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Disputa de Barcelona para niños

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Archivo:Beit HaTfutzot 20162029-438
Representación de la Disputa de Barcelona, Museo de la Diáspora Judía
Archivo:Salo Tinell 20120309 14
Salón del Tinell, Palacio Real Mayor, donde tuvo lugar la discusión

La discusión de Barcelona fue un importante encuentro de ideas religiosas que ocurrió en el Palacio Real Mayor de Barcelona. Se llevó a cabo entre el 20 de julio y el 8 de agosto de 1263. Los protagonistas fueron un fraile dominico llamado Pablo Christiani (también conocido como Pau Cristià) y el rabino y pensador judío Nahmánides (cuyo nombre en hebreo era Moshé ben Nahmán, y se le conocía como Rambán).

¿Qué fue la Discusión de Barcelona?

Este evento fue una serie de sesiones donde se debatieron puntos de vista religiosos. El fraile Pablo Christiani, quien antes había sido rabino y se había unido a la orden dominica, creía haber encontrado en antiguos textos judíos (llamados midrashim) pruebas de que el Mesías ya había llegado. Él pensaba que las autoridades judías conocían esto y lo habían mantenido en secreto.

Con el apoyo del rey Jaime I de Aragón, se pidió la presencia de Nahmánides, quien era una de las figuras religiosas judías más importantes de su tiempo. Así, se organizaron estas sesiones para discutir las diferencias entre las dos religiones.

Preparación del encuentro

La discusión fue organizada por Raimundo de Peñafort, quien era el superior de Christiani y también el confesor del rey Jaime I. Christiani había estado compartiendo sus ideas con las comunidades judías en la región de Provenza. Él le aseguró al rey que podía demostrar la verdad de su fe usando textos judíos como el Talmud y otros escritos rabínicos.

Nahmánides aceptó la orden del rey, pero puso una condición importante: quería tener total libertad de expresión para hablar sin miedo. El rey Jaime I le garantizó esta libertad, lo que permitió que Nahmánides hablara con mucha honestidad. Esto hizo que la discusión fuera un verdadero intercambio sobre las diferencias fundamentales entre las dos creencias.

El rey Jaime I presidió algunas de las sesiones y participó activamente. También estuvieron presentes importantes líderes de las órdenes dominica y franciscana. Por el lado cristiano, participaron Raimundo de Peñafort, Raimundo Martí y Arnoldo de Segarra, junto con Pedro de Janua, líder de la orden franciscana en el reino. Nahmánides fue el único representante del lado judío. Las cuatro sesiones principales se llevaron a cabo los días 20, 27, 30 y 31 de julio de 1263.

Temas clave de la discusión

Aunque a menudo se describe como un debate abierto, este encuentro fue planeado cuidadosamente. Las reglas establecían que la discusión debía basarse solo en textos rabínicos. A diferencia de otros debates, el fraile Pablo no quería usar la Biblia cristiana ni argumentos de lógica. Su objetivo era demostrar que las propias fuentes judías reconocían las verdades principales de la fe cristiana.

Los temas principales que se discutieron fueron:

  • Si el Mesías ya había aparecido o no.
  • Si, según los textos sagrados, el Mesías era un ser divino o humano.
  • Si el Mesías estaba destinado a sufrir y morir.
  • Si con la llegada del Mesías, las leyes y costumbres judías habían perdido su validez, y por lo tanto, qué fe era la verdadera.

Estas ideas no eran nuevas, pero apoyarlas con citas de textos rabínicos sí lo era. Esta estrategia significaba que la fe cristiana no podía ser cuestionada directamente en la discusión. Para los cristianos, si el rabino ganaba, solo significaría que los textos rabínicos no podían usarse para probar sus creencias, lo cual no sería un gran problema. Pero si el fraile tenía éxito, sería un golpe muy fuerte para las comunidades judías en España y en toda Europa.

No se sabe con exactitud todo lo que ocurrió durante los cuatro días, ya que la información proviene de dos relatos diferentes y a veces contradictorios: uno cristiano y otro judío.

Frente a la acusación de ocultar la llegada del Mesías, Nahmánides respondió que para el judaísmo, el Mesías no había llegado porque no se habían cumplido las señales de las profecías. Por ejemplo, no había paz universal, los judíos no habían regresado a la tierra prometida y el Templo de Salomón no había sido reconstruido.

¿Había llegado el Mesías?

Basándose en varios pasajes de textos judíos antiguos (llamados agádicos), Christiani argumentó que los sabios fariseos creían que el Mesías había vivido en el tiempo del Talmud y que, por lo tanto, debían haber creído que el Mesías era Jesús.

Nahmánides respondió que las interpretaciones de Christiani eran incorrectas. Explicó que los rabinos no insinuarían que Jesús era el Mesías, sino que se oponían a esa idea. Él dijo: "¿Pretende decir que los sabios del Talmud creían en Jesús como el Mesías y que era tanto humano como divino, como afirman los cristianos? Sin embargo, se sabe que lo de Jesús ocurrió durante el período del Segundo Templo. Nació y fue ejecutado antes de la destrucción del Templo, mientras que los sabios del Talmud, como R. Akiba, aparecieron después de esta destrucción. Los que compilaron la Mishná, Rabbi y R. Nathan, vivieron muchos años después de la destrucción. Y R. Ashi, quien compiló el Talmud, vivió unos cuatrocientos años después de la destrucción. Si estos sabios creían que Jesús era el Mesías y que su fe era verdadera, y si escribieron estas cosas que el fraile Pablo usa para probar esto, entonces, ¿cómo permanecieron en la fe judía y en su práctica anterior? Porque fueron judíos, permanecieron en la fe judía toda su vida y murieron judíos, ellos y sus hijos y sus estudiantes que escucharon sus enseñanzas. ¿Por qué no se convirtieron a la fe de Jesús, como hizo el fraile Pablo? ... Si estos sabios creían en Jesús y en su fe, ¿cómo es que no hicieron lo que hizo el fraile Pablo, que entiende sus enseñanzas mejor que ellos mismos?"

Nahmánides también señaló que las promesas de la Era Mesiánica, un tiempo de paz y justicia universal, aún no se habían cumplido. Argumentó que desde la aparición de Jesús de Nazaret, el mundo seguía lleno de violencia e injusticia. Afirmó que las preguntas sobre el Mesías eran menos importantes para los judíos de lo que la mayoría de los cristianos imaginaban. Para los judíos, era más valioso seguir los mandatos de la Torá bajo un gobernante cristiano, incluso en el exilio y sufriendo dificultades, que bajo el Mesías, cuando todos seguirían la Ley por obligación.

¿Es el Mesías divino o humano?

Nahmánides demostró, usando muchas fuentes bíblicas y talmúdicas, que la creencia judía tradicional era diferente a lo que Christiani decía. Mostró que los profetas bíblicos veían al futuro Mesías como un ser humano, una persona de carne y hueso, sin atribuirle características divinas. Él comentó: "[... parece muy extraño que ...] el Creador del Cielo y la Tierra entrara en el vientre de una mujer judía, creciera allí durante nueve meses y naciera como un bebé, y luego creciera y fuera entregado a sus enemigos que lo condenaron a muerte y lo ejecutaron, y que luego ... resucitara y regresara a su lugar original. La mente de un judío, o la de cualquier otra persona, simplemente no puede aceptar estas afirmaciones. Si has escuchado toda tu vida a los sacerdotes que han llenado tu mente y tus pensamientos con esta doctrina, y se ha arraigado en ti por costumbre, [diría que si estuvieras escuchando estas ideas por primera vez, ahora, como adulto], nunca las habrías aceptado."

Según el relato de Nahmánides: El fraile Pablo dijo: "Aquí el pasaje de Isaías, capítulo 53, habla de la muerte del Mesías y cómo caería en manos de sus enemigos y cómo fue puesto junto a los malvados, como le sucedió a Jesús. ¿Crees que esta sección habla del Mesías?"

Nahmánides respondió: "En cuanto al verdadero significado de la sección, solo habla del pueblo de Israel, al que los profetas suelen llamar 'Israel mi siervo' o 'Jacob mi siervo'".

¿Cómo terminó la discusión?

Como se mencionó, la información sobre la discusión proviene de dos relatos diferentes. Uno es un texto corto en latín que dice que los cristianos ganaron por completo y que Nahmánides huyó. El otro es un relato mucho más detallado y emocionante en hebreo, escrito por el propio Nahmánides.

En su relato, Nahmánides se describe a sí mismo como alguien que desarmó todos los argumentos de su oponente usando textos rabínicos. También dice que no se limitó a las reglas y que a menudo discutió textos bíblicos, defendiendo la lógica de las ideas judías y la falta de lógica de algunas creencias cristianas. Según su propia versión, Nahmánides no solo refutó las afirmaciones de Christiani, sino que también señaló inconsistencias en la idea de la Divinidad cristiana. Algunas de sus frases incluso sugerían un futuro difícil para la cristiandad.

Nahmánides describió al fraile como torpe, mientras que él mismo se mostró como una persona culta e ingeniosa. Al rey lo presentó como un observador justo y objetivo. Según Nahmánides, los judíos de Barcelona, preocupados por la reacción de los dominicos ante sus críticas, le pidieron que se retirara. Pero el rey, a quien Nahmánides había informado de los miedos de los judíos, le pidió que continuara.

Algunos líderes religiosos, al ver cómo iba el debate, pidieron que terminara pronto. Por eso, la discusión nunca tuvo una conclusión oficial. El relato en latín dice que la discusión terminó porque Nahmánides huyó de la ciudad antes de tiempo. Sin embargo, según Nahmánides, él se quedó en Barcelona aproximadamente una semana después de que se suspendiera el debate. Quería estar presente en la Sinagoga Mayor de Barcelona, una de las sinagogas más antiguas de Europa, durante el siguiente Sabbat, cuando se iba a dar un sermón para intentar que los judíos cambiaran de fe.

El rey también asistió a la sinagoga y habló con los judíos allí, algo muy inusual en la Edad Media. Declaró que nunca antes había escuchado "una causa injusta tan noblemente defendida". A Nahmánides se le permitió responder en esa ocasión. Al día siguiente, Jaime I, quien no podía declarar ganador al rabino, le dio a Nahmánides un premio de 300 sólidos, y este regresó a su casa.

Al final, la discusión quedó sin un ganador claro, aunque ambos lados creyeron haber tenido la razón. Pau Cristià escribió su versión de lo sucedido en latín, con el sello real. Nahmánides también escribió la suya en hebreo. Aunque su relato fue quemado por orden del rey, algunas copias sobrevivieron y se difundieron por las comunidades judías de Occidente.

¿Qué pasó después de la discusión?

Según el historiador Robert Chazan, al analizar lo que hicieron las dos partes después, es probable que las afirmaciones de victoria de ambos lados fueran exageradas. Por un lado, la idea de que Nahmánides fue humillado no parece cierta, y no hay pruebas de que la discusión llevara a conversiones a la fe cristiana. Al contrario, hay indicios de que los cristianos reconocieron algunas debilidades en los argumentos del fraile Pablo. De igual forma, la afirmación de que Nahmánides había desarmado por completo los argumentos del fraile Pablo y lo había dejado en ridículo no es cierta, ya que el fraile Pablo siguió compartiendo sus ideas y, de hecho, obtuvo el apoyo del rey Luis IX de Francia para organizar otra gran discusión con rabinos en París años después.

De todas formas, la discusión tuvo consecuencias importantes. Primero, inspiró al dominico Raimundo Martí a crear una mejor manera de interpretar los textos judíos para apoyar las ideas cristianas. En 1280, Martí terminó su libro Pugio Fidei, que fue muy usado por los defensores cristianos en sus críticas al judaísmo. El nuevo método de Martí incluía muchas citas rabínicas, traducidas cuidadosamente al latín, y análisis más profundos de los materiales judíos, además de abordar una variedad más amplia de temas.

Además, el rey Jaime I apoyó las actividades para compartir la fe cristiana en todo el reino. Como resultado, los judíos fueron obligados a escuchar sermones de los frailes dominicos, incluso en sus propias sinagogas. Los dominicos también ordenaron entre el 26 y el 29 de agosto de ese mismo año que los judíos borraran de sus copias del Talmud cualquier pasaje que hablara mal de Jesús y María. Si no lo hacían, serían multados y los libros que no fueran revisados serían quemados. La obra Mishné Torá de Maimónides también fue condenada a ser quemada por algunas referencias.

Más tarde, el obispo de Gerona obtuvo una copia del relato de Nahmánides sobre la discusión. Quizás por su influencia, se iniciaron acciones legales contra Nahmánides en 1265 ante el tribunal de la Inquisición, acusándolo de haber hablado mal de Jesús. La intención de Jaime I de condenarlo a dos años de destierro y quemar su trabajo sobre la discusión no satisfizo a los dominicos. Entonces, el rey ordenó que el caso fuera juzgado personalmente ante él, con la idea de posponerlo hasta que la situación se calmara. En cualquier caso, Nahmánides dejó Aragón para no volver, y en 1267 se estableció en Palestina. Allí fundó una sinagoga en la Ciudad Vieja de Jerusalén, la Sinagoga Rambán, que es una de las más antiguas de Jerusalén.

Las órdenes mendicantes actuaron como herramientas de la iglesia en esta situación. A petición de los frailes, el papa Clemente IV ordenó al arzobispo de Tarragona que recogiera todos los libros judíos del Reino de Aragón y los entregara a los dominicos y franciscanos para que los examinaran. Pau Cristià fue recomendado como un ayudante confiable para esta tarea. La bula Turbato Corde, también escrita por Clemente, se convirtió en la base de la política de la Inquisición para juzgar a quienes se sospechaba que seguían prácticas judías, y también puede considerarse un resultado de esta discusión.

Este evento sirvió de inspiración para el libro de Hyam Maccoby, The Disputation. Este libro se convirtió en una serie de televisión en 1986 de Channel 4, protagonizada por Christopher Lee, Bob Peck y Alan Dobie.

Más información

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Disputation of Barcelona Facts for Kids

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