Toma de Vélez-Málaga (1487) para niños
Datos para niños Toma de Vélez-Málaga |
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Parte de Guerra de Granada | ||||
![]() Representación de la batalla en el coro de la catedral de Toledo.
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Fecha | 17 al 27 de abril de 1487 | |||
Lugar | Vélez-Málaga, Málaga, Andalucía (![]() |
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Resultado | Victoria castellano-aragonesa | |||
Beligerantes | ||||
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La Toma de Vélez-Málaga fue un evento importante que ocurrió el 27 de abril de 1487. En esta batalla, las tropas de los Reyes Católicos, Fernando e Isabel, se enfrentaron a los defensores de la ciudad, que eran principalmente musulmanes del reino de Granada. La lucha duró varios días y terminó con la rendición de la ciudad, que pasó a ser parte de los territorios cristianos.
Un detalle interesante de este conflicto es que el propio rey Fernando participó en uno de los enfrentamientos. Este suceso inspiró el escudo que la reina Isabel, su esposa, le dio a la ciudad años después, y que todavía se usa hoy en día.
Contenido
¿Qué sucedió antes de la toma de Vélez-Málaga?
A finales del siglo XV, se estaban llevando a cabo los últimos avances de la Reconquista. Después de muchos años de batallas, la mayor parte de la península ibérica estaba bajo control cristiano.
La situación en el Reino de Granada
Dentro del reino de Granada, la situación era complicada. Había disputas por el poder entre Muley Hacen, su hermano El Zagal y su hijo Boabdil. Muley Hacen falleció en 1485 y nombró a su hermano El Zagal como su sucesor.
Por otro lado, Boabdil había sido capturado por los Reyes Católicos en abril de 1483. Fue liberado a cambio de aceptar ser vasallo de los reyes. Al regresar a Granada, Boabdil logró tomar el control de la ciudad, mientras que su tío El Zagal se quedó con ciudades como Almería, Guadix y Málaga.
Los avances de los Reyes Católicos
Los Reyes Católicos, Fernando e Isabel, se establecieron en Córdoba y comenzaron a realizar ataques. Su estrategia era sitiar una ciudad y usar artillería para atacar sus fortalezas hasta que se rindieran. Así, lograron tomar Alhama de Granada en 1482, Álora en 1484, Ronda en 1485 y Loja en 1486.
El siguiente objetivo era la costa. Decidieron ir hacia Vélez-Málaga, partiendo de Córdoba el 7 de abril de 1487. Después de nueve días de marcha, que fue difícil para la artillería por el camino montañoso, llegaron a su destino el 17 de abril.
¿Cómo se prepararon los ejércitos?
Cuando llegaron las tropas cristianas, y especialmente los barcos, algunos habitantes de Vélez-Málaga y sus alrededores buscaron refugio en el castillo de Bentomiz, que estaba cerca.
El resto de los musulmanes se quedaron en la ciudad. Vélez-Málaga tenía una muralla exterior que rodeaba toda la ciudad, incluyendo dos barrios llamados arrabales. También había una muralla interior que protegía la zona militar, conocida hoy como La Fortaleza. Es importante recordar que la ciudad de Málaga, al oeste, y otras fortalezas cercanas como Comares, seguían bajo control musulmán.
Por su parte, el rey Fernando, con un ejército de 20.000 jinetes, 50.000 soldados de infantería y 8.000 hombres de apoyo, estableció dos campamentos. El campamento del sur se llamó Real Bajo, y su nombre se conserva en un barrio actual de la ciudad. Su ubicación junto al río facilitaba el transporte de suministros por barco.
El segundo campamento, el Real Alto, se ubicó en una colina entre Vélez-Málaga y Bentomiz. La idea era separar las fuerzas musulmanas y cortar cualquier acceso a la ciudad desde la sierra. Algunos de los hombres de confianza del rey cuestionaron esta decisión, ya que el Real Alto, aunque elevado, podía ser atacado desde dos lados. Los barcos del ejército de Fernando también tenían la misión de evitar que llegara ayuda desde África.
¿Cómo se desarrolló la batalla?
El mismo día que llegaron los cristianos, hubo un primer ataque desde la ciudad contra un grupo de soldados gallegos, que fueron sorprendidos. Los atacantes se retiraron rápidamente tras sus murallas.
Esa misma jornada, un segundo ataque musulmán sorprendió al rey Fernando en el Real Alto. El rey, casi sin armadura, tomó sus armas y su caballo, y junto a los pocos soldados que estaban allí, persiguió a los atacantes que se retiraban hacia la ciudad. Esta fue una de las pocas veces que el rey participó directamente en un combate durante la Reconquista, y este hecho se hizo famoso, aumentando la moral de sus hombres.
Al ver la resistencia de los defensores de Vélez-Málaga, el rey ordenó atacar los arrabales a la mañana siguiente. Se cuenta que el rey cristiano usó una estrategia para hacer creer que su ataque sería más grande de lo esperado. Ataron antorchas a los cuernos de un rebaño de corderos y los dirigieron hacia uno de los arrabales antes del amanecer. Al ver tantas "luces" acercándose, parte de la guarnición huyó, pensando que era un ejército enorme.
En esta misma lucha, después de seis horas de batalla, los defensores apenas habían cedido terreno. Sin embargo, la llegada de nuevas tropas cristianas, lideradas por los duques de Nájera y Benavente, hizo que los musulmanes se retiraran a La Fortaleza.
Con los arrabales bajo su control, el ejército cristiano cavó zanjas alrededor de la última muralla y colocó a sus hombres para evitar que nadie entrara o saliera de la ciudad. El rey también envió a parte de sus hombres a proteger los caminos desde Archidona hasta Vélez-Málaga para asegurar la llegada de suministros, que eran gestionados por la reina Isabel y venían de Córdoba.
Para asegurar el buen comportamiento de sus tropas y mejorar la disciplina, el rey estableció reglas. Por ejemplo, prohibió los juegos de cartas o dados en el campamento, buscó reducir los conflictos internos y prohibió las escaramuzas (pequeños combates) que no fueran ordenadas por un superior.
Se estableció un nuevo campamento en dirección a Comares para proteger el asalto a la ciudad de posibles refuerzos musulmanes que se estaban reuniendo en la zona. Cuatro días después de establecer este campamento, hubo un ataque de estas fuerzas, pero fueron rechazadas por las tropas de Fernando y huyeron de vuelta a las montañas.
Durante este tiempo, se ofreció varias veces la rendición a la ciudad, ya que las fuerzas cristianas eran mucho mayores. Sin embargo, los defensores de Vélez-Málaga rechazaron las ofertas, confiando en que la artillería tendría dificultades para alcanzar la ciudad y esperando recibir ayuda de Granada.
La ayuda para los musulmanes tardaba en llegar. El Zagal, a cargo de Málaga y Vélez, dudaba en ir a socorrerlas. Sabía que si dejaba Alhambra, su sobrino Boabdil, que estaba en el barrio del Albaicín, aprovecharía para quitarle el poder de la ciudad, lo que finalmente ocurrió.
El Zagal intentó ofrecer una tregua a Boabdil para unir fuerzas contra los cristianos, pero Boabdil la rechazó. Finalmente, presionado por las quejas de la gente importante de Granada por la pérdida de las ciudades costeras, El Zagal reunió a sus hombres y partió hacia Vélez-Málaga.
Las tropas de El Zagal llegaron a Bentomiz, que ya se había rendido al rey cristiano. Al ver la llegada de refuerzos desde los campamentos cristianos, el consejo que le dieron al rey Fernando fue atacarlos. El rey, sabiendo que esa acción permitiría que se levantara el asedio a la ciudad, ordenó esperar.
La artillería cristiana aún estaba en camino a Vélez-Málaga debido a las malas condiciones del terreno. El Zagal decidió atacar la columna de artillería con un grupo de 300 jinetes y 400 soldados de infantería. Su plan era luego romper el cerco a Vélez-Málaga, para lo cual había traído 1.000 jinetes y 20.000 soldados. Pero Fernando descubrió el movimiento y preparó un grupo de soldados más numeroso, que lanzó contra los 700 hombres de El Zagal por la noche.
El Zagal ordenó a sus hombres retroceder y bajar de la sierra a montes más bajos. El rey Fernando reaccionó extendiendo sus tropas alrededor del ejército musulmán, mientras mantenía una fuerte defensa en todos los accesos de la ciudad.
El combate se dio en un terreno que impedía el uso de caballos, por lo que todos los soldados lucharon a pie. Con El Zagal en una cuesta, el ejército de Fernando enfrente en otra colina, y las dos alas de tropas cristianas en cerros a cada lado, hubo pocos movimientos. Nadie quería perder la ventaja del terreno elevado, así que los enfrentamientos se limitaron a lanzar proyectiles y algunas escaramuzas aisladas.
Al amanecer, los musulmanes, al ver el gran número de fuerzas cristianas desplegadas, decidieron huir. Los cristianos se mantuvieron alerta una noche más, por si era una trampa de El Zagal, hasta que recibieron la noticia de que el líder musulmán y sus hombres habían sido vistos pasando por Almuñécar, en dirección a Almería y Guadix.
¿Cómo fue la rendición y la entrada a la ciudad?
Diez días después del inicio de los enfrentamientos, con la llegada de la artillería castellana y la certeza de no recibir ayuda, el alcalde de Vélez-Málaga, Abul Cassin Benegas, rindió la ciudad el 27 de abril de 1487.
Los Reyes Católicos establecieron las condiciones de la rendición, que se consideraron justas, basándose en lo acordado con Boabdil cuando fue liberado. Esta actitud de clemencia tenía otro propósito: hacer que la opción de la rendición fuera atractiva en las futuras batallas para recuperar todo el Reino de Granada. Por ejemplo, a los musulmanes se les permitió elegir entre irse de la ciudad o quedarse como mudéjares (musulmanes que vivían en territorio cristiano), pero en ambos casos debían renunciar a tener armas.
Aunque la rendición se firmó en abril, los Reyes decidieron esperar hasta el 1 de mayo, día de la festividad de la cruz, para entrar en la ciudad. Hicieron una entrada muy vistosa por la puerta de Granada. Las mezquitas se convirtieron en iglesias y se levantaron varias cruces para recordar lo sucedido. Incluso el nombre de la ciudad cambió a Vélez de la Cruz.
Una de estas cruces se llamó la Cruz del Cordero y se colocó en un barrio con el mismo nombre, en referencia a la estrategia de las antorchas atadas a los corderos que usaron los cristianos.
¿Qué consecuencias tuvo la toma de Vélez-Málaga?
Después de la rendición de Vélez-Málaga, otras ciudades de la comarca de la Axarquía también se rindieron, como Comares, Cómpeta, Canillas de Aceituno, Nerja y Maro, entre otras.
Desde Málaga, los líderes de la Medina, Alí Dordoux, y de la Alcazaba, Aben Comissa, fueron a negociar su rendición con el rey Fernando. Aunque pudieron llegar a un acuerdo, el defensor del castillo de Gibralfaro, El Zegrí, que ya había perdido Ronda ante los Reyes Católicos, no quería rendir otra ciudad.
En cualquier caso, con Vélez-Málaga en sus manos, la toma de la ciudad de Málaga, que estaba cercada, se presentaba mucho más favorable.
Además, debido al ataque al Real Alto donde el rey Fernando estuvo involucrado, el barrio desde donde partió el ataque fue nombrado barrio de San Sebastián, patrón de los soldados, y también se estableció como patrón de la ciudad. En este barrio, en 1499, se construyó una capilla en memoria de un escudero llamado Nuño del Águila, que dio su vida por el rey en ese enfrentamiento.
Finalmente, este suceso, en el que el rey se vio en peligro y decidió tomar las armas para defenderse, dio forma al escudo de la ciudad. El escudo, otorgado por la reina Isabel en 1499 a petición de los líderes de la ciudad, muestra al rey cabalgando contra los atacantes musulmanes, con un joven (Nuño del Águila) que yace herido por una flecha.
Este escudo sigue en uso, aunque en los últimos años se ha adoptado un diseño modificado para ciertos eventos y funciones.