Pla de Santa Bárbara para niños
El poblado ibérico del Pla de Santa Bárbara fue un antiguo asentamiento de la tribu de los cosetanos. Se encontraba en el punto más alto de lo que hoy es la ciudad de Montblanch, en la provincia de Tarragona, muy cerca del río Francolí.
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¿Cómo era el poblado del Pla de Santa Bárbara?
Las excavaciones arqueológicas que se hicieron en el siglo XX nos mostraron cómo era este poblado ibérico. Tenía una forma como de rueda, con casas pequeñas y rectangulares pegadas unas a otras. También había silos, que eran como grandes agujeros en el suelo, usados para guardar grano.
Las casas de los íberos
Las casas tenían una base de piedra y las paredes estaban hechas de ladrillos y materiales vegetales. Eran viviendas pequeñas, con forma rectangular y una chimenea para el fuego. A lo largo de una pared, había un banco de obra que servía para sentarse.
¿De qué vivían los íberos en el Pla de Santa Bárbara?
Los íberos que habitaban este lugar obtenían sus recursos de la agricultura, la ganadería y el comercio.
Cultivos y animales: la base de su alimentación
- En la agricultura, cultivaban cebada, trigo, mijo, habas, lentejas y guisantes, que eran la base de su comida. También sembraban plantas como el lino y el esparto para fabricar tejidos.
- En la ganadería, aprovechaban la carne y la leche de animales que criaban, como ovejas y cabras. Además, cazaban animales salvajes como ciervos y jabalís para complementar su dieta.
El comercio y sus productos
Los íberos del Pla de Santa Bárbara comerciaban de dos maneras:
- Hacían trueque, que era intercambiar productos sin usar dinero.
- También usaban monedas, influenciados por los comerciantes griegos. Incluso llegaron a fabricar sus propias monedas.
En este poblado se vendían y compraban productos agrícolas como el aceite, el vino y el cereal. También eran importantes la cerámica y los minerales que extraían de las montañas de Prades.
Cerámica y herramientas: la habilidad íbera
Se han encontrado muchos restos de cerámica en el Pla de Santa Bárbara. Algunas piezas tenían decoraciones pintadas con barniz negro. También se halló un molino rotativo de piedra, que usaban para moler el grano.
Los íberos eran muy hábiles con el torno de alfarero, creando jarras, vasos y ánforas. También hacían cerámica a mano, con superficies rugosas y pulidas, muy decoradas.
Gracias a los trozos de cerámica encontrados, sabemos que los íberos comerciaban con otras civilizaciones. Entre los siglo IV a. C. y el siglo III a. C., llegaba cerámica griega al poblado, así como de lugares como el Languedoc, el Rosellón y otras partes de la actual Cataluña.
Algunas de estas cerámicas importadas eran muy valiosas y seguramente formaban parte de vajillas de lujo. Llegaban al Pla de Santa Bárbara usando los ríos como caminos desde la costa mediterránea. La colonia comercial griega de Ampurias era uno de los principales lugares desde donde llegaba esta cerámica.
Además, los íberos fabricaban herramientas de hierro de muy buena calidad. Hacían arados, azadas y hachas para trabajar la tierra. También creaban joyas, adornos y puñales. Hilaban y tejían lana, lino y esparto para hacer ropa, sacos y alfombras.
¿Qué pasó con el poblado del Pla de Santa Bárbara?
La historia del Pla de Santa Bárbara estuvo marcada por importantes eventos.
La llegada de los cartagineses
Durante la segunda guerra púnica, los cartagineses invadieron la península ibérica. Su objetivo era llegar por tierra a la península itálica. En el año 219 a. C., destruyeron Sagunto. En la primavera del 218 a. C., un gran ejército cartaginés, con caballos y elefantes, pasó cerca del poblado en su camino hacia Italia. Este fue el primer evento histórico documentado en la Cuenca de Barberá.
La influencia romana
Poco después de los cartagineses, llegó el ejército romano. Tras conquistar la costa (desembarcando en Ampurias y ganando en la Cissa), avanzaron hacia el interior.
Con la conquista romana del Pla de Santa Bárbara, a finales del siglo III a. C., la cerámica encontrada en las excavaciones empezó a cambiar. Ahora, toda venía de la península itálica. Se han encontrado 22 piezas diferentes, como platos, cuencos y copas. Los romanos comenzaron a extender su cultura y construyeron una gran red de caminos. Por estas vías, sus ideas y su cultura se difundieron fácilmente.
El final del poblado ibérico
A partir de la segunda mitad del siglo II a. C., ya no llegaron más cerámicas importadas. Fue el momento en que el poblado ibérico fue abandonado. Se estaba formando un nuevo sistema social y económico basado en las villas romanas y las ciudades.
Muchos siglos después, los señores feudales construyeron un castillo en la cima del Pla de Santa Bárbara. Para ello, usaron las piedras de las antiguas casas del poblado íbero. Así, el rastro de la civilización de los íberos en Montblanch desapareció hasta el siglo XX, cuando las excavaciones lo sacaron a la luz de nuevo.