Atilano de Zamora para niños
Datos para niños Atilano de Zamora |
||
---|---|---|
![]() |
||
Información personal | ||
Nacimiento | 850 Tarazona (España) |
|
Fallecimiento | 919 Zamora (España) |
|
Religión | Católico | |
Información profesional | ||
Ocupación | Sacerdote católico | |
Cargos ocupados |
|
|
Información religiosa | ||
Festividad | 5 de octubre | |
Orden religiosa | Orden de San Benito | |
San Atilano (nacido en Tarazona alrededor del año 850 y fallecido en Zamora el 5 de octubre de 919) fue una figura muy importante en la historia de la ciudad de Zamora. Fue el primer obispo de la diócesis de Zamora entre los años 901 y 917.
Hoy en día, se le considera uno de los patrones de la ciudad de Zamora. Es importante saber que hubo otro obispo en Zamora con el mismo nombre, Atilano, que vivió más tarde, entre los años 990 y 1009.
Contenido
La vida de San Atilano


Se conocen algunos detalles sobre la vida de San Atilano, especialmente durante el tiempo que fue obispo. Gran parte de lo que sabemos se descubrió a principios del siglo XVIII gracias a un manuscrito. Este documento fue encontrado por un canónigo en la Biblioteca Real de Madrid. El manuscrito se llamaba Grandezas de la ciudad e iglesia de León y vidas del glorioso san Froilán y san Atilano.
Sus primeros años y vida religiosa
Se cree que Atilano venía de una familia importante. Comenzó su vida religiosa muy joven en un monasterio benedictino cerca de su ciudad natal, Tarazona. Después, se trasladó al monasterio de Sahagún.
Una vez que fue ordenado sacerdote, se unió a San Froilán, otro monje que había nacido en Lugo. Juntos, decidieron vivir como ermitaños en los Montes de León.
La fama de los santos y la fundación de monasterios
La fama de San Atilano y San Froilán por su vida dedicada y sus enseñanzas creció rápidamente. Muchas personas de la región iban a escucharlos predicar. Su popularidad fue tan grande que ya no pudieron seguir viviendo de forma aislada. Por eso, decidieron fundar un monasterio en Veseo, que llegó a tener hasta trescientos miembros.
La noticia de estos dos santos llegó a oídos del rey de Asturias, Alfonso III el Magno. El rey honró a San Froilán y le dio permiso para construir más monasterios en su reino.
Juntos, San Atilano y San Froilán fundaron el Monasterio de Moreruela en Tábara. Esta zona había sido recuperada recientemente de los musulmanes y estaba siendo repoblada por cristianos. Alrededor de este monasterio se organizaron otros centros religiosos. Para fortalecer la defensa del reino cristiano frente a los musulmanes, el rey también fundó el Monasterio de Santa María de Moreruela. En este lugar, San Froilán fue el abad (el líder del monasterio) y San Atilano fue el prior (el segundo al mando).
Atilano como obispo de Zamora
Debido a su gran trabajo evangelizador en las nuevas tierras y al respeto que el pueblo sentía por ellos, el rey decidió darles un cargo aún más importante: el de obispo. San Froilán se convirtió en obispo de León y San Atilano en obispo de Zamora.
Un historiador del siglo XIII, Juan Gil de Zamora, escribió en su libro Liber illustrium personarum sobre un descubrimiento importante. En 1260, mientras se realizaban obras en la Iglesia de San Pedro (hoy conocida como Iglesia de San Pedro y San Ildefonso), se encontraron los restos de San Ildefonso de Toledo y de San Atilano. La devoción a San Atilano se mantuvo a lo largo de los siglos, con referencias escritas en libros religiosos de los siglo XIV y Siglo XV.
No se conservan escritos de San Atilano, y la información sobre sus años como obispo se mezcla con leyendas. Sus restos se guardan en la ciudad de Zamora, en la iglesia de San Pedro y San Ildefonso. Allí son cuidados por la Real Cofradía de Caballeros Cubicularios de Zamora.
Leyendas sobre San Atilano
Existen varias historias y leyendas sobre la vida de San Atilano que se han transmitido a lo largo del tiempo.
El Espíritu Santo y el puente milagroso
Se cuenta que el día en que San Atilano fue nombrado obispo, el Espíritu Santo se apareció. También se dice que, mientras huía de sus perseguidores, el puente sobre el río Duero se hundió justo después de que él lo cruzara. Esto impidió que sus perseguidores pudieran alcanzarlo.
El anillo y el pez
Otra leyenda muy conocida narra que San Atilano hizo un viaje a Jerusalén para reflexionar sobre algunos errores de su juventud. Al salir de la ciudad y cruzar un puente, arrojó su anillo de obispo al río Duero. Lo hizo con la esperanza de recuperarlo algún día como señal de que había encontrado la paz.
Dos años después, inspirado por una señal divina, regresó a Zamora sin que nadie lo reconociera. Se hospedó en un lugar cercano al Hospital de San Vicente de Cornú. Mientras preparaba su comida, abrió un pez que había recibido como limosna y, ¡sorpresa!, encontró su anillo dentro. En ese momento, las campanas de la ciudad comenzaron a sonar solas. Los habitantes de Zamora, asombrados por el prodigio, acudieron a recibirlo con alegría. San Atilano apareció milagrosamente vestido con sus ropas de obispo. Con el tiempo, el lugar donde se hospedó se convirtió en la ermita de San Atilano, cerca del cementerio del mismo nombre.
Véase también
En inglés: Attilanus Facts for Kids