Recesión por la pandemia de COVID-19 para niños
La recesión por la pandemia de COVID-19 fue una crisis económica mundial que comenzó en 2020 y terminó en 2022. Esta crisis causó una gran disminución en la actividad económica de muchos países, siendo considerada la más importante desde la Gran Depresión de 1929.
Más de un tercio de la población mundial tuvo que quedarse en casa para evitar la propagación del COVID-19. Esto afectó gravemente las economías de todo el mundo, justo después de que la economía global ya mostrara signos de desaceleración en 2019. Los mercados de valores y el consumo de las personas se vieron muy afectados.
Contenido
La Recesión Global por la Pandemia de COVID-19

¿Qué Causó la Recesión?
La recesión global de 2020 tuvo varias causas importantes, algunas de las cuales ya estaban presentes antes de la pandemia.
Antes de la Pandemia: Señales de Alerta
Desde 2015, el aumento de la producción de petróleo hizo que sus precios bajaran. Muchas empresas de fracking en Estados Unidos tuvieron problemas económicos. A partir de 2017, cada año hubo más empresas con dificultades para pagar sus deudas en el mercado mundial. En septiembre de 2019, la Reserva Federal de Estados Unidos tuvo que intervenir para ayudar a la economía.
El primer caso de COVID-19 se reportó en Wuhan, China, en noviembre de 2019. El gobierno chino impuso restricciones de viaje y cuarentenas. Cuando el virus se extendió, otros países hicieron lo mismo. El primer gran signo de la recesión fue la caída de la bolsa de valores a finales de febrero y marzo de 2020. La fuerte bajada de los precios del petróleo también contribuyó a esta caída el 9 de marzo de 2020. Los mercados bursátiles mundiales cayeron entre un 20% y un 30%. A mediados de marzo, los gobiernos y los Bancos Centrales tuvieron que actuar para evitar un colapso mayor.
La Deuda de las Empresas
La deuda de las empresas aumentó mucho después de la crisis financiera de 2007-2008. La deuda global de las empresas pasó del 84% del producto bruto mundial en 2009 al 92% en 2019, lo que equivale a unos 72 billones de dólares. En las ocho economías más grandes del mundo, la deuda total de las empresas era de unos 51 billones de dólares en 2019, comparado con 34 billones en 2009.
La Reserva Federal de Estados Unidos señaló en noviembre de 2019 que los préstamos a empresas con un historial de crédito no muy bueno o con mucha deuda, estaban creciendo muy rápido. La deuda total de las empresas en Estados Unidos alcanzó un récord del 47% de toda la economía del país en noviembre de 2019. Sin embargo, los préstamos a empresas también crecieron en todo el mundo debido a las bajas tasas de interés después de la Gran Recesión. Dos tercios de este crecimiento de la deuda corporativa se dieron en países en desarrollo, especialmente en China. En diciembre de 2019, Moody's Analytics dijo que la deuda de las empresas chinas era la "mayor amenaza" para la economía global.
Expertos y reguladores estaban preocupados de que tanta deuda riesgosa creara un punto débil para los mercados financieros, especialmente para los fondos de inversión, ante una próxima recesión. La expresidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, advirtió que la gran cantidad de deuda corporativa podría "alargar" la siguiente recesión y causar la quiebra de muchas empresas. El Instituto de Finanzas Internacionales predijo que, en una recesión la mitad de grave que la de 2008, las empresas no financieras tendrían una deuda de 19 billones de dólares sin las ganancias para cubrir los pagos de intereses.
La Tensión Comercial entre China y Estados Unidos
La tensión comercial entre China y los Estados Unidos comenzó el 22 de marzo de 2018. El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, impuso impuestos especiales (aranceles) a productos chinos por valor de 50.000 millones de dólares. Él argumentó que China tenía "prácticas comerciales injustas", robo de propiedad intelectual y obligaba a las empresas estadounidenses a compartir su tecnología. En respuesta, el gobierno de la República Popular China impuso aranceles a más de 128 productos estadounidenses, incluyendo la soja, que es una de las principales exportaciones de Estados Unidos a China.
Desde 2018, Trump defendió los aranceles para reducir el déficit comercial de Estados Unidos y fomentar la producción local. Aunque algunos expertos creen que el déficit comercial de Estados Unidos es un problema, muchos no lo ven así y pocos apoyan los aranceles como solución. Esta tensión comercial afectó negativamente las economías de ambos países. En Estados Unidos, los precios para los consumidores subieron y los agricultores y fabricantes tuvieron complicaciones. En China, el crecimiento económico y la actividad de fabricación fueron los más bajos en décadas. Otros países también sufrieron daños económicos, aunque algunos se beneficiaron al aumentar su producción para satisfacer la demanda. También causó inestabilidad en la bolsa de valores. Los gobiernos de varios países, incluyendo China y Estados Unidos, tomaron medidas para manejar parte del daño causado por el deterioro en las relaciones China-Estados Unidos y los aranceles.
La tensión comercial fue criticada a nivel internacional, incluso por empresas y organizaciones agrícolas estadounidenses.
La Salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit)
Bajo el gobierno de Boris Johnson se llegó a un acuerdo que permitió que el Brexit se hiciera realidad el 31 de enero de 2020. La UE perdió el 13% de su población, el 15% de su producto interior bruto (PIB) y el 5,6% de su superficie. A pesar de esto, la UE siguió siendo en 2020 una potencia política y económica mundial. Después del Brexit, la eurozona (los países de la UE que usan el euro) pasó a representar el 86% del PIB y el 77% de la población de la UE, lo que reforzó su importancia.
El 1 de enero de 2021, la salida del Reino Unido de la Unión Europea se hizo efectiva. Los ciudadanos y las empresas británicas dejaron de estar bajo las normas de la UE. El acuerdo comercial, que ambas partes negociaron durante todo el año, sentaría las bases para la relación futura entre la UE y el Reino Unido.
El Impacto Directo de la Pandemia
Los Confinamientos y sus Efectos
Muchos gobiernos ordenaron cuarentenas, restricciones de movimiento, cierres de negocios y aislamientos para frenar la expansión de la pandemia de COVID-19.
Cada gobierno adoptó restricciones diferentes y las fue cambiando con el tiempo. Las más estrictas implicaron el cierre de todos los negocios no esenciales y de todos los medios de transporte, confinando a las personas en sus casas, excepto para trabajos esenciales o para comprar cosas básicas como alimentos y medicinas.
La primera cuarentena por la pandemia de COVID-19 comenzó el 23 de enero de 2020 en la República Popular China. El gobierno ordenó el cierre de la provincia de Hubei, que incluía a Wuhan, la ciudad donde se detectó por primera vez el virus SARS-CoV-2.
Estas medidas hicieron que más de la mitad de la población mundial se quedara en casa. Muchas empresas y organizaciones tuvieron que reducir su actividad, trabajar con limitaciones o incluso cerrar temporal o permanentemente. Esto afectó especialmente a restaurantes, bares, escuelas, centros comerciales, cines y cualquier evento con mucha gente. Esto causó un gran impacto socioeconómico en gran parte del mundo, incluyendo un fuerte aumento del desempleo, más pobreza y desigualdad económica. También hubo un aumento de casos de ansiedad y depresión, y retrasos en el aprendizaje escolar. Los confinamientos también significaron una reducción de libertades para los ciudadanos y llevaron a muchas protestas. Los confinamientos también redujeron el consumo de petróleo y las emisiones de dióxido de nitrógeno.
Consecuencias Económicas y Sociales
El impacto socioeconómico de la pandemia de COVID-19 es una grave crisis mundial que comenzó a principios de 2020, primero en China, y luego en todo el mundo, causada principalmente por la expansión de la enfermedad COVID-19. La pandemia de COVID-19 provocó, entre otras cosas, un impacto socioeconómico a nivel global. La rápida propagación del virus y las medidas impuestas por los gobiernos para controlarlo y evitar un colapso en los hospitales, afectaron gravemente la economía de los países y el estilo de vida de sus ciudadanos.
Esta crisis, a veces llamada el Gran Encierro o la Coronacrisis, causó la mayor recesión mundial de la historia. Provocó la caída del mercado de valores en 2020, un fuerte aumento del desempleo, el colapso de las industrias del turismo, la hotelería y la aviación, la caída del precio del petróleo, el cierre de pequeñas empresas, la desestabilización de la industria energética, el aumento de la deuda pública, el aumento de la desigualdad económica entre ricos y pobres, el cierre masivo de escuelas, y una gran desaceleración de la actividad de los consumidores. También hubo una crisis de liquidez en el mercado y la suspensión masiva de eventos culturales, artísticos, deportivos, religiosos, políticos y de entretenimiento, entre otros.
Durante los primeros meses, cuando la epidemia estaba casi solo en China, hubo escasez de productos farmacéuticos, electrónicos y otros productos fabricados, debido a la paralización de muchas fábricas en China. En algunos lugares (como Italia y Hong Kong) la gente compró mucho por pánico, lo que causó escasez de comida y otros artículos esenciales. La menor demanda de materias primas por la paralización de la actividad en China y luego en el resto del mundo, llevó a fuertes caídas de precios, especialmente del petróleo, lo que perjudicó a los países y empresas productoras. El miedo de los inversores los llevó a guardar su dinero en valores considerados seguros, como la deuda pública de los países más estables. En conjunto, los empleos perdidos representaron más de una cuarta parte de todos los puestos de trabajo en estas economías. A medida que las empresas perdían ingresos, el desempleo aumentaba considerablemente, transformando un problema de oferta en un problema de demanda aún mayor para la economía.
Los mercados bursátiles mundiales empezaron a caer fuertemente el 24 de febrero de 2020 debido al aumento significativo de casos de COVID-19 fuera de China. Para el 28 de febrero de 2020, los mercados bursátiles de todo el mundo tuvieron los mayores descensos en una semana desde la crisis financiera de 2008. Algunos expertos llamaron a esta caída un «cisne negro», aunque el creador de este concepto no está de acuerdo, ya que considera que una pandemia como la de COVID-19 era muy probable. Las fuertes caídas continuaron las semanas siguientes, con grandes bajadas el 9 de marzo y el 12 de marzo.
A mediados de marzo, la gravedad de la crisis obligó a los gobiernos y a los bancos centrales de muchos países a intervenir, usando medidas económicas para evitar el colapso de la economía. Los mercados bursátiles se recuperaron rápidamente gracias a la intervención de los bancos centrales de las principales potencias financieras, que inyectaron mucho dinero en el sistema y bajaron mucho las tasas de interés. El índice estadounidense S&P500 recuperó su valor anterior a la pandemia en junio, y en noviembre se batió el récord de subida mensual en las principales bolsas del mundo. Además de las acciones, también subieron fuertemente otros activos como el oro y las criptomonedas. Los mercados de Estados Unidos y Alemania terminaron el año en máximos históricos, mientras que los de otros países como el Reino Unido y España cerraron 2020 con fuertes pérdidas. Las personas más ricas del mundo vieron aumentar su patrimonio alrededor de un 24% a lo largo del año.
A medida que la pandemia se extendía, se cancelaron o pospusieron conferencias y eventos mundiales de tecnología, moda, deportes, entre otros. En España, los sectores económicos más afectados por las restricciones fueron probablemente aquellos donde la mayoría de los trabajadores son mujeres, como la hostelería, el turismo o la peluquería. Esto significó que muchas mujeres que ya tenían trabajos inestables perdieron su empleo. Además, la limitación del transporte público afectó más a las mujeres, ya que un gran porcentaje de ellas lo usa como único medio de transporte.
La Guerra del Petróleo
El 8 de marzo de 2020, Arabia Saudita inició una guerra de precios con Rusia, lo que causó una caída importante en el precio del petróleo. El precio del petróleo de los Estados Unidos cayó un 34%, el precio del crudo cayó un 26% y el del petróleo Brent un 24%. Esta "guerra de precios" fue provocada por un desacuerdo entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo y el Gobierno de la Federación de Rusia sobre la propuesta de reducir la producción de petróleo en medio de la pandemia de coronavirus 2019-20. Los precios del petróleo ya habían caído un 30% desde principios de año debido a una menor demanda. La caída de los precios fue una de las causas del colapso del mercado de valores global el 9 de marzo de 2020, conocido como Lunes Negro.
La reducción de viajes y la falta de actividad en las fábricas debido al brote afectaron significativamente la demanda de petróleo, haciendo que su precio bajara. A mediados de febrero, la Agencia Internacional de Energía pronosticó que el crecimiento de la demanda de petróleo en 2020 sería el más bajo desde 2011. La caída de la demanda china llevó a una reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para discutir un posible recorte en la producción y así equilibrar la pérdida de demanda. Inicialmente, el grupo llegó a un acuerdo tentativo para reducir la producción de petróleo en 1,5 millones de barriles por día después de una reunión en Viena el 5 de marzo de 2020.
El 8 de marzo de 2020, Arabia Saudita anunció inesperadamente que aumentaría la producción de petróleo crudo y lo vendería con un descuento (de 6 a 8 dólares por barril) a clientes en Asia, Estados Unidos y Europa, después de que las negociaciones fracasaran porque Rusia se resistió a la petición de reducir la producción. Los mayores descuentos se ofrecieron a los clientes de petróleo rusos en el noroeste de Europa. Antes del anuncio, el precio del petróleo había bajado más del 30% desde principios de año, y tras el anuncio de Arabia Saudita, cayó un 30% más, aunque luego se recuperó un poco. El Brent Crude, que solía representar dos tercios de los suministros mundiales de petróleo crudo, experimentó la mayor caída desde la Guerra del Golfo de 1991 en la noche del 8 de marzo. Además, el precio del West Texas Intermediate cayó a su nivel más bajo desde febrero de 2016.
¿Cómo Reaccionaron los Mercados Financieros?
La Caída de la Bolsa en 2020
El colapso del mercado de valores de 2020 fue una caída global de la bolsa de valores que ocurrió entre febrero y abril de 2020, al inicio de la pandemia de coronavirus de 2020.
Los principales índices de la bolsa de Estados Unidos, como el Dow Jones, el S&P 500 y el NASDAQ-100, cayeron el 27 de febrero durante una de las peores semanas de negociación desde la crisis financiera de 2007-2008. Los mercados durante la semana siguiente (del 2 al 6 de marzo) se volvieron muy inestables, con cambios del 3% o más cada día (excepto el 6 de marzo). El 9 de marzo, los tres índices de Wall Street cayeron más del 7% y la mayoría de los mercados mundiales reportaron grandes caídas, principalmente debido a la disputa por los precios del petróleo entre Rusia y Arabia Saudita. Esto se conoció como Lunes Negro, y fue la peor caída desde la Gran Recesión en 2008. Tres días después del Lunes Negro hubo otra caída, el Jueves Negro, donde las acciones en Europa y América del Norte cayeron más del 9%. Wall Street experimentó su mayor caída porcentual en un solo día desde el Lunes Negro de 1987, y el FTSE MIB (índice de la bolsa italiana) cayó casi un 17%, siendo el mercado más afectado durante el Jueves Negro.
A mediados de marzo, la gravedad de la crisis obligó a los gobiernos y a los Bancos Centrales a intervenir con medidas económicas para evitar el colapso total de la economía.
¿Qué Consecuencias Tuvo la Recesión?
Esta recesión provocó un aumento inusualmente alto y rápido del desempleo en varios países. Las Naciones Unidas (ONU) predijeron en abril de 2020 que el desempleo global eliminaría el 6,7% de las horas de trabajo a nivel mundial en el segundo trimestre de 2020, lo que equivale a 195 millones de trabajadores a tiempo completo. En varios países, se esperaba que la tasa de desempleo superara el 10%, y las naciones más afectadas por la pandemia de COVID-19 tendrían tasas de desempleo aún más altas. Los países en desarrollo también se vieron afectados por una caída en el dinero enviado por sus ciudadanos desde el extranjero, lo que empeoró las crisis alimentarias globales.
La recesión también causó una caída en el precio del petróleo, debido a la sobreproducción y la disputa por los precios del petróleo entre Rusia y Arabia Saudita en 2020. Además, hubo un colapso del turismo, la industria hotelera, la industria energética y una disminución significativa en la actividad de los consumidores. Los mercados bursátiles mundiales experimentaron cambios muy grandes y sin precedentes, principalmente debido a la gran incertidumbre. El PIB de Estados Unidos se redujo un 31,4% en el segundo trimestre de 2020. En septiembre de 2020, todas las economías avanzadas estaban en recesión o depresión, y todas las economías emergentes estaban en recesión. El Banco Mundial sugiere que en algunas regiones la recuperación total no se logrará hasta 2025 o más tarde.
Problemas con la Comida
La pandemia de COVID-19 afectó la producción y distribución de alimentos, lo que puso en riesgo la seguridad alimentaria de grandes grupos de personas en la mayoría de los países.
El sistema de suministro y distribución de alimentos tiene varias etapas, necesarias para que los productos básicos lleguen desde su origen hasta los consumidores. Si alguna de estas etapas se interrumpe —por ejemplo, el transporte, la elaboración en fábricas, la distribución mayorista y minorista—, afecta a todo el sistema.
La mayoría de las estrategias para minimizar los impactos negativos de la pandemia se relacionaron con la ayuda y protección a los diferentes participantes en la cadena de suministro de alimentos, que incluyen a los productores, las industrias de elaboración, los mercados locales y la logística que conecta todo el sistema. La ayuda directa e inmediata a las poblaciones vulnerables y la coordinación de políticas entre los diferentes gobiernos son algunas de las medidas propuestas para evitar una crisis alimentaria a nivel global.
Véase también
En inglés: COVID-19 recession Facts for Kids
- Respuesta de la Unión Europea a la pandemia de COVID-19
- Gran Dimisión