Oniros para niños
En la mitología griega, los oniros (en griego Ὄνειροι Oneiroi, ‘sueños’) eran las mil personificaciones de los sueños.
Hesíodo los considera hijos de Nix (la Noche) sin intervención masculina, si bien ciertos autores consideran a Érebo (la Oscuridad) su padre. Eurípides los consideraba hijos de Gea (la Tierra) y los concebía como demonios de alas negras. Ovidio, quien los considera hijos de Hipnos (el Sueño), menciona a tres por sus nombres: Morfeo (el más célebre y considerados por algunos su jefe), Fobétor (o Iquelo) y Fantaso:
Mas el padre, del pueblo de sus mil hijos, despierta al artífice y simulador de figuras, a Morfeo: no que él ninguno otro más diestramente reproduce el caminar y el porte y el sonido del hablar. Añade además los vestidos y las más usuales palabras de cada cual. Pero él solos a hombres imita. Mas otro se hace fiera, se hace pájaro, se hace, de largo cuerpo, serpiente: a él Ícelo los altísimos, el mortal vulgo Fobétor le nombra. Hay también de diversa arte un tercero, Fántaso. Él a la tierra, a una roca, a una ola, a un madero y a cuanto vacío está todo de ánima, falazmente se pasa. A los reyes él y a los generales su rostro mostrar de noche suele, otros los pueblos y la plebe recorren. Prescinde de ellos su señor y de todos los hermanos solo a Morfeo, quien lleve a cabo de la Taumántide lo revelado, el Sueño elige, y de nuevo en una blanda languidez relajado depuso la cabeza y en el cobertor profundo la resguarda.
Según Homero los Oniros vivían en las oscuras playas del extremo occidental del Océano, en una caverna del Érebo. Los dioses les enviaban sueños a los mortales desde una de las dos puertas allí situadas: los sueños auténticos surgían de una puerta hecha de cuerno, mientras que los sueños falsos se abrían paso desde una puerta hecha de marfil.
Véase también
En inglés: Oneiros Facts for Kids