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Toma de decisiones para niños

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La toma de decisiones es el proceso de elegir una opción entre varias para resolver una situación o un problema. Esto ocurre en muchos aspectos de la vida, como en casa, en la escuela, con los amigos o en el futuro trabajo. Básicamente, se trata de seleccionar el mejor camino para solucionar algo que está pasando o que podría pasar.

¿Cómo tomamos decisiones?

Cuando una persona toma una decisión por sí misma, usa su razonamiento y su pensamiento para elegir la mejor solución a un problema. Es como si tuvieras un desafío y necesitas pensar bien para resolverlo. La toma de decisiones es una parte muy importante de cómo manejamos las cosas en nuestra vida diaria.

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Un diagrama que muestra cómo se toman decisiones para añadir un nuevo artículo a Wikipedia.

Para tomar una buena decisión, primero debemos conocer, entender y analizar el problema. Si no hay opciones para elegir, entonces no hay una decisión que tomar. A veces, las decisiones son tan sencillas que las tomamos sin darnos cuenta, como qué ropa usar. Pero otras veces, las consecuencias de una mala elección pueden ser muy importantes. Por ejemplo, en un trabajo, una decisión equivocada podría afectar el éxito de una empresa. En esos casos, es mejor seguir un proceso más organizado para tener más seguridad y información.

Tipos de decisiones

Las decisiones se pueden clasificar según la frecuencia con la que aparecen y las situaciones que enfrentamos.

  • Decisiones programadas:

Son las decisiones que tomamos muy a menudo, casi como una rutina. Son para problemas que se repiten y para los que ya tenemos un método de solución establecido. Por eso, también se les llama decisiones estructuradas. La persona que las toma no necesita inventar una nueva solución, solo sigue los pasos que ya se han usado antes.

Estas decisiones se basan en reglas o procedimientos que ya existen. Esto hace que sea más fácil decidir en situaciones que se repiten, porque ya hay un camino marcado. Por ejemplo, en una empresa, el sueldo de un nuevo empleado suele estar ya definido por una escala salarial. Esto ahorra tiempo y permite enfocarse en cosas más importantes.

  • Decisiones no programadas:

También se les llama no estructuradas. Son decisiones que se toman para problemas o situaciones que no ocurren muy seguido, o que son tan importantes que necesitan una solución única. Por ejemplo, si una empresa va a lanzar un producto nuevo al mercado, necesita un plan especial para esa situación.

Las decisiones no programadas son para problemas poco comunes o excepcionales. Si un problema no ha ocurrido lo suficiente como para tener una regla que lo cubra, o si es tan importante que necesita un trato especial, se maneja como una decisión no programada. Los problemas más grandes que enfrenta un gerente, como asignar los recursos de una organización, suelen requerir este tipo de decisiones.

¿Qué es la indecisión?

La indecisión es cuando nos cuesta mucho elegir entre diferentes opciones. Es como sentirse inseguro o no tener claro qué hacer. Puede ser algo tan simple como decidir qué comer en un restaurante o qué ropa ponerte. A veces, la indecisión viene de la falta de confianza en uno mismo.

La indecisión puede impedir que una persona tome una decisión o resuelva un problema. A veces, nos preocupamos por cosas que no podemos controlar, y eso nos bloquea. Los miedos son una causa común de estos bloqueos.

El Dr. Jeffrey Z. Rubín (1986) mencionó algunos factores que dificultan la toma de decisiones:

  • Desconectarse de nuestros sentimientos.
  • Dudar de nuestras capacidades.
  • Tener baja autoestima.
  • Exagerar nuestro propio punto de vista.
  • Ser muy dependiente de otros.
  • Tomar decisiones bajo presión.
  • Evitar decidir.

Es importante no involucrarse demasiado a nivel personal en la situación y tratar de ser neutral. También es útil ver el problema desde diferentes puntos de vista para encontrar una solución adecuada.

¿Cuándo somos más indecisos?

Los estudios muestran que la indecisión es más común en la preadolescencia y la adolescencia. Son etapas en las que a los jóvenes les cuesta decidir sobre muchos aspectos de su vida. Factores como el miedo, el enojo o la apatía pueden influir.

En estas edades, los jóvenes están en un punto intermedio: quieren dejar de ser niños, pero a la vez, seguir siéndolo, y empezar a ser adultos, pero les da miedo. Es la indecisión de "¿soy niño o soy adulto?", "¿Quién soy?". Aunque la indecisión siempre estará presente en nuestras vidas, suele ser más fuerte en estas etapas.

¿Por qué somos indecisos?

Una de las causas puede ser la falta de confianza en nuestras propias habilidades para resolver problemas. Esto puede venir de un ambiente familiar muy autoritario o sobreprotector. En un ambiente autoritario, los hijos no desarrollan bien su capacidad de decidir. En un ambiente sobreprotector, les resuelven la vida, lo que afecta su madurez.

La poca capacidad para tomar decisiones puede causar muchos problemas en el desarrollo personal y profesional. A veces, el miedo a elegir el camino equivocado nos impide enfrentar las elecciones.

Tomar decisiones es un aprendizaje que tiene mucho que ver con la seguridad y la confianza en uno mismo. No se trata de acertar siempre. Todos nos equivocamos. Hay que perder el miedo a cometer errores para poder elegir sin temor.

Una persona indecisa no se atreve a actuar, a elegir una estrategia o a solucionar problemas. Cada decisión implica un compromiso, y lo que el indeciso teme es comprometerse. No quiere asumir el riesgo de perder.

Algunas personas son indecisas porque son inseguras y perfeccionistas. Otras no pueden tomar ninguna decisión, por pequeña que sea, por un miedo obsesivo a equivocarse. Este sentimiento puede hacer que se sientan dominadas por otros, lo que afecta su forma de hablar, sus pensamientos e ideas.

Decisiones en el mundo de las empresas

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Organización de una empresa por niveles y departamentos.

En las empresas, tomar decisiones es una parte muy importante del trabajo de un gerente. La mayoría de las decisiones importantes se toman usando el juicio, no solo siguiendo un modelo estricto.

Existen tres modelos principales para entender cómo se toman las decisiones en una organización:

  • El modelo racional: Busca elegir la mejor opción para obtener el máximo beneficio. Implica definir bien el problema, recopilar y analizar muchos datos, y evaluar cuidadosamente las opciones.
  • El modelo de racionalidad limitada: Reconoce que las personas tienen límites al tomar decisiones. Explica por qué diferentes personas pueden tomar decisiones distintas con la misma información. A menudo, se elige una solución que no es la mejor, pero es suficiente.
  • El modelo político: Describe cómo las personas toman decisiones para satisfacer sus propios intereses. Las decisiones reflejan el poder dentro de la organización y cómo los gerentes y empleados influyen en ellas.

En las empresas, suele haber una jerarquía que define qué tipo de decisiones se toman en cada nivel:

  1. Nivel estratégico: La alta dirección, que planifica toda la empresa.
  2. Nivel táctico: Planificación de áreas específicas de la empresa.
  3. Nivel operativo: Las tareas diarias y rutinarias.

Cuanto más alto estés en la jerarquía de una organización, más importantes son las decisiones no programadas, ya que son las que afectan a esos niveles. Por eso, muchos programas para gerentes buscan mejorar sus habilidades para tomar este tipo de decisiones, enseñándoles a analizar los problemas de forma sistemática.

Cuanto más bajo estés en la jerarquía, las tareas son más rutinarias y las decisiones son más estructuradas (programadas).

Además, las decisiones también varían según el departamento o área funcional de la empresa, como:

  1. Dirección.
  2. Marketing.
  3. Producción.
  4. Gestión financiera.
  5. Recursos humanos.

Estilos al tomar decisiones

Cada persona tiene características únicas que influyen en cómo resuelve un problema. Por ejemplo, un gerente creativo tolerará bien la incertidumbre y ofrecerá muchas opciones rápidamente.

La toma de decisiones es el proceso de definir problemas, recopilar datos, generar opciones y elegir un camino a seguir. Para tomar una decisión, es necesario conocer, comprender y analizar el problema.

Las personas difieren en dos aspectos al tomar decisiones:

  • Forma de pensar: Algunas personas son más lógicas y racionales, procesando la información paso a paso. Otras son más creativas e intuitivas, viendo el panorama completo.
  • Tolerancia a la ambigüedad: Algunas personas necesitan mucha coherencia y orden en la información (baja tolerancia a la ambigüedad). Otras pueden procesar mucha información a la vez, aceptando la incertidumbre (alta tolerancia a la ambigüedad).

Basándose en estas dos dimensiones, Stephen P. Robbins desarrolló cuatro estilos para tomar decisiones:

Estilo directivo

Las personas con este estilo son muy lógicas y toman decisiones rápidas, enfocadas en el corto plazo. Necesitan poca información y evalúan pocas opciones. Tienen baja tolerancia a la ambigüedad.

Estilo analítico

Estas personas necesitan más información y analizan más opciones antes de decidir. Son racionales y tienen una mayor tolerancia a la ambigüedad que los directivos. Se adaptan bien a situaciones únicas.

Estilo conceptual

Las personas con este estilo tienen una gran tolerancia a la ambigüedad y un pensamiento intuitivo. Pueden procesar mucha información desde una perspectiva amplia y buscan soluciones creativas a largo plazo.

Estilo conductual

Este estilo se caracteriza por un pensamiento intuitivo y baja tolerancia a la ambigüedad. Estas personas trabajan bien con otros, aceptan sugerencias y se preocupan por sus compañeros. La aceptación de los demás es importante para ellos.

Aunque estos estilos son diferentes, una persona puede tener características de varios estilos para tomar mejores decisiones en distintas situaciones.

Situaciones para decidir

Las situaciones en las que tomamos decisiones se clasifican según cuánto conocemos y controlamos las variables del problema. La decisión final dependerá de estas variables.

Ambiente de certeza

En este ambiente, conocemos todo sobre el problema. Tenemos información exacta y confiable sobre el resultado de cada opción. Al decidir, solo tenemos que elegir la opción que nos dé el mayor beneficio. Por ejemplo, un comprador de una imprenta que busca papel al mejor precio y servicio, tiene toda la información de los proveedores y solo debe elegir el mejor.

Ambiente de riesgo

Aquí, tenemos información completa para solucionar el problema y conocemos las posibles soluciones. Sin embargo, no estamos seguros del resultado exacto de cada opción, aunque podemos estimar la probabilidad de que ocurra. Se pueden usar modelos matemáticos o probabilidades (objetivas, basadas en hechos, o subjetivas, basadas en opiniones).

Ambiente de incertidumbre

En este caso, tenemos poca información para tomar la decisión y no controlamos la situación. No sabemos cómo pueden variar las cosas ni la interacción de las variables. Podemos plantear opciones, pero no podemos asignar una probabilidad a sus resultados. Hay dos tipos:

  • Estructurada: No sabemos qué ocurrirá entre varias opciones, pero sí conocemos las posibilidades.
  • No estructurada: No sabemos qué puede ocurrir ni las probabilidades de las soluciones. Desconocemos totalmente lo que pasará.

Pasos para tomar una decisión

El proceso de toma de decisiones se puede dividir en varias etapas:

Identificar y analizar el problema

Primero, debemos entender la situación actual y cómo nos gustaría que fuera. Esto significa encontrar el problema y reconocer que necesitamos tomar una decisión. Es importante ser objetivo y escuchar las ideas de los demás para encontrar una solución en grupo. La información que obtenemos debe ser variada y relevante.

Identificar los criterios de decisión y darles importancia

Aquí, identificamos los aspectos importantes para tomar la decisión. Luego, les damos un valor según su importancia, ya que no todos los criterios son igual de relevantes. A veces, hacemos esto sin darnos cuenta, pero en decisiones complejas, es útil explicitarlos.

Definir la prioridad del problema

La prioridad se basa en el impacto que el problema puede tener y la urgencia para resolverlo. El impacto describe el daño potencial, y la urgencia es el tiempo que tenemos para evitarlo o reducirlo.

Generar opciones de solución

Consiste en pensar en diferentes formas de resolver el problema. Cuantas más opciones tengamos, más probable será encontrar una buena solución. Sin embargo, demasiadas opciones pueden dificultar la elección. La creatividad es clave en esta etapa, usando técnicas como la lluvia de ideas.

Evaluar las opciones

En este paso, analizamos cada posible solución. Miramos sus ventajas y desventajas, tanto individualmente como en comparación con las otras opciones, usando los criterios que definimos antes. La exactitud de esta evaluación dependerá del ambiente en el que se tome la decisión (certeza, riesgo o incertidumbre).

Seleccionar la mejor opción

Aquí elegimos la opción que, según nuestra evaluación, dará los mejores resultados. Podemos buscar:

  • Maximizar: Tomar la mejor decisión posible.
  • Satisfacer: Elegir la primera opción que sea aceptable y cumpla un objetivo.
  • Optimizar: Elegir la que logre el mejor equilibrio entre diferentes metas.

Aplicar la decisión

Es el momento de poner en práctica la decisión que tomamos. Al hacerlo, es posible que surjan nuevas decisiones más pequeñas.

Evaluar los resultados

Después de aplicar la decisión, debemos ver si el problema se solucionó o no. Si el resultado no es el esperado, hay que ver si necesitamos más tiempo o si la decisión no fue la correcta. Si no fue acertada, debemos empezar el proceso de nuevo, pero esta vez con más información y conociendo los errores anteriores.

Los procesos de decisión están en constante cambio. Las decisiones que tomamos a menudo necesitan ser modificadas debido a la evolución de la situación o la aparición de nuevas variables.

Procesos de pensamiento en la toma de decisiones

Al tomar decisiones, usamos varios procesos de pensamiento:

  • Observación: Analizar el objetivo, examinar con atención.
  • Comparación: Buscar semejanzas o diferencias entre las opciones.
  • Codificación: Entenderse a uno mismo y clarificar los valores.
  • Organización: Elegir el camino más responsable, evaluando opciones.
  • Clasificación: Ordenar las cosas por categorías.
  • Resolución: Poner en práctica la decisión.
  • Evaluación: Analizar y reflexionar sobre los resultados.
  • Retroalimentación (feedback): Compartir observaciones y sugerencias para mejorar. Esto debe ser en todas direcciones, no solo de arriba hacia abajo.

La información es clave

La información es la base de la toma de decisiones. Sin ella, no podemos evaluar las opciones ni crear nuevas. En las organizaciones, donde se toman decisiones constantemente, la información es muy valiosa.

Para procesar los datos y convertirlos en información útil, se usan sistemas de información, como la contabilidad. También existen sistemas especiales llamados sistemas de soporte a decisiones que ayudan en este proceso.

Errores comunes al decidir (sesgos cognitivos)

Los sesgos cognitivos son patrones de pensamiento involuntarios que pueden dificultar la toma de decisiones y llevarnos a errores. Algunos ejemplos son:

  • Sesgo de confirmación: Es la tendencia a interpretar la nueva información de acuerdo con lo que ya creemos. Así, rechazamos los datos que no coinciden con nuestras ideas previas.
  • Sesgo de autoridad: Es creer que los consejos de los expertos son verdades absolutas, o seguir a la autoridad incluso cuando lo que dicen no tiene sentido.
  • Pensamiento de grupo: Ocurre cuando un grupo toma una decisión por consenso, pero algunas personas no están de acuerdo y evitan expresar sus objeciones. Esto puede ser por miedo a la crítica o al rechazo.
  • La adaptación hedonista: Después de cambios importantes en la vida (buenos o malos), nuestro nivel de bienestar tiende a estabilizarse. Esto puede llevarnos a tomar decisiones equivocadas debido a un estado emocional temporal.
  • Efecto halo: Sucede cuando una cualidad positiva de algo o alguien nos hace pensar que otras cualidades también son buenas, aunque no estén relacionadas. Por ejemplo, si alguien es muy guapo, podemos pensar que también es inteligente. En el marketing, se usa para influir en los consumidores.
  • Disonancia cognitiva: Es cuando lo que una persona se propone y la decisión que toma no coinciden. Es como un autoengaño. Por ejemplo, si alguien compra algo que no le gusta, pero lo elogia a sus amigos para no admitir su error. Esto puede afectar la capacidad de tomar decisiones adecuadas.

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Decision-making Facts for Kids

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Toma de decisiones para Niños. Enciclopedia Kiddle.