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Concordia de Barcelona para niños

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Archivo:Princep carles de viana
Imagen del príncipe Carlos de Viana de un códice aragonés.

La Concordia de Barcelona fue un acuerdo importante que se firmó en Barcelona el 26 de enero de 1460. Este pacto buscaba la paz entre el rey Juan II de Aragón y su hijo, el príncipe Carlos de Viana. Ellos estaban en desacuerdo por la Guerra Civil de Navarra. Aunque el acuerdo los reconcilió por un tiempo, la paz no duró mucho. En diciembre de ese mismo año, el rey Juan II ordenó arrestar a Carlos de Viana, acusándolo de traición. Esto provocó un gran conflicto conocido como la revolución catalana de 1460-1461.

¿Qué pasó antes de la Concordia de Barcelona?

El conflicto en Navarra y los derechos del príncipe Carlos

Después de una tregua en la Concordia de Valladolid en 1453, la guerra en Navarra volvió a empezar. Un grupo llamado los beaumonteses, que apoyaba al príncipe Carlos de Viana, atacó San Juan de Pie de Puerto en 1455. Hubo otra batalla en Torralba entre los agramonteses (partidarios del rey Juan II) y los beaumonteses.

El rey Juan II se cansó de la situación y tomó una decisión muy importante: le quitó a Carlos de Viana y a su hermana Blanca sus derechos al trono de Navarra. En su lugar, se los dio a su tercera hija, Leonor, quien estaba casada con Gastón IV de Foix.

La búsqueda de apoyo de Carlos de Viana

Los beaumonteses siguieron apoyando a Carlos de Viana. Sin embargo, los refuerzos del conde de Foix para los agramonteses fueron muy importantes. Carlos de Viana se dio cuenta de que la mejor manera de defender sus derechos era salir de Navarra. Buscó ayuda en el rey de Francia y, sobre todo, en su tío, el rey de Aragón Alfonso el Magnánimo, que vivía en Nápoles.

Antes de irse en mayo de 1456, Carlos de Viana dejó a Juan de Beaumont a cargo del ejército y del gobierno. Juan de Beaumont siguió luchando por Carlos. En 1457, unas Cortes (asambleas) en Pamplona, convocadas por Juan de Beaumont, proclamaron a Carlos de Viana como rey de Navarra. Esto fue una respuesta a que las Cortes leales a Juan II habían confirmado a Leonor como heredera. Pero esta proclamación no tuvo mucho efecto, ya que el rey de Castilla, Enrique IV, no la apoyó.

El intento de mediación de Alfonso el Magnánimo

Carlos de Viana fue a la corte del rey Carlos VII de Francia, pero no consiguió su apoyo. Luego visitó al papa Calixto III en Roma, quien se mantuvo neutral. Finalmente, llegó a Nápoles en marzo de 1457. Allí, aceptó que Alfonso el Magnánimo fuera el mediador para resolver el conflicto con su padre.

El rey aragonés envió a Lluís Despuig, maestre de la Orden de Montesa, para que Juan II también aceptara la mediación. La misión de Despuig tuvo éxito. Juan II aceptó el arbitraje y se firmó una tregua de seis meses entre los dos bandos. Además, los beaumonteses retiraron la proclamación de Carlos de Viana como rey. Juan II también detuvo el proceso legal contra su hijo, esperando la decisión de Alfonso el Magnánimo. Sin embargo, Alfonso falleció el 27 de junio de 1458, antes de poder dar su fallo.

El regreso de Carlos de Viana

Después de la muerte de Alfonso el Magnánimo, Carlos de Viana viajó a Sicilia. Allí, el Parlamento siciliano le dio su apoyo y pidió a Juan II, que ahora era el nuevo rey de Aragón, que nombrara a Carlos de Viana como virrey de reino de Sicilia. Pero Juan II no aceptó y le ordenó a su hijo que regresara.

Carlos obedeció porque su padre le prometió que lo trataría como a su "hijo primogénito y sucesor". El 23 de julio de 1459, Carlos zarpó de Palermo hacia Mallorca, donde llegó el 20 de agosto. Allí esperó la respuesta de Juan II a su propuesta de reconciliación.

¿En qué consistió la Concordia de Barcelona?

En diciembre de 1459, se llegó a un acuerdo de reconciliación que se firmó en Barcelona el 26 de enero de 1460. Por eso se le conoce como la Concordia de Barcelona.

Según este acuerdo, Carlos de Viana se comprometía a devolver a su padre la parte de Navarra que aún estaba en manos de sus seguidores. A cambio, Carlos recibía el perdón personal y recuperaba el principado de Viana. Sin embargo, se le prohibía vivir en Navarra y en Sicilia. También se acordó liberar a los partidarios de Carlos que estaban presos, como Luis de Beaumont, y devolverles sus bienes y cargos. Los castillos y fortalezas serían gobernados por nobles de Aragón o Cataluña, no de Navarra.

El acuerdo no mencionaba el reconocimiento de Carlos como "primogénito" de Aragón, un título importante que él había usado desde la muerte de Alfonso el Magnánimo. Se cree que Juan II no quiso reconocer a Carlos como su primogénito porque prefería a su hijo menor, el infante Fernando, que había nacido de su segundo matrimonio con Juana Enríquez. Otros historiadores creen que fue una decisión política, ya que Juan II no confiaba en que Carlos pudiera gobernar bien junto a él.

¿Qué consecuencias tuvo la Concordia?

Un acuerdo frágil

Para el príncipe Carlos y sus seguidores, la Concordia de Barcelona fue un fracaso. Entregaron fortalezas y disolvieron su grupo sin recibir una oferta justa de su padre. Juan II envió a Lluís Despuig para tomar posesión de las villas y fortalezas que habían sido leales a Carlos, empezando por Pamplona, que se rindió siguiendo las instrucciones del príncipe. Esto dejó a Carlos sin poder frente a su padre.

A finales de marzo de 1460, Carlos de Viana dejó Mallorca y llegó a Barcelona, donde fue recibido con entusiasmo. El 14 de mayo, padre e hijo se reunieron en Igualada. Al día siguiente, entraron juntos en Barcelona, acompañados por la reina Juana Enríquez y el infante Fernando, que tenía ocho años.

Sin embargo, esta reconciliación fue solo superficial. Como no se le había reconocido su derecho a ser el primero en la línea de sucesión, Carlos de Viana empezó a buscar una alianza con el rey de Castilla, Enrique IV. Quería casarse con la hermana de Enrique, la infanta Isabel, que entonces tenía nueve años.

La detención de Carlos de Viana

En septiembre de 1460, Juan II convocó las Cortes catalanas en Lérida y pidió a su hijo que se reuniera con él. El rey quería que Carlos se casara con la princesa Catalina de Portugal para evitar su matrimonio con la infanta Isabel. Juan II se había enterado de los planes de Carlos gracias a un mensajero.

Durante su viaje a Lérida, Carlos de Viana se encontró con mensajeros del rey Enrique IV, quienes le confirmaron su apoyo a la alianza. Al mismo tiempo, personas cercanas a Carlos le decían que su padre quería quitarle el reino de Navarra y que incluso intentaba envenenarlo. Le aconsejaron ir a Castilla para desde allí iniciar una guerra y conseguir sus derechos a las coronas de Navarra y Aragón.

Los contactos de Carlos con los mensajeros castellanos y los rumores en su entorno llegaron a oídos del rey Juan II. Aunque al principio no creyó lo que le decían sus espías, finalmente tomó una decisión drástica: ordenó el arresto de Carlos de Viana. Esto ocurrió en Lérida el 2 de diciembre de 1460. También fue detenido su principal consejero. En esta decisión influyó mucho la reina Juana Enríquez, quien le mostró al rey dos supuestas cartas de Carlos que lo incriminaban. Juan II, que en ese momento tenía 62 años y estaba casi ciego por cataratas, no pudo verificar si las cartas eran realmente de su hijo.

La detención de Carlos de Viana fue un evento clave que llevó a la Revolución catalana de 1460-1461.

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