Moderados para niños
Los Moderados fueron un grupo importante de liberales en España durante un periodo conocido como el Trienio Liberal (1820-1823). Se les llamaba así porque tenían ideas más conservadoras en comparación con otro grupo de liberales, los "exaltados", que eran más progresistas.
Como muchos de sus líderes habían participado en las Cortes de Cádiz y ayudado a crear la Constitución de 1812, también se les conocía como «doceañistas». Esta división entre moderados y exaltados fue muy importante y marcó la política de esos años. Aunque no eran partidos políticos como los conocemos hoy, sentaron las bases para ellos.
Entre los políticos moderados más destacados estaban Agustín de Argüelles, José Canga Argüelles, Diego Muñoz Torrero, Francisco Martínez de la Rosa y el conde de Toreno.
Más tarde, durante el reinado de Isabel II, los moderados del Trienio formaron el Partido Moderado, que se opuso al Partido Progresista, heredero de los exaltados.

Contenido
¿Cómo surgieron los Moderados?
El grupo de los moderados apareció con la Revolución española de 1820. Se les veía como el sector liberal más cercano al gobierno y a las instituciones. Querían manejar el poder de forma tranquila y ordenada.
Por otro lado, los exaltados representaban a los liberales de base, que surgieron de las juntas locales en las ciudades. Este grupo incluía a personas de las clases populares, la clase media y algunos militares que buscaban cambios más profundos.
La integración de los Afrancesados
En septiembre de 1820, muchos españoles que habían apoyado al gobierno francés durante la guerra (conocidos como afrancesados) fueron perdonados y pudieron regresar del exilio. Unos 12.000 de ellos volvieron a España.
Estos afrancesados se unieron al sector más conservador de los moderados. Periódicos como El Censor se convirtieron en la voz de este grupo, que defendía la idea de reformar la Constitución para hacerla menos radical.
¿En qué se diferenciaban Moderados y Exaltados?
Moderados y exaltados compartían un objetivo principal: acabar con la monarquía absoluta y el Antiguo Régimen para establecer un nuevo sistema liberal. Sin embargo, no estaban de acuerdo en cómo lograrlo.
La estrategia política
Los moderados pensaban que la "revolución" ya había terminado. Su prioridad era asegurar el "orden" y la "estabilidad". Querían integrar a las antiguas clases poderosas, como la nobleza, en el nuevo sistema. Creían que los exaltados eran responsables de la agitación y los desórdenes en las ciudades, lo que podía fomentar la oposición de los absolutistas.
Los exaltados, en cambio, creían que la "revolución" debía continuar. Querían tomar medidas que contaran con el apoyo de las clases populares.
La Constitución de 1812
Otra diferencia importante era su visión sobre la Constitución de 1812. Los moderados querían reformarla para hacerla más conservadora, mientras que los exaltados defendían mantenerla tal como había sido aprobada.
Los moderados, especialmente un grupo llamado «anilleros» liderado por Francisco Martínez de la Rosa, querían cambiar el sistema de voto. Proponían el sufragio censitario, donde solo los hombres con cierto nivel de ingresos pudieran votar, en lugar del voto indirecto para todos los hombres. También querían crear una segunda cámara en el parlamento, donde estuviera representada la aristocracia, para equilibrar el poder del Congreso de los Diputados. Además, buscaban que el rey tuviera más poder para actuar.
Esta idea de tener dos cámaras en el parlamento fue un gran punto de conflicto. Los exaltados veían cualquier mención a una segunda cámara como un signo de conservadurismo inaceptable. Los moderados, sin embargo, la consideraban esencial para controlar las ideas más "democráticas" de la cámara popular. Era curioso que muchos de los que defendían esto habían participado en la creación de la Constitución de 1812.

El plan de las dos cámaras no prosperó. Los moderados no tuvieron la oportunidad o la decisión de llevarlo a cabo, y los exaltados se opusieron firmemente, defendiendo la Constitución. Además, la propia Constitución impedía su reforma hasta ocho años después de su puesta en vigor.
Primeros conflictos
El primer gran conflicto entre moderados y exaltados ocurrió en agosto de 1820. El gobierno moderado decidió disolver el "Ejército de la Isla", que había sido clave en el levantamiento que puso fin al absolutismo. Los moderados desconfiaban de Rafael del Riego, a quien los exaltados consideraban un héroe, y temían que se formara un grupo de oposición en torno a él.
La ruptura definitiva llegó en octubre, durante el debate sobre la prohibición de las sociedades patrióticas. Los moderados las veían como un peligro para el orden público y un contrapoder ilegítimo. Temían que se volvieran como los clubes radicales de la Revolución Francesa.
Los exaltados, en cambio, consideraban las sociedades patrióticas esenciales para crear una verdadera opinión pública en España. Finalmente, los moderados lograron que las Cortes aprobaran un decreto el 21 de octubre de 1820 que prohibía estas reuniones organizadas. Sin embargo, se permitía que siguieran funcionando como tertulias o reuniones informales, bajo la supervisión de las autoridades locales.

Otros puntos de desacuerdo
Al día siguiente del decreto sobre las sociedades patrióticas, las Cortes aprobaron otro sobre la libertad de imprenta. Los exaltados pensaron que esta nueva regulación limitaba demasiado la libertad de prensa.
Otro tema de enfrentamiento fue la Milicia Nacional. Los exaltados querían que fuera una fuerza revolucionaria, mientras que los moderados la veían como una garantía del orden público. La clave era quién podía formar parte de ella. Los moderados la limitaban a los "ciudadanos propietarios" (que podían pagar su uniforme), mientras que los exaltados querían que las clases populares urbanas también pudieran unirse, buscando formas de financiar sus uniformes. La Milicia Nacional demostró su importancia al ayudar a detener un intento de golpe de Estado absolutista en julio de 1822.
La prensa y las sociedades secretas
La prensa fue un campo de batalla importante entre moderados y exaltados. Periódicos como El Universal y Miscelánea de comercio, artes y literatura apoyaban a los moderados. También lo hacían periódicos de los afrancesados como El Censor y El Imparcial.
La división también llegó a la masonería, una sociedad secreta a la que pertenecían muchos políticos liberales. En enero de 1821, un grupo de masones afines a los exaltados se separó de la masonería oficial, dominada por los moderados, y fundó otra sociedad secreta llamada la Comunería. Sus miembros eran conocidos como los comuneros o los hijos de Padilla.