Compromiso de Caspe para niños
El Compromiso de Caspe fue un acuerdo muy importante que se hizo en el año 1412. En él, representantes de los reinos de Aragón, Valencia y del principado de Cataluña se unieron para elegir a un nuevo rey. Esto fue necesario porque el rey Martín I de Aragón (conocido como el Humano) había fallecido en 1410 sin tener hijos que pudieran heredar el trono, y no había nombrado a nadie como su sucesor de forma clara.
Gracias a este acuerdo, se eligió a Fernando de Antequera como el nuevo rey de la Corona de Aragón. Fernando era regente del reino de Castilla y venía de la Casa de Trastámara, una familia muy poderosa.
El Compromiso de Caspe nos enseña algo fundamental sobre cómo funcionaba la Corona de Aragón en esa época: la ley y la justicia eran más importantes que los intereses políticos de cada grupo. Este principio tuvo una gran influencia en cómo se desarrolló la Monarquía Española más adelante.
Contenido
¿Por qué fue necesario el Compromiso de Caspe?
La falta de un heredero al trono
La historia del Compromiso de Caspe comenzó con un problema muy grande: la falta de un heredero para el trono de Aragón. En 1409, falleció Martín el Joven, el único hijo del rey Martín I de Aragón. Aunque el rey Martín I tenía otros hijos, no eran legítimos para heredar el trono según las leyes de la época.
El rey Martín I intentó tener otro hijo casándose de nuevo con Margarita de Prades, pero no lo consiguió. También pensó en reconocer a Fadrique de Luna, un hijo ilegítimo de su hijo Martín el Joven, como su sucesor, pero no tuvo suficiente apoyo para hacerlo.
La situación política y religiosa
En ese tiempo, la Iglesia Católica estaba pasando por un momento difícil llamado el Cisma de Occidente, donde había varios papas al mismo tiempo. Uno de ellos era el Papa Luna, quien llegó a Barcelona y tenía mucha influencia en los reinos españoles. También estaba en la ciudad San Vicente Ferrer, un predicador muy respetado, que hablaba de la necesidad de tener un papa y un rey fuertes y legítimos.
Mientras tanto, el rey Martín I había nombrado a Jaime II de Urgel como lugarteniente de Aragón y gobernador general de la Corona. Pero este nombramiento no fue bien recibido por algunas instituciones importantes, como la Diputación de la Generalidad aragonesa y el arzobispo de Zaragoza, García Fernández de Heredia. Ellos pensaban que esto era como reconocer a Jaime de Urgel como heredero, lo cual iba en contra de las leyes de Aragón.
Esta situación llevó a problemas graves en Zaragoza en 1410, con enfrentamientos violentos en las calles. Debido a esto, el rey Martín I tuvo que quitarle el nombramiento a Jaime de Urgel. Pocos días después, el 31 de mayo de 1410, el rey falleció sin dejar un heredero legítimo ni nombrar a nadie para el trono.
El riesgo de división y guerra
La muerte del rey sin un sucesor claro puso a la Corona de Aragón en una situación muy peligrosa. Había varios candidatos al trono, y cada uno tenía sus propios seguidores en los diferentes territorios (Aragón, Valencia, Cataluña). Existía un gran riesgo de que la Corona se dividiera o de que estallara una guerra civil entre los diferentes grupos de nobles.
El Papa Luna también estaba muy interesado en la sucesión, ya que quería asegurar que los reinos españoles siguieran apoyándolo en el Cisma de Occidente.
Antes de morir, el rey Martín I fue preguntado si quería que su sucesor fuera "aquel que por justicia debiera serlo". El rey, ya muy débil, respondió que sí. Esto significaba que la decisión debía basarse en las leyes y los derechos de cada candidato. A partir de ese momento, las instituciones de la Corona empezaron a trabajar para encontrar una solución pacífica y evitar la guerra.
¿Quiénes eran los candidatos al trono?
Había seis candidatos principales para suceder a Martín I. Todos ellos estaban relacionados con la Casa Real de Aragón, lo que significaba que el linaje de la familia real no se rompería.
- Fadrique de Luna: Era hijo ilegítimo de Martín el Joven, el hijo fallecido del rey.
- Jaime II de Urgel: Era conde de Urgel, sobrino del rey Martín el Humano y cuñado suyo.
- Alfonso de Aragón el Viejo: Era un noble mayor, nieto del rey Jaime II de Aragón. Falleció poco antes de la reunión de Caspe y fue reemplazado por su hermano Juan de Prades.
- Luis de Anjou: Era duque de Calabria, sobrino-nieto de Martín el Humano por parte de su madre, Violante, hija del rey Juan I de Aragón.
- Juan de Prades: Conde de Prades, quien tomó el lugar de su hermano Alfonso.
- Fernando de Trastámara, conocido como el de Antequera: Era infante de Castilla, sobrino de Martín el Humano y nieto del rey Pedro IV de Aragón por parte de su madre, Leonor de Aragón.
De todos ellos, Fernando de Antequera era el que tenía el parentesco más cercano con el último rey de Aragón, Martín I, a través de su madre.
¿Cómo se llegó al acuerdo?
Las reuniones de los Parlamentos
Para elegir al nuevo rey, se decidió que un Parlamento General de la Corona sería el encargado de hacerlo. Primero, se reunieron representantes de los tres territorios en Calatayud en 1411. Allí se discutió cómo organizar la elección.
En un principio, Luis de Anjou parecía tener más posibilidades. Sin embargo, se logró un acuerdo con la corte de Castilla para que el joven rey Juan II de Castilla, sobrino de Fernando de Antequera, renunciara a cualquier derecho al trono de Aragón. Esto ayudó a que los apoyos se repartieran y se asegurara un buen entendimiento entre los dos reinos más importantes de la península.
Como no lograban ponerse de acuerdo en Calatayud, decidieron que los representantes de Aragón se reunirían en Alcañiz, los de Cataluña en Tortosa y los de Valencia en Traiguera. Se comunicarían entre sí hasta llegar a una solución.
Momentos de tensión y violencia
La situación era muy tensa. En mayo de 1411, el Parlamento de Calatayud tuvo que cerrarse porque los partidarios de Jaime de Urgel intentaron tomarlo por la fuerza.
Poco después, el 1 de junio de 1411, ocurrió un hecho muy grave: Antón de Luna, uno de los principales seguidores de Jaime de Urgel, asesinó al arzobispo de Zaragoza, García Fernández de Heredia, quien presidía las Cortes y apoyaba a Luis de Anjou. Este crimen debilitó la candidatura de Luis de Anjou.
La amistad de Antón de Luna con Jaime de Urgel, que no se rompió después del asesinato, hizo que muchos empezaran a ver con malos ojos a Jaime. Los familiares del arzobispo asesinado pidieron ayuda a Fernando de Antequera, quien envió sus tropas castellanas a la Corona de Aragón. De repente, Fernando de Antequera se convirtió en una figura clave y ganó el apoyo de muchos que antes apoyaban a Luis de Anjou o a Jaime de Urgel. Este suceso estuvo a punto de provocar una guerra civil.
La intervención de la Iglesia
En medio de esta inestabilidad, los territorios de la Corona de Aragón se esforzaron por reunir sus propios Parlamentos. En Cataluña, el Parlamento se formó en Tortosa en agosto, y dejó claro que la unión de la Corona debía mantenerse. El Parlamento aragonés se reunió en Alcañiz. En el Reino de Valencia, la situación era muy complicada, con enfrentamientos violentos entre los partidarios de Jaime de Urgel y las tropas de Fernando de Antequera.
Como el Reino de Valencia no lograba unificar su Parlamento, Cataluña y Aragón acordaron avanzar hacia un sistema de representación de los diferentes territorios, comprometiéndose a aceptar lo que se decidiera.
La Iglesia también jugó un papel crucial. El Papa Luna, Benedicto XIII, decidió apoyar a Fernando de Antequera. Esto aseguraba la cooperación de todos los reinos españoles, lo cual era muy importante para él en el contexto del Cisma. Esta opción también contaba con el apoyo de San Vicente Ferrer y de la mayoría de los obispos.
Finalmente, la propuesta del Parlamento de Alcañiz, apoyada por el de Tortosa y por la Iglesia, fue la que prevaleció. El 23 de enero de 1412, el Papa Luna emitió una bula (un documento oficial) que establecía que la elección del nuevo rey sería realizada por un grupo de personas llamadas "compromisarios", elegidas por los diferentes reinos.
La Concordia de Alcañiz
El 15 de febrero de 1412, los Parlamentos de Cataluña y Aragón firmaron la Concordia de Alcañiz. Este acuerdo estableció que nueve compromisarios (tres de Aragón, tres de Cataluña y tres de Valencia) se reunirían en la localidad aragonesa de Caspe. Su misión sería estudiar los derechos de los candidatos y decidir quién debía ocupar el trono. Para que la elección fuera válida, el candidato elegido debía obtener al menos seis votos, y al menos uno de cada grupo de tres compromisarios.
El Reino de Valencia no pudo tener un Parlamento unificado a tiempo para participar en las decisiones finales de la Concordia. Sin embargo, sus representantes de la asamblea de Vinaroz llegaron el mismo 15 de febrero y aceptaron todo lo acordado. Más tarde, los representantes del Parlamento de Morella (que ya representaba a Valencia de forma unificada) también ratificaron el método de los nueve compromisarios. Así, los tres Parlamentos, sin diferencias, encargaron a estos nueve elegidos la tarea de deliberar y proclamar al nuevo rey de Aragón.
Los compromisarios elegidos fueron:
- Por Aragón:
* Domingo Ram, obispo de Huesca. * Francisco de Aranda, antiguo consejero real y enviado del Papa Luna. * Berenguer de Bardají, jurista.
- Por Cataluña:
* Pedro de Sagarriga, arzobispo de Tarragona. * Bernardo de Gualbes, síndico y consejero de Barcelona. * Guillem de Vallseca, jurista.
- Por Valencia:
* Bonifacio Ferrer, prior de la Cartuja de Portaceli. * Vicente Ferrer, religioso dominico. * Ginés Rabassa (o Gener Rabada), jurista, quien fue sustituido por Pedro Beltrán por enfermedad.

La decisión en Caspe
Las deliberaciones de los compromisarios comenzaron en Caspe entre marzo y abril de 1412. Tenían dos meses para llegar a un acuerdo.
Los compromisarios catalanes fueron clave en la decisión. Bernardo de Gualbes apoyó abiertamente a Fernando de Antequera. Pedro de Sagarriga pensaba que, legalmente, el trono le correspondía a Alfonso, duque de Gandía, pero que Fernando de Antequera era el más adecuado para ser rey. Guillem de Vallseca creía que Jaime de Urgel tenía más derechos que el duque de Gandía, pero también coincidía en que Fernando de Antequera era la mejor opción.
Según los documentos originales y los testimonios de la época, los compromisarios estuvieron de acuerdo de forma unánime en elegir a Fernando de Antequera. El mensajero que llevó la noticia a Cataluña dijo que la proclamación se hizo por "las nueve personas en gran y feliz concordia". Además, los tres compromisarios catalanes declararon que "en todo momento habían sido libres y sin miedo de presiones" y que al final del proceso "todos eran de la misma opinión".
Aunque algunos historiadores posteriores han contado que hubo una votación con diferentes resultados, los documentos de la época no confirman que se hicieran votaciones secretas. Todos los acuerdos importantes durante este periodo se habían tomado por consenso, sin mostrar desacuerdos.
Así, el 28 de junio de 1412, Fernando de Trastámara fue proclamado rey como Fernando I de Aragón. El 5 de agosto, entró en Zaragoza y juró su título ante las Cortes, junto a su hijo Alfonso.
¿Qué importancia tuvo el Compromiso de Caspe?
El Compromiso de Caspe es un evento muy importante en la historia de España.
Algunos historiadores catalanes, como Lluís Domènech i Montaner, pensaron que el Compromiso de Caspe fue perjudicial para Cataluña y que Jaime de Urgel era el "candidato catalán".
Sin embargo, otros autores, como Jaume Vicens Vives, ven el Compromiso de Caspe como una forma de proteger el futuro político de Cataluña y, al mismo tiempo, sentar las bases de la Monarquía Hispánica. Aunque muchos partidarios de Jaime de Urgel eran catalanes, también es cierto que las personas más ricas de Cataluña querían el apoyo de Castilla para superar una crisis económica y proteger el comercio de la Corona de Aragón en el Mediterráneo.
Manuel Dualde Camarena interpretó que la elección de Fernando de Antequera por los compromisarios catalanes se hizo para asegurar la paz y la unión del Principado con la Corona de Aragón, y para dar estabilidad a toda la península ibérica.
Según Luis Suárez Fernández, el Compromiso de Caspe fue un paso esencial hacia la formación de la Monarquía Hispánica y un precedente clave para las decisiones que tomaría más tarde Fernando El Católico.
En resumen, el Compromiso de Caspe fue un ejemplo de cómo, a través del diálogo y el respeto a las leyes, se pudo resolver una crisis muy grave y evitar una guerra, manteniendo unida la Corona de Aragón y sentando las bases para el futuro de los reinos españoles.
Galería de imágenes
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Escudo de Benedicto XIII, el Papa Luna.
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Retrato imaginario de Fernando I de Aragón, de Manuel Aguirre y Monsalbe. Ca. 1851-1854. (Diputación Provincial de Zaragoza).
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Salvador Viniegra, El Compromiso de Caspe, 1891. Círculo de Bellas Artes.
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Andrés Parladé, El Compromiso de Caspe, 1890 (Ayuntamiento de Sevilla).
Véase también
En inglés: Compromise of Caspe Facts for Kids