Orospeda para niños
Oróspeda fue un territorio especial en la península ibérica durante los primeros años del reino visigodo. No era un reino unido, sino una zona controlada por líderes locales hispanorromanos. Su nombre viene del monte Oróspeda, que en griego significa "el que pone fin a los llanos". Este territorio fue independiente hasta el año 577, cuando fue conquistado por el rey visigodo Leovigildo.
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¿Dónde se encontraba Oróspeda?
No se sabe con exactitud dónde estaban los límites de Oróspeda, pero la mayoría de los historiadores creen que esta región montañosa se ubicaba en el sureste de la Meseta. Ocupaba partes de lo que hoy son las provincias de Córdoba, Jaén, Albacete, Murcia y Alicante. Sus fronteras naturales eran Sierra Morena al norte, algunas ciudades del valle del Guadalquivir y las zonas montañosas de la Subbética en Jaén y la Prebética en el sureste de la península.
La historia de Oróspeda
La llegada de nuevos pueblos
En el año 409, varios pueblos como los suevos, vándalos y alanos llegaron a la península ibérica. Después de dos años de saqueos, en el 411, hicieron un acuerdo con Roma. A cambio de reconocer sus asentamientos, prometieron devolver el control de la Tarraconense a los romanos. Sin embargo, los romanos no estaban contentos con esta situación y pidieron a los visigodos que entraran en la península para expulsar a estos pueblos.
Se cree que la región de Oróspeda pudo haber sido ocupada por los vándalos silingos y los alanos. Los visigodos lucharon contra ellos en la guerra de Hispania (416-418). Después de su derrota, los vándalos silingos y los alanos que quedaron se refugiaron en el norte. Una vez terminada su misión, los visigodos se fueron de Hispania. En el 429, los vándalos asdingos huyeron de Gallaecia y se establecieron en la Bética.
Oróspeda: un territorio autónomo
Aunque el primer intento de los visigodos de expandirse por Hispania en el 456 no tuvo éxito, el rey Eurico (466-484) logró establecerse en el norte de Hispania después de la caída del Imperio romano. El resto de las regiones, incluyendo Oróspeda, quedaron en una situación incierta. Había restos del poder romano, algunos grupos de pueblos "bárbaros" y líderes rurales poderosos.
Los visigodos ocuparon el territorio a finales del siglo V y principios del siglo VI. No se sabe si fue por la debilidad de los visigodos o porque no les interesaba esta zona montañosa, pero algunos líderes hispanorromanos lograron controlar Oróspeda, manteniéndola independiente del poder visigodo durante gran parte del siglo VI. En esa época, también existieron otros pequeños estados hispanorromanos como la República Corduba y Sabaria. En la cordillera, tribus locales como los Vascones o Astures también se mantuvieron independientes.
La conquista de Leovigildo
La llegada de los bizantinos a Spania en el año 552 cambió la situación política en el sur de la península. Oróspeda se convirtió en una especie de "zona de amortiguación" entre los bizantinos y los visigodos. Aunque nunca fue parte del dominio bizantino, es posible que colaboraran militarmente.
Esta situación cambió cuando Leovigildo subió al trono visigodo (565-586). Él dirigió varias campañas militares contra los suevos, cántabros, vascones, bizantinos y los hispanorromanos.
La primera acción militar de Leovigildo fue una incursión en el año 570 que atravesó los territorios de Oróspeda para luego llegar a territorio bizantino. Su objetivo era evaluar las defensas y conseguir un gran botín. La campaña definitiva para conquistar Oróspeda ocurrió en el año 577, cuando la región fue finalmente conquistada y anexada al reino visigodo. La última resistencia de los habitantes de Oróspeda fue una rebelión de campesinos, que fue rápidamente controlada.
Después de la conquista, el territorio de Oróspeda fue dividido y pasó a formar parte de las provincias visigodas de la Bética y la Cartaginense.