Martín de Santa Coloma para niños
Datos para niños Martín de Santa Coloma |
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Información personal | ||
Nacimiento | 3 de enero de 1800 Bernal (Argentina) |
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Fallecimiento | 4 de febrero de 1852 Caseros (Argentina) |
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Nacionalidad | Argentina | |
Información profesional | ||
Ocupación | Militar | |
Rango militar | Coronel | |
Conflictos | Guerras civiles argentinas y bloqueo anglo-francés del Río de la Plata | |
Martín Isidoro de Santa Coloma y Lezica (nacido en Buenos Aires el 3 de enero de 1800 y fallecido en Caseros el 4 de febrero de 1852) fue un importante militar argentino. Alcanzó el rango de coronel en la Confederación Argentina. Su vida terminó de forma trágica mientras estaba detenido, poco después de la Batalla de Caseros.
Contenido
La vida de Martín de Santa Coloma
Orígenes familiares y hogar
Martín Isidoro de Santa Coloma fue uno de los trece hijos de Ana María de Lezica y Juan Antonio de Santa Coloma. Su familia vivía en una gran propiedad, conocida como quinta, en Quilmes. Esta zona se encontraba a unos 10 kilómetros al sur de la ciudad de Buenos Aires. En aquel tiempo, Buenos Aires era la capital del Virreinato del Río de la Plata.
Un lugar con historia
En el año 1807, la quinta de la familia Santa Coloma tuvo un papel importante en la historia. Fue ocupada por el ejército inglés y sirvió como cuartel general para el general británico John Whitelocke. Esto ocurrió durante la Segunda Invasión Inglesa al Río de la Plata, un momento clave para la región.
Mucho tiempo después, los descendientes de la familia Santa Coloma donaron esta histórica quinta. Fue entregada a las Hermanas de María Auxiliadora, también conocidas como salesianas. Gracias a ellas, la propiedad se ha conservado muy bien. Hoy en día, es reconocida como un monumento histórico en la ciudad de Bernal, que forma parte de Quilmes (provincia de Buenos Aires).
La carrera militar de Santa Coloma
Primeros pasos en el ejército
Martín de Santa Coloma se unió al ejército de Buenos Aires en 1824. Formó parte de los Blandengues de la Frontera, una unidad de caballería. Esta unidad estaba especializada en proteger las fronteras y enfrentar a los grupos indígenas.
Sus primeras acciones en las guerras civiles de Argentina fueron en una campaña. En ella, el ejército de Buenos Aires ayudó a Santa Fe contra el general unitario José María Paz. Paz era entonces el gobernador de Córdoba.
Roles importantes y participación política
En 1834, Santa Coloma fue nombrado juez de paz para el distrito de los Corrales de Miserere. También fue miembro de la Sala de Representantes de su provincia. Allí, se unió al partido federal, que apoyaba a Juan Manuel de Rosas.
Mantuvo este cargo hasta 1839. En ese año, hubo un intento de levantamiento conocido como la "revolución de los Libres del Sur". Después de este evento, Santa Coloma regresó al ejército con el rango de teniente coronel.
Campañas y movimientos militares
Cuando Juan Lavalle invadió la provincia, Santa Coloma se unió a las fuerzas de Manuel Oribe. Juntos, persiguieron a Lavalle por las provincias de Santa Fe y Córdoba.
Después de la victoria en la batalla de Quebracho Herrado, Santa Coloma permaneció en Santa Fe. Estaba a la espera de lo que sucediera en Corrientes y Uruguay. Por esta razón, no participó en la campaña contra la "Coalición del Norte".
Acciones en Santa Fe
Enfrentamientos y victorias
Mientras tanto, el gobernador de Santa Fe, Juan Pablo López, se alió con los unitarios. Santa Coloma se retiró a San Nicolás de los Arroyos. Rosas envió dos ejércitos contra Santa Fe. Uno estaba al mando de Pascual Echagüe y Santa Coloma, y el otro, que regresaba de vencer a Lavalle, estaba al mando de Oribe.
En marzo de 1842, Santa Coloma derrotó a López en Monte Flores. Pocas semanas después, lo venció de nuevo en Colastiné. El gobernador López huyó hacia Corrientes, mientras Santa Coloma y Oribe tomaban la ciudad de Santa Fe.
Liderazgo y controversias
Echagüe fue nombrado gobernador, pero pronto cruzó el río Paraná. Santa Coloma quedó a cargo de las tropas de Buenos Aires y Santa Fe hasta el regreso de Echagüe. Durante este tiempo, el 6 de diciembre de 1842, el ejército de Manuel Oribe derrotó al líder uruguayo Fructuoso Rivera en la batalla de Arroyo Grande.
Durante su liderazgo, Santa Coloma fue acusado por sus oponentes de cometer algunos actos severos. Sin embargo, en esa época, este tipo de acciones eran comunes en ambos bandos de las guerras civiles.
Defensa de la costa
Al regresar Echagüe, Santa Coloma permaneció con sus tropas en la guarnición de Santa Fe. A finales de junio de 1845, Juan Pablo López regresó desde Corrientes. Cruzó el Chaco y derrotó a Santa Coloma en Calchines, cerca de Santa Fe. Santa Coloma resultó gravemente herido y se retiró con dificultad hacia el sur de la provincia con Echagüe, esperando refuerzos.
López gobernó Santa Fe por un mes, obteniendo recursos importantes. Pero se retiró ante el avance de Echagüe y Santa Coloma. El 12 de agosto de 1845, Santa Coloma derrotó a Juan Pablo López en Malabrigo, aunque López logró escapar.
Durante el bloqueo anglo-francés del Río de la Plata, Santa Coloma dirigió la defensa de la costa de San Lorenzo. Protegió la zona de los ataques de la flota enemiga. Participó en la Batalla de Punta Quebracho (4 de julio de 1846), donde combatió como segundo del general Lucio Norberto Mansilla. Un cuadro de Félix Revol, que se encuentra en el Museo Histórico Nacional, muestra al coronel Santa Coloma dirigiendo a las tropas de infantería en la Batalla de la Vuelta de Obligado. Después de estos eventos, organizó una guarnición militar permanente en San Lorenzo.
La Batalla de Caseros y el final de su vida
Después del pronunciamiento de Justo José de Urquiza, este desembarcó en Coronda. Esto dividió a las fuerzas de Echagüe y Santa Coloma en Santa Fe. Por ello, ambos evacuaron Santa Fe y se dirigieron hacia Buenos Aires.
Santa Coloma comandó una división de caballería en la batalla de Caseros, que tuvo lugar el 3 de febrero de 1852. Tras la derrota, buscó refugio en la iglesia de Santo Domingo.
Domingo Faustino Sarmiento (quien más tarde sería presidente de Argentina) lo encontró allí. Al día siguiente, Santa Coloma fue llevado ante la presencia de Francisco Seguí, quien había redactado el pronunciamiento de Urquiza. Lamentablemente, Santa Coloma perdió la vida sin un juicio previo.
Un destino similar tuvo el coronel Martiniano Chilavert, quien también fue ejecutado ese mismo día, sin haber sido juzgado.