Triteísmo para niños

En la teología cristiana, el triteísmo (que viene de las palabras griegas tri- que significa 'tres' y theós que significa 'dios') es una idea que surgió en el siglo III. Esta idea fue considerada un error por la mayoría de las iglesias cristianas. Se llama triteístas a las personas que, al intentar explicar la Santísima Trinidad, la dividieron. Ellos enseñaban que en Dios no solo hay tres personas (Padre, Hijo y Espíritu Santo), sino que también hay tres esencias o naturalezas distintas, como si fueran tres dioses separados que forman una unidad. Esta idea de una "tríada" divina tiene parecidos con creencias de algunas religiones antiguas que adoraban a muchos dioses.
Lo opuesto al triteísmo es el sabelianismo. Esta idea, para no dar la impresión de que había tres dioses, decía que en Dios solo hay una persona, Dios Padre. Las otras dos (Hijo y Espíritu Santo) serían solo diferentes nombres o formas en que Dios se muestra. Hoy en día, una idea similar al sabelianismo se encuentra en el pentecostalismo unicitario.
Algunas religiones, como el judaísmo y el islam, critican la idea de la Trinidad cristiana, diciendo que es triteísta y que no es un verdadero monoteísmo (creencia en un solo Dios). Dentro del cristianismo, desde la Reforma protestante, algunos grupos como el unitarismo (representado por Miguel Servet) también han dicho que el catolicismo tiene un 'Dios dividido en tres'. Más recientemente, los pentecostales unicitarios han acusado a los trinitarios de tener ideas triteístas. Los Testigos de Jehová también consideran que la doctrina de la Trinidad es triteísta. Sin embargo, la Iglesia católica y el cristianismo trinitario en general rechazan firmemente esta acusación de triteísmo.
Contenido
Historia del Triteísmo
Orígenes y Primeras Defensas
En el judaísmo, se cree firmemente en un solo Dios. Por eso, la idea de que la unidad de Dios pudiera romperse parecía algo muy grave. En este contexto, los primeros cristianos tuvieron que defenderse de la acusación de triteísmo. Ellos explicaban que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son un solo Dios. Así, su creencia no era triteísta, sino un tipo diferente de monoteísmo.
Alrededor del año 257 o 258, hubo una discusión sobre la unidad de Dios entre Dionisio de Alejandría y algunos cristianos. Estos cristianos le escribieron al papa Dionisio de Roma. El Papa, en una carta enviada hacia el año 260, defendió la idea de un solo Dios en la Trinidad. Él dijo que esta era la enseñanza más antigua y respetada de la Iglesia, en contra de quienes dividían a Dios en tres divinidades.
Debates en el Siglo IV
En el siglo IV, importantes líderes de la Iglesia como Atanasio de Alejandría, Basilio el Grande y Gregorio Nacianceno explicaron que la doctrina de la Trinidad era un punto medio. Estaba entre el monoteísmo estricto del judaísmo y el sabelianismo por un lado, y el politeísmo (creencia en muchos dioses) por el otro.
Por otro lado, los arrianos, que no creían que el Verbo (Jesús) fuera divino, y los macedonianos, que no reconocían la divinidad del Espíritu Santo, acusaban de triteístas a quienes defendían la divinidad de ambos. Aunque los arrianos no seguían un monoteísmo estricto, algunos de ellos, al negar que el Padre y el Hijo fueran de la misma naturaleza, dividieron la Trinidad en divinidades de diferentes niveles. Esto llevó a una nueva forma de triteísmo, como se vio en las enseñanzas de Eunomio.
El arrianismo fue rechazado en el Concilio de Nicea I en el año 325. El macedonianismo fue rechazado en el Concilio de Constantinopla I en el año 381. Finalmente, la fe trinitaria, tal como se formuló en el símbolo niceno-constantinopolitano, fue declarada la creencia correcta. Más tarde, el símbolo Quicumque resumió la enseñanza católica sobre la Trinidad, destacando la unidad de la esencia divina para evitar el triteísmo.
Este texto dice, por ejemplo: «Porque una es la persona del Padre, otra la del Hijo y otra (también) la del Espíritu Santo; pero el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo tienen una sola divinidad, gloria igual y majestad eterna. Cual el Padre, tal el Hijo, tal (también) el Espíritu Santo; increado el Padre, increado el Hijo, increado (también) el Espíritu Santo; inmenso el Padre, inmenso el Hijo, inmenso (también) el Espíritu Santo; eterno el Padre, eterno el Hijo, eterno (también) el Espíritu Santo. Y, sin embargo, no son tres eternos, sino un solo eterno, como no son tres increados ni tres inmensos, sino un solo increado y un solo inmenso. Igualmente, omnipotente el Padre, omnipotente el Hijo, omnipotente (también) el Espíritu Santo; y, sin embargo, no son tres omnipotentes, sino un solo omnipotente. Así Dios es el Padre, Dios es el Hijo, Dios es (también) el Espíritu Santo; y, sin embargo, no son tres dioses, sino un solo Dios. Así, Señor es el Padre, Señor el Hijo, Señor (también) el Espíritu Santo; y, sin embargo, no son tres Señores, sino un solo Señor; porque así como por la verdad cristiana somos obligados a confesar como Dios y Señor a cada persona en particular; así la religión católica nos prohíbe decir tres dioses y señores...»
El Triteísmo y el Monofisismo
El triteísmo volvió a aparecer en el siglo VI debido a una idea llamada monofisismo. Entre los monofisitas, el primero en adoptar el triteísmo fue el filósofo sirio Juan Acusnage. Pero los principales defensores fueron Conon, obispo de Tarso, y Juan Filopón, un gramático de Alejandría. Sus seguidores fueron conocidos como cononitas y filoponitas.
Filopón, un estudiante del patriarca Severo de Antioquía, usó la filosofía de Aristóteles para decir que la naturaleza o esencia es lo mismo que la hipóstasis o persona. Él decía que toda naturaleza real y concreta es un individuo, y si es racional, es una persona. Después de defender así la idea monofisita sobre la naturaleza de Cristo, aplicó lo mismo a la Trinidad. Afirmó que «confesamos tres personas o esencias». A pesar de esto, se negaba a admitir que se tratara de tres dioses.
En el año 577, los triteístas fueron expulsados de la Iglesia por el patriarca Damián de Alejandría. Damián diferenciaba la esencia divina de las tres personas. Negaba que cada persona, por sí sola, fuera Dios. Sin embargo, sí creía que había una naturaleza divina y una divinidad común entre ellas, y que por participar de esta divinidad, cada persona era Dios. Se entiende que él veía a la divinidad como un todo, del cual cada persona era una parte. A los seguidores de Damián se les llamó damianistas o tetraditas, porque supuestamente creían en cuatro dioses: cada una de las tres personas y la divinidad completa, a la que llamaban autótheos.
El Triteísmo en la Edad Media
En la Edad Media, el triteísmo reapareció en Europa Occidental. Estuvo relacionado con la filosofía de Aristóteles y el surgimiento de la escolástica (una forma de pensar y enseñar en las universidades de la época). Esto llevó a otra discusión, aunque más limitada. De una u otra forma, fue defendido por el filósofo nominalista Roscelino de Compiègne, el obispo y filósofo realista Gilberto Porretano y el místico Joaquín de Fiore.
Roscelino creía que una esencia no podía ser común a las tres personas. Por eso, afirmó que cada persona debía tener su propia esencia independiente. Si no, toda la Trinidad se habría hecho carne. Esta idea fue rechazada por Anselmo de Canterbury. Roscelino fue llamado a un concilio en Soissons en 1092, donde su enseñanza fue condenada.
Por otro lado, Porreta pensaba que había una diferencia entre Dios, su esencia y sus características. Sostenía que en Dios habría cuatro divinidades: las de cada persona y la de la esencia divina. Esto fue condenado en el Concilio de Reims (1148) en 1148. Joaquín de Fiore reaccionó contra esta idea de "cuatro dioses" diciendo que no hay una esencia o naturaleza que sea las tres personas. Para él, la unidad entre ellas no era real, sino colectiva y simbólica, como la unidad de un pueblo o una Iglesia. Su enseñanza fue condenada en el IV Concilio de Letrán en 1215.
Manifestaciones Posteriores del Triteísmo
La filosofía cartesiana llevó a algunos teólogos modernos a ideas triteístas. Entre ellos estaban William Sherlock († 1707), deán de la Catedral de San Pablo, y el sacerdote oratoriano Pierre Faydit († 1709). El filósofo racionalista Anton Oehmbs († 1809) y Anton Günther († 1863) también fueron algunos católicos acusados de triteísmo. Lo mismo ocurrió con los protestantes Heinrich Nicolai († 1660), profesor de Danzig, y Joseph Bingham.
Hoy en día, se puede encontrar una idea triteísta de Dios en el mormonismo. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días enseña que las personas de la Trinidad son tres seres divinos distintos. Sin embargo, están unidos por el objetivo común de lograr la salvación de la humanidad.
Por otro lado, aunque los adventistas rechazan tanto el triteísmo como el modalismo, su forma de entender la Trinidad es diferente de la católica. Ellos no aceptan la idea de que el Hijo sea "generado" eternamente ni que el Espíritu Santo "proceda" eternamente. Diferencian a las tres personas como "centros individuales de inteligencia y acción" unidos en la tarea de la salvación. En la teología católica, esto podría implicar triteísmo. Sin embargo, una de las creencias principales de la Iglesia Adventista del Séptimo Día afirma: «Hay un solo Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo, una unidad de tres personas coeternas». Así, más allá de la unidad de acción, ellos ven a Dios como una realidad única que va más allá de lo que la razón humana puede entender.
Véase también
En inglés: Tritheism Facts for Kids
- Monarquianismo
- Visión islámica de la Trinidad