Oratorio del Caballero de Gracia para niños
Datos para niños Oratorio del Caballero de Gracia |
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Monumento B.I.C. (1956) | ||
![]() Fachada sur del edificio.
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Localización | ||
País | ![]() |
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Comunidad | ![]() |
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Localidad | Madrid | |
Dirección | Calle del Caballero de Gracia | |
Coordenadas | 40°25′10″N 3°42′03″O / 40.419568, -3.700735 | |
Información religiosa | ||
Culto | Católico | |
Diócesis | Madrid | |
Historia del edificio | ||
Construcción | 1786–1795 Fachada norte: 1911–1916 |
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Arquitecto | Juan de Villanueva Carlos de Luque López (fachada norte) |
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Datos arquitectónicos | ||
Tipo | Iglesia | |
Estilo | Neoclásico | |
Identificador como monumento | RI-51-0001254 | |
Año de inscripción | 16 de marzo de 1956 | |
Sitio web oficial | ||
El Real Oratorio de Caballero de Gracia es una iglesia de estilo neoclásico que se encuentra en Madrid (España). Tiene entradas por la Gran Vía (número 17) y por la calle del Caballero de Gracia (número 5). Este oratorio pertenece a una congregación fundada por Jacobo de Grattis, conocido como el Caballero de Gracia, quien más tarde se hizo sacerdote.
Contenido
Historia del Oratorio
Orígenes y Diseño Inicial
El oratorio original se construyó en 1654. Sin embargo, con el tiempo se deterioró y a mediados del siglo XVIII fue necesario renovarlo. El famoso arquitecto Juan de Villanueva presentó dos ideas en 1782. Una era ampliar el edificio existente, y la otra era construir un templo completamente nuevo con un diseño diferente. La segunda propuesta, que era un diseño de tipo basilical, fue la elegida.
La Visión de Juan de Villanueva
Juan de Villanueva recibió este importante encargo del rey Carlos III en un momento clave de su carrera. Él se había formado en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. También tuvo la oportunidad de estudiar en Roma, lo cual fue muy importante para su formación como arquitecto.
En el siglo XVIII, Roma era un lugar donde los artistas se reunían y discutían nuevas ideas sobre el arte. Allí se estaba formando un nuevo movimiento artístico llamado Neoclasicismo, que buscaba volver a los estilos de la antigüedad. Villanueva llegó a Roma en 1759, justo cuando estas ideas se estaban consolidando.
Al regresar a España, Villanueva trabajó como arquitecto oficial de la monarquía. Aunque al principio Francesco Sabatini recibía la mayoría de los encargos reales, tras su fallecimiento, Villanueva se convirtió en el Arquitecto Mayor de las Obras Reales. Fue entonces cuando recibió el encargo del Oratorio. Antes de esto, había diseñado edificios importantes como las Casitas del Príncipe en El Escorial y el Pardo, el Observatorio Astronómico y el actual Museo del Prado en Madrid.
Desafíos en la Construcción
La construcción del oratorio fue un gran reto para Villanueva, ya que era su primer encargo religioso importante. Tuvo que enfrentar dificultades debido a desacuerdos con la congregación y a problemas de dinero y espacio.
La parte interior del oratorio se construyó entre noviembre de 1782 y febrero de 1795. La obra tardó mucho tiempo en completarse por falta de dinero. El rey Carlos III incluso tuvo que ayudar con parte de los ingresos de la nueva Real Lotería Nacional. En 1794, las deudas eran tan grandes que un benefactor prometió pagar los gastos finales si el edificio se terminaba a tiempo para una celebración importante.
Surgieron desacuerdos entre Villanueva y la congregación. El arquitecto quería derribar una cornisa, lo que la congregación pensó que retrasaría la obra y pondría en peligro el donativo. Finalmente, Villanueva fue despedido y el arquitecto Juan Pedro Arnal terminó la obra en 1795.
Evolución de las Fachadas
La fachada de la calle Caballero de Gracia, diseñada en 1789, no se construyó hasta 1830. Fue modificada y dirigida por Custodio Teodoro Moreno. Esta obra era necesaria para proteger el edificio de la lluvia.
Entre 1912 y 1917, la construcción de la nueva Gran Vía obligó a destruir algunas partes del edificio, como la casa de los capellanes. Se construyó entonces la nueva fachada norte del oratorio, diseñada por el arquitecto Carlos de Luque López.
Restauraciones Recientes
El oratorio ha sido restaurado varias veces a lo largo de los años.
- Entre 1975 y 1979, Fernando Chueca Goitia dirigió la restauración del interior.
- Entre 1989 y 1993, Javier Feduchi Benlliure remodeló la fachada de la Gran Vía.
- Entre 2002 y 2003, Antonio Sánchez Barriga y José Sancho Roda del Instituto del Patrimonio Histórico Español restauraron las pinturas de la cúpula y una vidriera. También se restauró todo el interior del templo. Al mismo tiempo, Sigfrido Herráez Rodríguez, Ana Iglesias González, Juan Armindo Hernández Montero e Isaac Sanz Alonso restauraron la fachada y repararon los tejados.
Arquitectura del Oratorio
Diseño y Materiales
El diseño de Villanueva para el oratorio era de tipo basilical, con una nave principal, un crucero y una cúpula. La cúpula fue una petición especial de la congregación, ya que creían que le daría más importancia al oratorio. Detrás del ábside (la parte trasera del altar) había otras dependencias, como una sala de reuniones y la casa del capellán, que desaparecieron cuando se abrió la Gran Vía.
El edificio tiene un diseño sencillo: un coro, una nave principal, pasillos laterales que parecen naves, un crucero con cúpula y el ábside. El oratorio parece un gran salón corintio (un estilo de arquitectura clásica), donde solo el coro, el crucero y el presbiterio (la zona del altar) indican que es un lugar religioso.
Villanueva usó cantería (piedra labrada) combinada con ladrillo, como en la mayoría de sus obras. Para la cúpula, utilizó plomo, que fue donado por el rey Carlos III.
Ubicación y Espacio
En la época de su construcción, el edificio estaba en las afueras de la ciudad. Aunque hoy está en una zona muy céntrica, las calles son estrechas, lo que hace que el oratorio parezca "encajonado" entre otras construcciones.
La basílica se construyó en un espacio estrecho y alargado. A pesar de esta limitación, el arquitecto logró crear un espacio amplio y monumental. La nave principal es rectangular, y Villanueva consiguió dar la sensación de un transepto (la parte de la iglesia que cruza la nave principal) y de mayor profundidad al añadir dos columnas al fondo.
La fachada sur (la que da a la calle Caballero de Gracia) está ligeramente inclinada para alinearse con los edificios vecinos. Sin embargo, los visitantes no notan esta desviación gracias a un pequeño vestíbulo (nártex) antes de la entrada principal.
Detalles de las Fachadas
Los planos originales de Villanueva para la fachada sur fueron un poco modificados por Custodio Moreno entre 1826 y 1832. Esta fachada es sencilla, con dos elegantes columnas jónicas que flanquean la entrada. Tiene un relieve de piedra que representa la Última Cena de Leonardo da Vinci.
La fachada norte, que da a la Gran Vía, fue adaptada por Carlos de Luque López entre 1911 y 1916 debido a la construcción de esta avenida. Más tarde, Javier Feduchi Benlliure la rehízo entre 1989 y 1991, añadiendo un arco triunfal que permite ver la cúpula desde fuera.
El Interior del Templo
El interior tiene una sola nave principal. Los pasillos laterales son tan estrechos que parecen una columnata (fila de columnas) separada de la pared. Este diseño crea la ilusión de una iglesia de tres naves, haciendo que el espacio parezca más grande.
Las doce columnas que delimitan la nave principal son de granito y tienen capiteles de orden corintio. Otras dos columnas están semi-empotadas en el ábside y sostienen una media cúpula decorada con cuadrados, que combinan con los de la bóveda de cañón de la nave.
Sobre el pequeño crucero, que tiene forma elíptica, se eleva la cúpula. Esta cúpula es ovalada y tiene cuatro ventanas circulares. Encima de la cúpula hay una linterna, que permite que la luz entre desde arriba hacia el crucero y el altar.
Antes de la nave principal, hay un pequeño nártex (vestíbulo) donde está la fachada principal. Encima de este nártex hay un pequeño coro.
La habilidad de Juan de Villanueva como arquitecto se ve en los efectos de luz y espacio que creó en el interior. Por ejemplo, la luz cambia gradualmente desde la entrada hasta el altar, creando un contraste entre la oscuridad y la luminosidad. La forma ovalada de la cúpula y el diseño del falso crucero hacen que el espacio parezca más largo y amplio de lo que realmente es. Este tipo de efectos visuales, que engañan al ojo, son una característica del Barroco, como se ve en la Scala Regia de Gian Lorenzo Bernini en el Palacio Apostólico del Vaticano.
Obras de Arte y Elementos Decorativos
La decoración interior del oratorio es sencilla, como es típico del estilo Neoclásico. No tiene un retablo mayor. En su lugar, hay una vidriera de la Casa Maumejean de París, que representa la Última Cena. Este tema es muy adecuado porque la congregación se dedica a la Eucaristía. Encima de la vidriera, hay un resplandor con un triángulo que simboliza la Trinidad y ángeles.
En las paredes de la nave hay cuadros grandes de la época de la construcción del edificio. Son una colección interesante de pintura neoclásica. Algunos de los artistas son José Beratón, José Camarón Boronat y Zacarías González Velázquez, quien también pintó los frescos de la cúpula.
En el nártex, detrás de una reja de cristal, se encuentra la hermosa talla de la Virgen del Socorro, hecha por Francisco Elías Vallejo en 1825. A la derecha de la entrada, está la talla del Cristo de la Agonía, una de las obras más importantes de la escultura barroca española, y una de las pocas obras que se conservan de Juan Sánchez Barba.
A la derecha de la nave, cerca del transepto, se encuentra la tumba de Jacobo de Grattis, el Caballero de Gracia. Él es un personaje de leyendas populares madrileñas y aparece en zarzuelas como La Gran Vía.
También, dentro del Oratorio, se encuentran los restos de la beata Guadalupe Ortiz de Landázuri.