José de la Puente para niños
José de la Puente y Peña Castejón y Salcines (nacido en Muriedas, Cantabria, en 1663 y fallecido en Madrid en 1739) fue un noble y militar español. Recibió el título de marqués de Villapuente de la Peña en 1703. Fue un caballero de la Orden de Santiago desde 1696 y también gentilhombre de Cámara del Rey, lo que significaba que estaba cerca de la realeza. Además, fue maestre de Campo de los Reales Ejércitos, un alto cargo militar. Se le recuerda como un gran benefactor, especialmente de la Compañía de Jesús.
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¿Quién fue José de la Puente?
José de la Puente nació en Muriedas, un lugar en el Valle de Camargo, Cantabria. Sus padres, Juan de la Puente y Castejón y María de la Peña y Salcines, también eran de allí. Su familia, los de la Puente, había vivido en Camargo por mucho tiempo.
Sus primeros años y viaje a América
Cuando tenía solo 15 años, José de la Puente viajó a Nueva España (lo que hoy es México). Fue llamado por su tío materno, Francisco de la Peña y Salcines, quien era un importante capitán en la Ciudad de México. Allí, José aprendió mucho sobre el arte de la guerra y el manejo de las armas. Su primo político, Francisco Lorenz de Rada, un experto en esgrima, le enseñó a ser un jinete hábil y muy diestro con la lanza.
José era una persona con mucho carácter. En una ocasión, tuvo un desafío con espada en 1699, lo que le costó ser suspendido temporalmente de su cargo como alcalde de la Ciudad de México.
Su carrera militar y títulos
En 1684, José de la Puente se unió a la Armada de Barlovento, una flota que protegía las costas. Sirvió allí por más de ocho años, participando en batallas contra piratas y corsarios. En 1692, ayudó a defender la Ciudad de México durante un motín, donde resultó herido.
Gracias a su valentía, el Virrey lo nombró capitán de Infantería en 1695. Al año siguiente, el Rey Carlos II le otorgó el título de caballero de la Orden de Santiago. En 1698, fue nombrado gobernador de Florida y capitán de una compañía militar. Allí se enfrentó a la Armada francesa.
José de la Puente también fue parte del gobierno de la Ciudad de México, siendo Regidor y Alcalde. Como alcalde, financió con su propio dinero la construcción de un depósito de agua para la ciudad. En 1701, cuando se supo que holandeses e ingleses planeaban invadir las tierras americanas, José ofreció sus servicios al Virrey, equipando una compañía de 50 hombres con sus propios recursos para defender el puerto de Veracruz. Por esta acción, fue nombrado capitán de Caballos y Corazas españolas.
En 1703, regresó a España. Allí, el Rey Felipe V de España lo nombró Gentilhombre de Cámara y Maestre de Campo de los Reales Ejércitos. Ese mismo año, recibió el título de marqués de Villapuente de la Peña.
El Rey Felipe V le ofreció ser virrey de Nueva España, un cargo muy importante, pero José de la Puente lo rechazó. Para entonces, ya era inmensamente rico, con minas de oro y plata, y muchas propiedades. A pesar de su rechazo, el Rey le concedió otros honores, como la posibilidad de elegir 200 familias para que fueran sus vasallos y la exención de ciertas obligaciones en la Ciudad de México. También le concedió cuatro títulos de órdenes militares. Entre 1702 y 1714, envió grandes sumas de dinero a Felipe V para ayudar en los gastos de la guerra.
Un gran benefactor
El marqués de Villapuente era una persona muy emprendedora y aventurera. Viajó por muchas de las posesiones del Imperio español de su tiempo. Se dedicó a apoyar la labor de la Compañía de Jesús, una orden religiosa, y junto con su esposa, Gertrudis de la Peña Rueda Salcines y Esquivel, fue uno de sus principales benefactores.
Apoyó a los franciscanos y, sobre todo, a los jesuitas en su trabajo de establecer misiones y difundir la fe en las Californias. Con sus aportaciones, que eran de al menos 10.000 pesos fuertes cada una, se fundaron más de diez misiones en California.
El Fondo Piadoso de las Californias fue una iniciativa del jesuita Juan María Salvatierra para ayudar a la Compañía de Jesús a establecerse en California. El marqués de Villapuente, su esposa Gertrudis y la duquesa de Béjar y Gandía fueron los principales donantes de este fondo. En 1717, el marqués donó varias de sus grandes propiedades y granjas para apoyar este fondo.
Más tarde, en 1735, él y su esposa donaron más propiedades al Fondo Piadoso, asegurando que estos bienes no pudieran venderse, para que siempre sirvieran a las misiones.
En África
El marqués de Villapuente de la Peña usó su fortuna para muchas otras buenas causas. En Argel, África, fundó un lugar para que los padres franciscanos ayudaran y cuidaran a los cristianos que estaban prisioneros.
En Asia
En Asia, ayudó a muchos cristianos que sufrían por su fe en reinos de la India, Japón, Filipinas y China. En China, envió más de 100.000 pesos para establecer misiones.
En México
En México, envió más de cien mil pesos en diferentes ocasiones para mantener a los misioneros y construir iglesias. Junto con su esposa, aportó lo necesario para construir la Iglesia de San Felipe Neri, conocida como La Profesa. También dio dinero para la construcción del Colegio de los Jesuitas de México, que luego se convirtió en el Hospital de San Andrés.
En Macao
En Macao, fundó una casa o "cuna de misericordia" para recoger a los niños abandonados en las calles, una costumbre de la gente pobre de ese lugar.
En la India
En la India, envió grandes sumas de dinero para mantener a los misioneros y catequistas en reinos como Travancor y Coromandel. Su ayuda fue crucial para que esas iglesias pudieran seguir adelante a pesar de las dificultades.
En Filipinas
En Filipinas, fundó un puesto militar para proteger a los indígenas de las invasiones de los moros, que impedían la difusión del Evangelio.
También construyó la iglesia de Puducherry en la India Oriental y envió mucho dinero a Jerusalén para embellecer los lugares santos y dar seguridad a los peregrinos.
En América
En América, además de dar limosnas diarias a los necesitados y ayudar a muchas jóvenes virtuosas, invirtió más de ochenta mil pesos en la construcción del convento de San José Tacubaya y más de doscientos mil en misiones y barcos para California.
Fundó dos misiones en la Pimería Alta (hoy parte de Arizona y Sonora, EE. UU.). También ayudó con diez mil pesos a la fundación de colegios jesuitas en Caracas y La Habana, y dejó otros diez mil pesos para una casa de ejercicios en México.
Su apoyo fue muy importante para las misiones en Nayarit, Moqui y Nuevo México.
En Europa
En Europa, pagó los gastos para el proceso de beatificación del padre Luis de la Puente. Reconstruyó y donó 42.000 pesos al Colegio de la Compañía de Jesús en Santander. También construyó y adornó el colegio y la iglesia de la cueva de Manresa, un lugar importante para San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús.
Junto con su esposa, la marquesa de las Torres de Rada, aportó los fondos para terminar la Iglesia de la Anunciación (Santander), donde aún se pueden ver sus escudos de armas.
Construyó su Casa Palacio en Muriedas, que hoy es la sede del Ayuntamiento de Camargo.
En sus últimos años, después de enviudar en 1738, hizo una peregrinación desde México hasta Nazaret y Loreto, vestido con ropa sencilla. Ofreció valiosos regalos a la Virgen María en su casa santa y dio muchas limosnas durante su viaje. Luego fue a Roma y a España, donde ofreció ricos obsequios al templo de la Virgen del Pilar en Zaragoza. Falleció el 13 de febrero de 1739 en Madrid, después de haber dedicado su vida a la fe y la caridad.