Crisis del wolframio para niños
La crisis del wolframio fue un momento de tensión entre los países aliados de la Segunda Guerra Mundial (como Estados Unidos y Gran Bretaña) y el gobierno de Francisco Franco en España. Esta tensión surgió porque España vendía wolframio a la Alemania nazi, un mineral muy importante para fabricar armas y vehículos blindados.
La crisis comenzó en octubre de 1943 y terminó en abril de 1944. Se llegó a un acuerdo por el cual España redujo mucho sus ventas de wolframio a Alemania. Además, el gobierno de Franco se comprometió a dejar de colaborar con las potencias del Eje, a pesar de que España se había declarado neutral en la guerra.
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¿Qué pasó antes de la crisis?
Mientras los países aliados pedían al gobierno de Franco que retirara a la División Azul (un grupo de voluntarios españoles que luchaban con Alemania), ocurrió un incidente que empeoró las relaciones con Estados Unidos.
El incidente Laurel
El 18 de octubre de 1943, el ministro de Asuntos Exteriores de España, Francisco Gómez-Jordana Sousa, envió un mensaje de felicitación a José P. Laurel. Los japoneses, que habían ocupado Filipinas y derrotado a los estadounidenses, habían nombrado a Laurel presidente de un gobierno que ellos controlaban.
Este mensaje de felicitación, junto con otro de Hitler, fue muy celebrado por la propaganda japonesa. Los aliados protestaron de inmediato, pues consideraron que España estaba reconociendo a ese gobierno controlado por Japón.
Presión de Estados Unidos
La prensa estadounidense pidió que se tomaran medidas contra el gobierno de Franco. El 6 de noviembre, el subsecretario de Estado de Estados Unidos, Edward Stettinius Jr., ordenó al embajador estadounidense en Madrid, Carlton Hayes, que exigiera a España dos cosas:
- Que dejara de vender wolframio a Alemania.
- Que expulsara a los representantes alemanes de Tánger, una ciudad que estaba bajo control español.
¿Cómo se desarrolló la crisis?
A pesar de la fuerte presión, el gobierno de Franco no aceptó las demandas de Estados Unidos al principio.

Ultimátum y embargo de petróleo
El 3 de enero de 1944, el embajador Hayes presentó un ultimátum (una última demanda) a Gómez-Jordana, pidiendo que las ventas de wolframio a Alemania pararan de inmediato. Como no hubo una respuesta satisfactoria, Estados Unidos dejó de enviar petróleo a España.
El secretario de Estado estadounidense, Cordell Hull, explicó que el embargo se debía a la venta de wolframio a Alemania, lo que ayudaba a su esfuerzo de guerra. Otro motivo fue que un grupo político español estaba realizando actividades que preocupaban a los estadounidenses en América Latina. Al mismo tiempo, el ministro de Asuntos Exteriores británico, Anthony Eden, denunció ante el Parlamento británico que España seguía ayudando a Alemania.
La prensa española y la respuesta de Franco
La prensa española, controlada por el gobierno de Franco y con influencia de la propaganda alemana, no informó sobre los verdaderos motivos del embargo de petróleo. En cambio, dijo que era una forma de presionar a Franco para que se uniera a los aliados. También se dijo que el embargo era resultado de los planes de los opositores políticos exiliados. Mientras tanto, la propaganda a favor de Alemania aumentó en la prensa y la radio españolas.
Sin embargo, el gobierno de Franco se vio obligado a ceder. El 17 de febrero, Gómez-Jordana ofreció al embajador británico, Samuel Hoare, reducir las ventas de wolframio a una cantidad muy pequeña, sin valor militar real para Alemania. Hoare comunicó la oferta a Estados Unidos, pero el secretario Hull la rechazó.
Nuevas concesiones y acuerdo
El 21 de febrero, el embajador Hayes comunicó a Gómez-Jordana la firme posición de su gobierno. Entonces, Gómez-Jordana añadió otras concesiones:
- La reducción de las ventas de wolframio.
- La repatriación de los últimos miembros de la antigua División Azul, dejando solo un batallón en Alemania.
Cuando Gómez-Jordana presentó el resultado de las negociaciones al gobierno, algunos ministros se opusieron. Creían que afectaría mucho a la economía española y que era una rendición ante los aliados. El general Carlos Asensio, ministro del Ejército, pensaba que los aliados querían derrocar al gobierno de Franco.
Mientras tanto, el general Franco le dijo al ministro de economía de Portugal que no le preocupaba el embargo de petróleo, pues fabricaría gasolina sintética. Pero la verdad era que el embargo estaba causando muchos problemas a la economía española. Por ejemplo, en el desfile de la Victoria del 1 de abril de 1944, no participaron tanques ni vehículos blindados.
Finalmente, el general Franco tuvo que ordenar a Gómez-Jordana que llegara a un acuerdo con los aliados. El acuerdo se firmó el 29 de abril de 1944 entre España, Estados Unidos y Gran Bretaña, y se hizo público el 1 de mayo.
Términos del acuerdo
En el Parlamento británico, Anthony Eden explicó que el gobierno de Franco había aceptado casi todas las demandas:
- Las ventas de wolframio a Alemania se redujeron a 40 toneladas al mes.
- Se cerró el consulado alemán en Tánger.
- Se retiraron todos los voluntarios españoles del frente ruso.
- También se expulsaría a los espías alemanes que actuaban en España.
Algunos grupos políticos españoles consideraron el acuerdo como una rendición ante los aliados. Sin embargo, la propaganda del gobierno de Franco lo presentó como un triunfo y una señal de buenas relaciones con los aliados. Alemania protestó enérgicamente, pero Franco respondió que no podía arriesgarse más. A pesar del acuerdo, Franco siguió apoyando a los alemanes de otras maneras hasta el final de la guerra.
¿Qué pasó después?

Tres semanas después del acuerdo, el 24 de mayo, pocos días antes del desembarco de Normandía, el primer ministro británico Winston Churchill dio un discurso. En él, elogió la neutralidad española y dijo que esperaba que España fuera una influencia importante para la paz en el Mediterráneo después de la guerra. También afirmó que los problemas internos de España eran asunto de los españoles y que no debían entrometerse.
La prensa española difundió mucho este discurso y lo interpretó como un apoyo al gobierno de Franco. Sin embargo, el presidente Roosevelt de Estados Unidos no compartía esa visión amistosa y señaló que mucho material español había sido enviado a Alemania. Churchill justificó su discurso en una carta a Roosevelt, diciendo que no quería tener una península hostil a los británicos después de la guerra.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Wolfram Crisis Facts for Kids