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Política exterior franquista durante la Segunda Guerra Mundial para niños

Enciclopedia para niños

La política exterior de España durante la Segunda Guerra Mundial se puede entender en dos etapas principales. La primera, de 1939 a 1942, mostró una cercanía del gobierno español con las potencias del Eje (Alemania e Italia). La segunda etapa, de 1942 a 1945, se caracterizó por una neutralidad más estricta, influenciada por la presión de los Aliados y la necesidad del general Franco de asegurar la supervivencia de España ante la derrota de Alemania e Italia. Al finalizar la guerra, la propaganda del gobierno de Franco lo presentó como el "Caudillo de la Paz", creando la idea de que había salvado a España de participar en el conflicto.

Cercanía con el Eje (1939-1942)

Acuerdos y neutralidad inicial (marzo 1939-mayo 1940)

Archivo:Bundesarchiv Bild 183-L15327, Spanien, Heinrich Himmler bei Franco
El general Franco junto al dirigente nazi Heinrich Himmler, durante su visita a Madrid, en 1940. A la izquierda de Franco Ramón Serrano Suñer, ministro de Asuntos Exteriores.

Después de la Guerra Civil Española, el gobierno de Franco fortaleció sus lazos con los gobiernos de Alemania e Italia. El 31 de marzo de 1939, se firmó un acuerdo de amistad con Alemania. Este acuerdo establecía que, en caso de guerra, ambos países evitarían acciones que pudieran perjudicar al otro o beneficiar a sus enemigos.

Una semana después, el 7 de abril de 1939, el general Franco anunció que España se unía al Pacto Antikomintern. Este pacto ya había sido firmado por Alemania, Italia y Japón. La decisión de unirse se había tomado antes, pero se mantuvo en secreto hasta el final de la Guerra Civil.

Al día siguiente de unirse al Pacto Antikomintern, España también anunció su salida de la Sociedad de Naciones. Esto cumplía una promesa hecha a Mussolini. Estas declaraciones de cercanía con el Eje ocurrieron en un momento de mucha tensión en Europa. Francia y Gran Bretaña habían firmado una alianza para proteger a Polonia de Alemania, y el 7 de abril, Italia había invadido Albania.

Archivo:Pacto Anti-Komintern Europa 1941
Países europeos firmantes del Pacto Anti-Komintern en noviembre de 1941. En rojo oscuro, países firmantes europeos (Alemania se muestra con los territorios ocupados). En rojo claro, países y gobiernos que apoyaban a los firmantes del Pacto.

Después de un gran desfile en Madrid el 19 de mayo, el general Franco despidió a la Legión Cóndor, un grupo de soldados alemanes que regresaba a su país. Franco les expresó su orgullo y la gratitud de España. Soldados italianos y portugueses también fueron despedidos con celebraciones.

Archivo:Jordana Donostian, Ciano kondearekin (italiar politikaria) batera
Visita del conde Ciano a España escoltado por la guardia de Franco (San Sebastián, 1939).

Ramón Serrano Suñer, una figura importante del gobierno español, acompañó a las fuerzas italianas de regreso a su país. Llevaba una carta de Franco para Mussolini, agradeciéndole su ayuda. Serrano Suñer le dijo a Mussolini que España necesitaría unos años para prepararse militarmente. Sin embargo, afirmó que si estallaba una guerra, España apoyaría al Eje.

La Iglesia Católica no vio con buenos ojos el acercamiento a Alemania. Cuando se anunció un posible acuerdo cultural con Alemania a principios de 1939, el cardenal Isidro Gomá se reunió con Franco para mostrar su desacuerdo.

El 5 de junio, el general Franco dio un discurso en Burgos. Dijo que había ganado la guerra a pesar de las "falsas democracias" (refiriéndose a Gran Bretaña y Francia), la masonería y el comunismo. Un mes después, le dijo al embajador italiano que había detenido la desmovilización del ejército. Quería que el ejército estuviera listo para enfrentar las "imposiciones" de británicos y franceses. También afirmó que, aunque España no podía afrontar una guerra europea en ese momento, su neutralidad sería favorable al Eje.

El 2 de julio, el periódico Arriba, oficial del partido único, publicó un artículo que reclamaba la soberanía española sobre Gibraltar.

Archivo:MolotovRibbentropStalin
Firma del pacto germano-soviético en Moscú. En la mesa Molotov, y al fondo de pie Ribbentrop y Stalin. El pacto causó un gran desconcierto en el gobierno de Franco.

A finales de julio, el almirante Canaris, jefe de la inteligencia alemana, visitó al general Franco. Acordaron que España permitiría a los submarinos alemanes usar puertos como Santander, Vigo y Cádiz para reabastecerse si la guerra comenzaba. Hitler quedó muy impresionado.

El anuncio del pacto germano-soviético el 22 de agosto causó gran sorpresa en el gobierno de Franco. El periódico Arriba tituló: "Sorpresa, tremenda sorpresa". Los generales españoles se mostraron indignados, y el propio Franco se sintió consternado.

El 1 de septiembre de 1939, día en que comenzó la Segunda Guerra Mundial, el embajador alemán en Madrid dijo que España no podía ser neutral. Sin embargo, el general Franco se vio obligado a declarar una "estricta neutralidad" debido a la mala situación económica del país tras la Guerra Civil. A pesar de esto, la prensa controlada por el gobierno apoyó abiertamente a Alemania.

Archivo:Bundesarchiv Bild 137-049535, Anschluß sudetendeutscher Gebiete
Adolf Hitler a bordo del Mercedes-Benz w31 540, modelo de coche que le regaló al general Franco (los otros dos únicos ejemplares los tenían Josef Goebbels y Benito Mussolini).

Con el paso de los meses, el apoyo de Franco al Eje se hizo más evidente, a pesar de que la economía española empeoraba. El 26 de septiembre, Franco habló de tomar "decisiones heroicas". En su mensaje de fin de año de 1939, criticó a Gran Bretaña y Francia. Al día siguiente, Hitler le regaló a Franco un Mercedes de seis ruedas, igual al suyo. En ese momento, los submarinos alemanes ya usaban puertos españoles para reabastecerse.

El 14 de abril de 1940, después de la invasión alemana de Dinamarca y Noruega, el gobierno español se reunió para analizar la situación. Serrano Suñer y el general Juan Yagüe eran los más partidarios de que España entrara en la guerra junto al Eje. Sin embargo, informes militares destacaban la falta de preparación del ejército español, con escasez de aviones, tanques, combustible y alimentos. A pesar de esto, Franco y Serrano veían con buenos ojos un rápido triunfo alemán. El 30 de abril, Franco le escribió a Mussolini lamentando que la guerra los encontrara "tan rezagados".

De la neutralidad a la "no beligerancia" (mayo-agosto de 1940)

Archivo:Sir Samuel Hoare GGBain
Samuel Hoare, embajador británico enviado a España en mayo de 1940 con la "misión especial" de evitar que Franco entrara en la guerra del lado del Eje.

Las victorias alemanas en Europa en mayo y junio de 1940, y la entrada de Italia en la guerra el 10 de junio, cambiaron la situación. Cuando el nuevo embajador británico, sir Samuel Hoare, llegó a Madrid el 20 de mayo, encontró un ambiente hostil. Grupos de estudiantes lanzaron piedras a la embajada. La misión de Hoare era mantener a España fuera de la guerra.

Mientras tanto, el general Vigón viajó a Bélgica con una carta de Franco para Hitler. En Madrid, el ministro de Asuntos Exteriores, Beigbeder, presentó al embajador alemán las reclamaciones españolas sobre Gibraltar y el norte y centro de África.

En la carta de Franco a Hitler, entregada el 16 de junio, Franco felicitaba a Hitler por sus victorias. Hablaba de las reclamaciones españolas en el Mediterráneo y África, y pedía armas, vehículos, combustible y alimentos para que España entrara en la guerra. Hitler no aceptó la oferta de Franco de unirse a la guerra de inmediato.

El 9 de junio, Mussolini le había escrito a Franco, informándole que Italia entraría en la guerra. Le pedía a España solidaridad y le aseguraba que Gibraltar sería devuelta a España.

El 13 de junio de 1940, Franco dejó la "estricta neutralidad" y se declaró "no beligerante". Este era el estatus que Italia había adoptado antes de entrar en la guerra. Al día siguiente, tropas españolas ocuparon Tánger, una ciudad internacional, incorporándola al Protectorado español de Marruecos. La prensa española presentó esto como un paso para reconstruir el Imperio español. Franco reveló sus intenciones a los italianos: quería el Marruecos francés, parte de Argelia francesa y expandir el Sahara español.

El 19 de junio, España ofreció unirse al Eje si Gran Bretaña seguía combatiendo. A cambio, pedía armas, municiones y alimentos. El 22 de junio, Franco recibió al embajador británico y le recomendó que se rindieran. Finalmente, Hitler, convencido de que Gran Bretaña sería derrotada, mostró poco interés en la oferta de Franco. La respuesta alemana fue vaga sobre las peticiones territoriales de España y prometió estudiar las peticiones de material militar "en el momento oportuno".

Archivo:U 52
Los submarinos alemanes fueron abastecidos y reparados en puertos españoles.

Sin embargo, algunos historiadores han dicho que la política de Franco fue una estrategia para evitar entrar en la guerra. Argumentan que Franco ponía condiciones que sabía que Alemania no aceptaría. Pero otros historiadores, como Paul Preston, afirman que no hay pruebas de que Alemania planeara atacar España. De hecho, España colaboraba con Alemania: los submarinos alemanes eran abastecidos y reparados en puertos españoles, y se permitía a aviones de reconocimiento alemanes volar con distintivos españoles.

El 27 de junio, tropas alemanas llegaron a la frontera española por Irún. El general José López Pinto, jefe militar de la zona, celebró una recepción oficial en su honor, brindando con el grito de "¡Viva Hitler!". Esto provocó protestas del embajador británico, y López Pinto fue finalmente relevado de su puesto.

El 1 de julio, el almirante Canaris se reunió con el general Franco. Canaris le dijo que Alemania no estaba interesada en que España entrara en la guerra por el momento. Sin embargo, le pidió que, si Portugal se unía a Gran Bretaña, permitiera el paso de tropas alemanas por España. Franco no aceptó, pero dijo que el ejército español podría tomar Gibraltar si recibía artillería pesada y aviones de Alemania. Ese mismo día, Franco se reunió con el embajador portugués para intentar convencerlo de que Portugal abandonara su amistad con Gran Bretaña.

Archivo:Service Cross of the German Eagle
Gran Cruz de la Orden del Águila Alemana, que Hitler concedió a Franco el 18 de julio de 1940. Se trataba de la más alta condecoración del Tercer Reich que se podía conceder a un extranjero. Cuando el embajador alemán le impuso la medalla el 6 de septiembre, Franco emocionado habló de su fe en "el triunfo de nuestros ideales comunes".

El 17 de julio, el general Franco dio un discurso agresivo, elogiando las victorias de Hitler. Este discurso fue muy elogiado por la prensa italiana y alemana. De hecho, al día siguiente, Hitler le concedió a Franco la más alta condecoración para un extranjero: la Gran Cruz de Oro de la Orden del Águila Alemana.

El 20 de julio, Canaris regresó a España para reconocer la zona de Gibraltar y planear un ataque. El 2 de agosto, informó que la operación era posible.

La resistencia británica en la batalla de Inglaterra hizo que Hitler cambiara de opinión sobre la posición de España. El 2 de agosto, Alemania comunicó que quería la pronta entrada de España en la guerra. Sin embargo, informes alemanes eran pesimistas sobre la capacidad militar y económica española sin una gran ayuda alemana. Las peticiones españolas de suministros eran muy elevadas.

El 8 de agosto, el general Franco recibió al embajador alemán, quien le transmitió la petición de Hitler de que España entrara en la guerra para atacar Gibraltar. Pero Franco argumentó que primero Alemania debía satisfacer las aspiraciones españolas en África y suministrarle armas, alimentos y petróleo. El 15 de agosto, Franco le escribió a Mussolini que entraría en la guerra "cuando se presente la ocasión favorable".

La cuestión de la entrada en la guerra y la entrevista de Hendaya (septiembre-octubre de 1940)

Archivo:Bundesarchiv Bild 121-1010, Berlin-Lichterfelde, Suner, Himmler
Visita a Berlín de Ramón Serrano Suñer, acompañado del general Sagardía, siendo recibido por Himmler.

En septiembre de 1940, el general Franco envió a Ramón Serrano Suñer a Berlín para acordar las condiciones de la entrada de España en la guerra. Sin embargo, el alto mando alemán no compartía el optimismo de Hitler sobre la contribución española, dadas sus precarias condiciones. Además, Alemania no podía atender las elevadas peticiones españolas de suministros y armas.

El 16 de septiembre, Serrano llegó a Berlín. El ministro de Asuntos Exteriores alemán le dijo que si el Marruecos francés pasaba a España, Alemania debería establecer bases en Mogador, Agadir y una de las Islas Canarias. Serrano Suñer esperaba ser tratado como un aliado valioso, pero fue tratado como representante de un país que dependía de otros.

Al día siguiente, Serrano se reunió con Hitler, pero no consiguió un compromiso firme sobre las reclamaciones españolas en África a cambio de la entrada de España en la guerra. Tampoco se atendió la petición española de suministros.

Durante la estancia de Serrano Suñer en Berlín, se firmó el Pacto Tripartito entre Alemania, Italia y Japón el 27 de septiembre. Alemanes y españoles consideraron la visita de Serrano Suñer un fracaso. Hitler se reunió con el conde Ciano y le dijo que "no se puede avanzar con los españoles sin acuerdos muy concretos". Concluyó que la intervención española costaría más de lo que valía.

Archivo:Annunziaten
Collar de la Suprema Orden de la Santísima Anunciación concedido Franco por el rey de Italia a propuesta de Mussolini y que le fue impuesto por el enviado especial del Duce el 11 de octubre de 1940.

Por su parte, los británicos estaban dispuestos a hacer concesiones para evitar que España entrara en la guerra. El 8 de octubre, el primer ministro Winston Churchill dijo que Gran Bretaña deseaba que España ocupara el lugar que le correspondía como gran potencia.

La creciente cercanía de Franco con el Eje se hizo evidente el 16 de octubre, cuando nombró a Serrano Suñer ministro de Asuntos Exteriores. Cuatro días después, el jefe de la policía alemana, Heinrich Himmler, visitó España para supervisar las medidas de seguridad para el encuentro entre Franco y Hitler.

El 23 de octubre de 1940, Franco y Hitler tuvieron la histórica entrevista de Hendaya. Intentaron resolver los desacuerdos sobre las condiciones españolas para su entrada en la guerra. Sin embargo, después de siete horas de reunión, Hitler siguió considerando excesivas las exigencias españolas: la devolución de Gibraltar, la cesión de territorios franceses en África y el envío de suministros alemanes. El único resultado fue la firma de un protocolo secreto. En él, Franco se comprometía a entrar en la guerra en una fecha que él mismo determinaría, y Hitler garantizaba vagamente que España recibiría "territorios en África".

Según Paul Preston, Franco fue a Hendaya esperando una recompensa por sus ofertas de unirse al Eje. Hitler no tenía intención de exigir a Franco que España entrara en la guerra de inmediato. No estaba dispuesto a ceder a Franco el Marruecos francés porque creía que Francia de Vichy estaba más capacitada para defenderlo.

La entrevista terminó sin un acuerdo claro. Franco comentó a Serrano Suñer: "estos tíos lo quieren todo y no dan nada". Hitler, por su parte, dijo: "con estos tipos no hay nada que hacer".

La "Operación Félix" y la "División Azul" (noviembre 1940 - octubre 1941)

La invasión de Grecia por Italia, que resultó desastrosa, hizo que Alemania considerara la necesidad de atacar Gibraltar para cerrar el Mediterráneo a los británicos. Fue entonces cuando Hitler se decidió a presionar a Franco para que España entrara en la guerra.

Archivo:Bundesarchiv Bild 146-1991-077-32, Obersalzberg, Berghof, Große Halle
Gran Salón del Berghof en Berchtesgaden, donde tuvo lugar la entrevista entre Hitler y Serrano Suñer.

El 12 de noviembre, Hitler ordenó los preparativos de la operación Félix, un plan para tomar Gibraltar. Dos días después, el embajador alemán invitó a Serrano Suñer a reunirse con Hitler en Berchtesgaden. Franco reunió a sus ministros militares, quienes aconsejaron no atacar Gibraltar mientras Gran Bretaña controlara el Canal de Suez, debido a la debilidad marítima española.

El 19 de noviembre, Hitler y Serrano Suñer se reunieron en Berchtesgaden. Hitler habló de la necesidad de "cerrar el Mediterráneo" tomando Suez y Gibraltar. Para ello, era esencial que España entrara en la guerra y permitiera el paso de tropas alemanas. Serrano Suñer respondió que si Alemania no proporcionaba los suministros pedidos, España dependería de Gran Bretaña. También recordó la vaguedad del acuerdo de Hendaya sobre las reclamaciones españolas en África.

Archivo:9.2 inch gun on Gibraltar 1942 IWM GM 278
Cañón de defensa costera en la cima de Gibraltar.

Hitler decidió entonces enviar al almirante Canaris a Madrid para reunirse con Franco. El 7 de diciembre de 1940, Canaris transmitió la petición de Hitler de que el 10 de enero se permitiera el paso de divisiones alemanas para atacar Gibraltar. Franco respondió que no podía cumplir el plazo debido a la difícil situación alimentaria de España. Además, argumentó que la captura de Gibraltar podría significar la pérdida de las Islas Canarias a manos de los británicos. Ante el fracaso de la misión de Canaris, Hitler ordenó detener la operación Félix.

El 20 de enero de 1941, el embajador alemán se reunió con Franco para exigirle que España entrara en la guerra en 24 horas. Franco pidió más tiempo. En una tercera reunión, Franco insistió en que la entrada en la guerra dependía de que Alemania cumpliera con los requisitos de suministros.

Archivo:Villa Margherita (Bordighera)
Villa Margherita de Bordighera, donde se alojaron el general Franco, su ministro de Asuntos Exteriores, Ramón Serrano Suñer, y el séquito que les acompañaba.

Hitler pidió a Mussolini que intentara convencer a Franco. Se organizó un encuentro entre Franco y Mussolini en Bordighera el 12 y 13 de febrero de 1941. Franco expuso a Mussolini que sin los suministros de Alemania, la entrada en la guerra era imposible. Mussolini no insistió demasiado, comentando: "¿Cómo puedes empujar a una nación a la guerra con reservas de pan solo para un día?". El gobierno alemán consideró que el fracaso de la entrevista significaba la negativa definitiva de Franco a entrar en la guerra.

Cuando Hitler invadió la Unión Soviética el 22 de junio de 1941, el general Franco decidió enviar un grupo de soldados y oficiales voluntarios, conocido como la "División Azul". El mismo día de la invasión, Serrano Suñer propuso a Alemania el envío de voluntarios, independientemente de la entrada total de España en la guerra. Hitler aceptó la oferta.

Archivo:Spanische Legion 3 Bat
Estandarte de la División Azul.

Dos días después, el 24 de junio, un grupo de falangistas se manifestó en Madrid pidiendo la declaración de guerra a la Unión Soviética. Serrano Suñer salió al balcón y dijo que "Rusia es culpable de la guerra civil". Algunos manifestantes lanzaron piedras a la embajada británica.

Los ministros militares temieron que la oferta de Serrano pudiera llevar a la formación de una milicia falangista. Sugirieron a Franco enviar una división regular del Ejército. Franco optó por una solución intermedia: una división de voluntarios, pero mandada por oficiales profesionales, que combatirían con uniforme alemán y distintivo español. El general Agustín Muñoz Grandes fue puesto al frente de la "División Azul". El 14 de julio, la División Azul partió.

Tres días después de la partida de la División Azul, el general Franco dio un discurso atacando al comunismo y la democracia. Dijo que no tenía dudas de quién ganaría la guerra y expresó su desprecio por las "democracias ricas".

El discurso tuvo un gran impacto internacional. Mientras la prensa alemana e italiana lo elogiaba, la prensa estadounidense pidió que su gobierno ocupara las Islas Canarias. El gobierno británico también consideró seriamente esa posibilidad. El discurso también preocupó a los generales españoles, que en su mayoría se oponían a la entrada de España en la guerra.

El 14 de febrero de 1942, Franco pronunció un discurso de apoyo a Hitler y a la invasión de la Unión Soviética. En marzo de 1942, se negoció la reposición de las bajas de la División Azul.

En su discurso del 17 de julio de 1942, el general Franco volvió a mostrar su fe en el triunfo del Eje y afirmó la superioridad del "régimen totalitario" sobre la democracia.

Regreso forzado a la neutralidad (1942-1945)

El fin de la "no beligerancia" (noviembre 1942 – septiembre 1943)

Archivo:Near Algiers, "Torch" troops hit the beaches behind a large American flag "Left" hoping for the French Army not fire... - NARA - 195516
Desembarco de tropas norteamericanas en Argel (8 de noviembre de 1942).

En noviembre de 1942, tropas británicas y estadounidenses desembarcaron en el norte de África. Esto significó el fin de los sueños de expansión de Franco y un posible riesgo de invasión por parte de los Aliados. La guerra comenzaba a cambiar de rumbo.

El 8 de noviembre, el general Franco recibió al embajador estadounidense, quien le entregó una carta del presidente Roosevelt. La carta aseguraba que las fuerzas aliadas no atacarían territorio español. El embajador británico dio las mismas garantías. Los Aliados dieron estas garantías a Franco porque temían que permitiera el paso de tropas alemanas para atacar Gibraltar. El 10 de noviembre, Franco respondió a Roosevelt aceptando sus garantías y expresando su intención de evitar cualquier problema en las relaciones.

Una de las primeras medidas de Franco fue nombrar al general Juan Yagüe jefe del Ejército de África. Poco después, el gobierno acordó una movilización parcial de reservistas, aumentando el número de soldados. El 19 de noviembre, Franco se reunió con el embajador alemán y le aseguró que tomaría medidas para que un desembarco aliado en territorio español fracasara. Sin embargo, Alemania no podía proporcionarle armas.

El 7 de diciembre, el general Franco aún pronunció un discurso que elogiaba a Mussolini y a Hitler, y en el que volvió a manifestar su fe en la victoria del Eje.

El 20 de diciembre, Franco visitó Lisboa y firmó un tratado con Portugal, conocido como "Bloque Ibérico". Este tratado fue presentado como un pilar para la paz.

Archivo:Bundesarchiv Bild 183-B23938, Adolf Hitler, Benito Mussolini
Benito Mussolini junto con Adolf Hitler en abril de 1943, tres meses antes de su caída.

Pero no fue hasta la caída de Mussolini a finales de julio de 1943 cuando el general Franco regresó a la "estricta neutralidad". La destitución y detención de Mussolini el 25 de julio causó una gran conmoción en el gobierno de Franco.

El 29 de julio de 1943, el embajador estadounidense exigió a Franco que volviera a la estricta neutralidad, retirara la División Azul y permitiera la difusión de noticias sobre los avances aliados. Franco respondió con argumentos complejos, culpando a sus subordinados. Días después, se informó que Franco había decidido retirar la División Azul y anunciar el regreso a la neutralidad.

Pero el general Franco no hizo público el retorno a la neutralidad hasta dos meses después. El 1 de octubre de 1943, calificó la posición española durante la guerra de "neutralidad vigilante". Más tarde, se reunió con el cuerpo diplomático y usó por primera vez la palabra "neutralidad" en lugar de "no beligerancia".

En cuanto a la División Azul, el gobierno decidió su retirada el 26 de septiembre. Sin embargo, entre cinco mil y seis mil hombres de la División Azul quisieron seguir combatiendo. Se acordó fijar el límite en 2.000. El 17 de noviembre de 1943, la División Azul fue oficialmente disuelta. Unos 1.800 hombres permanecieron en Alemania, formando la Legión Azul, que seguiría combatiendo hasta el final de la guerra.

El ultimátum de los aliados: el "incidente Laurel" y la crisis del wolframio (octubre 1943 – diciembre 1944)

Archivo:Greater East Asia Conference
Asistentes a la Conferencia de la Gran Asia Oriental celebrada en Tokio entre los días 5 y 6 de noviembre de 1943. El presidente del gobierno filipino José P. Laurel es el segundo por la derecha. En el centro el primer ministro japonés Hideki Tojo.

Mientras los Aliados presionaban a Franco para que hiciera pública la retirada de la División Azul, ocurrió el "incidente Laurel". El 18 de octubre de 1943, el ministro de Asuntos Exteriores español envió un telegrama de felicitación a José P. Laurel, quien había sido nombrado presidente de un gobierno en Filipinas por los japoneses. Este mensaje fue celebrado por la propaganda japonesa. Los Aliados protestaron, considerándolo un reconocimiento del gobierno de Laurel por parte de Franco.

Parte de la prensa estadounidense pidió medidas duras contra el gobierno de Franco. El 6 de noviembre, Estados Unidos exigió a España el embargo total de sus exportaciones de wolframio a Alemania y la expulsión de agentes alemanes en Tánger.

Archivo:U.S. Secretary of State Cordell Hull conversing with British Foreign Minister Anthony Eden
Anthony Eden (izquierda) reunido con Cordell Hull (derecha).

El general Franco no hizo caso a las demandas estadounidenses. Así que el 3 de enero de 1944, el embajador estadounidense presentó un ultimátum: las exportaciones de wolframio a Alemania debían cesar inmediatamente. Como no hubo una respuesta satisfactoria, el gobierno estadounidense decretó el embargo de petróleo. El secretario de Estado Cordell Hull informó que el embargo se debía a la venta de wolframio a los alemanes, lo que contribuía a su esfuerzo de guerra.

La prensa española, controlada por el gobierno, no informó de los verdaderos motivos del embargo de petróleo. En cambio, lo explicó como una medida de presión para que Franco abandonara la neutralidad a favor de los Aliados.

Pero el general Franco se vio obligado a ceder. El 17 de febrero, el ministro de Asuntos Exteriores español ofreció al embajador británico reducir las exportaciones de wolframio a una cantidad insignificante. Sin embargo, Estados Unidos rechazó la oferta. El 21 de febrero, el embajador estadounidense comunicó la firme posición de su gobierno. Entonces, España añadió otras concesiones, como la repatriación de los últimos integrantes de la antigua División Azul.

Finalmente, el general Franco tuvo que ordenar que se llegara a un acuerdo con los Aliados. El acuerdo se firmó el 29 de abril de 1944 y se hizo público el 1 de mayo. Las ventas de wolframio a Alemania se redujeron a 40 toneladas al mes, se cerró el consulado alemán en Tánger y se retiraron todos los voluntarios españoles del frente ruso. Los sectores más cercanos al gobierno consideraron el acuerdo una rendición ante los Aliados.

Sin embargo, la propaganda del gobierno de Franco lo presentó como un triunfo. Alemania protestó enérgicamente, a lo que Franco contestó que no podía correr más riesgos. Pero Franco siguió apoyando a los alemanes a pesar del acuerdo.

Tres semanas después, el 24 de mayo, el primer ministro británico Winston Churchill pronunció un discurso elogiando la neutralidad española. La prensa española difundió ampliamente el discurso y lo interpretó como un apoyo al gobierno de Franco. Sin embargo, el presidente Roosevelt no compartió el punto de vista amistoso.

El 3 de agosto, murió el general Gómez-Jordana. Fue sustituido por José Félix de Lequerica, quien era un firme partidario de Alemania. Su nombramiento fue considerado un "terrible golpe" por los Aliados.

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Desfile por los Campos Elíseos de unidades pertenecientes a la 2.ª División Blindada —en la que estaba integrada La Nueve— tras la Liberación de París.

El 24 de agosto de 1944, las tropas aliadas entraron en París. Algunos de los tanques llevaban nombres de batallas de la Guerra Civil Española, ya que pertenecían a una compañía formada por republicanos españoles.

Aunque Franco en privado todavía creía en la victoria del Eje, a medida que se hizo más evidente que los Aliados ganarían la guerra, fue cambiando su discurso. En noviembre de 1944, afirmó en una entrevista que su gobierno había mantenido una "neutralidad absoluta" durante la guerra y que no tenía nada que ver con el fascismo.

Cuando el embajador estadounidense se despidió de Franco, anotó que en la mesa del despacho de Franco ya solo estaba el retrato del papa Pío XII, mientras que antes se podían ver los retratos de Hitler y Mussolini. El embajador británico también regresó a su país, advirtiendo que la postura de Franco hacia el Eje dificultaría la integración de su gobierno en el nuevo orden internacional. La prensa española, por su parte, comenzó una campaña para demostrar que España había permanecido neutral.

El final de la guerra (enero-mayo 1945)

En la conferencia de Yalta de febrero de 1945, Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Soviética acordaron que todos los países liberados y los que habían apoyado al nazismo elegirían libremente a sus gobiernos. Esto representaba una amenaza para el gobierno de Franco. El 10 de marzo de 1945, el presidente Roosevelt informó que "no hay lugar en las Naciones Unidas para un gobierno fundado en los principios del fascismo". Así, el gobierno de Franco quedó excluido de la conferencia que daría origen a la ONU.

El 30 de abril, Hitler falleció en su búnker de Berlín. El diario oficial Arriba dio la noticia con el titular: "Europa tributa honores a su excelso hijo, Adolf Hitler", sin mencionar su fallecimiento. Otros periódicos también lo presentaron de forma similar.

Archivo:Mauthausen survivors cheer the soldiers of the Eleventh Armored Division
Los españoles republicanos y antifascistas prisioneros en Mauthausen despliegan una pancarta para saludar a las fuerzas liberadoras: "Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas liberadoras"

Las noticias sobre los campos de concentración no mencionaban a los judíos. Las difíciles condiciones de los prisioneros se atribuían al caos de la derrota. Muchos oficiales alemanes encontraron refugio en España, donde obtuvieron la nacionalidad.

Conclusión

La propaganda del gobierno de Franco aprovechó el final de la guerra para presentar al general Franco como el "Caudillo de la Paz". Se inició la idea de que Franco había salvado a España de la guerra. Sin embargo, muchos historiadores señalan que España evitó la guerra no solo por la habilidad de Franco, sino por una combinación de circunstancias. Entre ellas, el fracaso de Italia en la guerra, la negativa de Hitler a pagar el alto precio que Franco pedía, y el uso hábil de los Aliados de los escasos recursos de España. La neutralidad de Franco se debió principalmente a la calamitosa situación económica y militar de una España devastada por la Guerra Civil.

Galería de imágenes

Véase también

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Política exterior franquista durante la Segunda Guerra Mundial para Niños. Enciclopedia Kiddle.