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Casas de la Balsa (Ademuz) para niños

Enciclopedia para niños

Las Casas de la Balsa, también conocidas como Las Balsas o simplemente La Balsa, son un grupo de construcciones que hoy están deshabitadas. Se encuentran en el municipio de Ademuz, en la provincia de Valencia, dentro de la Comunidad Valenciana, España.

Aunque ahora no hay gente viviendo allí, hace mucho tiempo formaron parte de los pequeños asentamientos rurales dispersos en la zona del Rincón de Ademuz. Había otros lugares similares en Ademuz (como Altamira, El Soto, El Sotillo y el Molino de los Cuchillos), Castielfabib (Casa Aurel, Casa del Mojón, Casa Molina, los dos Colladillos –el de Arriba y el de Abajo–, Las Monjas, Las Tóvedas –de Arriba y de Abajo–, La Veintena y el Molino del Barranco Hondo), Puebla de San Miguel (El Pomar, La Masada, Masada de los Boteros, Masada de don Joseph Soriano y Montoya y Masada de Sandalinas), en Torrebaja (Molino de San José o de Arriba y el Molino de Abajo, también conocido como "del Señor" o "del Mayorazgo") y Vallanca (La Veguilla, también conocida como "San Juan de la Veguilla").

En estos lugares vivían personas que trabajaban las tierras de grandes propietarios. Algunos de estos asentamientos han desaparecido, otros están en ruinas o abandonados. Solo uno, El Soto, en Ademuz, sigue habitado de forma permanente por una familia. Todos estos antiguos poblados son un ejemplo importante de la arquitectura tradicional de la región.

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Vista parcial del caserío de las «Casas de la Balsa», Ademuz (Valencia), año 2008.
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Detalle de construcción tradicional en el caserío de las «Casas de la Balsa», Ademuz (Valencia), año 2008.
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Detalle de construcción tradicional en el caserío de las «Casas de la Balsa», Ademuz (Valencia), año 2008.

Historia de las Casas de la Balsa

¿Cuándo se poblaron las Casas de la Balsa?

A finales del siglo XVIII, el geógrafo Tomás López registró que en Las Balsas vivían unas 6 familias, lo que sumaba entre 25 y 30 personas. Sin embargo, esta población fue disminuyendo en la primera mitad del siglo XIX.

En 1860, un registro de población solo mencionaba cuatro casas, y de ellas, solo dos estaban habitadas.

¿Quiénes vivieron en las Casas de la Balsa?

Durante el primer tercio del siglo XX, varias familias vivieron en este lugar. La población se mantuvo entre 15 y 20 habitantes hasta la década de 1940, cuando el lugar comenzó a despoblarse.

Después de un periodo de conflicto en España, cuatro familias aún residían allí. Entre ellas estaban los hermanos Felipe y Francisco Aparicio Adalid, que vivían en casas contiguas. Felipe y su esposa María de Tejeda tuvieron cuatro hijos: Carmen, Teresa, Vicente y Maruja. Francisco y su esposa Maximina tuvieron tres hijos: Paco, Encarna y Maruja. También vivían allí Pelegrín y su esposa, la señora Brígida, y la familia de los Lucios de Ademuz.

Uno de los últimos habitantes fue el señor Felipe Aparicio Adalid (1903-1997) y su esposa, la señora María de Tejeda Muñoz Blasco (1903-2000). Ellos se mudaron de Las Balsas a principios de los años sesenta para vivir en Ademuz.

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Vista parcial del caserío de las «Casas de la Balsa», Ademuz (Valencia), año 2008.
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Detalle de construcción tradicional en el caserío de las «Casas de la Balsa», Ademuz (Valencia), año 2008.

¿Cómo era la vida diaria en las Casas de la Balsa?

La vida de los habitantes de las Casas de la Balsa era sencilla y muy conectada con la naturaleza. Tenían animales de granja como cerdos, conejos, pollos, gallinas y un pequeño rebaño de ovejas, además de animales para trabajar la tierra.

El agua para regar las huertas venía de las Balsas, que también abastecían la «fuente del Magro», de donde tomaban agua para beber. Cultivaban todo tipo de frutas y verduras típicas de la zona, además de viñas y cereales. Había varias «eras de pan trillar» (lugares para separar el grano) y cubos para hacer vino. El trigo lo llevaban a moler al molino de la «fuente Vieja» en Ademuz. Para hornear, usaban los hornos del pueblo, generalmente el del Vallado.

En las tiendas locales solo compraban lo que no podían producir en La Balsa, como azúcar, telas o zapatos. Cuando alguien fallecía, lo llevaban a enterrar al cementerio de Ademuz. La señora Carmen Aparicio Muñoz (nacida en 1930) recuerda:

«Allí vivíamos muy felices y confiados... La Guardia Civil vigilaba todo aquello y con frecuencia pasaba por allí; entraban en casa y mi madre les dejaba hacerse café en el fuego bajo o les preparaba algo de comer. Los guardias les decían (a mis padres) que cerraran las puertas por las noches, pues hasta entonces se quedaban siempre abiertas... No, allí no había luz eléctrica, pero por la noche prendíamos unos candiles de carburo que teníamos; cuando vino el butano mi padre compró una lámpara que daba buena luz, y una radio de pilas que los vecinos venían a escuchar...».
Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Alfredo Sánchez Garzón

Hasta bien entrados los años sesenta del siglo XX, todas las tierras de la zona estaban cultivadas. Esto significaba que mucha gente pasaba por allí y había una relación constante entre los habitantes de las Casas de la Balsa y los de Ademuz, así como los de Casasaltas, el pueblo más cercano. Aunque estaban un poco apartados, dependiendo de la dirección del viento, desde las Casas de la Balsa se oían perfectamente las horas del reloj de la Iglesia Arciprestal de San Pedro y San Pablo y el toque de las campanas para los servicios religiosos:

«Desde La Balsa se sentían muy bien las campanas de la iglesia de Ademuz. En cuanto las oía le decía a mi madre: Madre, ya tocan las campanas... -y mi madre decía-: Hala, pues, vamos a rezar... -y nos poníamos las dos juntas a rezar-».
Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Alfredo Sánchez Garzón
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Detalle de chimena de fuego bajo arruinada en una vivienda de «Casas de la Balsa», Ademuz (Valencia), año 2008.
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Detalle de alacena y cantarera arruinadas en una vivienda de «Casas de la Balsa», Ademuz (Valencia), año 2008.

Ubicación y estado actual

¿Dónde se encuentran las Casas de la Balsa?

El caserío de las Casas de la Balsa está en la ladera este del «Pinar Llano». Desde allí se puede ver el valle del Río Turia. Se sitúa cerca del «barranco de la Balsa» y de un manantial que alimenta las Balsas y la «fuente del Magro». Está en la parte norte del término municipal de Casasaltas.

Por debajo del antiguo caserío pasa la antigua carretera CN-330a, que iba de Alicante y Murcia a Francia por Zaragoza. Sin embargo, el lugar se ha visto afectado por el nuevo trazado de esta misma carretera, que ahora pasa por la parte alta del monte donde se ubica el caserío.

¿Cómo son las construcciones hoy en día?

Aunque algunas construcciones se conservan en buen estado, la mayoría están en ruinas. Junto a las viviendas, hay eras (espacios para trillar), pajares (para guardar paja), rediles (corrales para ovejas) y corrales al aire libre.

Las edificaciones más antiguas tienen muros hechos con piedras de la zona y la parte superior de tapial (una técnica de construcción con tierra) enlucido. Las construcciones más recientes son buenos ejemplos de arquitectura tradicional. Tienen muros de piedra bien trabajada en la parte baja y cierres de losas de caliza. Los tejados son de teja árabe, colocadas de forma especial.

A pesar de su sencillez, estas construcciones son notables, en parte por el hermoso lugar donde se encuentran. Tienen la vega (tierra de cultivo junto al río) a sus pies y el Pico de la Muela (905 m) al fondo, al otro lado del río Turia.

«En nuestro imaginario, el silencio y la soledad del despoblado en la actualidad contrasta con la vida y el ajetreo de antaño; un tiempo y una época definitivamente pasados...».
El Rincón de Ademuz en imágenes: Aldeas y Lugares, Alfredo Sánchez Garzón

Otros lugares despoblados cercanos

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