Fachada para niños
Una fachada es la parte exterior de un edificio, como su "cara". Cuando hablamos de "fachada", normalmente nos referimos a la parte delantera o principal. Si es otra parte, se especifica, como "fachada trasera" o "fachada norte".
La fachada es muy importante en el diseño de un edificio. Es lo primero que vemos desde fuera y ayuda a mostrar cómo es la construcción. A veces, incluso el techo se considera una "quinta fachada" si tiene un diseño especial. Además de su belleza, la fachada es clave para que un edificio ahorre energía.
Contenido
Historia de las fachadas
Las fachadas han cambiado mucho a lo largo de la historia. Esto se debe a los nuevos materiales y a las diferentes formas de construir. Al principio, la fachada era parte de la estructura del edificio y también lo cerraba. Por eso, era difícil hacer muchos huecos para la luz o la ventilación.
El desarrollo de las fachadas ha sido una búsqueda constante para hacer estos huecos más grandes. El tamaño de las ventanas dependía de dos cosas: qué tan bien se podían abrir (la evolución de las paredes que soportan peso) y qué tan bien se podían proteger (la evolución del vidrio).
Fachadas nuevas en edificios antiguos
En la época georgiana en Inglaterra, era común que las casas viejas recibieran una fachada nueva y moderna. Por ejemplo, en la ciudad de Bath, un edificio llamado "The Bunch of Grapes" parece georgiano por fuera, pero por dentro aún tiene techos antiguos.
Esto también pasó en otros lugares. En Santiago de Compostela, la Casa do Cabido se construyó con solo tres metros de profundidad para que combinara con la plaza. La fachada principal de la Catedral de Santiago de Compostela esconde el antiguo Pórtico de la Gloria.
El avance del vidrio
El vidrio existe desde hace más de 5.000 años. Sin embargo, no se usó mucho en la construcción hasta el siglo VII. Antes, en la Antigua Roma, se usaba un tipo de yeso transparente llamado lapis specularis para las ventanas.
Al principio, no se podían hacer vidrios muy grandes. Por eso, las ventanas se dividían en partes más pequeñas. Varias piezas de vidrio se unían con plomo. Hoy en día, muchas ventanas siguen teniendo divisiones, aunque ya no sea necesario.
El vidrio se usó de forma impresionante en las catedrales, sobre todo en las góticas. Los constructores crearon vidrieras maravillosas. Diseñaban figuras con pequeños trozos de vidrio de colores unidos por plomo. También inventaron los grandes rosetones góticos.
La evolución de las paredes
Una vez que se pudo proteger el hueco con vidrio, el siguiente desafío fue que la fachada también era parte de la estructura. La parte de arriba de una ventana, llamada dintel, tenía que soportar el peso del edificio. Esto limitaba el ancho de los huecos. Por eso, las ventanas eran más altas que anchas. También se colocaban una encima de otra para que el peso se distribuyera bien. Esta forma de diseñar las fachadas con ventanas verticales y regulares se ha mantenido por costumbre.
Para hacer huecos más grandes, se usaban arcos de medio punto. En el estilo gótico, se usó el arco apuntado. Un gran avance llegó con las catedrales góticas. La fachada dejó de ser la única que soportaba el peso, compartiendo esa función con otros elementos.
La clave fue reemplazar las paredes de carga por pilares. Se usaron arcos apuntados y el peso del techo se desvió con arbotantes hacia unos contrafuertes exteriores. Así, la fachada, libre de tanto peso, podía tener grandes huecos con enormes vidrieras.
A finales del siglo XIX, el acero estructural, y a principios del XX, el hormigón armado, liberaron por completo a la fachada de su función estructural. Los arquitectos del Movimiento Moderno aprovecharon esto. Hicieron populares las "ventanas corridas" y los huecos horizontales. Esto no solo se adaptaba mejor a la vista de las personas, sino que también mostraba que la fachada ya no dependía de la estructura.
Un paso importante lo dio Mies van der Rohe en 1946 con la Casa Farnsworth. En esta casa, la fachada casi desaparece, mostrando el final de la evolución de los huecos.
Hoy en día, las fachadas tienen huecos de formas y tamaños variados. Se usan nuevos materiales como plásticos, titanio y textiles.
La llegada de los ordenadores y el CAD también ha sido muy importante. Han permitido diseñar fachadas con formas más complejas y no solo planas. El Guggenheim de Bilbao es un ejemplo famoso de esta nueva forma de diseñar.
En el futuro, las fachadas podrían usarse para captar energía renovable.
Cómo funcionan las fachadas
Además de ser bonitas, las fachadas deben cumplir otras funciones. Tienen que ser resistentes al agua y aislar el interior del frío, el calor y el ruido. Una fachada normal suele tener dos capas: una exterior (a menudo de ladrillo) y otra interior (de ladrillo o cartón-yeso).
Entre estas dos capas se coloca un aislante térmico, como poliuretano, fibra de vidrio o lana de roca. Para evitar que se forme condensación dentro de la pared, se pone una barrera de vapor en el lado más cálido del aislante. También se deja un pequeño espacio de uno o dos centímetros para que el vapor de agua pueda salir y no moje el aislamiento.
El grosor de una fachada no es tanto por su resistencia, sino por la necesidad de tener suficiente masa para aislar del ruido y espacio para el aislante y la cámara de aire.
Tipos de fachadas
Fachada ligera
Las fachadas ligeras son como una "piel" que cuelga del edificio. Son livianas y no ayudan a la estabilidad de la estructura. Como tienen poca masa, no aíslan bien del ruido. Por eso, no se usan en edificios que necesitan silencio, como las casas. Tampoco suelen ser muy buenas aislantes térmicas, lo que puede aumentar el gasto en calefacción o aire acondicionado. Sin embargo, son ligeras, dejan pasar mucha luz y se montan rápido. Esto las hace ideales para rascacielos y muchos espacios públicos.
Se componen de tres partes:
- Montantes: Son piezas verticales que se sujetan a la estructura del edificio.
- Travesaños o perfiles secundarios: Son piezas horizontales que se unen a los montantes, formando el armazón.
- Cerramiento: Puede ser de vidrio o paneles ligeros (como fibrocemento, madera o aluminio). Pueden ser fijos o abrirse.
Las fachadas ligeras se clasifican en "muros cortina" si la "piel" es continua, o "fachada panel" si se interrumpe en cada piso.
Materiales comunes en fachadas ligeras
Hoy en día, se usan muchos materiales para las fachadas ligeras. Algunos que han crecido en popularidad son:
- Fachadas de alucobond
- Fachadas de paneles de yeso
- Fachadas de aluminio
- Fachadas de vidrio
- Fachadas de chapuelas
Cada uno de estos materiales tiene formas diferentes de usarse, lo que permite diseños modernos. Además, son resistentes a ambientes difíciles, pero necesitan mantenimiento constante para durar.
Fachada pesada
Esta categoría incluye todas las fachadas tradicionales. Pueden ser de ladrillo visto, con revoque, con placas de piedra o cerámica, de madera, entre otras. También incluye las fachadas ventiladas y las prefabricadas.
Fachadas ventiladas
Son parecidas a los muros cortina. También tienen montantes, travesaños y cerramientos. Pero, a diferencia de las ligeras, los montantes se sujetan a paredes de ladrillo. Las piezas de cerramiento son pesadas, normalmente placas de piedra o cerámica.
Como tienen una capa interior (generalmente de ladrillo), las placas exteriores no necesitan estar selladas. Se dejan unos pocos milímetros de separación entre ellas. Esto permite que el aislamiento térmico se ventile por esas aberturas. Este tipo de fachadas se usa a menudo en edificios importantes, ya que ofrecen un acabado de alta calidad.
Fachadas prefabricadas
Son fachadas hechas con módulos de pared que se fabrican en un taller. Luego, se ensamblan en la obra. Dependiendo de qué tan completas vengan, pueden incluir las ventanas o la puerta ya instaladas. El material más usado es el hormigón, pero también se usa madera y otros materiales modernos como el GRC. Los sistemas para unir los módulos ya vienen en las piezas, por lo que suelen ser construcciones de "junta seca" (sin mortero).
Las ventajas de este método son un mejor control de calidad, porque las piezas se hacen en un taller, y un montaje muy rápido que no necesita mucha mano de obra. Por eso, en países donde la mano de obra es más cara que los materiales, este tipo de fachada es cada vez más popular.
Muro cortina
Un muro cortina es un sistema de fachada, generalmente ligero y de vidrio. Es independiente de la estructura principal del edificio y se construye de forma continua por delante de ella. Un muro cortina está diseñado para resistir la fuerza del viento y su propio peso, y transmitirlo a los pisos. Normalmente, los muros cortina se construyen repitiendo un elemento prefabricado que incluye lo necesario para proteger, abrir y acceder.
Fachada comercial

La fachada de una tienda o negocio es como su "tarjeta de presentación". La fachada de algunos centros comerciales se usa para poner anuncios, promociones y atraer a la gente.
La forma en que una fachada comercial se comunica se basa en el modelo AIDA (Atención, Interés, Deseo y Acción). La idea es que la fachada muestre lo que el negocio ofrece por dentro. El exterior de una tienda o centro comercial está formado por la fachada, los rótulos, la entrada y el escaparate. Estos cuatro elementos muestran la personalidad y el estilo del negocio.
Galería de imágenes
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Fachada del palacio de Versalles (Francia).
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Fachada principal del Palacio Legislativo en la ciudad de Montevideo (Uruguay).
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Fachada principal y escalinata de acceso de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires (Argentina).