Libro para niños
Un libro es una colección de hojas de papel u otro material, unidas por un lado y protegidas por tapas. Dentro de sus páginas, un libro puede contener historias, información, dibujos o cualquier tipo de conocimiento.
Según la Unesco, para que algo sea considerado un libro, debe tener al menos veinticinicinco hojas (que son 49 páginas). Si tiene menos, se le llama folleto.
A veces, una obra muy larga se publica en varias partes, y a cada una de esas partes se le llama "tomo" o "volumen". También se usa la palabra "libro" para referirse a cada una de las secciones de una obra grande, aunque todas estén en un solo volumen.
Hoy en día, los libros no solo existen en papel. También tenemos los libros electrónicos (o e-books), que se leen en dispositivos digitales, y los audiolibros, que puedes escuchar.
Contenido
Historia del libro
Desde hace mucho tiempo, las personas han buscado formas de guardar y compartir sus ideas, historias y conocimientos. Querían que esa información durara mucho tiempo y llegara a otras personas, incluso a las que vivirían en el futuro.
Primeras formas de comunicación
Al principio, la gente se comunicaba con gestos y luego con la palabra hablada. Las historias se contaban de boca en boca, pasando de una generación a otra. Esto ayudaba a recordar y difundir relatos importantes, como los poemas antiguos. Sin embargo, el problema era que las historias podían cambiar un poco cada vez que se contaban.
El nacimiento de la escritura
Cuando se inventaron los sistemas de escritura en las civilizaciones antiguas, las personas comenzaron a usar diferentes materiales para escribir. Usaron tablillas de arcilla, trozos de hueso o marfil, tablas de madera, papiros, tablillas de cera y pieles de animales.
La escritura evolucionó poco a poco. Primero fueron dibujos que representaban objetos (pictografía), luego símbolos para ideas (ideografía), y finalmente, símbolos para sílabas y letras.
Los primeros ejemplos de escritura se encontraron en el Antiguo Egipto (con jeroglíficos) y en la antigua Mesopotamia (con signos cuneiformes). Los jeroglíficos egipcios, por ejemplo, podían representar ideas, objetos, palabras o letras.
Libros en China
En China, las inscripciones más antiguas conocidas son de hace más de 3400 años, en conchas de tortuga. Los primeros libros chinos, llamados jiance o jiandu, eran rollos hechos de tiras delgadas de bambú o madera, grabadas con tinta y atadas con cordel. Estos textos eran importantes para los funcionarios del gobierno.
Con el tiempo, los libros se volvieron herramientas clave para el aprendizaje. Se escribieron textos sobre Filosofía, Medicina y Astronomía.
Durante un período antiguo, la seda también se usó para escribir. Era ligera y absorbía bien la tinta, pero era mucho más cara que el bambú.
La invención del papel se atribuye a Cai Lin en el año 105 d.C. Él usó materiales como trapos viejos y corteza de árbol para crear un método de fabricación de papel similar al actual. Sin embargo, el papel tardó mucho en reemplazar al bambú y la seda. No llegó a Europa hasta el siglo XII, a través de España.
A mediados del siglo VIII, los chinos inventaron la xilografía, una técnica de impresión con bloques de madera. Esto ayudó a reproducir muchos textos e imágenes. El primer libro impreso chino que se conoce es del año 868 d.C.
Los chinos también crearon los tipos móviles (caracteres individuales que se podían mover para formar palabras) alrededor del siglo XI. Un herrero llamado JenTsung usó arcilla endurecida para hacerlos. Sin embargo, esta invención no cambió la imprenta en China tanto como lo hizo Gutenberg en Europa 400 años después, porque el chino escrito tiene miles de caracteres, lo que hacía más práctico usar bloques de madera completos.
Libros en Corea
Corea también hizo grandes avances en la impresión. La obra xilográfica más antigua encontrada es de Corea, del año 751 d.C. Los coreanos y chinos impulsaron la impresión con bloques de madera, especialmente para textos religiosos.
Entre 1234 y 1239, los coreanos crearon caracteres móviles de metal. Esto fue un gran paso. Más tarde, en 1403, se estableció una fundición nacional para fabricar caracteres móviles de bronce. La invención de la tipografía coreana fue muy importante para la religión y la educación.
Durante el reinado del rey Sejong, se abrieron más centros de enseñanza y el libro se convirtió en una herramienta fundamental para que la gente aprendiera a leer y escribir. Los caracteres de imprenta mejoraron con el tiempo, haciéndose más cuadrados y regulares para facilitar la composición.
A pesar de las dificultades, Corea desarrolló y exportó sus técnicas de imprenta. China no usó caracteres móviles hasta finales del siglo XV, y Japón adoptó la técnica coreana a finales del siglo XVI.
Libros en Egipto
Egipto fue el creador del papiro, un material hecho de una planta, que se usaba para escribir y se exportaba a todo el Mediterráneo. Las láminas de papiro se pegaban para formar rollos.
Los faraones egipcios tuvieron el control de la fabricación del papiro por mucho tiempo. Se dice que en el siglo II a.C., el rey Ptolomeo V, celoso de una biblioteca rival en la ciudad de Pérgamo, interrumpió el suministro de papiro a esa ciudad. Esto impulsó a la gente de Pérgamo a mejorar una técnica antigua de escribir sobre cuero, creando así el pergamino. El pergamino era más resistente a la humedad, más duradero y podía doblarse sin romperse, además de poder borrarse y reutilizarse.
Desde el siglo I d.C., el pergamino empezó a usarse más que el papiro, cambiando el futuro de los libros.
Libros en Grecia
La invención del alfabeto hizo que leer y escribir fuera mucho más fácil. El alfabeto griego, que se desarrolló entre los siglos VI y V a.C., era fonético, lo que significaba que se podía aprender en pocos días, a diferencia de los miles de caracteres chinos. El uso de la escritura aumentó en Atenas alrededor del siglo V a.C.
En Grecia, había personas que se dedicaban a copiar libros (bibliographi), otros que pintaban las letras (kalligraphoi), y los libreros (bibliopolæ) que vendían los libros.
Los libros griegos no se vendían encuadernados, sino como rollos de papiro. Una obra solía tener varios rollos. El comercio de libros apareció en Grecia alrededor del siglo V a.C., y las obras de poesía e historia se distribuían ampliamente. Las copias de libros se alquilaban a precios altos, y las personas con dinero podían pagar a copistas privados.
Libros en Roma
En Roma, también había copistas (librarii), vendedores de libros (bibliopolæ) y esclavos que se encargaban de pegar las hojas (glutinatores).
Durante la República Romana, las personas ricas tenían muchos copistas en sus casas. En tiempos del emperador Augusto, las tiendas de libros aparecieron en Roma, a menudo cerca de templos y edificios públicos. Los libreros ponían los títulos de las obras en sus puertas.
En la Roma imperial, los escritos estaban por todas partes. La gente común también sabía leer un poco, lo que hizo que el público lector creciera en el siglo I d.C. Sin embargo, en el siglo III d.C., con el declive del Imperio Romano, la cultura escrita disminuyó, excepto en las instituciones cristianas.
Durante los primeros siglos de la era cristiana, apareció el códice, que era un libro con hojas dobladas y cosidas, más compacto y fácil de manejar que los rollos. Podía usarse por ambos lados de la página y contenía más texto. Aunque el códice tenía ventajas, los rollos se siguieron usando por varios siglos.
Con la llegada de la imprenta, el libro se expandió rápidamente, facilitando la difusión de ideas y el pensamiento crítico.
Libros en la Edad Media
Antes de la invención de la imprenta, adquirir un libro importante era muy caro, casi como comprar una casa. Los historiadores cuentan que los libros eran escasos y costosos en Europa durante la Edad Media. Por ejemplo, en el siglo XII, una Biblia y unas cartas de San Jerónimo eran compartidas por varios monasterios en España. Copiar un libro era un proceso muy lento; una copia de la Biblia hecha en cinco meses se consideraba un trabajo rapidísimo.
Para asegurar que las obras se conservaran y se copiaran, en algunos monasterios, cada monje novicio debía copiar un libro antes de convertirse en monje. Gracias a esta costumbre, muchos libros antiguos se salvaron y llegaron hasta nosotros. Los monasterios fueron lugares importantes donde se protegieron el conocimiento y los escritos valiosos durante la Edad Media.
El libro antiguo y la imprenta

Un libro antiguo es aquel que se produjo en el período manual de la imprenta, es decir, con tipos móviles de metal. Estos libros se publicaron desde la invención de la imprenta en el siglo XV hasta el siglo XIX.
La aparición de la imprenta de tipos móviles en 1444, inventada por Johannes Gutenberg, cambió por completo la forma de producir libros. Aunque algunos pasos seguían siendo manuales, la imprenta hizo que la producción fuera mucho más sencilla y rápida.
La imprenta se desarrolló al mismo tiempo que el movimiento humanista y la reforma religiosa, lo que impulsó el crecimiento de la industria del libro, ya que se vio como una forma de difundir ideas a muchas personas. Además, el crecimiento de las universidades creó un público más amplio para los libros entre las personas educadas. En solo medio siglo, el libro impreso se convirtió en un negocio internacional importante.
La imprenta era mucho mejor que la xilografía porque la escritura era más uniforme, se podía imprimir por ambos lados de la hoja, era más rápida y los caracteres se podían reutilizar para otros textos.
Los libros antiguos se pueden clasificar por siglos:
- Incunables: siglo XV
- Renacentistas: siglo XVI
- Barroco: siglo XVII
- Neoclásico: siglo XVIII
- Ilustrado: siglo XIX
El auge del libro

A mediados del siglo XVIII, el libro superó las dificultades técnicas y empezó a ser muy apreciado por las personas educadas.
La invención de la imprenta y el desarrollo del papel, junto con la aparición de lugares donde se compartían ideas, permitieron que surgiera el escritor profesional. Estos escritores dependían de los editores y libreros, y ya no solo del apoyo de personas ricas.
También surgió una forma de negocio que hizo que los libros fueran más accesibles: las librerías ambulantes. Allí, la gente pagaba una cantidad mensual para tomar prestados libros, y al devolverlos, podían llevarse otro.
El libro se convirtió en un símbolo de progreso en una época en que el progreso era muy valorado. Tanto las personas de la nobleza como las de clases más bajas podían acceder a él, creando una nueva forma de reconocimiento basada en el conocimiento.
Sin embargo, la mayoría de los lectores seguían siendo de la nobleza y las clases altas, ya que eran quienes sabían leer y escribir.
La censura de libros
Otro factor que hizo que los libros fueran más valorados fue la censura. Aunque la censura existía antes, se volvió más importante en los siglos XVII y XVIII, porque se producían miles de libros, lo que multiplicaba la posibilidad de difundir ideas que el gobierno y la iglesia no querían que se conocieran.
Por ejemplo, en 1757, se publicó un decreto en París que castigaba con la muerte a quienes publicaran libros sin autorización. Estas medidas hicieron que el precio de los libros aumentara y que los libreros ambulantes no los incluyeran en sus catálogos. Esto, a su vez, impulsó el negocio de los libros prohibidos, que se vendían más caros y despertaban mayor interés entre las clases altas que podían pagarlos.
Así, se fomentó la impresión de libros en francés en ciudades como Londres, Ámsterdam y Ginebra. Estos libros eran transportados en barcos y luego los propios nobles los llevaban en sus coches para revenderlos en París.
La censura se volvió ineficaz, e incluso algunos censores la usaron para ayudar a escritores y editores. Por ejemplo, cuando el ministro Guillaume-Chrétien de Lamoignon de Malesherbes revocó la autorización para publicar L'Encyclopédie, él mismo protegió la obra para que pudiera distribuirse más libremente.
Cómo se hace un libro
Normalmente, un libro se imprime en grandes hojas de papel. En cada lado de estas hojas grandes se imprimen varias páginas del libro (por ejemplo, 8 páginas por lado). Luego, estas hojas se doblan para formar grupos de páginas, que se llaman signaturas.
Las signaturas se ordenan y se cosen por el lomo. Después, el lomo se redondea y se le pega una malla de tela para asegurar todas las partes. Finalmente, las páginas se cortan y se alisan por tres lados con una máquina especial, y el lomo se pega a una tapa de cartón. Todo este proceso se hace en serie, incluso la encuadernación.
Las imprentas más modernas pueden imprimir muchas páginas por cada lado de las hojas grandes. A veces, el texto de la obra no ocupa todas las páginas al final, por lo que algunos libros tienen páginas vacías al final, que a menudo se usan para publicidad de la editorial.
Gracias a los avances en software y la impresión digital, ahora es posible producir libros "bajo demanda". Esto significa que se pueden reimprimir títulos desde un solo ejemplar, eliminando el concepto de "libro agotado" y permitiendo la edición de libros en tiradas muy pequeñas que antes no eran rentables.
El libro electrónico
A finales de 1971, comenzó a desarrollarse lo que hoy conocemos como libro digital o electrónico. Michael Hart impulsó el Proyecto Gutenberg, una biblioteca digital gratuita con obras de autores como William Shakespeare, Edgar Allan Poe y Dante Alighieri.
En 1981, salió a la venta el primer libro electrónico: el Random House's Electronic Dictionary. Sin embargo, fue en marzo de 2001 cuando el libro digital tuvo un gran impulso gracias al novelista Stephen King, quien lanzó su novela Riding the Bullet a través de internet. La obra vendió 400.000 copias en solo 48 horas. Desde entonces, muchas editoriales y tiendas virtuales comenzaron a ofrecer libros electrónicos.
El libro como indicador de fama
En el año 2000, se recopilaron datos interesantes sobre la fama de las personas según cuántos libros se escribían sobre ellas. Un estudio basado en los libros de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos reveló que Jesús era el personaje con más libros escritos sobre él, con 17.239 obras. Le seguía William Shakespeare en segundo lugar, con 9.801 libros.
Vladimir Lenin ocupaba el tercer puesto, con 4.492, seguido de Abraham Lincoln y Napoleón Bonaparte. María, la madre de Jesús, era la única mujer entre los treinta primeros, con 3.595 libros. La siguiente mujer en la lista era Juana de Arco.
Entre los compositores, Richard Wagner encabezaba la lista, y entre los pintores, Pablo Picasso. Leonardo da Vinci era el número uno entre los científicos e inventores. El estudio también señaló que ningún personaje vivo estaba entre los treinta primeros lugares.
Partes de un libro
Un libro tiene varias partes importantes:
- Sobrecubierta: Una cubierta adicional que no todos los libros tienen.
- Cubierta: También llamada "pasta", es la parte exterior y resistente del libro, que incluye la parte de adelante, el lomo y la parte de atrás.
- Lomo: Es el lado por donde se unen las páginas. Aquí se suelen imprimir el título, el autor y el logo de la editorial.
- Guardas: Son las hojas que conectan las tapas con el resto del libro.
- Página de derechos o créditos: Generalmente está al reverso de la portada y contiene información sobre el copyright, el editor, las fechas de edición y reimpresión, etc.
- Hojas de cortesía o de respeto: Son hojas en blanco que se ponen al principio y al final del libro.
- Anteportada o portadilla: Va antes de la portada y solo lleva el título del libro.
- Contraportada: Es la página que está después de la portadilla, usualmente en blanco.
- Portada: Es la página principal donde se muestran los datos más importantes del libro: título, autor, editorial.
- Índice: Una lista organizada que muestra los capítulos, secciones o temas del libro y en qué página se encuentran.
- Prefacio o Preámbulo: Un texto corto que introduce la obra.
- Presentación: Similar al prefacio, introduce el contenido.
- Cuerpo de la obra: Es el texto principal del libro.
- Página: Cada una de las hojas, con su anverso y reverso numerados.
- Cita: Un fragmento de texto tomado de otra obra.
- Dedicatoria: Un texto donde el autor dedica la obra a alguien. Se suele poner al principio del libro.
- Paratexto: Elementos que acompañan al texto principal, como títulos, subtítulos, notas, etc.
- Epígrafe: Una frase o cita al inicio de un capítulo o de la obra.
- Prólogo o introducción: Un texto que precede al contenido principal de la obra.
- Capítulo: Cada una de las secciones principales en las que se divide el libro.
- Bibliografía: Una lista de los libros y fuentes que el autor consultó para escribir la obra.
- Colofón: Información al final del libro sobre su impresión.
- Epílogo: Un texto al final de la obra que cierra la historia o reflexiona sobre ella.
- Biografía: En algunos libros, se incluye una página con información sobre la vida del autor o ilustrador.
Tipos de libros
Los libros se pueden clasificar según su contenido:
- Científicos: Explican temas de ciencia.
- Literatura y lingüísticos: Incluyen novelas, poemas, obras de teatro, y estudios del lenguaje.
- De viaje: Cuentan experiencias o describen lugares.
- Biografías: Narran la vida de una persona.
- De texto: Usados para aprender en la escuela.
- De gran formato (coffee table book): Libros grandes con muchas imágenes, para ver y decorar.
- De referencia o consulta: Como diccionarios o enciclopedias.
- Monografías: Estudios detallados sobre un tema específico.
- Recreativos: Para entretener, como novelas o cuentos.
- Poéticos: Contienen poemas.
- Juveniles: Dirigidos a lectores jóvenes.
- Ficción: Historias inventadas.
- Comedia: Obras con humor.
Galería de imágenes
-
Persona leyendo un libro electrónico en un lector digital.
Véase también
En inglés: Book Facts for Kids