Conquista de Chiloé para niños
Datos para niños Campaña de Chiloé |
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Parte de la guerra de la Independencia de Chile | ||||
Mapa del archipiélago de Chiloé.
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Fecha | 1820-1826 | |||
Lugar | Isla Grande de Chiloé y Carelmapu, Gobierno de Chiloé (actual Chile) | |||
Resultado | Victoria patriota Tratado de Tantauco |
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Cambios territoriales | Anexión del archipiélago de Chiloé al territorio chileno | |||
Beligerantes | ||||
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Comandantes | ||||
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Fuerzas en combate | ||||
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La Campaña de Chiloé fue una serie de acciones militares que ocurrieron entre 1820 y 1826. En ellas se enfrentaron los realistas (personas leales a la Corona española, incluyendo habitantes de Chiloé) y los patriotas chilenos. El objetivo era controlar el archipiélago de Chiloé, que era el último lugar en el actual territorio chileno que seguía bajo el dominio de España después de la independencia de Chile.
Contenido
Historia de la Campaña de Chiloé
¿Por qué Chiloé era tan importante?
El archipiélago de Chiloé fue descubierto por navegantes españoles en el siglo XVI. Sus primeros habitantes fueron pueblos originarios como los huilliches y chonos. En 1567, fue tomado por Martín Ruiz de Gamboa. Con el tiempo, muchas personas que huían de conflictos en el continente se refugiaron allí.
Chiloé tenía una ubicación muy importante en el Océano Pacífico sur. Estaba a medio camino entre Valparaíso y el estrecho de Magallanes. Esto lo hacía un punto clave para el comercio y la defensa. Sin embargo, la provincia estaba muy aislada y dependía de los viajes por mar para comunicarse con el resto del mundo.
A finales del siglo XVIII, Chiloé pasó a depender directamente del Virreinato del Perú. Se fundó San Carlos de Chiloé (hoy Ancud) para fortalecer la defensa del archipiélago. La idea era que Chiloé sirviera como una barrera para evitar que otras potencias europeas intentaran controlar el Estrecho de Magallanes.
La sociedad de Chiloé era sencilla y muy ligada a la vida militar. La mayoría de sus habitantes eran agricultores, pescadores y marineros. Cultivaban papas, cebada y lino. También eran conocidos por su habilidad para trabajar la madera de alerce, que era muy valiosa.
La lealtad de Chiloé a la Corona española
Desde el siglo XVII, Chiloé había desarrollado una fuerte tradición militar. Sus habitantes, llamados chilotes, eran muy leales al rey de España. Se organizaban en milicias, que eran grupos de ciudadanos armados para la defensa. Esta lealtad se mantuvo incluso cuando otras partes de América se levantaron por su independencia.
Cuando comenzaron las guerras de independencia a principios del siglo XIX, Chiloé y Valdivia se convirtieron en importantes puntos de apoyo para la causa del rey. Muchos chilotes se unieron al ejército realista y lucharon en varias batallas importantes en el continente.
El gobernador de Chiloé, Antonio Álvarez y Jiménez, se mantuvo fiel a España. En 1813, el virrey del Perú envió refuerzos y dinero a Chiloé para organizar un ejército. Así se formaron batallones de voluntarios chilotes que participaron en campañas en Chile y Perú.
La guerra fue muy dura para los chilotes. Se dividió en dos etapas:
- 1811-1818: Los chilotes llevaron la lucha al continente.
- 1818-1826: Se mantuvieron a la defensiva en la isla, esperando ayuda que nunca llegó.
Muchos de los soldados chilotes que fueron a luchar al continente no regresaron a sus hogares. La isla sufrió mucho por la falta de hombres y los problemas económicos.
Antonio de Quintanilla, el gobernador de Chiloé
En 1817, el coronel Antonio de Quintanilla fue nombrado gobernador de Chiloé. Él fue un líder muy importante para los realistas en la isla. Quintanilla se dedicó a organizar las defensas de Chiloé, construyendo lanchas con cañones y mejorando las fortificaciones. También se ganó la lealtad de la gente, mostrándose como un defensor de sus intereses.
A pesar de las dificultades, Quintanilla logró mantener la resistencia de Chiloé por casi nueve años. La isla se convirtió en una especie de pequeño estado autónomo, leal a la monarquía española.
Los corsarios de Chiloé
En 1823, Quintanilla autorizó a algunos barcos a convertirse en corsarios. Estos barcos, como el General Valdés y el General Quintanilla, atacaban y capturaban barcos patriotas o neutrales en el mar. Su objetivo era interrumpir el comercio y obtener recursos para la defensa de Chiloé.
Estas acciones causaron problemas internacionales, ya que a veces capturaban barcos de países neutrales. Finalmente, uno de los corsarios más activos, el General Quintanilla, fue capturado en 1824, poniendo fin a sus actividades.
Las expediciones patriotas a Chiloé
Los patriotas chilenos realizaron varias expediciones para tomar Chiloé.
Primer intento: Thomas Cochrane (1820)
En 1820, el vicealmirante Thomas Cochrane, un marino británico al servicio de Chile, decidió atacar Chiloé. Primero, logró una importante victoria al tomar los fuertes de Valdivia. Con solo 160 soldados, Cochrane intentó sorprender a los realistas en Chiloé.
El 18 de febrero, las fuerzas de Cochrane atacaron el castillo San Miguel de Agüi, una fortaleza importante en la península de Lacuy. Sin embargo, los realistas, liderados por Quintanilla, estaban preparados. Los patriotas fueron derrotados y tuvieron que retirarse, sufriendo bajas. Cochrane se dio cuenta de que Chiloé no sería fácil de tomar.
Primer intento de Ramón Freire (1824)
En 1824, el director supremo de Chile, Ramón Freire, decidió liderar personalmente una gran expedición para conquistar Chiloé. La fuerza patriota estaba compuesta por más de 2.000 soldados y varios barcos de guerra.
Freire intentó un ataque sorpresa, pero el mal tiempo y las fuertes defensas de Chiloé dificultaron el avance. El 1 de abril, en las ciénagas de Mocopulli, unos 600 realistas emboscaron a las tropas patriotas. La batalla fue muy reñida y, aunque los realistas se retiraron, los patriotas sufrieron muchas bajas.
Debido a las dificultades, Freire decidió abandonar la campaña y regresar al continente. La expedición no logró su objetivo de tomar Chiloé.
Segundo intento de Ramón Freire y la anexión definitiva (1826)
En 1826, Freire organizó una segunda y más grande expedición. Esta vez, las fuerzas chilenas contaban con más de 2.500 soldados y una flota importante bajo el mando del vicealmirante Manuel Blanco Encalada. La campaña se planeó para los meses de verano, cuando el clima era más favorable.
El 10 de enero, los patriotas desembarcaron en Puerto Inglés y comenzaron a tomar los fuertes de la península de Lacuy. El 12 de enero, la flota chilena bombardeó el fuerte de Agüi y logró forzar el paso.
Los combates continuaron. El 13 de enero, en el Combate de Pudeto, las lanchas chilenas atacaron y capturaron varias lanchas cañoneras realistas. Esto le dio a los patriotas el control del mar. El 14 de enero, los patriotas atacaron Pudeto y luego la posición de Bellavista, obligando a los realistas a retirarse.
Finalmente, el 15 de enero, el ejército patriota entró en la ciudad de San Carlos. Quintanilla se retiró al interior de la isla, pero sus tropas estaban agotadas y desanimadas.
Consecuencias de la Campaña de Chiloé
El Tratado de Tantauco
El 18 de enero de 1826, se firmó el Tratado de Tantauco. Este acuerdo puso fin a la resistencia realista en Chiloé. El archipiélago de Chiloé pasó a ser parte de Chile. Quintanilla y algunos de sus oficiales pudieron regresar a España.
El tratado establecía que los chilotes se convertirían en ciudadanos chilenos, con los mismos derechos y deberes. También se respetaron las propiedades de los realistas. El 19 de enero, Freire ratificó el tratado, y el 31 de enero, Chiloé fue oficialmente incorporada como una provincia de Chile.
Esta victoria, junto con la rendición de la fortaleza del Real Felipe en el Callao (Perú), marcó el fin de las últimas posiciones realistas en América del Sur.
Chiloé después de la anexión
La anexión de Chiloé significó el contacto permanente entre dos culturas que hasta entonces habían estado poco conectadas. Se inició un proceso de "chilenización" para integrar la isla al resto del país.
El coronel José Santiago Aldunate fue el primer gobernador de la provincia. Él trabajó para que los puertos estuvieran operativos y el gobierno central envió ayudas económicas. Con el tiempo, la antigua lealtad al rey fue disminuyendo y los chilotes se integraron a Chile.
A pesar de la anexión, Chiloé siguió enfrentando problemas debido a su aislamiento y a la falta de recursos. Sin embargo, los chilotes desarrollaron una cultura fuerte para sobrevivir y progresar.
Un dato interesante es que, a pesar de ser una provincia aislada, Chiloé tenía un alto porcentaje de niños que iban a la escuela en comparación con otras regiones de Chile en esa época.
La incorporación de Chiloé y la habilidad de sus navegantes fueron clave para que Chile pudiera asegurar su soberanía en el Estrecho de Magallanes en 1843. Gracias a la expedición de la goleta Ancud y la llegada de colonos chilotes, se pobló el territorio magallánico, expandiendo el territorio chileno hacia el sur.