Bula para niños
Una bula es un documento importante que lleva un sello especial, generalmente de plomo. Se usa para tratar asuntos de gobierno o de la Iglesia. Si el documento es del papa y tiene su sello, se le llama bula papal o bula pontificia.
La palabra "bula" viene del latín bulla, que significa cualquier objeto redondo. Al principio, se usaba para referirse a una medalla redonda que los niños de familias importantes en la Antigua Roma llevaban al cuello. La usaban hasta que se hacían mayores y vestían una toga. Para los asuntos más importantes, a veces el sello era de oro, y a esos documentos se les llamaba bula áurea.
Contenido
¿Qué son las bulas papales?
Las bulas papales son documentos oficiales que la Cancillería Apostólica del papa emite. Son muy importantes para la administración de la Iglesia y, a veces, también para asuntos civiles. Son una de las formas en que el papa ejerce su autoridad.
¿Cómo se ven las bulas?
Las bulas tienen un aspecto muy formal y característico. Llevan un sello de plomo con una cruz en el centro y las figuras de San Pedro y San Pablo. En el otro lado del sello, se escribe el nombre del papa que la publicó y el año de su pontificado.
Normalmente, una bula se envía al arzobispo de una diócesis, quien luego la hace llegar a las parroquias. Las bulas originales se escriben en latín. Si ves una en español, es una traducción. En las copias impresas, el sello de plomo se representa con las letras latinas L + P (que significan "en este lugar, plomo") y una cruz en medio.
¿Qué tipo de información contienen las bulas?
Las bulas pueden contener diferentes tipos de órdenes y decisiones. Por ejemplo, pueden incluir:
- Nuevas reglas o leyes para la Iglesia.
- Condenas de ideas o enseñanzas que la Iglesia considera incorrectas.
- Concesión de beneficios o permisos especiales.
- Decisiones sobre juicios de la Iglesia.
- Decretos sobre indulgencias (perdones de pecados).
- Asuntos relacionados con propiedades de la Iglesia.
Cuando una bula es más corta o menos importante, se le llama breve.
¿Cómo se hacían las bulas?
Las bulas se escribían en pergamino o papiro hasta el Siglo XI. Después de ese siglo, solo se usó el pergamino. El documento papal más antiguo que se conoce en papiro es una bula del papa Esteban III del año 757.
¿Cómo empezaban y terminaban las bulas?
Desde el año 1088, muchas bulas empezaban con la frase In perpetuam o Ad perpetuam rei memoriam (que significa "para siempre" o "para perpetua memoria del asunto"). Otra frase común era Salutem et apostolicam benedictionem ("saludo y bendición apostólica"), especialmente si la bula iba dirigida a pocas personas.
El título Servus servorum Dei ("siervo de los siervos de Dios") acompaña el nombre del papa y se usa desde el papa Gregorio Magno, pero se hizo común a partir del Siglo XI.
¿Cómo se fechaban las bulas?
Al principio, las bulas se fechaban según el año de los cónsules romanos, luego con el año del emperador y la Indicción romana. Desde principios del Siglo VIII, se empezaron a fechar con el año de la Encarnación de Jesucristo (el nacimiento de Jesús), y dejaron de nombrar a los emperadores a principios del Siglo XII. También se añadía el año de reinado del papa que emitía la bula, algo que es constante desde el papa Clemente III en 1187.
Las bulas se distinguen de los "breves" en cómo cuentan el inicio del año: las bulas lo hacían desde el 25 de marzo, y los breves desde el 25 de diciembre.
¿Cómo era la escritura de las bulas?
La letra de las bulas era bastante clara desde mediados del Siglo XI. A partir del papa Clemente VIII en 1592, se usó un tipo de letra especial llamado littera Sancti Petri o bollática, que era un poco difícil de leer, sin puntos ni comas. Pero, por orden del papa León XIII en 1878, las bulas comenzaron a escribirse con letra normal y fácil de entender. La Cancillería romana siempre mantuvo una escritura de alta calidad.
Historia de la bula
En la Antigua Roma, la bulla era una medalla redonda que los niños libres usaban hasta que se hacían adolescentes. Esta costumbre parece venir de Etruria. Los hijos de familias ricas usaban bulas de oro, mientras que los de menor rango usaban un trozo de cuero. Cuando los niños crecían, dejaban la bula y la consagraban a los dioses.
El historiador Plutarco cuenta que la "bulla" era un distintivo de los hijos nacidos de la unión entre los primeros romanos y las mujeres sabinas. Plinio el Viejo relata que el rey romano Tarquino el Antiguo le dio una bula de oro a su hijo de catorce años por haber vencido a un sabino en combate.
Más tarde, en la Antigüedad Tardía y el Medioevo, el nombre "bula" se usó para cualquier documento importante de los príncipes que llevara un sello de oro, plata o plomo. El hecho de que estuviera abierto y sellado, en lugar de firmado y cerrado, mostraba que era un documento público.
Desde el Siglo VI, se empezó a usar un sello circular, generalmente de plomo (a veces de oro para ocasiones muy especiales), para autentificar documentos. Se le llamó "bula" porque se parecía a las medallas que usaban los niños. Al principio, el nombre "bula" se refería solo al sello, no al documento.
Durante la Edad Media, la palabra "bula" se usó para los edictos de los gobernantes, especialmente los del Imperio, y también para acuerdos entre príncipes. Finalmente, el término se usó solo para los escritos de los papas sobre asuntos importantes de fe o disciplina.
La bula papal en detalle

En el caso de un documento del papa, el sello de la bula tenía en el frente el nombre del papa que la emitía. En la parte de atrás, tenía las letras SPE y SPA, separadas por una cruz, que representan a San Pedro y San Pablo.
Este sello se unía al documento con una cuerda de cáñamo o una cinta de seda roja o amarilla. Hasta el Siglo XI, los documentos eran de papiro, por eso se han conservado pocos originales. Después, el papiro fue reemplazado por el pergamino y, más tarde, por el papel.
A partir del Siglo XIII, el término "bula" dejó de referirse solo al sello y empezó a describir el documento completo. Desde el Siglo XV, se reservó para cartas apostólicas importantes sobre temas de fe, intereses generales, concesión de favores y privilegios, o asuntos legales y administrativos.
En estos documentos, la bula comenzaba con el nombre del papa (sin su número), seguido de su título de Episcopus (obispo) y Servus Servorum Dei (siervo de los siervos de Dios). Por ejemplo, si el papa actual publicara una bula, comenzaría así:
Franciscus, Episcopus, Servus Servorum Dei
En el Siglo XVIII, el sello de plomo fue reemplazado por un sello de lacre rojo.
Las bulas se enrollaban o doblaban y se aseguraban con un sello para que nadie las leyera antes de llegar a su destino. Si una bula era muy importante, se le añadía otro sello dorado, y se le llamaba Bula Áurea.
Hasta el Siglo XII, solo el papa firmaba las bulas. Después, el papa empezó a usar la fórmula Ego, N N, catholice ecclesie episcopus SS (Yo, N.N., obispo de la Iglesia católica, firmé). Más tarde, los cardenales también empezaron a firmarlas.
Las bulas suelen ser conocidas por las primeras dos o tres palabras de su texto, que resumen el tema que tratan.
Una de las bulas más conocidas es la Bulla in Coena Domini. Se leía públicamente el día de Jueves Santo por un cardenal, en presencia del papa y otros obispos. Esta bula contenía una excomunión (una separación de la Iglesia) contra quienes no obedecieran a la Santa Sede. Después de leerla, el papa arrojaba una antorcha encendida a la plaza, como símbolo de la excomunión.
Esta bula, que buscaba mantener la pureza de la fe cristiana, encontró mucha resistencia por parte de los gobernantes cristianos y dejó de leerse públicamente en 1770, durante el pontificado de Clemente XIV.
Véase también
En inglés: Papal bull Facts for Kids
- Bullarium romanum
- Anexo:Bulas
- Historia de la Iglesia católica
- Bula (sello)
- Bula (amuleto)
- Postremo mense