Terremotos de Santa Marta para niños
Datos para niños Terremotos de Santa Marta |
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7,5 Mi en potencia de Magnitud de Momento (MW) | ||
![]() Ruinas de la Catedral Primada de Santiago después del terremoto de 1773. Las torres de los campanarios fueron derribadas por el terremoto del 3 de septiembre de 1874.
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Fecha y hora | 29 de julio de 1773, ~15:00 h. | |
Coordenadas del epicentro | 14°36′N 90°42′O / 14.6, -90.7 | |
Consecuencias | ||
Zonas afectadas | Antigua Guatemala | |
Víctimas | estimados: quinientos fallecidos | |
Los terremotos de Santa Marta fueron una serie de fuertes sismos que causaron grandes daños en la ciudad de Santiago de los Caballeros, hoy conocida como Antigua Guatemala, en el año 1773.
En 1776, la capital de la región fue trasladada a una nueva ubicación, la Nueva Guatemala de la Asunción. Esto ocurrió después de que los terremotos de Santa Marta destruyeran Santiago de los Caballeros por tercera vez en el mismo siglo. Las autoridades civiles aprovecharon esta situación para trasladar la capital, siguiendo las ideas de las Reformas Borbónicas de la corona española. Esto también significó que las órdenes religiosas tuvieron que mudarse de sus grandes conventos a edificios temporales en la nueva ciudad.
Contenido
¿Qué sucedió durante los terremotos de Santa Marta?
En 1773, Santiago de los Caballeros de Guatemala era una de las ciudades más importantes de las colonias españolas en América. Se decía que solo la Ciudad de México era más impresionante. La ciudad estaba rodeada por tres volcanes: el Volcán de Agua, el Volcán de Fuego y el Volcán Acatenango. Aunque los volcanes de Fuego y Acatenango estaban más lejos, habían hecho erupción muchas veces y se les consideraba la causa de los constantes daños en la ciudad.
La cercanía de los volcanes también ofrecía beneficios, como baños termales y medicinales. La ciudad recibía alimentos y productos de setenta y dos pueblos cercanos.
Estado de las principales iglesias de la ciudad luego del terremoto
Nótese que salvo el techado, la mayoría de las estructuras resistió los sismos.
Después de los terremotos de 1751, muchos edificios fueron reparados o construidos de nuevo. Para 1773, la ciudad parecía completamente renovada. Las casas eran grandes y lujosas, con puertas de madera tallada y ventanas de cristal fino. Era común encontrar pinturas, espejos y lámparas de plata.
Los templos católicos eran magníficos. Había veintiséis iglesias y quince ermitas. La catedral era la más suntuosa, con tres naves y capillas. Las iglesias de las órdenes religiosas, como los dominicos y franciscanos, también eran muy impresionantes.
El día del gran terremoto
En mayo de 1773, comenzaron a sentirse pequeños sismos. Estos temblores aumentaron su fuerza, y el 11 de junio, un temblor más fuerte dañó algunas casas y edificios. Los más afectados fueron:
- Iglesia de las monjas Carmelitas
- Iglesia de Santo Domingo
- Hospital Real de San Juan de Dios
Los sismos continuaron hasta el 29 de julio de 1773, día de Santa Marta de Bethania. Ese día, ocurrió el terremoto más fuerte.
A las 3:40 de la tarde, un primer temblor rápido y violento hizo que la gente saliera de sus casas. Diez minutos después, a las 3:50, un segundo temblor, mucho más fuerte, destruyó edificios. El movimiento fue tan intenso que nadie podía mantenerse en pie. Se abrieron grietas en el suelo y una gran nube de polvo cubrió la ciudad. Los árboles se cayeron o se movían tanto que sus ramas tocaban el suelo. El ruido de los edificios derrumbándose y las campanas de las iglesias fue ensordecedor.
A pesar de la violencia del sismo, muchas vidas se salvaron porque la gente ya había salido de sus casas después del primer temblor. Esa noche, hubo fuertes tormentas eléctricas y más réplicas del terremoto.
Al día siguiente, 30 de julio, la gente pudo ver la magnitud de la destrucción. Los edificios que no se derrumbaron quedaron inservibles.
Entre el 2 y el 4 de agosto, se realizaron reuniones importantes con las autoridades locales, incluyendo al gobernador Martín de Mayorga y al arzobispo Pedro Cortés y Larraz. Decidieron informar al Rey Carlos III sobre los daños y la posibilidad de trasladar la ciudad a un valle cercano llamado La Ermita. Este lugar no estaba cerca de volcanes, lo que se consideraba una ventaja. Un experto en construcción, Bernardo Ramírez, confirmó que los edificios eran inhabitables.
El 7 de septiembre de 1773, otro temblor considerable derribó algunos edificios que ya estaban dañados. El 13 de diciembre de 1773, dos sismos fuertes más reforzaron la idea de la mudanza.
Después del terremoto del 29 de julio, la gente olvidó sus diferencias sociales y se reunió en los espacios abiertos. Muchas personas, incluyendo monjas y presos, salieron de sus edificios dañados. También se reportaron casos de personas que murieron por el impacto del terremoto o que perdieron la razón.
El traslado de la capital
El terremoto causó grandes pérdidas en templos y edificios públicos, así como en casas particulares. Sin embargo, no toda la ciudad quedó completamente destruida. A pesar de esto, el capitán general Martín de Mayorga pidió al rey de España el 21 de julio de 1775 que se trasladara Santiago de los Caballeros de Guatemala. La ciudad era vulnerable a erupciones volcánicas, inundaciones y terremotos.
El 2 de enero de 1776, se hizo oficial el traslado al cuarto asentamiento, la Nueva Guatemala de la Asunción. El 23 de mayo de 1776, por orden real, se cambió el nombre de "Santiago" por "Nueva Guatemala de la Asunción". Con el tiempo, esta ciudad se convirtió en la más grande y poblada de Centroamérica.

Los daños del terremoto llegaron hasta el actual El Salvador, donde iglesias en Caluco, Tacuba e Izalco fueron destruidas. Se decía que el terremoto fue tan fuerte que "el agua saltaba de las fuentes y las campanas sonaban solas en las torres antes de caer".
Los daños causados por el terremoto fueron serios, pero el saqueo y el abandono de la ciudad también contribuyeron a su deterioro. El 16 de enero de 1775, se ordenó que todos los materiales útiles de los edificios dañados fueran llevados a la nueva capital. Por esta razón, muchas estructuras que aún estaban en pie fueron despojadas de puertas, ventanas y objetos decorativos.
Para forzar el traslado de la ciudad, el presidente de la Audiencia, Martín de Mayorga, ordenó en 1778 el traslado de una importante escultura religiosa, Jesús Nazareno de la Merced, junto con la imagen de la Virgen. Este traslado fue difícil, y los habitantes de Antigua lloraron la pérdida de la imagen. Finalmente, las imágenes llegaron a la Nueva Guatemala de la Asunción.
La epidemia después del terremoto
Después de los terremotos, la ciudad sufrió una epidemia de tifo exantemático. Esta enfermedad causó más muertes entre la población que los propios sismos. Para combatir la peste, las autoridades y los médicos trabajaron juntos.
El problema de salud comenzó cuando los habitantes pobres regresaron a la ciudad. Habían huido a las montañas para escapar de los sismos y vivieron en condiciones de higiene muy malas.
El gobernador Mayorga estableció una "Junta de Salud Pública" para crear un plan contra la epidemia. Esta junta logró controlar la enfermedad, que duró desde finales de 1773 hasta junio de 1774.
El arzobispo Cortés y Larraz visitó los lugares afectados y propuso un plan preventivo muy avanzado para su época. Él notó que la peste se había originado en el occidente de Guatemala y que los pobladores que regresaron la habían traído a la ciudad. También descubrió que la enfermedad se propagaba rápidamente por las malas condiciones de los hospitales improvisados. Recomendó construir lugares de aislamiento y mejorar la alimentación de los pacientes. Su plan era simple y efectivo, pero la burocracia colonial retrasó su implementación.
Después de muchas discusiones, y cuando la peste ya estaba disminuyendo, un cirujano llamado Alonso de Carriolla dio un resumen de las medidas preventivas aprendidas:
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¿Cuántas víctimas hubo?
No fue posible saber el número exacto de personas fallecidas por los terremotos, ya que muchos quedaron bajo los escombros. Solo se pudieron contar 123 cuerpos, que fueron enterrados donde los encontraron, porque las iglesias (donde se solían hacer los entierros) estaban destruidas.
La epidemia de tifo, que terminó el 28 de junio de 1774, causó la muerte de cuatro mil personas, la mayoría de ellas indígenas y mestizos de bajos recursos.
Véase también
En inglés: 1773 Guatemala earthquake Facts for Kids