Parábola de la oveja perdida para niños
La parábola de la oveja perdida es una historia corta que se encuentra en los Evangelios de Lucas (capítulo 15, versículos 3-7) y Mateo (capítulo 18, versículos 12-14). En ambos casos, se dice que Jesús de Nazaret contó esta parábola. Aunque los dos relatos tienen algunas diferencias, comparten una idea principal y tres elementos clave:
- Un hombre tiene cien ovejas y se le pierde una.
- Al darse cuenta, deja las noventa y nueve ovejas para ir a buscar la que se perdió.
- Cuando la encuentra, siente una gran alegría, incluso más que por las noventa y nueve que no se habían extraviado.
En el Evangelio de Lucas, esta parábola es una de las "parábolas de la misericordia" o "parábolas de la alegría", junto con la parábola de la moneda perdida y la del hijo que regresó. Estas historias muestran el mensaje de compasión de Jesús. En el Evangelio de Mateo, la parábola es más corta y enseña a los líderes de la Iglesia cómo deben cuidar a las personas, especialmente a los más pequeños y desprotegidos.
La idea de que el pastor cuida de cada oveja, incluso de la que se pierde, se relaciona con el Evangelio de Juan, donde Jesús se presenta como el Buen Pastor que conoce a sus ovejas por su nombre. Por eso, la parábola de la oveja perdida se asocia a menudo con Jesús como el Buen Pastor.
Muchos escritores importantes del Siglo de Oro español, como Miguel de Cervantes, Lope de Vega, Tirso de Molina, Calderón de la Barca y Francisco de Quevedo, se inspiraron en esta parábola para sus obras.
Contenido
La parábola en los Evangelios de Lucas y Mateo

La parábola de la oveja perdida se encuentra en dos libros del Nuevo Testamento: el Evangelio de Lucas (15, 3-7) y el Evangelio de Mateo (18, 12-14). Los textos originales se escribieron en griego antiguo. Existen manuscritos muy antiguos que contienen esta parábola.
Entre los más importantes están:
- El Papiro 75 (de los años 175-225 d.C.), que es el manuscrito más antiguo conocido que contiene la versión de Lucas de la parábola.
- Cuatro grandes códices antiguos de la Biblia en griego, como el Codex Vaticanus y el Codex Sinaiticus, que incluyen ambas versiones, la de Mateo y la de Lucas.
La parábola es un relato corto que describe el gran interés de una persona que pierde una oveja y sale a buscarla, y la alegría que siente al encontrarla.
Aquí están las dos versiones principales:
¿Cuál es la versión original?
Los expertos no se ponen de acuerdo sobre cuál de las dos versiones es la más parecida a la historia original. Algunos creen que la versión de Mateo es la más cercana, mientras que otros piensan que es la de Lucas. También hay quienes sugieren que la historia original podría estar en partes de ambas versiones.
La mayoría de los expertos hoy en día creen que la parábola de la oveja perdida viene de una fuente común, llamada "fuente Q", que habrían usado tanto Mateo como Lucas.
¿A quién se dirigía la parábola?
En el Evangelio de Lucas, Jesús cuenta la parábola porque los fariseos y los maestros de la ley se quejaban de que él recibía y comía con personas consideradas "pecadoras". La parábola es una respuesta a sus críticos, mostrando que Dios acoge a todos.
En el Evangelio de Mateo, la parábola se dirige a los propios discípulos de Jesús. En ese tiempo, "los discípulos" se referían a los líderes de las primeras comunidades cristianas. La parábola les enseñaba cómo debían cuidar a los miembros de la comunidad.
Un detalle interesante es que ninguna de las dos versiones menciona explícitamente la palabra "pastor" o "buen pastor", algo que sí hace el Evangelio de Juan. Además, en Mateo, el pastor deja las ovejas en la montaña, mientras que en Lucas las deja en el desierto. Solo la versión de Lucas dice que el pastor lleva la oveja perdida sobre sus hombros.
La parábola en otros escritos antiguos
La parábola de la oveja perdida también aparece en un evangelio antiguo llamado Evangelio de Tomás (versículo 107). Aunque es similar a las versiones de Lucas y Mateo, tiene algunas diferencias.
En la versión del Evangelio de Tomás, se dice que la oveja perdida era "la más gorda" o "la más grande", y la más querida. Esto cambia el significado, porque el pastor la busca no solo porque se perdió, sino porque era la más valiosa. Esto es diferente de las versiones de Mateo y Lucas, donde el pastor busca la oveja simplemente porque estaba perdida, sin importar si era la mejor.
Los pastores en tiempos de Jesús
En la época de Jesús de Nazaret, la gente tenía opiniones muy diferentes sobre los pastores. A veces se les consideraba personas de trabajos poco respetables, incluso se les asociaba con ladrones.
Aunque en algunas partes de la Biblia hebrea se menciona a Moisés, a David y al propio Dios como pastores, en general, los escritos de los rabinos (maestros religiosos) no veían con buenos ojos a quienes ejercían este oficio. De hecho, se les comparaba con los cobradores de impuestos, a quienes también se les despreciaba.
Por eso, es muy significativo que en el Evangelio de Lucas, cuando Jesús es criticado por recibir a los cobradores de impuestos, él cuente una parábola donde el personaje principal, lleno de compasión, es un pastor, una figura que la sociedad de entonces menospreciaba. Esto muestra que Dios se acerca y tiene compasión por aquellos que son rechazados por los demás.
Mensajes y significados de la parábola

La parábola de la oveja perdida ha sido interpretada de muchas maneras desde los primeros tiempos del cristianismo hasta hoy. Aquí te contamos algunos de sus significados más importantes:
El perdón y la compasión de Dios
Se cree que la parábola de la oveja perdida, especialmente en la versión de Lucas, muestra la gran misericordia (compasión y perdón) de Dios hacia las personas que cometen errores. Enseña que Dios perdona y que es importante diferenciar el error de la persona que lo comete.
La misericordia es la capacidad de sentir compasión por el sufrimiento de otra persona y querer ayudarla. En la fe cristiana, la misericordia es una cualidad muy importante de Dios.
La búsqueda de lo perdido y la alegría al encontrarlo
La parábola no se centra tanto en la historia de la oveja, que representa a una persona que se ha alejado. El personaje principal es el pastor, que representa a Dios Padre o a Jesucristo. La historia del pastor nos muestra dos cosas:
- Su gran deseo de buscar lo que se ha perdido.
- Su inmensa alegría al encontrarlo.
Cuando el pastor se da cuenta de que una oveja se ha perdido, no se enoja, sino que se preocupa y actúa para encontrarla. Su tristeza lo impulsa a buscar con mucho esfuerzo.
La alegría de encontrar lo perdido es el mensaje central de la historia. El papa Francisco ha dicho que la alegría es un aspecto fundamental de esta parábola, porque Dios siempre está lleno de alegría, especialmente cuando perdona.
Jesús viene a ayudarnos

Los primeros líderes cristianos a menudo veían en esta parábola una imagen de cómo Jesucristo vino a la Tierra. Así como el pastor deja las ovejas en los montes y baja a buscar la perdida, Jesús vino a la Tierra y se hizo humilde para salvar a todas las personas.
Por ejemplo, Ireneo de Lyon dijo: "El Señor ha venido a buscar a la oveja que había perecido y es el hombre el que había perecido." Esto significa que Jesús vino a buscar a la humanidad que se había alejado.
Un llamado a cuidar a los demás
En el Evangelio de Mateo, la parábola se dirige a los discípulos como una "regla de vida" para las primeras comunidades cristianas. Les recordaba que los líderes de la Iglesia deben cuidar a los más desprotegidos, así como Dios cuida de ellos.
En la Iglesia católica, el palio, una banda de lana que usan el papa y los arzobispos, simboliza el pastoreo. Es un recordatorio de que deben cargar con las personas, como el pastor lo hizo en la parábola.
El papa Benedicto XVI explicó que el palio nos recuerda que Cristo nos lleva a todos sobre sus hombros, y que nosotros también debemos ayudarnos y cuidarnos unos a otros.
La parábola en el arte y la literatura


La parábola de la oveja perdida ha sido muy importante en la cultura y las artes.
Desde los primeros tiempos del cristianismo, la imagen del pastor que busca la oveja perdida se asoció con Cristo como el Buen Pastor. Hay muchas esculturas y pinturas antiguas que muestran este tema.
Más tarde, artistas como Bartolomé Esteban Murillo pintaron obras como El Buen Pastor, inspiradas en esta historia. En su pintura, Jesús es un niño que cuida de una oveja, lo que se relaciona con la oveja perdida de la parábola.
En la literatura, muchos escritores importantes del Siglo de Oro español usaron elementos de esta parábola. Por ejemplo, Miguel de Cervantes la mencionó en su obra La Gran Sultana, Doña Catalina de Oviedo. Lope de Vega escribió el romance A la oveja perdida, donde Cristo es un pastor que busca el alma extraviada. Tirso de Molina y Calderón de la Barca también se inspiraron en ella para sus obras.
El escritor Charles Péguy describió cómo la oveja perdida causó una gran preocupación en el corazón del Buen Pastor, y cómo al encontrarla, la oveja le dio calor y esperanza.
Véase también
En inglés: Parable of the Lost Sheep Facts for Kids