Batalla del Cabo de San Vicente (1797) para niños
Datos para niños Batalla del Cabo de San Vicente |
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Guerra anglo-española (1796-1802) Guerras Revolucionarias Francesas Parte de Primera Coalición |
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![]() Final de la batalla, a la derecha el buque español Salvador del Mundo apresado
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Fecha | 14 de febrero de 1797 | |||
Lugar | Cabo de San Vicente (Algarve, Portugal) | |||
Coordenadas | 37°01′30″N 8°59′40″O / 37.025, -8.9944444444444 | |||
Resultado | Victoria británica | |||
Beligerantes | ||||
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La Batalla del Cabo de San Vicente fue un importante enfrentamiento naval. Ocurrió el 14 de febrero de 1797. Tuvo lugar cerca del Cabo de San Vicente, en la costa de Portugal. En ese momento, España era aliada de la Francia revolucionaria. Esto se debía a un acuerdo llamado el Tratado de San Ildefonso. Por este acuerdo, España se comprometía a luchar contra Gran Bretaña. Esta batalla fue parte de las Guerras Revolucionarias Francesas.
La flota española estaba compuesta por 24 grandes barcos de guerra. También tenía 7 fragatas y un bergantín. En total, sumaban 2638 cañones. Esta flota zarpó de Cartagena en febrero de 1797. Estaba al mando del teniente general José de Córdova. Entre los barcos españoles estaba el Santísima Trinidad. Era el barco de guerra más grande del mundo en ese momento. Tenía 136 cañones y cuatro cubiertas para la artillería. Poco antes de llegar a Cádiz, la flota española fue sorprendida por una fuerte tormenta. Al mismo tiempo, la flota británica los interceptó. La flota británica tenía 15 grandes barcos de guerra, 4 fragatas, 2 balandros y un cúter. En total, sumaban 1430 cañones. Estaba al mando de John Jervis.
Contenido


Al amanecer del 14 de febrero, los barcos de Jervis y los españoles estaban listos para la batalla. Jervis se dio cuenta de que los españoles tenían casi el doble de barcos. Sin embargo, era más arriesgado intentar escapar que luchar. Por eso, Jervis decidió atacar. Quería evitar que la flota española se uniera a la flota francesa en Brest.
Los británicos tuvieron una ventaja importante. La flota española estaba dividida en dos grupos. Además, no estaban bien organizados para el combate. En cambio, los británicos mantuvieron su formación en línea. Jervis ordenó a su flota pasar entre los dos grupos españoles. Esto les permitía usar mejor sus cañones. También impedía que la flota española usara todos los suyos. Jervis siempre buscó evitar que los barcos españoles escaparan hacia Cádiz.
Nelson estaba en el barco HMS Captain. Se dirigió hacia la parte trasera de la línea española. Desobedeció las órdenes de Jervis de acorralar al grupo más pequeño de barcos españoles. En lugar de eso, rompió la formación para perseguir al grupo más grande. Se colocó frente a los barcos españoles.
Jervis, aunque vio que Nelson desobedecía, envió más barcos para apoyarlo. Al ver a Nelson, exclamó: «¿A dónde va ese loco?».
Durante la batalla, un soldado de la Infantería de Marina española, Martín Álvarez Galán, se destacó. Defendió la bandera de su barco, el "San Nicolás de Bari". Su valentía fue reconocida incluso por el ejército británico. Por su heroísmo, fue ascendido y recibió una pensión. Antes de recibirla, tuvo que aprender a leer y escribir.
¿Cuál fue el resultado de la batalla?
La batalla duró todo el 14 de febrero. Terminó con una derrota para la armada española. De los 24 grandes barcos de guerra españoles, solo siete participaron activamente. Cuatro de ellos fueron capturados. El barco insignia, el Santísima Trinidad, casi fue capturado. Se salvó gracias a la acción de Cayetano Valdés. Él, al mando del Infante don Pelayo, acudió en su ayuda. Se dice que Valdés amenazó al Santísima Trinidad con dispararle si no volvía a izar su bandera. Otros cuatro barcos españoles sufrieron muchos daños. Los británicos capturaron los barcos San José, Salvador del Mundo, San Nicolás de Bari y San Isidro.
La batalla causó la muerte de 390 hombres y 454 heridos por parte española. La flota británica, liderada por John Jervis, demostró su fuerza. A pesar de tener menos barcos, su disciplina y entrenamiento fueron clave. Esto la convirtió en una fuerza naval muy poderosa. Años después, esta superioridad se vería de nuevo en la batalla de Trafalgar.
Después de la batalla, algunos barcos españoles huyeron hacia Cádiz. Otros se dirigieron a Algeciras. La mayor parte de la flota española llegó a Cádiz el 3 de marzo. Los habitantes de Cádiz se burlaron de ellos por su derrota. Como resultado, el jefe de la flota, José de Córdova, fue juzgado. Fue degradado de su puesto.