Decisión por consenso para niños
La decisión por consenso es una forma especial de tomar decisiones en grupo. No solo busca que la mayoría esté de acuerdo, sino que también intenta resolver o reducir las preocupaciones de las personas que no están totalmente de acuerdo. El objetivo es llegar a la mejor decisión posible para todos. La palabra "consenso" puede significar un acuerdo general o el proceso para llegar a ese acuerdo. En este artículo, nos enfocaremos en el proceso.
Contenido
¿Para qué sirve la decisión por consenso?
Se dice que el verdadero consenso significa que se satisfacen las necesidades de todos. Este método busca que las ideas de cada persona sean escuchadas, en lugar de que solo hablen los grupos más grandes. También ayuda a encontrar soluciones nuevas y creativas, porque combina diferentes ideas y trata de que nadie se oponga demasiado. Es muy popular en grupos donde las personas participan por voluntad propia, y las decisiones se toman cuando casi todos están de acuerdo.
La decisión por consenso es útil cuando no se puede obligar a nadie a seguir una decisión. Es como si cada persona decidiera lo mismo por su cuenta. También se usa en grupos donde los participantes tienen conocimientos diferentes, pero trabajan juntos para un mismo objetivo. Por ejemplo, en equipos que diseñan proyectos de tecnología, donde se necesitan las ideas de muchas personas con distintas especialidades.
A diferencia de otros métodos donde la mayoría decide sin consultar a la minoría, en el consenso se toman en cuenta las opiniones de todos. A veces se piensa que el consenso lleva más tiempo y esfuerzo. Por eso, algunos grupos lo usan solo para decisiones muy importantes, complicadas o arriesgadas. Sin embargo, muchos grupos logran usar el consenso de forma eficiente, considerando las opiniones de todos y tomando decisiones a tiempo.
Principios clave del consenso
En lugar de solo elegir entre opciones ya conocidas, debatir un poco, votar y aceptar o rechazar por mayoría (como más del 50% o dos tercios), el proceso de consenso implica:
- Identificar y hablar sobre las preocupaciones de todos.
- Crear nuevas opciones.
- Combinar ideas de varias opciones.
- Asegurarse de que todos entiendan bien la propuesta.
Este método da voz a las minorías, a quienes les cuesta expresar sus objeciones y a quienes no son tan buenos debatiendo. Por eso, la decisión por consenso puede verse como una forma de fortalecer la participación de todos.
Los grupos que buscan que el poder esté más repartido y que haya menos líderes, a menudo usan el consenso. Estos métodos pueden reducir el daño o las dificultades que sufren las minorías o las personas individuales. El consenso es adecuado cuando los miembros del grupo sienten que hay mucho en juego, cuando la confianza no es muy alta y cuando hay tiempo para hablar mucho. También puede ayudar a cambiar formas de tomar decisiones que se basan en la costumbre o en que alguien manda.
Como en cualquier decisión de grupo, el consenso puede dejar fuera a quienes no están presentes en el debate, ya que no pueden aportar ideas a las nuevas propuestas. Por eso, la mayoría de los sistemas de consenso ponen mucho énfasis en que todos participen.
Hay tres aspectos importantes que definen un tipo específico de decisión por consenso:
- El nivel de acuerdo que se necesita.
- El tiempo que se dedica a presentar y discutir los temas, separando lo urgente de lo importante.
- La rapidez con la que se actúa después de la decisión, incluyendo cómo se manejan las opiniones diferentes y si las propuestas de la mayoría tienen prioridad sobre las objeciones de la minoría.
También es importante el papel del facilitador, que ayuda a guiar el proceso.
¿Qué pasa si no hay un acuerdo total?
Un buen proceso de consenso anima a que las diferencias se expresen rápidamente, para poder incluir las opiniones de las minorías. A menudo, se le da un papel especial a la persona que no está de acuerdo. Por ejemplo, en el Vaticano, antes se asignaba a un sacerdote el papel de "promotor fidei" (abogado del diablo) para que argumentara en contra de la beatificación de un santo, asegurando que se escucharan todos los puntos de vista. Después de la decisión, la minoría que no estuvo de acuerdo puede tener un papel en el seguimiento de lo decidido.
Muchos grupos ven el acuerdo total como una señal de unidad. Sin embargo, a veces un acuerdo total puede significar que hubo presión, miedo, que alguien fue muy convincente, que no se entendieron bien las opciones o simplemente que la gente se cansó de debatir. Cuando hay dudas sobre un acuerdo total, se pueden usar otras opciones:
- Acuerdo casi total (U-1): Requiere que todos menos una persona apoyen la decisión. Esa persona que no está de acuerdo no puede bloquear la decisión, aunque puede alargar el debate. Esta persona puede seguir de cerca las consecuencias de la decisión, y su opinión sobre los resultados puede ser importante en el futuro.
- Acuerdo casi total (U-2): No permite que dos personas bloqueen la decisión, pero es más fácil que se oculte el debate de una sola persona. Las dos personas que no están de acuerdo pueden presentar ideas diferentes sobre lo que está mal en la decisión. Al enfocarse en un par de personas que no están de acuerdo, este sistema tiende a fortalecer las relaciones entre quienes se sienten solos. Si el par no logra convencer a una tercera persona para que se les una en un "bloque de desacuerdo" en un tiempo determinado, se considera que sus argumentos no son muy fuertes.
- Acuerdo casi total (U-3): Este sistema reconoce que tres o más personas pueden bloquear activamente una decisión. Sin embargo, hay debate sobre si un grupo pequeño de personas que no están de acuerdo es diferente de una minoría más grande. Por eso, U-3 y niveles menores de acuerdo total suelen combinarse con medidas estadísticas, como el 80% de acuerdo, dos tercios o más de la mitad (mayoría). Estas medidas no encajan con la definición de consenso que dimos al principio.
El tiempo en el consenso
La calidad de las opciones que se consideran es mejor cuanto más tiempo se dedica a reunirlas, compararlas y combinarlas. El término "democracia deliberativa" se refiere a la reflexión profunda que hay detrás de una buena decisión por consenso.
Un ejemplo de esto se encuentra en la novela El Señor de los Anillos de J. R. R. Tolkien: los ents, que son árboles vivientes muy viejos y sabios, pasan días discutiendo en su idioma especial si deben ir a la guerra. Este es un ejemplo de una decisión con grandes peligros y riesgos personales, donde no se puede obligar a nadie; por lo tanto, el método de consenso es adecuado.
Tomar decisiones a tiempo es importante. A veces, una decisión equivocada tomada a tiempo puede ser mejor que una buena decisión tomada demasiado tarde. Las responsabilidades principales del facilitador en cualquier proceso de decisión, especialmente en el consenso, incluyen:
- Establecer cómo se ponen los temas en la agenda o cómo se les niega tiempo.
- Poner límites de tiempo para hacer cambios en la agenda (¿se puede cambiar la agenda durante la reunión?).
- Cuando hay tiempo suficiente, organizar la agenda y presentar los temas en el momento adecuado.
- Asegurarse de que los temas menos urgentes se traten en otro momento.
Para equilibrar lo urgente y lo importante, es común reservar tiempo suficiente para temas que no son urgentes, pero sí importantes (como el propio proceso de decisión, que debe cuidarse). El proceso de consenso tiende a acelerarse a medida que aumenta la confianza en la reunión, junto con el cansancio, la tolerancia individual y el costo de no estar de acuerdo. Poner los temas difíciles al principio tiende a alargar y acelerar la reunión, con el riesgo de que las decisiones importantes pero menos complejas no se traten bien al final.
Decidir cuándo dividir el grupo en equipos de trabajo, cómo manejar las agendas, cómo lidiar con los cambios en las agendas o cómo crear equipos de trabajo, son todos asuntos que requieren que el grupo dedique tiempo para equilibrar lo urgente y lo importante. Ningún proceso de toma de decisiones puede funcionar sin una atención cuidadosa a estos temas de procedimiento.
Acción, seguimiento y monitoreo
La acción es el objetivo de la decisión; sin acción, la decisión es solo una conversación. Los líderes militares, desde la antigüedad hasta hoy, han dicho que las órdenes no se cumplen si no son supervisadas personalmente por el comandante. Lo mismo ocurre con las decisiones de grupo, y quizás aún más.
Obviamente, la minoría que se opuso no hará un buen trabajo si tuviera que asegurarse de que la decisión se cumpla. Sin embargo, pueden asegurarse de que los problemas que surjan queden bien registrados y que se muestren las dificultades de su implementación. Un punto fundamental en el consenso es en qué punto de vista confiar y a quién dar tiempo para presentar su opinión.
La decisión por consenso es especialmente vulnerable a problemas, por lo que asignar los roles de acción, monitoreo (de la opinión original de la mayoría y la minoría hasta un momento futuro en que se debatan los resultados de ambas predicciones) y seguimiento (es decir, asegurar el apoyo del público después de que se ha tomado una decisión) son responsabilidades clave de los líderes en el consenso.
El papel del liderazgo
Además de estos factores, hay que considerar el aspecto práctico de la facilitación, que es el proceso de guiar al grupo.
El papel del facilitador en el consenso puede ser mucho más difícil que el de un líder en un proceso de mayoría simple, especialmente cuando los miembros del grupo no confían entre sí o usan técnicas para manipular. Para quien propone una idea, es difícil reducir las objeciones si hay desconfianza. Quienes se oponen de forma manipuladora pueden exagerar sus preocupaciones o negarse a negociar. Por estas razones, el consenso suele requerir confianza entre los participantes y un facilitador hábil y paciente, capaz de resumir el estado de una propuesta.
Un argumento en contra del consenso es que pocos facilitadores están dispuestos a dedicarse a guiar el proceso en lugar de promover sus propias ideas. Como lo describió Dee Hook sobre su papel en Visa International, era algo que casi nadie podía hacer bien y que a menudo era poco gratificante.
Sin embargo, las organizaciones que no tienen líderes fijos y que buscan la paz, la ecología y la justicia social, donde se construye la confianza y se anima a los participantes a aprender habilidades de facilitación, encuentran que el consenso es una herramienta práctica y poderosa. Un ejemplo de una organización importante que usa el consenso en sus decisiones es el Partido Alianza Verde.
Algunas organizaciones han dejado el consenso por la mayoría simple, pensando que no vale la pena la dificultad de construir el proceso para considerar formalmente todos estos factores. Creen que estos factores se pueden manejar mejor de forma informal (por ejemplo, hablando antes y después del debate) que con un proceso de consenso formal, que podría volverse demasiado rígido.
Antes de considerar cualquier proceso de consenso, un grupo debe pensar si es posible construir suficiente confianza entre los participantes y si están dispuestos a aprender habilidades de facilitación. También deben ver si es compatible con la forma en que funciona la organización. Por ejemplo, una organización donde un presidente controla las operaciones de forma jerárquica podría no ser compatible con el consenso, a menos que el presidente respete sinceramente el proceso.
También puede ser difícil para una organización que compite usar el consenso, ya que el consenso es un proceso de cooperación, no de competencia.
La promesa de la toma de decisión por consenso
En lugar de votar, las decisiones se toman al encontrar un "consenso espiritual". Este método fue desarrollado por una sociedad religiosa (los Cuáqueros) a principios del siglo XVII y se usa hasta hoy.
Los grupos anarquistas en la guerra civil española usaron la decisión por consenso. Los grupos anarquistas modernos usan el consenso principalmente como una herramienta para construir decisiones de forma colaborativa, más que solo para tomarlas.
Recientemente, ha habido un gran avance en la decisión por consenso. Por ejemplo, el consenso cuáquero se ha adaptado a muchas situaciones actuales. Además, varias comunidades intencionales han desarrollado procesos que son inclusivos y efectivos. A continuación, se detallan dos de estas formas de consenso:
Decisión cuáquera basada en consenso
El modelo usado por los cuáqueros es efectivo porque tiene una estructura sencilla que ayuda al grupo a llegar al consenso. Funciona bien en muchos ambientes porque da a todos la oportunidad de hablar y, al mismo tiempo, limita las posibles discusiones sin fin.
Los siguientes aspectos del modelo cuáquero pueden aplicarse eficazmente en cualquier proceso de consenso:
- Se comparten muchos puntos de vista e información hasta que el sentir del grupo se aclara.
- La discusión implica escuchar con atención y compartir información.
- Hay reglas que limitan cuántas veces se puede hablar para asegurar que todos sean escuchados.
- Las ideas y soluciones pertenecen al grupo; no se le da crédito a una sola persona.
- Las diferencias se resuelven hablando. El facilitador identifica los puntos en común y señala los desacuerdos para que se siga discutiendo a fondo.
- El facilitador resume lo que se ha dicho, pregunta si hay preocupaciones y propone una decisión.
- El grupo en su conjunto es responsable de la decisión, y la decisión pertenece al grupo.
- El facilitador puede darse cuenta si alguien se opone a la decisión de forma egoísta o sin pensar en el grupo.
- Se valoran las perspectivas de quienes se oponen.
La creencia en que todos somos parte de una misma humanidad y la capacidad de decidir juntos son claves en las decisiones cuáqueras por consenso. La meta es la unidad, no el acuerdo total. Asegurarse de que los miembros del grupo hablen una vez hasta que los demás sean escuchados fomenta la diversidad de pensamiento. El facilitador sirve al grupo en lugar de ser la persona a cargo. Al resumir el consenso que va surgiendo, los miembros pueden tener claridad en su decisión y, como sus puntos de vista han sido tomados en cuenta, es muy probable que la apoyen.
Uso de tarjetas de color
Algunas comunidades han usado el consenso con buenos resultados. En muchos casos, en grupos de convivencia, donde las decisiones deben tomarse en un tiempo limitado. Por lo tanto, la eficiencia es importante. Si el grupo realmente quiere tomar decisiones por consenso, se necesita un método efectivo. Una discusión abierta debe ser animada por un proceso que lleve a una buena decisión en un tiempo razonable y que tenga el apoyo de todos. Se han aplicado varias técnicas para lograr esto. Uno de estos métodos es el uso de tarjetas de color (verde, amarilla, roja).
En algunos grupos, las tarjetas se usan de dos maneras: una para la discusión y otra para la decisión.
Para la discusión
El miembro del grupo que desea hablar levanta una tarjeta.
- Una tarjeta verde significa "tengo algo que decir" o "tengo una pregunta". Cuando varias personas levantan una tarjeta verde, se les da la palabra en el orden en que la levantaron. Cada persona habla en su turno, de forma similar al consenso cuáquero.
- Una tarjeta amarilla significa "puedo aclarar" o "necesito que me aclaren" (sobre lo que se ha dicho).
- La tarjeta roja es una tarjeta de proceso. Cuando se levanta la tarjeta roja, se pide a los miembros que presten atención al proceso. Por ejemplo, alguien que levanta una tarjeta roja podría decir: "nos estamos saliendo del tema", "¿cuál es nuestro objetivo al hacer esto?" o "¿qué les parece si tomamos un descanso?". Esto da a todos los miembros la misma oportunidad de ser facilitadores.
Para la decisión
Después de la discusión, el facilitador presenta una propuesta y pide que muestren sus tarjetas.
- La tarjeta verde significa: "estoy de acuerdo".
- La tarjeta amarilla significa: "me abstengo" (no me opongo, pero no lo apoyo).
- La tarjeta roja significa: "no estoy de acuerdo, pero estoy dispuesto a trabajar para encontrar una forma mejor, tomando en consideración lo que han dicho otros miembros del grupo". De esta manera, levantar una tarjeta roja no detiene el proceso, sino que significa que la persona que la levanta trabajará con los demás en el tema para presentarlo en una reunión posterior. Esto asegura que las tarjetas rojas no se usen a la ligera.
Si el grupo acepta aplicar métodos como estos, y si todos los miembros del grupo están dispuestos a trabajar en ello, la decisión por consenso puede ser efectiva para alcanzar las metas del grupo y eficiente en tiempo.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Consensus decision-making Facts for Kids