Dialecto para niños
En lingüística, la palabra dialecto se refiere a una de las formas en que puede variar una lengua. A menudo, usamos "dialecto" para hablar de una variante de una lengua que se usa en una zona geográfica específica. Por eso, a veces se le llama también geolecto.
El número de personas que hablan un dialecto y el tamaño de la zona donde se usa pueden variar. Un dialecto, a su vez, puede tener sus propias divisiones más pequeñas, llamadas subdialectos o hablas.
El experto en geografía lingüística, Manuel Alvar, propuso varias definiciones para entender mejor estos conceptos:
- Lengua: Es un sistema de comunicación que usa una comunidad de personas. Se distingue por ser muy diferente de otros sistemas, por tener reglas claras, por ser el medio de obras literarias importantes y, a veces, por haberse extendido sobre otros sistemas de su mismo origen.
- Dialecto: Es un sistema de signos que proviene de una lengua común (que puede seguir viva o haber desaparecido). Generalmente, se usa en una zona geográfica limitada y no es muy diferente de otros sistemas que tienen el mismo origen.
- Habla regional: Son las formas de hablar propias de una región específica, pero no tienen la misma organización o coherencia que un dialecto.
- Habla local: Son formas de hablar con características poco diferenciadas, pero con toques especiales dentro de una estructura regional más grande. Se usan en zonas geográficas muy pequeñas, como un pueblo o un valle.
Contenido
¿Cómo ha evolucionado el concepto de dialecto?
El estudio de los dialectos, llamado dialectología, comenzó a finales del siglo XIX. Esta disciplina se dedica a estudiar las variedades geográficas de las lenguas.
Los dialectos son variantes geográficas que se forman a lo largo de la historia. La forma en que las lenguas han interactuado entre sí es lo que causa las diferencias entre dialectos. Las razones más comunes para la variación dialectal son:
- El origen de las personas que, aunque hablaban la misma lengua, ya tenían diferencias en su forma de hablar.
- La influencia de otra lengua en una parte de la zona donde se habla la lengua principal.
- La separación geográfica, que hace que las lenguas evolucionen de manera diferente en distintos lugares.
Definir un dialecto es un proceso delicado. Requiere entender bien la lengua de un territorio, su historia y cómo la gente percibe y usa su forma de hablar. Además, para definir un dialecto, primero hay que tener claro qué es una lengua, lo cual también puede ser complicado.
A veces, la palabra "dialecto" se ha usado con un sentido negativo. Esto ocurre cuando se quiere dar más importancia a una lengua oficial sobre otras, a las que se les llama "dialectos" para restarle valor. En este sentido, "dialecto" se refiere a un sistema de comunicación que no se considera una "lengua" completa.
¿Qué es un dialecto?
Al igual que con la palabra "lengua", las definiciones de "dialecto" no siempre coinciden entre los expertos.
Sin embargo, se acepta que, desde el punto de vista lingüístico, no hay una razón para distinguir entre lo que es un "dialecto" y una "lengua". Ambos son sistemas de comunicación verbales. Por lo tanto, la diferencia entre ellos a menudo se basa en criterios que no son puramente lingüísticos. Un dialecto sería una variedad regional que proviene de otra lengua principal. Por ejemplo, el castellano, el gallego o el catalán son dialectos del latín, aunque hoy se consideren lenguas. El andaluz o el murciano son dialectos del castellano, ya que son variantes del español que no han llegado a ser lenguas independientes.
Manuel Alvar también acepta esta idea de "dialecto" como un sistema que no alcanza la categoría de lengua. Él dice que las lenguas son sistemas bien diferenciados, con reglas claras y una tradición literaria importante. Por debajo del dialecto, estarían conceptos más específicos como el "habla regional" (formas de hablar de una zona sin la coherencia de un dialecto) y el "habla local" (rasgos poco diferenciados pero característicos de una zona geográfica muy específica).
La historia de los dialectos
El estudio de cómo las lenguas cambian con el tiempo, conocido como lingüística histórica, nos ha enseñado que las lenguas modernas que están relacionadas provienen de otras lenguas más antiguas.
En este sentido, cualquier lengua es, en sí misma, un "dialecto", porque todas las lenguas provienen de otras. Han sido o son variantes en una zona geográfica determinada. Esta idea de "dialecto" como una lengua que proviene de otra es tan importante como la de "variante geográfica".
Una lengua histórica, que ha sido documentada durante mucho tiempo, generalmente tiene diferentes etapas históricas. Estas etapas difieren en cómo se pronuncian las palabras, su gramática y su vocabulario. Cada una de estas etapas se llama variedad diacrónica de la lengua.
La influencia de la sociedad en los dialectos
La historia de las lenguas también nos muestra que, por diferentes razones (sociales, geográficas, culturales), de varios dialectos que surgen al dividirse una lengua, uno de ellos puede volverse más importante y opacar a los demás. Mientras que el primero se usa en la literatura y en obras de arte, otros quizás nunca se escriban o se queden en un ámbito local. El primero es cuidado y vigilado por una comunidad, mientras que los otros crecen de forma más libre.
Esta evolución histórica es la razón principal de la confusión entre los términos "lengua" y "dialecto" en el uso común. Hay casos en que un dialecto, que era un dialecto al principio, termina siendo considerado una lengua por una decisión social (como el valenciano). Y, de la misma manera, una lengua que era una lengua al principio (como el gallego) fue considerada un dialecto durante siglos.
Una frase famosa, atribuida a Max Weinreich, dice que "Una lengua es un dialecto con un ejército y una marina". Esto resume la idea de que la clasificación de una lengua o dialecto a menudo tiene que ver con factores sociales y no solo con la lingüística.
La idea de que las fronteras de un país no siempre coinciden con las fronteras de cómo se habla una lengua o si se entienden entre sí, demuestra que la distinción basada en estos aspectos no es puramente científica.
El inglés y el serbocroata son buenos ejemplos. El inglés tiene variantes principales como el de Reino Unido, Estados Unidos y Australia. El serbio y el croata son muy parecidos y sus hablantes se entienden entre sí. Por razones sociales, analizar estas variedades como "lenguas" o "dialectos" puede dar resultados diferentes. El inglés británico y el inglés americano, hablados por comunidades con buenas relaciones, se consideran casi siempre dialectos del inglés. Sin embargo, el serbio y el croata, cuyas diferencias son similares a las del inglés británico y americano, son considerados por muchos expertos como idiomas distintos. Esto se debe en gran parte a que las comunidades que los hablan tienen historias y culturas diferentes.
Existen discusiones sobre si el idioma macedonio es un idioma o un dialecto. Algunos lo consideran muy parecido al búlgaro. Se le considera un dialecto del búlgaro principalmente en Bulgaria y un idioma independiente principalmente en la propia Macedonia del Norte.
En España, algunas organizaciones de la Comunidad Valenciana y las Islas Baleares consideran sus lenguas diferentes del catalán. Sin embargo, las instituciones y los expertos reconocen que tanto el valenciano como el balear son variedades del catalán. Estas discusiones sobre el estatus de las lenguas no son nuevas.
A lo largo de la historia, ha habido casos en los que las formas de hablar se han modificado por razones sociales. Por ejemplo, en el siglo XIX, en Noruega, se creó el nynorsk a partir de dialectos del oeste del país. Estos dialectos estaban menos influenciados por el danés y el sueco que los dialectos del este.
El dialecto de prestigio
Cuando hay una discusión entre dialectos de la misma lengua, aparece el concepto de dialecto de prestigio. Este es el dialecto que usan los grupos de personas que tienen una posición social importante (como líderes o personas influyentes). Por esta razón, el dialecto de prestigio se usa en situaciones formales y es el que más influye en la definición de la lengua estándar (la forma más aceptada y oficial de la lengua). Este dialecto suele basarse en textos escritos importantes, como el Corán para el árabe o la traducción de la Biblia de Lutero para el alemán.
En contraste con el dialecto de prestigio, existe el dialecto vernáculo, que es el lenguaje que se habla en casa. Dependiendo de la sociedad, este dialecto vernáculo puede ser muy parecido o muy diferente al dialecto estándar. En algunos países, el dialecto estándar casi no se habla en casa. En otros, el dialecto vernáculo y el estándar son casi iguales en las ciudades grandes, pero muy diferentes en las zonas rurales.
A veces, los dialectos hablados por diferentes grupos sociales pueden ser muy distintos. En ese caso, se usa el término sociolecto para nombrar a cada uno de los dialectos usados por diferentes clases o grupos sociales.
La ambigüedad del término "dialecto"
La palabra "dialecto" puede ser confusa, especialmente para quienes no son expertos. Esto se debe en parte a que, originalmente, la palabra no tenía nada que ver con la geografía.
Históricamente, el griego antiguo tenía varias variedades locales distintas (jónico, dórico y ático). Con el tiempo, el griego de Atenas, una gran ciudad, se convirtió en la koiné o lengua "común". Esta se volvió la forma estándar de la lengua hablada, una mezcla de las diferentes variedades que se unieron en el dialecto del centro administrativo y cultural más importante. Así, esta situación se convirtió en un modelo para el uso ambiguo de los términos "lengua" y "dialecto": "lengua" como la forma estándar o grupo de formas relacionadas, y "dialecto" como cada una de esas formas de manera independiente.
Hoy en día, la palabra "dialecto" se puede aplicar a cualquier variedad de una lengua. En francés, por ejemplo, se distingue entre dialecte y patois. El primero se refiere a una variedad regional con tradición literaria, y el segundo a una variedad similar pero sin tradición literaria, a menudo con un sentido negativo. Sin embargo, el francés estándar no se ve como un dialecto del francés, algo que sí ocurre en inglés. En inglés, la palabra "dialect" puede referirse a variedades locales, a formas de hablar informales, de clases sociales bajas o rurales. A veces, incluso puede referirse a una variedad no estándar o inferior. En este sentido, "lengua" y "dialecto" pueden ser casi intercambiables.
Este uso popular de los términos a veces es apoyado por lingüistas que, para resaltar las relaciones entre todas las variedades de una lengua, usan "dialecto" para referirse tanto a los dialectos geográficos como a los sociales (llamados sociolectos). Sin embargo, los estudios de dialectología suelen centrarse solo en el dialecto como variante geográfica. Esto se debe a que un dialecto, entendido así, es un sistema lingüístico completo (gramaticalmente), a diferencia de otros tipos de variedades que pueden ser parciales.
En cualquier caso, aunque a veces se ha dudado de la validez del concepto de dialecto por la dificultad de establecer sus límites, generalmente se acepta que la conexión con una geografía específica es un factor que permite diferenciar variedades dentro de una lengua. Por eso, el término "dialecto" se usa en lingüística para este concepto.
La percepción de quienes hablan
Al mismo tiempo, el concepto de "dialecto" incluye un factor de "conciencia". Esto significa que las personas que hablan un dialecto suelen tener una idea más o menos clara de la variedad que usan. Esta percepción, junto con ciertas características lingüísticas, permite a la sociolingüística identificar los dialectos como formas de hablar distintas. Por lo tanto, un dialecto existe cuando las personas que lo hablan se sienten parte de una comunidad de habla dialectal en un territorio específico. Es decir, cuando creen que su forma de hablar es lo suficientemente diferente de otras y cuando entienden y valoran de manera similar las variaciones en el habla.
La valoración negativa
Finalmente, en el lenguaje común, el término "dialecto" a menudo tiene un significado negativo. Según esta idea, hay lenguas y dialectos, y estos últimos serían "inferiores" a las lenguas. Los criterios que usan las personas que no son lingüistas para hacer esta distinción son muy variados y casi siempre no son científicos. Incluyen, entre otros, el número de hablantes, la extensión geográfica, la riqueza o pobreza de la tradición literaria.
En cualquier caso, estos son aspectos que no son lingüísticos. Pueden explicar la importancia social, cultural o social que se le da a los dialectos, pero no son razones para dudar de que los dialectos son sistemas lingüísticos completos. Tampoco pueden reemplazar la evidencia lingüística que los sitúa como una variedad de otra lengua o no.
¿Qué criterios se usan para distinguir los dialectos?
Dado que un dialecto siempre es una variedad de una lengua, es necesario tener criterios para saber a qué lengua pertenece un dialecto, lo cual no siempre es fácil. Históricamente, se han usado los siguientes criterios para decidir si dos sistemas de comunicación son dialectos de la misma lengua:
- Que, aunque sean diferentes, sus hablantes se entiendan entre sí sin necesidad de aprender previamente.
- Que formen parte de un territorio unido.
- Que tengan un sistema de escritura común y compartan una tradición literaria.
El primer criterio busca ser objetivo desde el punto de vista lingüístico. Sin embargo, como la capacidad de entenderse es una cuestión de grados, no siempre permite clasificar los dialectos de forma adecuada. El segundo criterio es más social que lingüístico, y el tercero se refiere a factores culturales e históricos que no siempre reflejan criterios lingüísticos.
Por lo tanto, no existen criterios científicos aceptados universalmente para distinguir las "lenguas" de los "dialectos", aunque hay varios criterios que a veces dan resultados diferentes.
En el uso informal
La diferencia exacta es, por tanto, algo que depende de la persona y del contexto social. En el uso informal, se habla de dialectos y de lenguas según el contexto social. Algunas variedades de lenguaje a menudo se llaman "dialectos" por estas razones:
- Falta de tradición escrita: No tienen una tradición o literatura escrita reconocida.
- Factores sociales:
* Las personas que los hablan no tienen un país propio. Este criterio se ha resumido irónicamente diciendo que "una “lengua” es un “dialecto” con un ejército y una marina", una frase de Max Weinreich. * A veces, el término "dialecto" se usa a propósito para no reconocer los derechos de una comunidad o para bajar el estatus de la variedad que hablan.
- Falta de prestigio: La variedad no tiene reconocimiento, ya sea porque la hablan pocas personas, o personas con menos recursos, o miembros de culturas que se consideran "inferiores". Sin embargo, todas las lenguas naturales que se usan para comunicarse son prácticamente iguales en complejidad. Desde un punto de vista puramente lingüístico, no se puede decir que existan lenguas "incorrectas" o "primitivas".
- Falta de autonomía: No se considera que haya suficientes diferencias gramaticales con respecto a otra variedad que se reconoce como dominante. También hay una tendencia a clasificar como dialecto a las variedades que difieren de una variedad estándar casi solo en la pronunciación o el vocabulario.
El criterio de inteligibilidad mutua (si se entienden entre sí) tampoco es una buena guía para saber cuándo una variedad será llamada dialecto o lengua. Lo que comúnmente se llama idioma chino tiene varios dialectos principales, como el chino mandarín y el chino cantonés, que no se entienden entre sí. Aun así, se les llama dialectos de la misma lengua, porque comparten el mismo sistema de escritura. Por el contrario, el sueco, el noruego y el danés se consideran lenguas independientes y no dialectos, aunque sus hablantes se comunican entre sí con poca dificultad. A esto hay que añadir que muchas lenguas nativas americanas no se consideran lenguas, sino dialectos, debido a una idea tradicional que considera lenguas a las formas europeas y dialectos a las americanas. Sin embargo, el náhuatl es una lengua, mientras que el náhuatl de Cholula, el náhuatl del sur de Veracruz o el náhuatl del norte de Puebla son algunas de sus variantes dialectales. Esto mismo se aplica a otras lenguas americanas como el quechua, el maya yucateco, el aymara o el otomí.
La sociolingüística moderna considera que el estatus de una lengua no solo se determina por criterios lingüísticos, sino que también es el resultado de un desarrollo histórico y social. El romanche fue reconocido como lengua al desarrollar su propia escritura, a pesar de ser muy parecido a los dialectos alpinos del lombardo. Un caso contrario es el del idioma chino, cuyas variantes generalmente se consideran dialectos y no lenguas, aunque los hablantes no puedan entenderse entre ellos, porque comparten una escritura común.
Galería de imágenes
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Manuel Alvar.jpg
Manuel Alvar, experto en geografía lingüística.
Véase también
En inglés: Dialect Facts for Kids