió tres años más el plazo de seis que su padre había dado para que los judíos pudieran cobrar sus deudas a los cristianos, ya que muchos no habían podido hacerlo debido a los conflictos.
  • También pidieron los representantes al rey que todos los judíos o musulmanes que compraran tierras sujetas a impuestos, pagaran los impuestos correspondientes. Fernando IV ordenó que se cumpliera lo establecido por su padre, Sancho IV.
  • Los representantes también pidieron al rey que respetara las leyes de aquellos lugares donde se establecía que no hubiera personas encargadas de cobrar deudas a los judíos. Fernando IV decidió que se debía hacer lo mismo que se hacía en tiempos de Alfonso X y Sancho IV.
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