Henry Dunant para niños
Datos para niños Jean-Henri Dunant |
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Información personal | ||
Nacimiento | 8 de mayo de 1828 Ginebra ![]() |
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Fallecimiento | Heiden![]() 30 de octubre de 1910 |
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Sepultura | Friedhof Sihlfeld y Grave of Henry Dunant | |
Residencia | Culoz, Ginebra, Heiden, París y Stuttgart | |
Nacionalidad | Suiza | |
Religión | Evangélica | |
Familia | ||
Padres | Antoinette Dunant-Colladon Jean-Jacques Dunant |
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Educación | ||
Educado en | Collège Calvin | |
Información profesional | ||
Ocupación | Activista, escritor, empresario | |
Conocido por | Fundador de la Cruz Roja | |
Empleador | Compagnie genevoise des colonies suisses | |
Obras notables | Un recuerdo de Solferino | |
Distinciones | Premio Nobel de la Paz en 1901. | |
Firma | ||
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Henri Dunant, cuyo nombre completo era Jean-Henri Dunant, fue un importante empresario y humanista suizo. Nació en Ginebra el 8 de mayo de 1828 y falleció en Heiden, Suiza, el 30 de octubre de 1910. Es muy conocido por haber recibido el primer Premio Nobel de la Paz en 1901, junto con Frédéric Passy.
Dunant fue testigo de las terribles consecuencias de la batalla de Solferino en Italia. Esta experiencia lo conmovió profundamente y lo llevó a escribir el libro Un Recuerdo de Solferino. En este libro, propuso una idea revolucionaria: crear un grupo de voluntarios para ayudar a los heridos en las guerras, sin importar de qué lado fueran.
En 1863, sus ideas fueron escuchadas por la Sociedad Ginebrina de Utilidad Pública. Junto a otras personas importantes como Gustave Moynier, Guillaume-Henri Dufour, Louis Appia y Théodore Maunoir, fundó el "Comité Internacional y Permanente de Socorro a los militares heridos en tiempos de guerra". Este comité, en 1876, cambió su nombre a Comité Internacional de la Cruz Roja. Un año después, en 1864, se redactó la Convención de Ginebra, un acuerdo internacional basado en las ideas humanitarias de Dunant.
Contenido
¿Quién fue Henri Dunant?
Los primeros años de Henri Dunant
Henri Dunant nació el 8 de mayo de 1828 en Ginebra, Suiza. Fue el hijo mayor de Jean-Jacques Dunant y Antoinette Nancy Colladon. Su familia era muy religiosa y respetada en la sociedad de Ginebra.
Sus padres le enseñaron la importancia de ayudar a los demás. Su padre apoyaba a huérfanos y personas que salían de prisión, mientras que su madre cuidaba a los enfermos y a los pobres. Una visita a Toulon, donde vio el sufrimiento de los prisioneros, marcó mucho al joven Dunant.
Educación y voluntariado
Dunant creció en un ambiente de gran interés por la religión y la ayuda social. A los dieciocho años, se unió a la Sociedad Ginebrina de las Almas. Un año después, con amigos, creó la "Asociación del Jueves". Este grupo de jóvenes se reunía para estudiar la Biblia y ayudar a los necesitados. Dedicaba mucho tiempo a visitar prisiones y a realizar trabajo social.
En 1852, fundó la sección de Ginebra de lo que más tarde sería la "Asociación Cristiana de Hombres Jóvenes" (YMCA). Tres años después, participó en la reunión de París donde se fundó la organización internacional de la YMCA y ayudó a redactar sus reglas.
A los 21 años, tuvo que dejar el Collège Calvin por sus bajas calificaciones. Comenzó a trabajar como aprendiz en un banco llamado Lullin et Sautter de Beauregard, donde continuó como empleado después de su aprendizaje.
Viajes y negocios en África
En 1853, Dunant viajó a Argelia, Túnez y Sicilia por encargo de una empresa. A pesar de su poca experiencia, logró su misión con éxito. Inspirado por este viaje, escribió su primer libro, Relato de la Regencia en Túnez, publicado en 1858.
En 1856, creó su propio negocio para operar en colonias extranjeras. Obtuvo tierras en Argelia, que estaba bajo control francés, y fundó una empresa agrícola llamada "Compañía financiera e industrial de los Molinos de Mons-Djémila". Sin embargo, tuvo problemas con la asignación de tierras y agua, y las autoridades coloniales no le ayudaron mucho.
Para resolver estos problemas, Dunant decidió hablar directamente con el emperador francés Napoleón III. En ese momento, Napoleón III estaba con su ejército en Lombardía, Italia, luchando junto a Piamonte-Cerdeña contra Austria. El cuartel de Napoleón estaba en la pequeña ciudad de Solferino. Dunant había escrito un libro elogiando a Napoleón III y viajó a Solferino para entregárselo en persona.
La Batalla de Solferino y sus consecuencias
El impacto de la batalla
Dunant llegó a Solferino la tarde del 24 de junio de 1859. Ese mismo día, se había librado una gran batalla entre los ejércitos de Austria y los de Francia y Piamonte-Cerdeña. El resultado fue terrible: 38.000 soldados heridos, moribundos o muertos quedaron en el campo de batalla, y casi nadie los ayudaba.
Impresionado por esta situación, Dunant tomó la iniciativa. Organizó a la gente del pueblo, especialmente a las mujeres y jóvenes, para que ayudaran a los soldados heridos y enfermos. Como no tenían suficientes materiales, Dunant compró lo necesario y ayudó a montar hospitales improvisados.
Convenció a la gente de que ayudaran a todos los heridos, sin importar de qué bando fueran, con el lema Tutti fratelli (Todos somos hermanos). También logró que liberaran a médicos austriacos que habían sido capturados por los franceses. Se dice que Dunant fue quien ideó el concepto del botiquín de primeros auxilios.
La fundación de la Cruz Roja
Ideas humanitarias y neutralidad
Al regresar a Ginebra a principios de julio, Dunant decidió escribir un libro sobre lo que había vivido. Lo llamó Un souvenir de Solferino y lo publicó en 1862, pagando él mismo la impresión de 1.600 copias. En el libro, describió la batalla, sus costos humanos y el caos que siguió. También propuso la idea de crear una organización neutral para cuidar a los soldados heridos en el futuro. Distribuyó su libro a muchos líderes políticos y militares de Europa.
Dunant empezó a viajar por Europa para promover sus ideas. Su libro fue muy bien recibido. El presidente de la Sociedad Ginebrina de Utilidad Pública, Gustave Moynier, hizo que el libro y sus propuestas fueran el tema principal de una reunión el 9 de febrero de 1863. Las ideas de Dunant fueron estudiadas y valoradas positivamente.
Crearon un comité de cinco personas para investigar cómo llevar a cabo estas ideas, y Dunant fue uno de sus miembros. Los otros integrantes fueron Gustave Moynier, el general suizo Guillaume-Henri Dufour, y los médicos Louis Appia y Théodore Maunoir.
El Comité Internacional de la Cruz Roja
La primera reunión de este comité fue el 17 de febrero de 1863. Esta fecha se considera hoy el día de la fundación del Comité Internacional de la Cruz Roja. Desde el principio, Moynier y Dunant tuvieron algunas diferencias en sus ideas. Moynier pensaba que la idea de Dunant de proteger a los cuidadores de forma neutral era imposible de lograr y le aconsejó no insistir en ello.
Sin embargo, Dunant siguió defendiendo su postura en sus viajes y conversaciones con políticos y militares importantes. Esto causó tensiones entre Moynier, que era más práctico, y Dunant, que era más idealista. En 1876, este comité se convirtió oficialmente en el Comité Internacional de la Cruz Roja.
La Conferencia de Ginebra y la Convención
Entre el 26 y el 29 de octubre de 1863, catorce países participaron en una reunión en Ginebra, organizada por el comité, para mejorar la atención a los soldados heridos. Dunant tuvo un papel más protocolario en esta reunión, debido a los esfuerzos de Moynier por reducir su participación.
Un año después, en 1864, una conferencia diplomática organizada por el Parlamento suizo llevó a la firma de la primera Convención de Ginebra por doce países. Dunant, una vez más, se encargó principalmente de organizar el alojamiento de los asistentes.
La expansión de la Cruz Roja
Dunant escribió artículos y dio discursos sobre la lucha por la libertad de los esclavos en los Estados Unidos de América. También tuvo la idea de crear una biblioteca mundial, una idea que la Unesco retomaría un siglo después. Entre sus ideas visionarias, también pensó en la creación de un Estado de Israel.
Dunant se dedicaba tanto a sus ideas que descuidó sus propios asuntos económicos, lo que lo llevó a endeudarse. Por ello, la gente de su entorno empezó a evitarlo. Incluso el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, que crecía con la fundación de sociedades nacionales en muchos países, casi lo olvidó. Sin embargo, las sociedades de Austria, Holanda, Suecia, Prusia y España lo nombraron miembro honorario.
La guerra franco-prusiana y los cambios políticos en Francia afectaron mucho la vida de Dunant. Se retiró aún más de la vida pública y se volvió muy tímido hasta el final de sus días.
Henri Dunant, como miembro de la francmasonería, hizo un llamado a todos los masones del mundo para que ayudaran a difundir la Cruz Roja. Así, su mensaje llegó a lugares lejanos como Argentina, donde el doctor Guillermo Rawson fundó la Cruz Roja Argentina en junio de 1880.
Un período de olvido y su regreso
Años difíciles
Entre 1874 y 1886, Dunant vivió solo y con problemas económicos. Residió en varias ciudades como Stuttgart, Roma, Corfú, Basilea y Karlsruhe. Se sabe poco de su vida en este tiempo. Recibió ayuda económica de algunos amigos y realizó trabajos ocasionales que le permitieron sobrevivir. Entre quienes lo apoyaron estaban el banquero americano Charles Bowles y el empresario alsaciano Jean-Jacques Bourcart.
Léonie Kastner-Boursault, viuda de un compositor, también ayudó a Dunant en momentos difíciles. Por ejemplo, le encargó vender un instrumento musical llamado pirófono. Aunque Dunant no tuvo mucho éxito, esta actividad y un largo viaje a Italia con Kastner-Boursault le permitieron no vivir en la pobreza. En Stuttgart, en 1877, conoció a un estudiante llamado Rudolf Müller, con quien hizo amistad.
Retiro en Heiden

En 1881, Dunant visitó por primera vez Heiden, una ciudad en el cantón de Appenzell Rodas Exteriores, en compañía de amigos de Stuttgart. En 1887, mientras vivía en Londres, recibía una pequeña ayuda económica mensual. Con un estilo de vida sencillo, logró establecerse definitivamente en julio de ese año en el hotel Paradies en Heiden.
Cuando la familia dueña del hotel lo vendió, Dunant se mudó a la cercana localidad de Trogen. Desde finales de 1890, vivió en el hotel Lindenbühl, pero no se sentía cómodo allí. Después de más de un año, regresó a Heiden y, a partir del 30 de abril de 1892, vivió en el Hospital del Distrito de Heiden, dirigido por el doctor Hermann Altherr. En los años siguientes, se retiró por completo, dedicando sus noches a pensamientos profundos y visiones.
Dunant eligió Heiden por su tranquilidad y su reputación como lugar de descanso. El lago Constanza le recordaba a su ciudad natal, Ginebra. Poco después de llegar, se hizo amigo del joven maestro Wilhelm Sonderegger y su esposa Susanna.
Bajo la influencia de Sonderegger, Dunant comenzó a escribir sus memorias. Susanna le sugirió crear una sección de la Cruz Roja en Heiden, una idea que inspiró mucho a Dunant. En 1890, fue nombrado presidente honorario de la sección fundada el 27 de febrero de ese año. Tenía grandes esperanzas en la amistad con Sonderegger para difundir sus ideas, especialmente a través de una nueva edición de su libro. Sin embargo, esta amistad se vio afectada por acusaciones injustificadas de Dunant hacia Sonderegger.
A pesar de las críticas, la admiración de Sonderegger por Dunant se mantuvo. La muerte temprana de su amigo en 1904, a los 42 años, entristeció mucho a Dunant, a pesar de las tensiones entre ellos. Más tarde, los escritos de Dunant pasaron a manos del hijo de Sonderegger, Hans Konrad Sonderegger, y luego a su hermano René Sonderegger, quien publicó las cartas heredadas de su padre en 1935.
El regreso a la fama
En septiembre de 1895, Georg Baumberger, editor de un periódico, escribió un artículo sobre el fundador de la Cruz Roja. Lo había conocido y conversado con él en Heiden un mes antes.
El artículo, titulado "Henri Dunant, el fundador de la Cruz Roja", apareció en una revista alemana y pronto fue publicado en otras revistas por toda Europa. El artículo atrajo mucha atención, y Dunant recibió apoyo y reconocimiento. Recibió el Premio suizo Binet-Fendt y una nota del papa León XIII. El apoyo de la zarina rusa María Fiódorovna Románova y otras donaciones mejoraron mucho su situación económica.
En 1897, Rudolf Müller, el maestro que era amigo de Dunant, escribió un libro sobre los orígenes de la Cruz Roja. En este libro, Müller destacó el papel de Dunant, corrigiendo la historia oficial. El libro también incluía el texto de Un souvenir de Solferino. Dunant comenzó a intercambiar cartas con Bertha von Suttner y escribió muchos artículos. También se dedicó a escribir sobre los derechos de las mujeres y, en 1897, ayudó a fundar la organización femenina "Cruz Verde".
El Premio Nobel de la Paz
En 1901, Dunant recibió el primer Premio Nobel de la Paz. Se le otorgó por su papel en la fundación del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y por iniciar la Convención de Ginebra. El médico militar noruego Hans Daae, quien había leído el libro de Rudolf Müller, defendió la candidatura de Dunant ante el comité del Nobel.
Compartió el premio con el pacifista francés Frédéric Passy, fundador de la Liga de la Paz. Las felicitaciones oficiales que recibió del Comité Internacional finalmente reconocieron la importancia de Dunant:
- «No hay hombre alguno que merezca más este honor, pues fue usted, hace cuarenta años, quien puso en marcha la organización internacional para el socorro de los heridos en el campo de batalla. Sin usted, la Cruz Roja, el supremo logro humanitario del siglo XIX probablemente nunca se hubiera obtenido».
Moynier y el Comité Internacional también habían sido nominados para el premio. Aunque Dunant tuvo mucho apoyo, su candidatura fue un poco controvertida. Algunos pensaban que la Cruz Roja y la Convención de Ginebra hacían que la guerra pareciera menos terrible al reducir el sufrimiento.
Por eso, Rudolf Müller sugirió al comité que el premio se dividiera entre Dunant y Passy. Müller también dijo que, si se le daba un premio a Dunant, debía ser de inmediato debido a su edad avanzada y su mala salud.
Al dividir el premio entre un pacifista como Passy y un humanitario como Dunant, el Comité Nobel sentó un precedente para el Premio Nobel de la Paz. Una parte del testamento de Nobel decía que el premio debía ser para alguien que trabajara para reducir los ejércitos o promover la paz, lo que hacía a Passy una elección lógica. Sin embargo, otra parte del testamento hablaba de promover la "hermandad de los pueblos", lo que podía incluir el trabajo humanitario de Dunant. Muchos futuros ganadores del Premio Nobel de la Paz encajarían en una de estas dos categorías.
Hans Daae logró depositar la parte del premio de Dunant, 104.000 francos suizos, en un banco noruego para que sus acreedores no pudieran tomarlo. Dunant nunca gastó ese dinero en vida.
Fallecimiento y legado
En los años siguientes, Dunant recibió muchos otros premios. En 1903, la Facultad de Medicina de la Universidad de Heidelberg le otorgó un doctorado honorario. Vivió en la residencia de ancianos de Heiden hasta su muerte. En sus últimos años, sufrió de tristeza y desconfianza hacia sus acreedores y Moynier.
A veces, Dunant pedía que el cocinero de la residencia probara su comida primero, por miedo a ser envenenado. Aunque mantuvo sus creencias cristianas, en sus últimos años criticó el calvinismo y la religión organizada en general.
Según sus cuidadores, lo último que hizo fue enviar una copia del libro de Müller a la reina de Italia con una dedicatoria personal. Murió el 30 de octubre de 1910, a los 82 años, dos meses después de Moynier. A pesar del Premio Nobel, nunca se reconciliaron.
Según sus deseos, fue enterrado sin ceremonia en el Cementerio Sihlfeld en Zúrich. En su testamento, dejó dinero para asegurar una "cama libre" en la residencia de Heiden para un ciudadano pobre de la región. También legó dinero a amigos y organizaciones de caridad en Noruega y Suiza. El resto de sus fondos se destinaron a pagar parte de sus deudas. Su incapacidad para saldar todas sus deudas fue algo que le preocupó mucho hasta el final.
Homenajes a Henri Dunant
- El 8 de mayo, día de su nacimiento, se celebra el Día Mundial de la Cruz Roja y la Media Luna Roja.
- El edificio donde vivió en Heiden es ahora el "Museo Henri Dunant".
- En Ginebra y otras ciudades, muchas calles, plazas y escuelas llevan su nombre.
- La "Medalla Henri Dunant", que se entrega cada dos años, es la máxima condecoración de la Cruz Roja.
- En 2018, Google nombró "Dunant" a su primer cable submarino de fibra óptica privado entre Virginia Beach, Estados Unidos y Francia, en honor a este filántropo suizo.
Para saber más
- Cruz Roja
- Comité Internacional de la Cruz Roja
- Centro Henri Dunant
- Convenciones de Ginebra
- Derecho internacional humanitario
Véase también
En inglés: Henry Dunant Facts for Kids