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Thomas Müntzer para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Thomas Müntzer
Thomas Muentzer.jpg
Información personal
Nacimiento c. 1489
Stolberg (Alemania)
Fallecimiento 27 de mayo de 1525jul.
Mühlhausen (Sacro Imperio Romano Germánico)
Religión Teología mística cristiana
Familia
Cónyuge Ottilie Müntzer
Educación
Educación Magister Artium
Educado en
  • Universidad de Leipzig (desde 1506)
  • Alma Mater Viadrina (desde 1512)
Información profesional
Ocupación Sacerdote, revolucionario, teólogo, reformador protestante y letrista
Movimientos Espiritualismo (teología), Reforma protestante y comunismo cristiano
Conflictos Guerra de los campesinos alemanes
Sitio web www.thomas-muentzer.de

Thomas Müntzer (nacido en Stolberg, Alemania, alrededor de 1489 y fallecido en Mühlhausen, Alemania, el 27 de mayo de 1525) fue un predicador y teólogo alemán. Fue una figura importante en la Reforma protestante, un gran cambio religioso en Europa. Al principio, Müntzer apoyó a Martín Lutero, pero luego se opuso a sus ideas, especialmente porque Lutero se llevaba bien con los gobernantes de la época.

Müntzer creía que los campesinos debían luchar por una sociedad más justa. Intentó poner en práctica sus ideas y participó como líder en la Guerra de los campesinos alemanes. Fue capturado y ejecutado. Su figura ha sido muy debatida a lo largo de la historia.

La vida de Thomas Müntzer

Sus primeros años y estudios (1489-1512)

Thomas Müntzer nació en una familia con buena posición económica a finales de 1489 o principios de 1490, en Stolberg, una pequeña ciudad alemana. Sus padres vivían en 1520, y su madre falleció por esas fechas.

Poco después de 1490, su familia se mudó a Quedlinburg. En 1506, Thomas se inscribió en la Universidad de Leipzig. Más tarde, a finales de 1512, se unió a la Universidad Viadrina en Fráncfort del Oder. Obtuvo una licenciatura en Teología y una maestría en artes. Müntzer se convirtió en un experto en idiomas como el latín, el griego antiguo y el idioma hebreo. También estudió mucho la literatura antigua y humanística, especialmente los libros de la Biblia.

Como sacerdote y predicador (1513-1520)

Después de sus estudios, Müntzer se dedicó a predicar de un lugar a otro. Dondequiera que iba, mostraba su gran entusiasmo y animaba a la gente.

En 1513, fue profesor asistente de latín en Halle. Más tarde, en 1514 y 1515, trabajó como clérigo y profesor de latín en Aschersleben. En estos lugares, apoyó a la clase media en su deseo de reformar la Iglesia.

Fue ordenado sacerdote alrededor de 1513 o 1514. En 1514, la ciudad de Brunswick le ofreció un puesto en la iglesia de San Miguel. Allí, empezó a cuestionar algunas prácticas de la Iglesia Católica. Sus amigos lo llamaban "castigador de injusticias".

Como estos trabajos no le daban suficiente dinero, entre 1515 y 1517 aceptó un puesto en un monasterio cerca de Aschersleben. Entre 1517 y 1519, enseñó en una escuela secundaria en Brunswick. En ese tiempo, se empezó a hablar mucho sobre las indulgencias (pagos para perdonar pecados), y Müntzer, incluso antes que Lutero, ya las criticaba.

Archivo:Ninety-five Theses (Basel)
Las noventa y cinco tesis de Lutero

En otoño de 1517, Müntzer estuvo en Wittenberg y conoció a Martín Lutero. Participó en importantes debates antes de que Lutero publicara sus famosas las 95 tesis. Müntzer también conoció las ideas de otros pensadores, como Andreas Karlstadt. No se quedó mucho tiempo en Wittenberg, sino que viajó por varias regiones.

En 1519, llegó a Jüterbog para reemplazar a un predicador que había tenido problemas con los franciscanos por predicar ideas reformadas. Müntzer continuó con esas ideas, y pronto los líderes de la Iglesia se quejaron de sus "artículos" que desafiaban las enseñanzas y las instituciones de la Iglesia.

En ese momento, Müntzer ya no solo seguía las ideas de Lutero. Había empezado a estudiar a místicos como Enrique Susón y Johannes Tauler. Se interesó por la posibilidad de recibir mensajes divinos a través de sueños y visiones. También estudió la historia temprana de la Iglesia cristiana y se comunicaba con otros reformadores.

En junio de 1519, Müntzer asistió al Debate de Leipzig, donde los reformadores de Wittenberg (Lutero, Karlstadt y Philip Melanchthon) debatieron con la Iglesia Católica. Lutero quedó impresionado por Müntzer y lo recomendó para un puesto en Zwickau, aunque la buena impresión no fue mutua.

A Müntzer se le llamó "martiniano" (seguidor de Lutero) en 1519 por hablar en contra de la orden franciscana y la veneración de santos. Pero pronto demostró ser un pensador independiente.

Continuó sus estudios en un monasterio en Weißenfels (1519-1520), donde trabajó y dedicó mucho tiempo a leer a autores antiguos y a estudiar la historia de la Iglesia. Allí desarrolló su propia visión del Cristianismo, que se volvió cada vez más centrada en el fin de los tiempos y en lo espiritual. De ser alguien que participaba en pequeños grupos de cambio, se convirtió en un reformador que veía el trabajo de Lutero como el inicio de una gran transformación en la vida religiosa y social, casi una revolución. Desde entonces, juzgó a Lutero bajo esa perspectiva.

Su tiempo en Zwickau (1520-1521)

En mayo de 1520, Müntzer aceptó la recomendación de Lutero y trabajó como predicador temporal en la iglesia de Santa María en Zwickau, una ciudad con unos 7000 habitantes. Zwickau era un centro importante de educación y economía, con minas de hierro y plata, y muchos trabajadores, especialmente tejedores. El dinero de la minería había creado diferencias entre ricos y pobres, aumentando las tensiones sociales.

En Santa María, Müntzer empezó a criticar a los que consideraba corruptos y a los frailes. En su primer sermón, tuvo un conflicto con los franciscanos, que fue resuelto por el ayuntamiento. Cuando el predicador principal regresó en septiembre de 1520, Müntzer fue nombrado predicador en la segunda iglesia de la ciudad, Santa Catalina.

Archivo:Zwickau Katharinenkirche
Iglesia de Santa Catalina en Zwickau, donde predicó Thomas Müntzer

Santa Catalina era una iglesia de trabajadores, especialmente tejedores. En Zwickau ya existía un movimiento de reforma influenciado por las ideas de Jan Hus del siglo XV, especialmente las más radicales. Entre los tejedores, este movimiento era muy fuerte. Müntzer se puso del lado de la gente común, a quienes veía como los que debían cumplir la ley divina en la Tierra. El líder de un grupo reformista, Nicolás Storch, que confiaba en las revelaciones a través de sueños, trabajó con Müntzer y otros predicadores. Rechazaban el bautismo de niños, creyendo que solo era válido el bautismo de quienes ya tenían fe. Storch también convenció a Müntzer de que el fin del mundo estaba cerca.

En los meses siguientes, Müntzer se opuso cada vez más a las prácticas de la Iglesia católica y a las ideas de Lutero. Creía que la verdadera autoridad venía de una "luz interior" que Dios daba a las personas, más que de la Biblia. El ayuntamiento de Zwickau se preocupó por lo que pasaba en Santa Catalina, y en abril de 1521, Müntzer fue despedido y obligado a dejar la ciudad. Storch se fue a Wittenberg, mientras que Müntzer se dirigió a Bohemia, la tierra de los seguidores de Hus.

Viajes por Praga y Sajonia (1521-1523)

Müntzer cruzó la frontera hacia Bohemia, llegando a Žatec, una ciudad segura para los seguidores radicales de Jan Hus.

Praga era una ciudad donde los Husitas estaban bien establecidos, y Müntzer esperaba encontrar un lugar seguro para desarrollar sus ideas, que cada vez se oponían más a Lutero. Llegó a finales de junio de 1521 y fue bien recibido al principio, se le permitió predicar y dar conferencias. Se veía a sí mismo como un profeta de Dios que debía preparar a la gente para el Juicio Final, buscando formar una iglesia pura como la de los primeros apóstoles. Müntzer empezó a tener visiones y predicaba por las calles y mercados de Praga.

Archivo:Thomas Muentzer, Prague Manifesto (autograph)
Manifiesto de Praga

En noviembre de 1521, escribió un resumen de sus creencias, conocido como el Manifiesto de Praga. En este documento, anunciaba el comienzo de la reforma final y la aparición de una nueva Iglesia guiada por el Espíritu Santo. Desarrolló ideas de rechazo a los clérigos, reforma de la Iglesia y experiencias espirituales intensas. Para recibir el Espíritu Santo, decía, había que aceptar el sufrimiento. Empezó a ver a Lutero como alguien que no se distanciaba lo suficiente de las prácticas que criticaba. Este documento, que existe en varias versiones, mostraba claramente lo mucho que se había alejado de los reformadores de Wittenberg y cómo creía que el movimiento de reforma era algo relacionado con el fin de los tiempos. La ciudad de Praga, rica y poderosa, no quería fomentar nuevas ideas radicales, así que Müntzer fue vigilado. En diciembre de 1521, las autoridades de Praga lo expulsaron de la ciudad.

Los siguientes doce meses los pasó viajando por Sajonia, visitando Erfurt y Nordhausen. En Nordhausen, en 1522, sus diferencias con los seguidores de Lutero se hicieron muy claras. Por primera vez, fueron los luteranos quienes lo expulsaron de una ciudad. También visitó su ciudad natal, Stolberg, y Weimar.

De diciembre de 1522 a marzo de 1523, fue capellán en un convento de monjas en Glaucha, cerca de Halle, donde ganó muchos seguidores con sus sermones. Aquí tuvo pocas oportunidades de promover grandes cambios. Su intento de dar la eucaristía (pan y vino) a una mujer noble probablemente le causó el despido.

Su etapa en Allstedt (1523-1524)

Su siguiente puesto fue más estable. A principios de abril de 1523, gracias al apoyo de Felicitas von Selmenitz, fue nombrado predicador en la iglesia de San Juan en Allstedt, una pequeña ciudad de Sajonia, cerca de una región minera.

Allstedt era una villa de 600 habitantes, con un castillo imponente. El príncipe elector de Sajonia tenía el derecho de nombrar al predicador, pero el ayuntamiento de Allstedt no consideró necesaria su aprobación.

Archivo:Südharzreise 17 – Burg und Schloss Allstedt
El castillo de Allstedt

Desde este momento, Müntzer ganó importancia histórica. No buscaba soluciones a medias y se distanció de otros reformadores. Creía en la libertad de la gente. Al principio, tuvo una buena relación con el ayuntamiento e incluso escribió una respuesta a Lutero en julio de 1523. Pero internamente, ya había decidido separarse. A partir de entonces, Müntzer se mostró como un defensor de la igualdad social, un revolucionario y alguien que creía en un cambio radical del mundo.

Durante su primer año, trabajó en reformar la misa, traduciendo los textos del latín al alemán, y compuso varios himnos que hizo imprimir.

Thomas Müntzer fue uno de los primeros reformadores en celebrar misas y servicios religiosos en el idioma local, el alemán, en la Pascua de 1523. Su influencia creció entre la gente humilde. La popularidad de sus sermones y la novedad de escuchar los cultos en alemán hicieron que muchas personas de los campos y ciudades cercanas acudieran a Allstedt. Se dice que más de 2000 personas se reunían cada domingo. Estos cultos preocuparon a las autoridades que se oponían a la Reforma.

Después de unas semanas, Lutero se enteró de la situación en Allstedt y pidió a las autoridades que convencieran a Müntzer de ir a Wittenberg para discutir su teología. Pero Müntzer se negó, diciendo que estaba muy ocupado con su reforma y no quería discutirla "a puerta cerrada".

Müntzer publicó tres escritos en Allstedt sobre temas religiosos: Orden y justificación de los oficios en lengua alemana, Misa evangélica en lengua alemana y Oficio eclesiástico alemán. Eliminó las imágenes externas, pero mantuvo la música y los himnos. Sus himnos y su forma de celebrar la liturgia se usaron en algunas zonas hasta el siglo XVIII.

Por esta época, se casó con Otilia von Gersen, una antigua monja. El 27 de marzo de 1524, tuvieron su primer hijo.

En septiembre de 1523, Müntzer tuvo un conflicto abierto con el conde Ernesto de Mansfeld, quien había prohibido a sus súbditos asistir a los cultos de Allstedt. Müntzer lo declaró enemigo del evangelio y le escribió una carta muy fuerte, diciéndole que dejara su "tiranía". Aprovechando una visita del príncipe elector Federico a Allstedt en noviembre de 1523, Müntzer se justificó, diciendo que su misión de predicar venía de Dios y que los príncipes tenían el deber de proteger a la gente, un deber que terminaría con el Juicio Final.

El 1 de enero de 1524, publicó el sermón Protesta o notificación de Thomas Müntzer de Stolberg, en el Harz, pastor de almas en Allstedt, referente a su doctrina. En este sermón, criticaba el bautismo recibido sin entenderlo. Müntzer mantenía el bautismo de niños pequeños, pero enfatizaba la responsabilidad de los padrinos en la educación religiosa de esos niños. También publicó otro sermón, Sobre la fe simulada, donde pedía que la fe aprendida fuera reemplazada por una fe verdadera, que solo se lograba a través del sufrimiento y la experiencia espiritual.

En abril de 1524, abrió una imprenta en Allstedt.

A principios de 1524, las autoridades de Sajonia intervinieron de nuevo cuando seguidores de Müntzer destruyeron una capilla en Mallerbach, incendiándola para acabar con lo que consideraban "superstición". La abadesa del convento al que pertenecía la capilla exigió que los culpables fueran castigados. El ayuntamiento de Allstedt y el recaudador de impuestos lograron retrasar la investigación. La gente no entendía por qué un príncipe luterano protegía el culto a la Virgen María. En junio, bajo la presión del duque, uno de los concejales fue arrestado.

Había peligro de una revuelta en la villa. Los mineros preguntaban si Müntzer o sus seguidores estaban siendo molestados por predicar la Palabra de Dios. El ayudante de Müntzer les decía que el poder pronto estaría en manos de la gente común. La tensión aumentaba. Como Lutero todavía lo toleraba, los príncipes sajones no lo atacaron, e incluso le permitieron predicar ante ellos.

Archivo:Deutsch Kirchen Ampt
"Oficio eclesiástico alemán" de Müntzer, impreso en Allstedt en 1523

El 13 de julio de 1524, Müntzer fue invitado a hablar ante el duque Juan de Sajonia y el príncipe Juan en el castillo de Allstedt. Allí predicó su famoso Sermón a los Príncipes de Sajonia, donde habló sobre la caída de los imperios y el papel de las autoridades. Fue una advertencia a los príncipes para que no se opusieran a las reformas de Allstedt, o se enfrentarían a la ira de Dios. También criticó las injusticias sociales. Lo más importante de este sermón fue su interpretación de un pasaje de la Biblia (Romanos 13:1-7), donde decía que si las autoridades no cumplen bien su papel, "la espada les será quitada".

Müntzer mandó imprimir este sermón de inmediato. En él, se ve la diferencia entre la misión que Müntzer sentía tener y la actitud de Lutero, que parecía más sumisa al poder de los príncipes. Müntzer criticaba la "bondad falsa" de quienes se decían pacíficos pero cometían injusticias, y llamaban "rebelde" a quien se resistía.

Desde el verano de 1523, los seguidores más leales de Müntzer habían formado una alianza secreta. El 24 de julio de 1524, se fundó públicamente una Alianza defensiva, la Liga de los Elegidos, a la que se invitó a personas de fuera de Allstedt.

Pronto llegaron más quejas contra Müntzer de otras partes del país, ya que se le veía como un instigador de problemas. Se buscaba y organizaba a campesinos y mineros para que tomaran las armas. Müntzer envió a sus mensajeros a varias regiones de Alemania. Desde Allstedt, Müntzer quería iniciar una gran rebelión alemana, y su programa era omnia sunt communia: que todos compartieran los bienes según sus necesidades. Las autoridades se enteraron de los detalles de la Liga Secreta a través de un informante.

La reacción inmediata de los príncipes al sermón no está clara, pero Lutero empezó a atacar a Müntzer, resentido por su influencia y porque no quería ir a Wittenberg a dar explicaciones. Lutero publicó su Carta a los Príncipes de Sajonia sobre el espíritu rebelde, acusando a Müntzer de cobarde y pidiendo su destierro.

Pocos días después de la denuncia de Lutero, a finales de julio de 1524, el duque Juan citó a Müntzer y a otras personas importantes de Allstedt para interrogarlos el 1 de agosto en el castillo de Weimar. Después de ser interrogados por separado, se les advirtió sobre su comportamiento futuro. Müntzer negó haber insultado a los príncipes desde el púlpito. Se le acusó de organizar sociedades secretas, denunciado por algunos ciudadanos de Allstedt. Müntzer solo reconoció el carácter defensivo de su Liga. Se le ordenó disolver la alianza y despedir al impresor. Se le informó que estaba acusado de asociación ilegal y que el duque Juan consultaría con el príncipe elector. Esta audiencia hizo que los funcionarios de la ciudad retiraran rápidamente su apoyo a los radicales.

Müntzer regresó a Allstedt convencido de que sería perseguido. Allí supo que otro duque de Sajonia pedía su extradición por una sublevación que había sido alentada por uno de sus enviados. La noche del 7 de agosto de 1524, Müntzer escapó de Allstedt, dejando a su esposa e hijo, quienes se le unieron más tarde. Se dirigió a la Ciudad Libre Imperial de Mühlhausen, a 65 km al sudoeste.

En Mühlhausen y Núremberg (1524-1525)

Mühlhausen era una ciudad con 8500 habitantes. Las tensiones sociales habían crecido durante años, y en 1523, los habitantes más pobres habían logrado algunas concesiones políticas del ayuntamiento. El movimiento reformador radical mantenía la presión bajo el liderazgo de Heinrich Pfeiffer, un predicador que había criticado las prácticas de la antigua Iglesia. Así, antes de que Müntzer llegara, ya había mucha tensión en la ciudad.

Archivo:Mühlhausen 1650
La ciudad de Mühlhausen en 1650

Müntzer no fue asignado a ninguna iglesia en particular, pero eso no le impidió predicar, agitar a la gente y publicar panfletos contra Lutero. Su compañero en Mühlhausen fue Pfeiffer. Aunque no compartían exactamente las mismas creencias, tenían suficiente en común en su deseo de reforma y su fe en la inspiración espiritual para trabajar juntos.

Durante su estancia en Mühlhausen, Müntzer publicó un manuscrito que había terminado en Allstedt: Denunciación expresa de la fe errada del mundo infiel, un documento que muestra bien sus ideas. Es importante destacar que los rebeldes, como Müntzer, usaban el Antiguo Testamento y el Apocalipsis como base para sus ideas.

A finales de septiembre de 1524, hubo un pequeño levantamiento en la ciudad, liderado por los pequeños burgueses y los trabajadores más pobres. Como resultado, los principales miembros del ayuntamiento huyeron. Pero el levantamiento duró poco debido a las divisiones entre los reformadores y porque los campesinos de los alrededores se opusieron al "comportamiento no cristiano" de los radicales urbanos. A petición de Lutero, Müntzer y Pfeiffer fueron expulsados por el ayuntamiento. Después de solo siete semanas en la ciudad, el 27 de septiembre, Müntzer fue obligado a irse de nuevo, sin su esposa e hijo, junto con Pfeiffer, buscando un lugar más seguro.

Viajó primero a Núremberg, donde Müntzer pasó desapercibido y se mostró deprimido, consciente de lo difícil que era su misión. Pensó que la mejor estrategia era difundir sus enseñanzas a través de la imprenta para evitar la cárcel. Sin predicar en público, seguía actuando en secreto, en conversaciones en talleres y tabernas. Müntzer creía que el ambiente no era adecuado para un levantamiento, ya que el gobierno de la ciudad era fuerte.

Con el apoyo de Hans Hut, organizó la impresión de su panfleto contra Lutero, Apología sumamente justificada y respuesta a la carne sin espíritu que se solaza en Wittenberg, que había escrito en Allstedt y revisado. Müntzer criticaba a Lutero por apoyar a los príncipes y por justificar con la Biblia la vida de lujos y la explotación de los tiranos. También envió a imprimir otro panfleto, Una exposición manifiesta de la falsa fe, pero ambos documentos fueron confiscados por las autoridades de la ciudad antes de que pudieran distribuirse.

A pesar de todo, el primer escrito circuló de mano en mano antes de la guerra de los campesinos. La gente pobre, que al principio se sentía representada por Lutero, ahora veía el panfleto de Müntzer como la voz de su decepción y enojo, y por eso atacaron verbalmente a Lutero.

Archivo:Hangman Bridge, Nuremberg, Bavaria, 1890s
Puente de Hangman en Núremberg, construido en 1457

Müntzer permaneció en Núremberg hasta noviembre y luego viajó por Suabia, Alsacia y Suiza, regresando a la Selva Negra. Allí, los campesinos y la gente común estaban empezando a organizarse para la gran rebelión campesina de 1525, desafiando a sus señores. No hay pruebas directas de lo que Müntzer hizo en esta parte del mundo, pero debió contactar con líderes de las conspiraciones rebeldes. Se cree que conoció a Baltasar Hubmaier en Waldshut y se sabe que estuvo en Basilea en diciembre, donde se reunió con el reformador Juan Ecolampadio y quizás con Conrad Grebel.

Pasó varias semanas en la región de Klettgau y Hegau, cerca de Basilea, en el sur de la Selva Negra. Hay pruebas de que animó a los campesinos, les ayudó a expresar sus quejas y les escribió sobre cómo debían gobernarse. Los “Doce Artículos” de los campesinos de Suabia no fueron escritos por Müntzer, aunque él los inspiró.

Pasó el invierno en Griessen, en la Selva Negra, donde llegó en octubre de 1524. Recibió y envió mensajeros. Es probable que en ese momento viera al pueblo rebelde como el instrumento elegido para el juicio divino, ya que las autoridades establecidas se habían negado a asumir esa tarea.

Así, es posible que Müntzer acelerara y organizara la revolución desde Sajonia hasta Turingia, pasando por Francia y Suabia, hasta Alsacia y la frontera suiza, en su relación con esos territorios, donde ya comenzaban los levantamientos. La vida de Müntzer culminó en la acción, en la desesperada explosión de los campesinos, en la guerra que él dirigió espiritualmente.

Cuando comenzó el levantamiento, Müntzer se dirigió al norte. Fue capturado con otros rebeldes en Fulda, donde el abad, sin saber quién era, lo dejó ir. A finales de febrero de 1525, cruzando en medio de la revuelta y evitando a los espías, Müntzer reapareció en la zona minera de Sajonia. A su alrededor, la revolución ardía por todas partes.

El final de Thomas Müntzer

Los pequeños burgueses de Mühlhausen se habían rebelado, animados por Otilia von Gersen, la esposa de Müntzer, que se había quedado allí e incitaba a los disturbios, al igual que en Allstedt.

A finales de febrero de 1525, Müntzer llegó a Mühlhausen, donde ocupó el púlpito en la iglesia de Santa María por voto popular, sin la autorización del ayuntamiento. Inmediatamente, él y Pfeiffer, que había regresado a la ciudad hacía tres meses y gozaba de la confianza de los pequeños burgueses, se encontraron en el centro de una gran actividad.

A principios de marzo, se pidió a los ciudadanos que eligieran un "Consejo Eterno" que reemplazaría al ayuntamiento existente y tendría más responsabilidades. Sorprendentemente, ni Müntzer ni Pfeiffer fueron admitidos en el nuevo Consejo. Probablemente por esto, Müntzer fundó a finales de marzo la "Eterna Liga de Dios", una comunidad de elegidos para el Juicio Final. Era una milicia armada, diseñada para la defensa de la Liga y como un grupo que temía a Dios para los eventos futuros. Se reunieron bajo una enorme bandera blanca con un arcoíris y las palabras La Palabra de Dios durará siempre.

Archivo:Muntzer Muhlhausen02
Thomas Müntzer, escultura de Michael Sander en Mühlhausen

En el Mühlhausen revolucionario, el gobierno de artesanos permitía la agitación abierta de la Liga de Müntzer. Él se dedicó a formar una guardia de líderes para coordinarse con los grupos de Suabia y Franconia. Pfeiffer, en cambio, apoyaba pequeñas incursiones y ataques contra ciudades vecinas. Müntzer ganó para su causa a muchos trabajadores textiles, que estaban inquietos y explotados.

En el campo y las ciudades cercanas, los acontecimientos de Mühlhausen tuvieron un rápido eco, porque los campesinos y los burgueses pobres habían oído hablar del levantamiento en el sudoeste de Alemania, y muchos estaban listos para unirse. Viejos compañeros de Allstedt llegaron, pero Müntzer esperaba que la zona minera de Mansfeld se levantara en armas y se uniera a ellos. Les envió una proclama revolucionaria.

A finales de abril, toda Turingia estaba en armas, con tropas de campesinos y gente común de diferentes distritos. Müntzer lo interpretó como una decisión divina para derribar las estructuras existentes y separar a los elegidos de los impíos. Convocó a los antiguos miembros de la alianza de Allstedt y a todos los que por su fe estuvieran dispuestos a participar en el levantamiento, según la voluntad de Dios.

Mientras tanto, los príncipes planeaban cómo reprimir la revuelta. Las autoridades tenían mejores armas y ejércitos más disciplinados que sus súbditos.

Se organizó un ejército rebelde en Frankenhausen, un pueblo cercano a las minas de Mansfeld y a los grupos de campesinos de Franconia. Müntzer prometió ir a ayudarles, mientras discutía con Pfeiffer la organización de una liga de campesinos y ciudadanos, a la que este se oponía.

A principios de mayo, Müntzer salió de Mühlhausen, que podría haber ofrecido mejor protección que Frankenhausen, junto con trescientos hombres seleccionados, el núcleo armado de su grupo. Los de Erfurt, a quienes había escrito, no se movieron, y los de Mühlhausen solo les prestaron ocho cañones. El grupo de Mühlhausen marchó por el norte de Turingia, hacia la comarca de Eichsfeld, respondiendo a una solicitud de ayuda de los rebeldes, pero no pudo unirse a otras tropas y se limitó a saquear localmente.

Finalmente, el 11 de mayo, Müntzer y el resto de sus tropas llegaron a las afueras de Frankenhausen, donde convergían los rebeldes de Turingia. Los campesinos estaban mal armados y dirigidos. No eran menos en número, pero sí en caballería, artillería y líderes con experiencia militar, en comparación con los siete príncipes que se acercaban. Müntzer confesó que nunca había sido guerrero, pero acudía con gran entusiasmo y fe, creyendo que realizaba una misión divina y esperando milagros.

El conde de Mansfeld firmó un acuerdo salarial con los mineros, lo que los separó del movimiento general. Müntzer pensó en llevar la rebelión a la tierra de Mansfeld. Rompió las negociaciones con el conde Alberto de Mansfeld, quien intentaba prolongarlas esperando la llegada de los ejércitos de los príncipes, y provocó una lucha inmediata contra él. El 12 de mayo, Müntzer envió cartas desafiantes a los condes de Mansfeld, firmadas como Thomas Müntzer, con la espada de Gedeón.

Archivo:German Peasants War
Campesinos rebeldes en 1525

Tan pronto como los campesinos instalaron su campamento en una colina, llegó el ejército de los príncipes de Sajonia y Hesse, que ya había aplastado la rebelión en el sur de Turingia. Se unieron el duque protestante de Brunswick y el duque católico Jorge de Sajonia, así como el joven landgrave Felipe I de Hesse, que cortó los posibles refuerzos de los campesinos de Suabia y Franconia. El ejército ocupó las colinas cercanas a Frankenhausen el 14 de mayo sin oposición, aunque Mühlhausen y Erfurt estaban en manos de los rebeldes, y rodeó completamente el campamento de los campesinos. Tenían ochocientos jinetes con armadura, tres mil soldados de infantería y artillería.

Los campesinos no tenían suficiente pólvora para sus pocos cañones, ya que el suizo encargado de conseguirla desapareció con el dinero. Intentaron negociar, pero se les exigió entregar a Müntzer y sus seguidores, y rendirse sin condiciones. Mientras tanto, los príncipes esperaban que los campesinos desertaran y se unieran a su bando.

Müntzer intentó animar a la gente, confiando en la ayuda divina. Durante las negociaciones, apareció un arcoíris y Müntzer les gritó a los campesinos que "allí tenían el arcoíris, la señal de que Dios estaba de su parte; que ellos se limitaran a luchar con valor". Orando, los ocho mil campesinos se prepararon para la batalla, fascinados por la promesa de Müntzer y la fe de sus trescientos seguidores más cercanos.

El 15 de mayo comenzó la batalla, que duró solo unos minutos. Los príncipes, para evitar la lucha, dispararon sus cañones contra los campesinos cuando estos esperaban la respuesta a una tercera propuesta de paz, y sin esperar las tres horas de tregua acordadas. Al disparar intensamente sobre los campesinos, estos huyeron hacia la ciudad, perseguidos por las tropas de los príncipes que los atacaban. Luego, las tropas tomaron y saquearon la ciudad y mataron a todos los hombres, hasta que los príncipes entraron y detuvieron el saqueo y la matanza. Los campesinos de los pueblos cercanos entregaron a los líderes y predicadores atados. Se estima que murieron entre 3000 y 10000 campesinos, con solo 6 bajas en el ejército de los príncipes.

Archivo:I11 303 Stolberg, Thomas-Müntzer-Denkmal
Müntzer conducido al patíbulo. Stolberg, escultura por K.F. Messerschmidt.

Müntzer escapó de la matanza escondiéndose en el desván de una casa, pero un soldado lo descubrió y lo reconoció por los documentos que llevaba. Lo entregó al landgrave y al duque Jorge. A las preguntas de estos, según Melanchthon, Müntzer respondió con arrogancia. Poco después, fue entregado a su mayor enemigo, el conde Ernesto de Mansfeld, quien lo encerró en la torre de Heldrungen, donde fue interrogado.

Desde Heldrungen, Müntzer envió una carta a la comunidad de Mühlhausen. El 27 de mayo, fue ejecutado junto con Pfeiffer, que había sido capturado poco antes, fuera de los muros de Mühlhausen.

Melanchthon lo describe asustado ante la muerte, pero esto podría ser por razones políticas, dada su peligrosidad para los luteranos y el poder de los príncipes. Al subir al lugar de la ejecución, Melanchthon dice que Müntzer dio un último discurso, advirtiendo a los príncipes que no fueran tan duros y que leyeran las Sagradas Escrituras, recordándoles el terrible fin que Dios reserva a los tiranos. Este discurso muestra las verdaderas creencias de Müntzer.

Como causa de la derrota, Müntzer señaló el egoísmo de los rebeldes e interpretó su propia muerte como un sacrificio por la desobediencia del pueblo a la voluntad divina. Pero no dudó de que su misión era divina.

Thomas Müntzer, el hombre

Müntzer era de estatura baja, cabello negro, piel oscura y mirada intensa. Su rostro, ancho y con huesos marcados, parecía de origen eslavo. Müntzer fue pobre toda su vida y murió pobre, sin guardar nada para sí mismo. No deseaba bienes materiales ni fue cruel, a pesar de sus palabras desafiantes contra un enemigo implacable. La violencia solo ocurrió cuando llegaron los príncipes.

Se decía que llevaba una vida de gran disciplina. El matrimonio le importaba para tener hijos. En resumen, su vida personal no afectó a este hombre con la estatura de un profeta, que apartaba todo lo que se interpusiera en el camino de sus creencias.

Müntzer no fue un cobarde ni se escondió. Se enfrentó públicamente a los príncipes y solo actuó en secreto cuando era necesario para sus planes. Fue un hombre leal a sí mismo. Los relatos de su supuesto desmayo final son falsos o contradictorios, probablemente creados por sus oponentes luteranos para atacar el movimiento campesino.

Müntzer era vanidoso y presumido, y no medía sus palabras amenazantes en sus cartas a los condes o príncipes. Buscaba un gobierno religioso (una teocracia) basado en los campesinos, sin nobleza ni príncipes. Proponía que todos los bienes fueran compartidos, como en el cristianismo primitivo, la eliminación de todas las autoridades y que la ley se basara en la moralidad y las enseñanzas de Cristo.

El conflicto entre Martín Lutero y Thomas Müntzer

Müntzer conoció a Lutero en 1517 en Wittenberg y asistió al Debate de Leipzig en 1519. Entre 1520 y 1523, los caminos de Müntzer y Lutero se separaron cada vez más. Desde Beuditz, Müntzer empezó a juzgar a Lutero con una visión mística y revolucionaria. En Zwickau y Nordhausen, se enfrentó a los seguidores de Lutero. Para Müntzer, la fe venía de una "luz interior" recibida de Dios, más que de la Biblia.

En 1523, en Allstedt, Müntzer rompió internamente con Lutero. Este pidió analizar la doctrina de Müntzer en Wittenberg, pero Müntzer se negó a ir para no discutirla "a puerta cerrada". Lutero se puso del lado de los príncipes. En 1524, Lutero viajó por el sur de Sajonia, intentando disuadir a los rebeldes. En Orlamünde, la gente le lanzó piedras cuando habló de Müntzer.

Después del famoso Sermón a los Príncipes de Sajonia de Müntzer en julio de 1524, Lutero empezó a atacar a Müntzer y publicó su Carta a los Príncipes de Sajonia sobre el espíritu rebelde, acusándolo de cobarde y exigiendo su destierro. En septiembre de 1524, Lutero instó a las autoridades de Mühlhausen a expulsar a Müntzer. En Núremberg, Müntzer escribió algunos panfletos contra Lutero, pero fueron confiscados antes de distribuirse.

Los reformadores radicales y anabaptistas como Müntzer apoyaron la Guerra de los campesinos alemanes, mientras que los luteranos y los calvinistas la condenaron y apoyaron a los nobles. Müntzer apoyó las demandas de los campesinos, incluyendo sus derechos políticos y legales. Su teología se desarrolló en un contexto de agitación social y dudas religiosas, y su llamado a un nuevo orden mundial se unió a las demandas políticas y sociales de los campesinos. Por su parte, Lutero al principio se mostró neutral, criticando las injusticias contra los campesinos y la imprudencia de estos al contraatacar. Lutero argumentaba que el deber de los campesinos era el trabajo agrícola, mientras que el deber de las clases gobernantes era mantener la paz. No podía apoyar a los campesinos porque rompían la paz.

Para Müntzer, Lutero había hecho bien al criticar al Papa, pero limitaba demasiado la fe, centrándose solo en la liberación personal y no en guiar hacia lo espiritual o hacia Dios.

En el momento más álgido de la rebelión, en 1525, la posición de Lutero cambió por completo para apoyar a los gobernantes y sus aliados católicos. Después de la masacre de nobles en Weinsberg en abril de 1525, escribió Contra las hordas de campesinos asesinos y ladrones, animando a la nobleza a eliminar rápida y violentamente a los campesinos rebeldes.

En resumen, Müntzer al principio respetó las ideas de Lutero, pero luego rechazó sus doctrinas. Lutero pensaba que Müntzer avanzaba demasiado rápido. El intercambio de cartas con los Príncipes de Sajonia en junio de 1524 muestra claramente la ruptura total y los ataques entre ambos. Después del verano de 1524, el tono del conflicto escrito se volvió más duro por ambas partes, culminando en el panfleto de Müntzer Reivindicación muy provocada y un rechazo de la carne viva no espiritual en Wittenberg de 1524, y en el de Lutero Una terrible historia y juicio de Dios sobre Thomas Müntzer de 1525, en el que el predicador radical (ya fallecido) era descrito como un "profeta asesino y sediento de sangre".

Durante los últimos años, Lutero y Müntzer aprovecharon cada oportunidad para atacar las ideas y acciones del otro. Cuando Lutero se enteró de la muerte de Müntzer, pasó un día encerrado. Después de la guerra, Lutero fue criticado por apoyar las acciones violentas de los gobernantes. Él se defendió, pero también declaró que los nobles fueron demasiado severos al sofocar la rebelión.

Las ideas de Thomas Müntzer

El período de 1517 a 1525 fue el inicio de la Reforma, un tiempo de muchas ideas diferentes y de desacuerdos, con figuras como Lutero, Calvino, Müntzer, Erasmo de Rotterdam y otros pensadores. En la Reforma Protestante, hubo muchos movimientos que buscaban cambiar las instituciones religiosas y sociales de la época medieval, a veces con ideas muy distintas.

Los investigadores modernos están de acuerdo en que Müntzer era una persona muy culta y que sus ideas, que mezclaban elementos espirituales, apocalípticos y de cambio social, lo llevaron a enfrentarse a la autoridad de los gobernantes. Buscaba un cambio profundo en las estructuras sociales de la época.

No es fácil saber con exactitud cómo llegó a creer que era un enviado divino. Respetaba las creencias de la Iglesia antigua (como la doctrina de la Trinidad), pero les daba un toque personal. Intentaba desenmascarar la "fe fingida", insistiendo en que el camino hacia la fe verdadera implicaba sufrimiento y seguir a Cristo. También anunciaba el Juicio Final y la restauración de un orden original establecido por Dios.

La Reforma según Müntzer

Müntzer creía que las enseñanzas venían directamente del Espíritu Santo, a diferencia de las ideas de Lutero, que se basaban en la salvación solo por la fe y en la Biblia como única fuente de verdad divina. El aspecto revolucionario de su teología es que unió la idea de que el gobierno terrenal debía ser derrocado con la creencia de que la gente común, por su falta de bienes y su "inocencia", debía llevar a cabo ese cambio contra los enemigos del Espíritu Santo en los últimos días.

El trabajo de Müntzer se centró en la formación religiosa y ética de los campesinos, y en enseñarles a entender su concepto de una sociedad futura sin diferencias legales y sociales. Durante la rebelión, intentó conectar las preocupaciones de los campesinos, comerciantes y gente común con la liberación de toda la cristiandad. El fracaso de la revuelta le pareció un juicio de Dios sobre el pueblo que aún no estaba purificado, pero no la derrota de su idea de una nueva sociedad.

Algunos de los puntos clave de las ideas de Müntzer son:

  • El surgimiento de la fe. La fe verdadera solo depende de Dios. Solo es justa la fe de quien se somete a las pruebas más difíciles. El valor de una persona devota se mide por sus acciones. No hay bondad interior o libertad que no se vea por fuera, a través de acciones de ayuda a los demás. Müntzer condenaba las acciones que solo parecían buenas por fuera y la fe fingida.
  • Sufrimiento y dolor. Para Müntzer, era esencial experimentar dolor y sufrimiento real, ya fuera espiritual o físico, para convertirse en un verdadero creyente cristiano.
  • El espíritu y no la letra. Para Müntzer, la verdadera creencia venía de la experiencia espiritual, del trabajo del Espíritu Santo en el corazón del creyente, y no de un texto escrito como la Biblia. Los verdaderos creyentes podían alcanzar la fe a través del sufrimiento personal, guiados por los "verdaderos siervos de Dios", sin importarles los sacerdotes católicos o los reformadores luteranos. Este punto causó su ruptura con Lutero.
  • Espiritualismo. Müntzer creía en el poder de las visiones y los sueños como fuentes de la revelación espiritual. Rechazó el bautismo infantil, ya que el verdadero bautismo debía ser el de un creyente.
  • El temor a Dios y al hombre. Sin importar la posición social, el verdadero creyente debe tener "Temor de Dios", lo que elimina el egoísmo y el miedo a las personas, y hace que la voluntad humana se alinee con la de Cristo. No debe tener "temor de hombre".
  • El derecho de los buenos a usar la fuerza. Müntzer criticó el supuesto pacifismo de los príncipes, la "bondad fingida" inicial de Lutero, o el uso ideológico del pacifismo de Karlstadt. Decía que había que destruir la falsa paz y el orden que adormecían al pueblo. Quien tolera el mal, se convierte en su cómplice. Dios se muestra al malvado como ira y solo al justo como amor. Esto explica la idea de Müntzer sobre el uso de la fuerza.
  • Descreimiento extremo y palabra interior. Para Müntzer, el camino hacia Dios implicaba varias fases: angustia; eliminación del egoísmo; esfuerzo personal por mejorar; asombro y pensamientos sobre el pecado y la gracia; el "tedio" o el horror de la ley; y finalmente, la desesperación, después de la cual la persona escucha la Palabra de Dios.
  • Apocalíptico. Müntzer valoraba especialmente los libros proféticos de la Biblia, como el “Libro de Daniel” y el “Apocalipsis de San Juan”. Creía que el mundo estaba en un punto de cambio. Dios arreglaría los problemas del mundo (incluyendo a los príncipes, la Iglesia católica y la Reforma luterana), en gran parte mediante la destrucción, pero con la ayuda activa de los verdaderos cristianos. De ahí nacería una nueva era para la humanidad.

En resumen: Las ideas de Müntzer sobre el sufrimiento, la revelación espiritual y el rechazo al miedo a los hombres se combinaban con la esperanza de que el fin de los tiempos pondría a los "Elegidos" en total oposición a la autoridad de los gobernantes y a las enseñanzas de católicos y luteranos. Sin embargo, no había un camino individual de salvación. La importancia que Müntzer daba a las actividades comunitarias, las liturgias reformadas y las alianzas que fundó o apoyó en Zwickau, Allstedt y Mühlhausen, son fundamentales en su ministerio. Las ideas de Müntzer coincidieron brevemente con los deseos de los campesinos y la gente común en 1525, y él consideró el levantamiento como un acto divino, por lo que tomó su posición como líder de los rebeldes.

Las ideas políticas de Müntzer

Las ideas políticas de Müntzer mezclaban conceptos políticos con elementos religiosos. El predicador de Allstedt, en sus escritos religiosos, presentaba estas ideas políticas que justificaron las guerras campesinas en Alemania.

Friedrich Engels analizó la figura de Müntzer y consideró que llevó a cabo las ideas de una forma temprana de igualdad social. Los campesinos y la gente común formaron un grupo de cambio, donde Müntzer representaba el lado popular de la Reforma protestante, y Lutero sería el símbolo de una reforma religiosa más ligada al mundo de los comerciantes y la burguesía. Müntzer daba prioridad a la eliminación de las diferencias sociales, proponiendo una sociedad igualitaria en todos los sentidos, eliminando la idea de la propiedad privada y defendiendo un "poder del Estado" en manos de toda la sociedad.

En los escritos de Müntzer se pueden encontrar elementos de una clara "teología política", como:

  • ¿Quién es el enemigo? Para Müntzer, los que no seguían la palabra de Dios eran los enemigos que debían ser combatidos para que surgiera una nueva Iglesia, como la de los apóstoles, en un pueblo del reino de Dios. Había dos enemigos de Dios, y de Müntzer como su elegido: la Iglesia Católica y las propuestas de Martín Lutero, que llevaban a una práctica falsa y a oponerse a la ley justa. Esto incluía a una Iglesia corrupta y a los gobernantes y príncipes que los seguían.
  • El gobernante y el uso de la fuerza. Solo Dios puede usar legítimamente la fuerza, ya que como gobernante absoluto y conocedor de la justicia puede identificar al enemigo. En su Sermón a los príncipes de Sajonia, Müntzer sostenía que los príncipes estaban al servicio de las enseñanzas religiosas y si actuaban contra la ley divina, podían ser derrocados por el pueblo, pero no por el pueblo común, sino por los "elegidos" que recibían la guía del Espíritu Santo. Para Engels, la propuesta de Reforma de Lutero justificaba el mundo de los comerciantes, y la de Müntzer defendía la rebelión de los campesinos, justificando el derecho de los elegidos a usar la fuerza contra los enemigos de las enseñanzas religiosas. Si el gobernante usa la fuerza y la violencia contra el pueblo y las enseñanzas de Dios, se convierte en enemigo del pueblo y de Dios, y por ello, el pueblo en la revuelta puede tomar la fuerza y derrocarlo. Según los escritos de Müntzer, los campesinos tenían razón para rebelarse porque los príncipes eran injustos. En ese contexto, la religión y la política estaban muy unidas.
  • El derecho a quitar la vida. Según los escritos de Müntzer, solo los "elegidos" –quienes recibían la guía del Espíritu Santo sin intermediarios y deseaban aprender las enseñanzas religiosas– eran quienes podían usar la "espada". Müntzer se proclamaba como el nuevo Daniel que tenía el poder de quitar la vida. Lutero proclamaba que los enemigos de Dios eran los campesinos que se rebelaron contra los señores, por lo que debían ser aplastados por los ejércitos de los príncipes. Müntzer sostenía que los príncipes y sus teólogos eran los verdaderos enemigos de Dios. Ambos lados tenían una justificación, pero el que tuviera la razón, podría quitar la vida al otro.
  • Omnia sunt communia. En su declaración final bajo interrogatorio en mayo de 1525, Müntzer declaró que uno de sus objetivos principales era "omnia sunt communia": "todas las cosas deben compartirse en común, y su distribución a cada uno debe ser hecha según su necesidad". Esta declaración ha sido citada a menudo como prueba de las ideas de igualdad social de Müntzer, pero no se encuentra en otros escritos y cartas. Puede haber sido una declaración de lo que sus captores temían, más que de lo que Müntzer creía.

Conclusiones: El mensaje de Müntzer iba dirigido al pueblo y tenía un carácter universal. Los príncipes se apoyaban en la interpretación de Lutero, mientras que los campesinos eran dirigidos por Müntzer. Ambos eran oponentes y ambos proclamaban que su bando aplicaba la correcta interpretación de la palabra de "Dios", y por lo tanto tenían el derecho incuestionable de usar la fuerza. El gobernante tiene el derecho de usar la fuerza, pero si abusa de sus poderes, el pueblo tendrá razón para rebelarse, y Müntzer justificaba la excepción de la revuelta justa. El conocimiento de la verdad y de la justicia solo era posible para los "elegidos", cuyo conocimiento venía de su interior.

El legado de Müntzer

La insistencia de Müntzer en una fe que realmente se hubiera experimentado, su crítica al bautismo tradicional y a un orden social con muchas clases, su referencia a la época de los apóstoles, fueron adoptadas desde temprano en algunos lugares como una alternativa a los movimientos de Lutero o Zwinglio en la Reforma.

Durante los últimos dos años de su vida, Müntzer estuvo en contacto con otros líderes radicales, como Hans Hut, Hans Denck, Melchior Rinck, Hans Römer y Baltasar Hubmaier, líderes del movimiento anabaptista (que rechazaba el bautismo infantil). Compartían algunas enseñanzas. Su legado se ve en los primeros Anabaptistas, en la “Rebelión de Münster” en 1535, los anabaptistas holandeses y los radicales de la revolución inglesa. En las ciudades donde Müntzer estuvo activo, sus liturgias reformadas se siguieron usando durante diez años después de su muerte.

La memoria sobre la participación de Müntzer en la Guerra de los Campesinos se mantuvo especialmente por los escritos en su contra, producidos en Wittenberg. Así, hasta el siglo XX, se le siguió viendo como el ejemplo de una persona muy apasionada y que desafiaba el orden establecido, con una fuerte conexión con los anabaptistas.

Archivo:ThomasMüntzerDDR5Mark
Thomas Müntzer en el billete de 5 marcos de la RDA en la emisión de 1971 a 1990.

En el siglo XIX, Friedrich Engels y Karl Kautsky lo consideraron un precursor de los revolucionarios modernos. El historiador Wilhelm Zimmermann atribuye a Müntzer el inicio de la revuelta en Alemania, pero cree que, aunque tenía un gran entusiasmo, no era consciente de las exigencias de la realidad. Kautsky cree que no aportó ideas nuevas, pero su "impulso y energía no fueron superados". El historiador político Ranke cree que Müntzer fue de gran importancia, y que junto con los experimentos anabaptistas y las teorías de Paracelso, podría haber cambiado el mundo. Müntzer fue un héroe trágico, estricto y con una gran energía.

En varios momentos de la historia alemana (y a veces europea), hubo un mayor interés por la figura de Müntzer: durante la creación del nacionalismo alemán entre 1870 y 1914; en la época de cambios en Alemania después de 1918; en la Alemania del Este buscando su "propia" historia después de 1945 (la imagen de Müntzer fue usada en el billete de 5 Marcos de la RDA); y en los aniversarios de la Guerra de los Campesinos en 1975 y del nacimiento de Müntzer en 1989. El número de libros y artículos dedicados a Müntzer aumentó mucho después de 1945.

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Thomas Müntzer Facts for Kids

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Thomas Müntzer para Niños. Enciclopedia Kiddle.