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Alfarería del vino para niños

Enciclopedia para niños
Archivo:Don Quijote, Luis Tasso, (1894?) "Oh tobosescas tinajas, que me habeís traído á la memoria la dulce prenda, causa de mi mayor amargura! (Tomo II, cap. XVIII.) (6759865459)
«Oh tobosescas tinajas, que me habéis traído á la memoria la dulce prenda, causa de mi mayor amargura!» (Don Quijote. Tomo II, cap. XVIII. Edición de Luis Tasso, hacia 1894.)

La alfarería del vino se refiere a todos los objetos de cerámica que se han usado a lo largo de la historia para guardar, transportar y beber vino. Estas piezas pueden ser de barro sencillo o tener un acabado vidriado (como un esmalte brillante).

Entre los objetos más conocidos de esta alfarería están las jarras, jarros y cantarillas, que se usaban para servir el vino en la mesa. Para guardar y transportar grandes cantidades, se utilizaban las ánforas y tinajas.

Historia de la alfarería del vino

Archivo:Tomb of Nakht (12)
Grandes ánforas para ofrendas funerarias en una tumba de la 18.ª dinastía tebana (ca. 1500 a. C.).

Los estudios arqueológicos en Oriente Medio han descubierto que la relación entre la alfarería y el vino existe desde hace más de 7000 años, entre el 5400 y el 5000 antes de Cristo.

Las antiguas culturas como la fenicia, griega y romana usaron mucho la alfarería para el vino. Durante siglos, el vino fue una de las pocas bebidas que se podían conservar. Para lograrlo, las vasijas se cubrían con brea o resinas, lo que ayudaba a proteger el vino.

Tipos de cerámica para el vino

Un estudio de la Asociación de Ceramología de España clasifica los objetos de alfarería relacionados con el vino en dos grandes grupos: los que se usan para su elaboración y conservación, y los que se usan para su venta, transporte y consumo.

Cerámica para la elaboración y conservación

En el proceso de elaboración, se usan ladrillos vidriados para revestir los lagares (lugares donde se pisa la uva). También son muy importantes las tinajas y sus filtros, así como jarras y cuencos para mover el vino de un recipiente a otro durante su preparación. Además, se usan embudos de barro y otros recipientes para limpiar y tratar las cubas (grandes barriles).

Cerámica para la venta, transporte y consumo

Para la venta y distribución, existen recipientes que servían para medir el vino, como la cántara o arroba (que equivalía a unos 16 litros) o el cuartillo (medio litro). Para el transporte, se usaban botijas, barriletes y tinajillas. Finalmente, para el consumo, encontramos jarras, jarros, botellas, vasos, catavinos y tazas.

Recipientes griegos clásicos para el vino

En la cerámica griega clásica, existían muchos tipos de recipientes específicos para el vino:

  • La Askos: similar a una bota de vino de cerámica.
  • La Cótila: una taza.
  • La Crátera: un recipiente grande para mezclar el vino con agua.
  • La Enócoe: una jarra para sacar el vino de la crátera.
  • El Kantharos: una copa.
  • El Kyathos: un cazo.
  • El Kílix: un cáliz o copa.
  • El Psictero: para enfriar el vino.
  • El Ritón: un cuerno con forma de ánfora.
  • El Skyphos: un tazón.

Muchos de estos recipientes griegos fueron luego adoptados y adaptados por los romanos en su cerámica romana.

Tipos de recipientes y envases a lo largo de la historia

Además de los vasos clásicos, a lo largo de la historia se han usado muchos otros recipientes para el vino:

Ánforas

Las ánforas fueron muy usadas para transportar vino. Ya aparecen en el Antiguo Egipto y se documentan en el siglo XV a.C. en las costas de Líbano y Siria, y en el siglo XIV a.C. en Micenas.

Estas vasijas tenían una base puntiaguda o redondeada, diseñada para que pudieran clavarse en la arena de las playas o colocarse en los barcos para el transporte. Para proteger el vino durante el viaje, se tapaban con un disco de cerámica sellado con una pasta de cal. Las ánforas más grandes, durante la época del Imperio Romano, podían contener hasta 50 litros de vino.

Botijas

Archivo:Soubre Charles (le faucheur assoiffé)
Botijilla con vidriado completo en El segador sediento, obra del pintor belga Charles Soubre (ca. 1850)

La botija se usaba para llevar vino al campo, por eso su tamaño y forma eran fáciles de manejar. Generalmente, tenían un cuerpo ovalado, a menudo plano por un lado para poder sujetarlas a los animales de carga. Podían tener una o dos asas y un cuello corto para servir el vino. Por eso, en muchas zonas se les llamaba "barril de campo".

Existen ejemplos de botijas antiguas en Cataluña que datan de 1378. También se usaban en Castilla, La Mancha y Andalucía para llevar vino, agua o aceite. Un tipo especial era la "botija perulera sevillana", usada entre los siglos XVII y XIX para transportar vino a las tierras de España en Ultramar.

Cántaros

Archivo:Diego Velázquez 004
Sirviendo vino del cántaro, en una de las versiones de Almuerzo de campesinos, pintada por Diego Velázquez hacia 1620. Museo de Bellas Artes de Budapest.

El cántaro, que también se usaba para agua y a veces para aceite, tiene una larga historia. En España, Aragón y las dos Castillas fueron importantes centros de producción de cántaros para el vino. También se fabricaban en el antiguo Reino de León y en los alfares catalanes.

Algunos cántaros eran casi exclusivos para el vino, como el "cántaro de pitano" de Peñafiel, que tenía un asa y un pico para verter. Muchos cántaros tenían un caño o "pitorro" para beber directamente a chorro, como los de Salamanca en Cespedosa de Tormes, Tamames o Vitigudino.

Jarras

Archivo:Velázquez - El Triunfo de Baco o Los Borrachos (Museo del Prado, 1628-29)
Abajo, en el centro, una jarra vinatera del siglo xvii, en el lienzo de Velázquez El Triunfo de Baco.

Las jarras se han usado para servir vino en casa desde hace miles de años. A lo largo del tiempo, han desarrollado muchas formas diferentes. Generalmente, son vasijas pequeñas o cantarillas con cuerpo ovalado, una o dos asas y una boca ancha con un pico para verter.

Tinajas

Archivo:TinajaSedetana
Tinaja sedetana del siglo II a. C. Cabezo de Alcalá (Teruel, España)

Junto con las ánforas, las tinajas son recipientes muy importantes en la industria y el comercio del vino, al igual que lo han sido para el aceite.

La tinaja ha sido un elemento fundamental para guardar vino en casas e industrias durante más de 25 siglos. Su capacidad variaba mucho: una tinaja casera podía contener entre 80 y 120 litros, mientras que un tinajón podía llegar a 300 o 400 litros. Algunos talleres de alfarería con hornos especiales fabricaban tinajas gigantes para bodegas, que podían contener hasta 500 arrobas (una arroba son unos 16 litros).

Trasegadores y embudos

Para pasar el mosto (jugo de uva) del lagar a las tinajas, a veces se usaban cántaras. Sin embargo, lo más común era usar recipientes especiales llamados trasegadores, como el alcadafe andalusí, que se colocaban bajo la espita (grifo) en el suelo de la bodega. También existían tinajas medianas con cuello alto que servían como embudo y recipiente a la vez.

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